Partida Rol por web

Dean mira a Sam y asiente tres veces para después girar su cabeza y perder su mirada en las caderas de la camarera.

La camarera volvió con las bandejas: puso un plato con huevos y tocino delante de Sam y otro, con una hamburguesa de buen tamaño, en la sección de Dean. Los dos platos tenían muy buena pinta, eran abundantes y estaban prolijamente servidos. El aroma también era tentador.

Ella repasó una vez más la mesa y les puso los cubiertos siempre con esa tranquilidad que parecía caracterizarla.

El viejo de enfrente ya había recibido su plato también y refunfuñaba por lo bajo porque tenia mitad de tocino y mitad de jamón. Karen parecía divertida con hacerle comer aunque sea un poco sano. La sonrisa del hombre luego demostró que la conocía y esperaba ese gesto de ella. Así que se dedicó a comer sus huevos con jamón y tocino sin chistar.

Cuando Karen esta a una cierta distancia me giro hacia el señor mayor de la mesa contigua, toso para llamar su atención y le enseño mi hamburguesa y el tocino de Sam.

Le doy media hamburguesa o algo de bacon si me dice que se cuece interesante en este pueblo,por cierto buenos días que no le he dicho nada,me llamo Dean.

-Y yo soy Sam -me presenté, saludando al señor con un gesto de mano y una sonrisa. Adoptando una ensayada expresión de intriga, añadí-: Señor, le hemos escuchado antes hablar sobre unos problemas que están teniendo lugar en Elkhorn. ¿A qué se refiere?

Sam y Dean logran convencer al anciano para que suelte un poco la lengua. El tocino sirve bien como herramienta de persuasión porque cuando le hacen ese ofrecimiento no duda en aceptar pero agregando.

-Que no se entere Karen, solamente eso les pido.

Entonces hinca el tenedor y se lleva el tocino a su plato, luego de traer su silla a la mesa de los muchachos para así hablar con comodidad.

-Que han desaparecido jóvenes, aquí donde lo más malo que ha pasado es que se colen en el cine local.

Comenta, masticando luego un buen pedazo de tocino. Karen sigue sirviendo a varias personas así que está ajena al contrabando. Eso da pie al viejo a seguir conversando.

-Pero anoche otro chico desapareció, una chica en realidad. Ana Lee. Sí, así se llamaba… yo era amigo de su abuela… bueno, “amigo” lo que se dice no. En mis tiempos era difícil hacerse de conocidas. Verán. Claro que ustedes son muy jóvenes y seguro que en la gran ciudad no es tan difícil aquello pero era un pequeño pueblo.

Dio un mordisco a otro pedazo de tocino, y se quedó masticando un rato más. Podía ser la edad, claro, porque el hombre parecía haberse olvidado de lo que estaba contando.

El trato es el trato,Dean corta la mitad de su hamburguesa y se la da al viejo mientras sigue interrogandolo de manera amigable.

 Seguro que desaparecida o simplemente se a fugado con el novio de turno? No es la primera ni la ultima que se ha ido por un arrebato del corazón.

Toma la mitad de su hamburguesa para darle un gran bocado y seguir hablando con la boca llena.

Zodo hay ezo edtraño? Padece poca kodza,zi quiede puedde comer de miz papas fritaz.

Escuché las palabras del anciano. Una joven había desaparecido, aparentemente sin dejar ni rastro. El hombre había mencionado que era amigo de la abuela de la chica, aunque la vejez o una muy mala memoria le había impedido continuar contándonos lo que sabía.

Dirigí una mirada a Dean. La desaparición de una chica joven podía deberse a la presencia de varios tipos de posibles monstruos sobrenaturales, dado que muchos considerarían que una muchacha indefensa era una víctima fácil.

-Señor ha dicho que han desaparecido "jóvenes". ¿Ha habido más casos o solo ha sido esa chica? -pregunté, intrigado, tratando de buscar un patrón.

El anciano no acepta las papas fritas pero pronto descubren que Karen lo anda pispeando de soslayo, con mirada entre divertida a reprobatoria. Él sonríe como un niño pícaro al que se le ha pillado, así que solo se pone a comer parte del tocino de Sam, que coloca en su propio plato, con un cuarto solo de la hamburguesa de Dean.

Karen pasa y le guiña un ojo mientras alega:

-Te estoy observando, Darren.

Él asiente con diversión y luego vuelve a los muchachos.

-No se pudo haber ido... esa chica no tenía a nadie más que a su abuela. Dios la guarde, no. No la hubiera dejado.

Tomó un poco de su propia taza de café, que también había traído a la mesa y retomó su conversación.

-Lo raro... bah!!

Meneó la cabeza.

-Nadie quiere hablar de lo raro. Excepto Karen y el joven de ese periódico con el que trabajan. Que además de bonita, buena persona, es muy lista. Han habido ya dos desapariciones en dos meses, ¡sí señor!

Se apoyó en el respaldo de la silla y se limpió los labios.

-Pero esto ya pasó allá por los ochenta, yo recuerdo... y nadie quiso hacer caso. Nadie hace caso, porque nadie quiere pensar en que hay cosas malas afuera... cosas que pueblan la oscuridad.

Se inclinó hacia adelante y susurró:

-La abuela de Karen lo vio todo, allí por los ochenta. Era muy guapa, oh sí. Tenía unas piernas que nunca parecía tener fin... si saben a lo que me refiero!

Claro que se a que se refiere Señor Thompson.... dice Dean mirando de soslayo a Karen,una pregunta Señor Thompson,cuando fueron esas desapariciones en los años 80,recuerda usted si vino alguien del FBI? control de animales? que se yo... la DEA?

Suspira y vuelve la mirada a sus compañeros de mesa,arruga la nariz al ver la dieta sana de Sam para después dar un buen bocado a su hamburguesa,da un buen trago a la cerveza,incluso mas rapido de lo normal, cualquier escusa es buena para señalar las copas vacias y esperar a que la dulce camarera vuelva.

Las palabras del anciano me resultaron un tanto sorprendentes. Se habían producido dos desapariciones en dos meses, lo que me hizo pensar en la opción que podía ser más evidente. ¿Hombres lobo? ¿Quizá una bestia que sólo saliera a alimentarse una vez al mes? Sin embargo, el hecho de que Darren dijera que ya había sucedido en los ochenta podía ser un indicativo de que nos enfrentábamos a otro tipo de criaturas. ¿Quizá espíritus? ¿Una maldición?

-¿Qué sucedió en los años ochenta, señor Thompson? -añadí a las palabras de mi hermano, pensativo-. Si han pasado más de treinta años desde que esos problemas terminaron, quizá alguien viniera para solucionar el problema. ¿Recuerda si vino el FBI o alguien de fuera?

Dean quiere saber si por esos años había venido alguien a investigar el caso, como el FBI. El hombre piensa y niega con la cabeza.

-No, no. Sólo el comisario del pueblo… eso fue todo. Pero hubo personas que vieron algo…

Sam quería más detalles, además de saber que el FBI finalmente ni había participado.

-Hubo una aparición un tiempo después. Dicen que vieron algo merodeando por la carretera. Una bestia… sí. Incluso los locales llamamos a ese lugar, aun hoy en día, la carretera de la Bestia de Bray. La abuela de Karen lo vio, y Karen anda investigando con ese muchacho las nuevas desapariciones.

La joven en cuestión se aproximó un momento para preguntar cómo estaba todo.

-¿Necesitan algo? Este hombre les está molestando?? –agregó con una sonrisa a la cual Darren respondió con otra.

-Karen, estos muchachos podrían hablar con tu abuela. Están interesados en la Bestia de Bray Road.

La muchacha miró al viejo y a los dos jóvenes con una mezcla de interés y preocupación.

-No es una bonita historia. Pero puedo arreglar una cita con ella, ¿son periodistas? –preguntó entusiasmada ahoya ya que ella ejercía, o estaba comenzando, a ejercer dicha profesión.

-La Bestia de Bray Road... -murmuré, pensativo.

Por lo que nos había contado Darren, además de camarera, Karen ejercía como periodista en el periódico junto con otro compañero. Si había una oportunidad de que pudiéramos obtener información más fácilmente, esa era hacernos pasar por colegas de profesión que solo habían acudido para hacer un reportaje.

-Así es, Karen, somos periodistas -improvisé una historia que pudiera creerse fácilmente-. Mi hermano Dean y yo. Nos dedicamos a ir pueblo por pueblo, recopilando historias del folklore local. Y la historia de la Bestia de Bray Road nos llamó mucho la atención, así que vinimos para comprobar qué había de verdad detrás de ese relato.

Así es somo periodistas,buscamos historias como dice Sam,pero contrastadas, entrevistamos a gente real y no buscamos lo macabro o teorias de la conspiración solo gente sencilla que se a visto atrapada en momentos singulares.

Dean le regala una sonrisa tierna a la camarera,incluso sonrojandose un poco.

Podrías? si no es mucho pedir claro, ayudarnos con los datos? ir a ver a tu abuela,llevarnos al sitio en cuestión?

Karen se emocionó cuando ellos aceptaron ser parte de esa profesión que ella amaba tanto.

-¡¡Periodistas!! -enfatizó, con estrellas en sus ojos -periodistas de una gran ciudad. Esto es fantástico. Los llevaré a ver a mi abuela esta tarde. Yo nunca fui a una gran ciudad... suena tan... interesante.

Se mordió el labio pensando en la hora y algo hizo cambiar su mirada, el anciano que compartía la mesa hizo un gesto con sus ojos, algo que no pasó desapercibido a Sam o a Dean, era una advertencia.

-Salgo a las seis, pero hoy termino un poco más temprano -miro su reloj -estamos cerrando a las cinco en estos días, ya saben que anochece temprano.

-Y las desapariciones ponen nervioso a más de uno -aclaró el señor Thompson. Ahora tal vez entendían que el local no solo estaba vacío debido a que era un pueblo pequeño sino que había temor en las calles. Karen fue llamada a otra mesa y se retiró, pero antes le guiñó un ojo a Dean, se veía que el rubor del joven también le había parecido interesante.

-Ten cuidado con el chico con el que trabaja, muchacho -aclaró el anciano -a mí no me gusta un pelo, y es muy celoso de Karen aunque ella diga que no pasa nada. No sé, que no te vea esa cara de bobo delante suyo.

El señor Thompson era viejo y nada tonto, y parecía ser de esas personas que gustaban ayudar dando datos extra. Lo de salir antes de caer la noche encajaba con algo de lo que Sam pensaba, pero había mucho que hurgar. Sam sabía pensar las cosas más tiempo que su hermano, lo cierto eran que los dos juntos eran una combinación de consideración pero tampoco eran invencibles.

Gracias Señor Thompson, le digo al abuelo mientras miro a Sam con mi mirada,esa mirada que lo mismo vale para decir que me a salido un helado gratis en un envoltorio o para indicar que he ligado,esa misma mirada de cuando ponen extra de bacon sin pedirlo.

Por cierto Señor Thompson,sobre el chico ese celoso,que mas me puede decir de el?, hay gente muy rara,mas de una y de dos ocasiones nos hemos encontrado que las extrañas desapariciones mas bien eran engaños de herencias,celos,cuernos... y un largo etcetera, igual alguien vio un antiguo recorte de prensa de hace 20 años y y aprovecho el momento.

Me sentí muy sorprendió por el aviso que nos había dado el señor Thompson acerca del compañero de trabajo periodista de Karen. Todo apuntaba a que se trataba de un joven bastante celoso y si aquel anciano aseguraba que no le gustaba ni un pelo, puede que no fuera trigo limpio.

-Muchas gracias por el consejo, señor Thompson -añadí, en tono bajo-. Tendremos cuidado con él.

Intercambié una mirada con Dean, mientras esperaba a que el señor Thompson respondiera a su pregunta sobre el compañero de Karen. Parecía que ya teníamos al primer sospechoso de poder estar detrás de "la Bestia de Bray Road".

-Te puedo decir que se llama Joey Brown y que está loco por ella desde que se egresaron del instituto. No digo que sea un mal chico, no. Pero hay algo que no me termina de convencer, intuición de un viejo que ha vivido mucho tiempo quizás.

Sam acotó que tendrían cuidado con él, y mientras escuchó aquello que el señor Thompson le seguía contando.

-Su familia puede que lo haya criado así, medio antisocial. Siempre está solo excepto por Karen y cuando se acerca a cualquier chica, ellas lo rechazan.

Menea la cabeza diligentemente.

-Excepto mi niña, así le digo aunque no sea mi nieta, porque ella cuida de todos siempre. Y lo ve como a un hermano mayor. Pero él no la ve así, no señor. Y hay algo en esos ojos que no me gustan.

Karen interrumpe llevándose los platos y dejando la tarda de manzana. Una porción para cada uno, incluido el anciano, con una bocha de helado de vainilla en su superficie.

-Esto es un regalo de la casa –dice con una sonrisa y se va de nuevo a servir a otros clientes.