Partida Rol por web

Nada mas salir me apoyo en el muro al lado de la puerta amartillando el rifle.

– Jules y yo os cubriremos desde aquí.*

Confío en no quedar dormido aquí al sol. Si me ocurre espero que Jules me despierte.

Antes de salir doy unas últimas instrucciones a los que nos cubrirán

-no disparéis a menos que sea necesario, o marcareis nuestra posición a los podridos cercanos-

cargo con un virote la ballesta y encabezo la salida

Mire mi equipo, llevaba la escopeta y la espada que me acababan de dar. Guarde la escopeta y agarre firmemente la espada.

Se me daba mejor la escopeta, pero por lo menos la espada no atraeria a más podridos. Mire a Denzel y espere que dijera algo, como esperando oir unas ordenes. En caso de que no dijera nada, solo avanzaria con cuidado

 El hombre sonríe con el comentario de Chad.

-Ojalá tuviera unos muffins muchacho, te juro que realmente quisiera saborear uno también. Bueno, voy a lo que he venido. No creo que les dejen dos días aquí. Si para esta noche nadie desarrolla fiebre, me aseguraré de decirle personalmente a Zweiger que os suelte.

Luego se dirige a los militares.

-Ahora mismo el señor Turner y compañía están yendo por las cosas. No os preocupéis, todo lo vuestro es vuestro. No somos ladrones.

Se apoya contra la celda y comenta.

-Es que, entiendan, Moe es responsable por las cincuenta vidas que ahora hay aquí, 55 ahora para ser más exactos.

Toma un sorbo de café.

-¿Alguien sabe jugar al ajedrez? Tengo un tablero. Y señorita Jesse, como le dije antes a los muchachos aquí del ejército, no os preocupéis, traeremos todo. Mochila incluída.

 Las puertas, abiertas ahora, muestran la ruta, como siempre. No hay signo de los podridos. A lo lejos se vé un coche, desde esta posición no se nota nada extraño.

No hay ni siquiera un muerto a la vista.

Nada.

Tampoco se oye ningún sonido en el aire, ni el piar de un pájaro.

Eso no es tampoco habitual.

 "Demasiado tranquilo"

que no se escuchen pájaros ni nada no me gusta, pero hago una señal a Red y Marta y empiezo a avanzar lo mas sigilosamente que puedo hacia el coche, con la ballesta cargada apuntando hacia delante

Me quedo al lado de Gore - ¿Es normal tanto silencio? Por donde yo he ido no era lo corriente - y camino junto a el hasta que nos coloquemos en una posición para cubrir las espaldas de Marta y Turner.

Buena idea ir hablando así será mas difícil que nos quedemos dormidos.

– El silencio. Lo mejor sería que solamente escucháramos el motor poniéndose en marcha y acercándose.

Haciendo una pausa para asentir ante lo que creo que quiere expresar. – Pero a mi también me pone nervioso no tenerlos localizados y prefiero saber donde están.