Partida Rol por web

Las palabras de Sam hicieron eco en la joven que guardó el teléfono en su bolso. Tragó saliva y asintió, con suma tristeza.

-Tienes razón... no puedo ahora enfrentar a nana... me pondría a llorar sin parar y solo la angustiaría. No puedo hacer nada por Alice, y el funeral será mañana.

Se volvió a enjugar los ojos.

-Se lo diré más tarde. 

Suspiró.

-Todo esto... este maldito pueblo sólo parece traer desgracias, estoy pensando en mudarme de aquí con mi abuela, pero el restaurante. Ella no querrá dejarlo todo.

Se tocó el colgante que pendía de su cuello y se quedó pensando, eran demasiadas malas noticias, demasiado rápido.

Y eso era solo la punta del iceberg.

Dean no supo que contestar a eso y puso cara de circunstancias, sintiéndose incómodo ante los demás. Después, se aclaró la garganta.

-Ejem... eh, señorita Sanders, encantado. Soy el agente Darin. Esto... será... mejor que hablemos fuera -consiguió decirle, pensando que en aquel pueblo tampoco iban faltos de chicas. Había chicas guapas por todas partes. Era como un episodio de Melrose Place.

Después de hacerle una indicación, esperó a que le siguiera y una vez fuera de la cafetería se giró hacia ella.

-Supongo que está al tanto de las muertes que están teniendo lugar en el pueblo, ¿verdad? Nos interesa saber cualquier cosa que haya visto de cualquiera de las víctimas, que le haya llamado la atención. Ejem... a veces los casos más difíciles se resuelven con pequeñas pistas -le dijo, acercándose involuntariamente a ella, como hacía cuando ligaba con las chicas en los bares. Al darse cuenta, se detuvo, algo azorado, y retrocedió un paso.

-Tal vez deberías tratar de descansar y despejarte un poco -comenté, con cierta inquietud. No sabía cómo afrontar aquella situación, ya que apenas conocía a Karen. Tenía la sensación de que la presencia de Dean hubiera sido de más ayuda para tranquilizarla-. ¿Qué te parece si nos acercamos a tu lugar de trabajo en el periódico y me cuentas qué tal ha ido esa investigación que estabas realizando? Necestias algo que te distraiga.

Dean se presentó ante la joven pensando que en este sitio todos se parecían a Melrose Place, no había visto a una chica fea desde que llegó. Ella le ofreció asiento mientras lo miraba con coquetería apoyando su mentón sobre sus manos entrelazadas. Pero Dean le dijo de hablar afuera, así que la muchacha se levantó y se apresuró hacia la salida.

-Entonces… ¿su amigo, ejem, colega agente no va a venir? No importa.

Vicky parecía pensar lo mismo que Dean sobre que solo había agentes guapos en el FBI.

-Entonces… ¿por qué me necesita?

Estiró su mano y jugó con una de sus pulseras mientras algunas personas salían del local y una mujer entraba y se sentaba en la barra.

-Supongo que está al tanto de las muertes que están teniendo lugar en el pueblo, ¿verdad? Nos interesa saber cualquier cosa que haya visto de cualquiera de las víctimas, que le haya llamado la atención. Ejem... a veces los casos más difíciles se resuelven con pequeñas pistas –

Su semblante cambió, hasta entonces no había pensado en aquello, era solo ver un chico mono luego de otro… los recuerdos la hicieron espabilar.

-Oh… sí.

Miró al suelo, pensando.

-En el campus, el otro día vimos… mis compañeras y yo vimos a un hombre arrastrando una bolsa muy grande. Era de noche, no debíamos estar allí pero Susie había conseguido marig…

Recalculando a quién se estaba dirigiendo, omitió la palabra y continuó.

-Se parecía a nuestro conserje, pero estábamos lejos…

Se mordió los labios pero lo dijo igual:

-La bolsa parecía muy grande, como si llevara un cuerpo allí.

¿Qué te parece si nos acercamos a tu lugar de trabajo en el periódico y me cuentas qué tal ha ido esa investigación que estabas realizando? Necestias algo que te distraiga.

Karen asiente al consejo de Sam y empiezan a salir de la casa. Le dice a la madre de Alice que irá al periódico local en el que trabaja y, que cualquier cosa, se comunique con ella por el móvil. Rosaleen le asegura que lo hará, que hay de todos modos muchas personas en el lugar para hacerle compañía, así que la joven empieza a caminar con Sam.

-Tomo a dos cuadras de aquí mi autobús. Me deja en donde trabajo, siempre ocupo el turno tarde, ¿sabes… por mi trabajo de camarera?

Saca el móvil y escribe un mensaje rápido, lo vuelve a guardar y le aclara al menor de los hermanos.

-Solo le he avisado a mi abuela que iba al trabajo, para que no se preocupe.

Suben al bus, en el que hay poca gente, y éste arranca para el periódico local.

La chica no dejaba de mirar a Dean, haciendo que éste se sintiese como si estuvieran analizándole. Era como todas esas veces en las que se había sentado a tomar algo en la barra de un bar y solo por diversión, había ido calculando las medidas de las chicas que iban entrando, solo que en aquel caso, era él a quien le estaban tomando medidas.

No estaba acostumbrado a ser la novia.

Pero la conversación se redirigió por fin y la chica logró darle algún detalle.

-En el campus, el otro día vimos… mis compañeras y yo vimos a un hombre arrastrando una bolsa muy grande. Era de noche, no debíamos estar allí pero Susie había conseguido marig…

-Ejem... -carraspeó Dean, pensando que no le iría mal disponer de alguna de esas... pruebas.

-Se parecía a nuestro conserje, pero estábamos lejos… La bolsa parecía muy grande, como si llevara un cuerpo allí.

Dean se rió. La gente siempre piensa en que dentro de una bolsa hay un cuerpo. 

-Bueno, señorita Sanders, no creo que fuese un cuerpo. Dudo mucho que la universidad sea un sitio al que llevar los restos de un asesinato. ¿Está segura de que era el conserje? ¿Cómo era? Supongo que no lo siguieron para ver a donde iba, porque estaban... ocupadas con... lo que había traído Susie.

Oh, joder. ¿Ahora me va a tocar ir a la universidad y hablar con el conserje? Esto no va nada bien. ¿No podían haber visto al equipo femenino de natación?

No pude evitar sentirme apenado al ver que Karen le enviaba un mensaje por el móvil a su abuela. "Si supiera cómo está Donna ahora..." pensé para mis adentros, con tristeza, sintiéndome mal al estar ocultándole esa información a la chica.

-¿Brad? -inquirí, cuando Karen mencionó a quien pertenecía el vehículo. Era la segunda vez que escuchaba ese nombre, dado que era el mismo del compañero que había llevado a las chicas y a Joey en el coche cuando estaba convertido en lobo-. ¿A qué te refieres con "medio intenso"? ¿Le dan arranques de vez en cuando?
 

-Bueno, señorita Sanders, no creo que fuese un cuerpo. Dudo mucho que la universidad sea un sitio al que llevar los restos de un asesinato. ¿Está segura de que era el conserje? ¿Cómo era? Supongo que no lo siguieron para ver a donde iba, porque estaban... ocupadas con... lo que había traído Susie.

Vicky suspiró aliviada de que los federales no iban a decirle a su madre que a veces fumaba marihuana. Así que, dejando esos nervios de lado, escuchó el comentario de Dean y trató de responder con seriedad.

-Es un hombre bajo, de tez oliva... es extranjero. Creo que es hindú. Y no puedo asegurar que fuese él, pero a esas horas... y vistiendo la ropa que él suele usar... estábamos lejos pero, pero si me pregunta, nos pareció él.

Pensaba mientras hablaba, recordando mejor al conserje.

-Cejas pobladas... nariz prominente. No es un sujeto agraciado, ¿sabe? Pero tampoco es que sea el asesino. No, no lo sé. Pero es raro... aunque vamos, puede que sea solo alguien solitario. Mis amigas me han dicho tantas cosas que creo que me estoy volviendo prejuiciosa.

Movía las manos en el aire mientras narraba.

-Está siempre solo, barriendo el suelo con esa mirada de "vosotros sois una plaga". No le he visto nunca hacer otra cosa que limpiar y mirarnos feo.

 ¿A qué te refieres con "medio intenso"? ¿Le dan arranques de vez en cuando?

Entraron al edificio y mientras iban subiendo las escaleras, Karen se explicaba ante la pregunta de Sam.

-Es... a veces creo que se piensa que es mi novio. Me cela demasiado, aunque en realidad solo trabaja conmigo.

La muchacha empezó a abrir la puerta de su oficina de trabajo, pero antes de hacerlo, le advirtió a Sammy:

-No le digas nada de esto... y... no sé si es buena idea que te vea entrando conmigo. Puede pensar algo que saque a relucir su mal carácter.

Detrás del cristal esmerilado se notaba la figura de un hombre trabajando tras un escritorio.

-Le puedo decir que eres mi primo de Kentucky, ¿está bien?

Vaya, ahora tendré que hablar con Igor. Sencillamente perfecto.

Dean pasó de hablar con una animadora a tener que tratar con una de las criaturas de la Hammer, y eso era un golpe difícil de gestionar para él. A pesar de todo, la muerte de aquellas chicas estaba siempre rondando en su cabeza. Podía olvidarlo durante horas, pero siempre regresaba, igual que las manchas de mostaza o el dolor de muelas.

Bueno, pues... supongo que ya tengo con qué empezar. Tendré que ir a la universidad a ver con quien... qué descubro -empezó a decir, levantándose de la mesa. Entonces, se le ocurrió algo más -. Por cierto. ¿Qué sabe de los bosques de esta zona? Me han dicho que pasan... cosas extrañas. ¿Alguna vez... ya sabes, cuando han ido por allí para hacer algo... han encontrado o visto cosas extrañas?

Lo que Karen había dicho no distaba mucho de lo que ya sabíamos por parte de otras personas cercanas a ella: Joey era un tipo bastante celoso y demasiado sobreprotector con Karen, como si pensase que se trataba de su pareja. Teniendo en cuenta que el día anterior se había ofrecido para llevar a varias de las chicas de la universidad hasta sus casas en coche, algo me decía que se comportaba de esa manera con bastantes chicas.

De forma disimulada, introducí mi mano en el bolsillo del pantalón mientras caminaba y tomé el anillo de plata que había obtenido en el cruce de caminos casi al inicio de mi investigación, colocándomelo en el dedo índice de la mano derecha.

-Está bien. Seré tu primo de Kentucky -comenté, con una sonrisa, esperando que Joey creyera la mentira que Karen iba a tener que decirle.

Vicky queda medio tonta con el guiño de ojo de Dean.

-Ahm…

Parece que se ha olvidado de la pregunta pero al poco rato la recuerda, aunque le ha costado lo suyo.

-¿En el bosque? No… no vamos por ahí últimamente por los lobos. Bah, no debería haber lobos pero los hemos oído.

Negando firmemente afirma:

-No ha sido la droga, lo juro. Realmente hemos oído aullidos en los bosques agente.

Y con una sonrisa angelical agrega:

-Pero si usted me acompaña podemos ir a mirar…

Al ingresar en la oficina ven a un joven de camisa a cuadros, es el mismo que Sam vio en el campus hace pocas horas.

-Hola Joy...

La mirada que él le echa a Sam es de como un cuchillo, así que Karen se apresura a agregar.

-Oh, este es mi primo Sammy, de Kentucky.

-Sammy... 

Se acerca y estira su brazo para estrechar la mano del joven, sin embargo su mirada sigue siendo fría y desafiante.

-Nunca lo has nombrado, Karen. Pero los amigos de Karen son mis amigos...

Los pensamientos de Dean viajaron de nuevo hacia un compendio de imágenes formadas por sábanas y animadoras, lo que le hizo tardar algo en reaccionar. No podía ir con ella, ni arrastrarla al bosque. Debía ir a la universidad y fingir, al menos durante el día, que se tomaba las cosas en serio.

De verdad, Dean, a veces eres un enfermo, dijo una voz en su interior. ¿Solo a veces?, respondió otra.

Eeeeh.... me encantaría, pero ahora... ya sabes, estoy trabajando y el bosque... no es lugar para una jovencita como tú. Así que... muchas gracias por todo. Tengo que acercarme a la universidad a ver a las anim... a hablar con el conserje.

Dean se puso en pie. Iba a girarse para irse, pero entonces se lo pensó mejor. Esto de actuar como agente del FBI podía tener graves consecuencias para su sentido moral. 

-Por cierto. Hasta que no se resuelva todo, nada de encuentros nocturnos. No me gustaría... que te ocurriera nada.

Si las miradas matasen, estaba seguro de que la de aquel joven ya me habría fulminado. ¿Sería Joy el brujo al que nos habíamos enfrentado en el cruce de caminos o simplemente un muchacho celoso y sobreprotector?

-Sí, soy su primo -dije, alargando mi mano derecha para estrechársela al joven-. Sam. -Quería provocarlo para comprobar si era una persona fácil de irritar, por lo que añadí de forma disimula-: Karen me habló de ti. Me contó que eras su compañero de trabajo desde hace un tiempo. -Pese a que mi tono era amable, en mis palabras intentaba dejar claro que Karen lo considera sólo un colega del trabajo, esperando a ver su reacción.

Vicky lanzó un suspiro de pena cuando Dean volvió a su coche y arrancó hacia el campus. Durante el trayecto hizo lo mejor que pudo para borrar las posibilidades de dicho encuentro, al menos su advertencia hizo que la joven se pensase dos veces de ir con un extraño a los parajes salvajes.

El campus estaba vacío, solamente el edificio de la facultad junto con los aledaños se alzaban alrededor de las pistas de deportes. Tenía idea de comenzar por el edificio principal, sería más lógico que allí se encontrara el conserje. Mientras se iba aproximando lo vio, estaba sentado en uno de los escalones fumando un cigarrillo. Entre calada y calada sostenía un trapeador con su mano derecha y lo acomodaba junto a un balde que usaba para lavar los suelos.

Estaba justo en la entrada del departamento de administración de la facultad. Junto a él un gato oscuro retozaba disfrutando los últimos rayos de sol.

 Karen me habló de ti. Me contó que eras su compañero de trabajo desde hace un tiempo.

El comentario de Sam hizo salir chispas en la mirada del sujeto. Se dio vuelta y se puso a teclear en el ordenador con más fuerza de la necesaria.

La joven se aproximó a su escritorio y lo invitó a Sammy a sentarse allí.

-Estoy trabajando ahora en un artículo sobre la leyenda de Bray Road, ¿la conoces, Sam?

-ufff, supercherías de vieja -acotó Joey con un tono malhumorado en su voz. Continuaba mirando su pantalla pero tenía erizados los vellos de la nuca, desde atrás se podía ver su tensión.

-En toda leyenda hay parte de verdad -sugirió Karen con timidez.

Resoplando por el ofrecimiento de Vicky, Dean se puso en marcha hacia la universidad. Si lo que quería era ver chicas despampanantes por todas partes... aquel no era el lugar.

Decepcionado, se bajó del impala como si hubiese llegado a un pueblo abandonado del oeste.

Soy el maldito Gary Cooper del Campus, pensó Dean, ajustándose el cinturón.

Cuando vio al conserje, aceleró el paso y se dirigió hacia él.

-Hey, soy el agente Darin -se presentó, mostrando su placa. Al ver al gato, bajó la vista hacia él -. Bonito gato. Ehh, estoy investigando las muertes de esas chicas. ¿Ha visto u oído algo extraño por aquí?

¿Ha cargado con algún muerto últimamente?

Se había enfadado. Joey parecía bastante enfadado de que hubiera afirmado que le conocía como "el compañero de trabajo de Karen", lo cual corroboraba lo dicho ya por varios de los habitantes del pueblo. Aquel chico era celoso y posesivo a límites bastante extremos, si bien eso no significaba que fuera nuestro brujo.

-Conozco la leyenda, Karen -dije, con un gesto de asentimiento-. Es cierto que muchas veces suelen ser cuentos de viejas, pero como dice ella, toda leyenda tiene una base real. Seguramente también sea el caso de la leyenda de la Bestia de Bray Road.

-Hey, soy el agente Darin -se presentó, mostrando su placa. Al ver al gato, bajó la vista hacia él -. Bonito gato. Ehh, estoy investigando las muertes de esas chicas. ¿Ha visto u oído algo extraño por aquí?

El sujeto se paró y saludó a Dean con un asentimiento de cabeza. Al principio no respondió la pregunta, más bien se lo quedó mirando como si no entendiera de nada. Luego dijo una frase solamente.

-Varias estudiantes no están más...

Asintió de nuevo con la cabeza, como dando a entender que era algo díficil de comprender. Los ojos inquisitivos de Dean le hicieron expresar mejor su frase, pero parecía que hablar no era su fuerte.

-La policía investiga el campus desde hace semanas, sí.

Negó con la cabeza.

-Yo no vi nada raro.