Partida Rol por web

El anciano verdaderamente parecía desconfiar de aquel joven periodista amigo de Karen y, si él sospechaba que no era trigo limpio, quizá nosotros tendríamos que hablar con él para saber si de verdad podía ser peligroso. Por el momento, el tal Joey Brown era el primero en mi lista de posibles sospechosos de estar detrás de lo que sucedía en el pueblo.

-Gracias -le dije a Karen, cuando la camarera regresó para traernos una porción de tarta de manzana a cada uno. Tomando la cucharilla, me llevé un trozo a la boca y añadí-: Está muy bueno.

Pastel!,exclame como un crio con zapatos nuevos, la verdad que no podía ser mejor el día hasta el momento,lo que por un lado me llenaba por dentro (sobre todo el estomago) pero a la par me daba la sensación de algo irá mal de un momento a otro.

Si se conquista ha un hombre por el estomago tu casi me tienes en el altar Karen, dije sin pensar,lo que me puso rojo como un tomate y empecé  toser.

Perdón,perdón, ya me encuentro un poco mejor.

Después de eso seguí comiendo con naturalidad y le di un pequeño toque en el pie a Samy.

Ahora iremos a buscar hotel por estos lares y después organizaremos la toma de datos,informes y fotografías.*

Karen sonríe satisfecha ante los cumplidos sobre el pastel de manzana, y ni hablar de la actitud de Dean, entre seductor a torpe, que le causa una entrañable sensación.

-Es un obsequio. Me alegra haberlos conocido, no viene mucha gente por aquí.

Retira los platos sucios y los deja comer la tarta no sin antes agregar:

-Los espero a las cinco, cuando cerramos, así los podré llevar a ver a mi abuela.

El anciano deja dinero en la mesa y cuando Sam y Dean quieren pagar, les hace un ademán diciendo:

-No, no. Este viejo está cansado de solo tener tiempo en sus manos... y si alejan a mi nieta del corazón de ese bueno para nada... no hay dinero que me alcance para agradecerlos. Ahora, me retiro, incluso a mi edad hay cosas que hacer.

Explica con un movimiento duro al moverse.

-Estos huesos!! Ay, ay, ay, uno ya no es lo que era!

Le dedico una sonrisa con la boca llena de tarta a la camarera y por educación me levanto un poco de la silla cuando Thompson se va, espero a terminar la tarta para hablar con Sam y de paso esperar a no tener oidos atentos cerca.

La tarta esta de rechupete y a ella no se le olvida traerme tarta no como a ti Sam...,

Rebaño con el tenedor las ultimas migas del plato.

Vamos al motel,dejamos las cosas y tomamos el equipo,buscamos al acosador y ya con un problema menos venimos aquí para hacer de periodistas,hace mucho que no estas concentrado por lo de tu novia,así que estas como de practicas, "cuida de Sam" siempre me dice papá y voy a hacer eso.

No pude pasar por alto las palabras del anciano Darren, quien parecía verdaderamente preocupado de que alguien pudiera hacer algo para apartar al tal Joey de la vida de Karen.

-Me parece bien, Dean -asentí a la planificación de Dean-. Aunque cuando estemos en el motel, puedo echar un vistazo a la historia de esa Bestia de Bray Road en mi laptop. -Eso ya era un clásico. Cada vez que íbamos a un motel, siempre solía rastrear en internet en busca de más información antes de ponernos en acción-. También nos convendría buscar información sobre ese "Joey Brown" antes de salir a buscarlo. Si es periodista, puede que haya aparecido en alguna noticia local.

El motel  se llamaba Sweet Dreams y era uno de esos moteles baratos pero con limpieza aceptable, que solían encontrar de camino por la ruta. Esas paradas cerca de la entrada o salida de los pueblos pequeños que dejaban a los visitantes quedarse una noche, o unos días de ser necesario. Cada pieza poseía dos camas simples, un baño pequeño y estaba decorada igual: alfombra oscura, paredes color canela, y dos mesitas de luz de color claro, cada una con su lámpara con pantalla.

Allí Sam pudo sacar su portátil para chequear un poco sobre aquello que deseaba investigar. Dean podía pegar una siesta o ir afuera a conseguir alguna soda de la máquina expendedora que vendía eso, junto con otra cercana en la que se podían obtener algunos snacks. El cuarto no tenía teléfono pero en estos días era más común usar el celular.

Eso sí, la señal no era muy buena que digamos…

Una vez que conseguimos obtener nuestra habitación del motel, decidí buscar información en internet acerca de la Bestia de Bray Road. Pese a que fuera una historia local, era posible que alguien se hubiera hecho eco de la noticia, teniendo en cuenta que aparentemente los ocho habían sucedido en los años ochenta. Por otra parte, decidí rastrear el nombre de Joey Brown en la red, esperanzado en poder encontrar algo sobre aquel joven que tanto preocupaba al anciano señor Thompson.

Cuando vi a Sam buscando información con sobre el acosador aprovecho para ir a la gasolinera,de hay compro una botella de whisky,un pack de latas de cerveza,cortezas de cerdo fritas,dos porciones de pastel y lo mas importante de toda la tienda...”Bellezas asiaticas”,un cazador se debe de alimentar bien tanto fisicamente como mentalmente,luego vuelvo a la habitación con Sam.

La búsqueda de información sobre aquel muchacho dio resultados infructuosos. En la red no había nada sobre él. Podría ser que, siendo un pueblo pequeño, no hubiese mucha información de los habitantes. Tampoco es como que Joey tuviera una página de Facebook o alguna red social, al menos con su nombre. Dean volvía con un cargamento de comida cuando su hermano intentaba otra vez el conseguir información tanto del muchacho como la bestia de Bray Road. Tal vez algo de alimento basura serviría para tener mejor suerte.

El hecho era que tenían al menos tres horas para prepararse e ir a buscar a Karen y dirigirse a lo de la abuela, quien seguramente sí les dejaría un poco más de datos para la inquisición sobre esa historia en particular.

La búsqueda en internet no quiso dar resultados, así que los muchachos aguardaron a que se hiciera la hora de pasar por Karen. A las cinco condujeron el Impala hasta el Dinner y la recogieron. Ella se alegró de verlos y les indicó un entramado de calles que, en poco tiempo, los llevó hasta una casa de fachada modesta y dos plantas, con techo azul oscuro.

Una señora los recibió, una mujer de aspecto tranquilo que daba la impresión de haber sido bastante bonita de joven. De hecho lo continuaba siendo, tenía un aire juvenil y un par de ojos realmente preciosos. Su cabello era parecido en el tono al de su nieta.

-Abuela…- los presentó Karen –ellos son Sam y Dean, los periodistas de los que te hablé. Ella es mi abuela… Donna, de allí el nombre del restaurante.

-Oh!! Qué gusto conocerlos, jóvenes. Por favor pasen, pasen que la tarde se vuelve fría en estos parajes. Mi nieta me ha hablado de ustedes, pasen y tomen asiento. Perdonen el desorden, no estoy muy acostumbrada a las visitas…

La mujer de ojos verdes como los de su nieta, los condujo a una amplia sala y les indicó un sillón triple para que tomaran asiento. Había una mesa chata, de esas de café y una chimenea que se hallaba encendida con unos buenos troncos que hacían crepitar las llamas y le daban un aire cálido a la habitación. Sobre el desorden: simplemente se trataba de diarios viejos abiertos y libros a medio leer que ocupaban una poltrona vieja, y parte de la mesita.

Gracias Señora, dijo Dean inclinando la cabeza, antes de entrar frotó fuertemente sus botas contra el felpudo de la entrada,no quería llenar la casa de barro, que pensaría de ello su futura suegra.

Ya dentro, miró con detenimiento la estancia, no como lo haría alguien normal fijandose en la decoración, mas bien buscaba signos de brujeria, algún grabado, olor, lo que fuera que no tendría que estar.

Es muy amable señora por su hospitalidad, somos como ya le dijo Karen periodistas en busca de noticias fuera de lo común,pero con con con, me permite decirle que mas que abuela y nieta parecen hermanas?

Me sorprendió lo joven que parecía ser la abuela de Karen, que sin duda se conservaba bastante bien para su edad.

-Gracias por recibirnos -indiqué, uniéndome al agradecimiento que ya había pronunciado mi hermano.

Antes incluso de que pudiera pensarlo, Dean ya estaba realizando un cumplido a la abuela de Karen. No sabía cómo reaccionaría la mujer, aunque esperaba que esas bromas de mi hermano sirvieran para poder romper el hielo y empezar a generar confianza en la mujer para que se abriera al revelarnos lo sucedido.

Mientras entraba en la vivienda, dirigí una mirada alrededor, buscando cualquier detalle que pudiera resultar fuera de lo común. No sospechaba de la abuela de Karen, pero siempre había que ser previsor y no dejar escapar ni un sólo detalle cuando estábamos en medio de un caso.

-¿Viven las dos solas? -pregunté, intrigado.

El cumplido de Dean hizo sonreír ampliamente a la mujer.

-Es todo un honor recibir semejante trato de un joven de tan buen porte –le dijo mientras les dejó tomar asiento. La casa no tenía señales de brujería, o de nada raro (a menos a simple vista, no que pudieran estudiar cada cosa desde este salón y estando la abuela presente)

-Sí, somos mi abuela y yo –respondió Karen a la pregunta de Sam sobre si vivían ellas solas. La muchacha tomó asiento en el sillón en el que Dean y Sam lo hicieron. La señora se sentó delante, en la poltrona individual.

-Tengo café o té, si gustan. Puedo traerlos ahora aunque supongo que primero quieren saber algo sobre la bestia de Bray Road, para eso han venido.

Ahora su mirada cambió un poco, algo amargo se escocía tras sus bonitos ojos.

-Yo la vi matar a un muchacho, allí por los ochenta, tenía unos veinte y pico pero no lo puedo olvidar.

Karen se paró y dijo –traeré café… si si no quieren té o algo…

Estaba nerviosa, la actitud de la abuela de decir todo así, cuando nadie nunca había hablado alguna muerte siquiera parecía darle dolor de estómago.

-Yo tomaré el mío negro… ¿Sam, Dean… cómo gustan su café?

-Yo también lo tomaré negro -respondí a la pregunta de la abuela de Karen sobre nuestra preferencia con respecto al café. Dirigí una mirada a Dean, esperando a que él respondiera y después me volví hacia la anciana-. Esa bestia de Bray Road... ¿Podria describir cómo era? Quizá sólo fuera algún tipo de animal extraño que sea poco frecuente de esta zona...

Sabía que no nos enfrentábamos a ningún animal, aunque tenía curiosidad de saber cuál era la descripción que hacía Donna sobre el monstruo al que buscábamos.

Yo también quiero cafe, pero no te preocupes Karen, si me permites te ayudo en la cocina.

Me levanto del sofa y me ofrezco para ayudarla, no solo por que quiero estar a solas con ella, que si y mucho, pero sobre todo por sacar información, bueno mas bien por estar con ella, como un adolescente que busca robar su primer beso.

Sam pregunta a la mujer si podría describir a la bestia, mientras Dean acompaña a Karen a la cocina, aunque llega a oír la primera parte de la respuesta.

-Era algo con forma antropomórfica, una especie de animal muy grande que caminaba en dos patas.

Karen ingresa con Dean a la cocina, así que el resto de la plática no la oye el hermano mayor, solo Sam.

-Había bebido esa noche… bastante. Lo sé. Pero debes creerme cuando te digo que la bestia es real, y ha estado atacando al pueblo un tiempo. Luego…- sus ojos se posaron en un punto distante, como cuando piensas en algo –luego dejó de hacerlo. Hasta ahora… son treinta años, o algo así. No entiendo por qué volvió.

Sam pregunta a la mujer si podría describir a la bestia, mientras Dean acompaña a Karen a la cocina, aunque llega a oír la primera parte de la respuesta.

-Era algo con forma antropomórfica, una especie de animal muy grande que caminaba en dos patas.

Karen ingresa con Dean a la cocina, su rostro se relaja y, se da vuelta para explicarle al muchacho.

-Lo siento si mi abuela parece un poco extraña respecto a este tema –se lleva una mano a la frente y suspira –creo que había bebido esa noche. Porque lo que cuenta no tiene sentido, lo sé… Pero ella al menos puede darles datos. Ayúdame a tomar esas tazas, las que están allí arriba…