Partida Rol por web

Muerdo las tiras de carne que me ofrece, y me levanto de un salto mientras me las trago casi sin masticarlas. Miro alrededor buscando las salidas de la habitacion, y me dirijo a una de ellas.

Con mi olfato por delante me dirigí hacia el fondo de la estancia, donde se encontraban las escaleras que descendían al piso inferior. Me lance a bajarlas sin detenerme.

Bajo las escaleras rápidamente hasta que mis garras impactan con el suelo liso de uno de los peldaños y por poco no pierdo el equilibrio. Tras la experiencia adquirida reduzco la velocidad hasta una mas segura, y cuando llego al piso inferior comienzo a olfatear a mi alrededor sin saber muy bien que buscar.

Me acerco a cada puerta, abierta o cerrada, y trato de ver cualquier cosa que llame mi atencion, algo que no haya visto u olido nunca antes.

No tenía nada que perder, así que se acerca a Michael, con la jeringuilla. 

Quizás esto te pueda salvar la vida, aunque no lo se del todo- le dice- no voy a obligarte a que te la pongas, pero no tienes nada que perder, ¿verdad?

-Si consigues hacer funcionar ese cacharro, necesitarás un artillero para cubrirte las espaldas-dijo André dirigiéndose a Picker-. Yo estoy dispuesto a ir contigo, pero sólo si llevamos a mujeres y niños con nosotros. Es un vehículo grande, creo que podríamos llevar tres o cuatro personas más sin que nuestra velocidad se viera afectada.

La tribu debe sobrevivir. ¿Tenía sentido aquello? Esta gente no era su tribu; su tribu había sido aniquilada, ya sólo quedaba él. Sin embargo, para él la única lucha que había existido siempre era la lucha por la supervivencia. Luchar sin otro fin que el de matar, o el de vengar la propia muerte, no tenía sentido.

Bajas las escaleras con precaución, mirando a tu alrededor con tus sentidos animales en alerta.
Te extraña el hecho de la existencia de luz en un lugar con techo de piedra, luz que sale de extraños artilugios en el techo, igual que cuando los hombres de blanco te tenian en su poder.

El polvo impregna tanto la segunda planta como la tercera, aumentando de forma progresiva en la tercera planta. El olor a sangre te incita a adentrarte en algunas salas donde encuentres grandes charcos de sangre, sangre de un color vivo, reciente. Incluso notas que en uno de esos charcos quedan restos orgánicos de un humano, restos que deben proceder del craneo.

En algunas habitaciones de la segunda planta hueles a humano, olores propios de la estancia alargada en dichas estancias. Otras de ellas tienen el olor fuerte de excrementos y orines de esta raza, todas ellas bastante sucias, lo contrario que en el lugar de los hombres de blanco, donde todo estaba limpio e impoluto.

Esta bien, si logro reparar esa mierda me marcharé de aquí contigo, André, el papaito y los crios -responde Donald molesto -pero en cuanto pueda os dejaré en algún lugar más o menos seguro y seguiré mi camino solo.

Donald abre algunas de las cajas que ha traido del otro complejo -No nos va a dar tiempo a reparar la puerta, en menos de tres horas los tendremos aqui. Sin embargo todavía podeis armaros contra ellos. Aqui teneis armas, explosivos y la ametralladora automática -se acerca a la gran caja de la ametralladora -este cacharro es de última generación, algo bastante extraño. Es capaz de disparar automáticamente si la enchufas a una fuente de electricidad, lo que os vendrá de perlas si teneis. En esas dos cajas teneis munición de sobra para un par de días dándole un uso continuo -continua señalando otras dos grandes cajas cuyo contenido choca entre sí al moverlas -y necesito que alguien me ayude a coger la ametralladora de la furgoneta para que la monteis aqui, por si el vehículo no funciona. Ven tu mismo musculitos. -dice señalando a Chata.

¿Crees que podrás arreglar el vehículo? No quiero quedarme aqui a morir, no quiero que a mis pequeños les pase nada -dice Lucas cogiendo a sus hijos y protegiéndolos con su cuerpo -tal vez deberíamos irnos ahora que todavía podemos.

La mercenaria coge un fusil y munición, además de su cantimplora y su mochila y se acerca a la puerta -A mi me da igual lo que hagais, quedarse aquí es un suicidio, si me voy puede que todavía tenga alguna oportunidad de salvarme. Si alguien quiere venir conmigo es libre de hacerlo

Esto... creo que lo mejor es que intentemos huir todos juntos de aqui- dice Atho- tendremos mas posibilidades que si vamos todos y cada uno por nuestro lado. Separarse no creo que sea la mejor opción.

Como ya os he dicho yo me quedo. Tenemos muchas armas para protegernos y si vamos a pie no podremos llevar demasiada carga. En este complejo existen muchos pisos, puede que aguantemos días, incluso semanas -dicho esto Gea comienza a dar órdenes a sus hombres, los cuales comienzan a montar la ametralladora automática.

El rico os mira a todos y luego se mira a si mismo, a su abultado estómago y sus piernas fofas cubiertas de una túnica elegante de colores llamativos y con adornos de color oro.

Yo no podré aguantar un ritmo muy rápido de huida, mis hombres y yo nos quedaremos aquí. No es el fin que esperaba para mí pero marchar a la deriva en este gran continente sin apenas comida y agua no me atraé -informa Kaaper, para justo después acercarse a su guardaespaldas y comenzar a darle órdenes -Paula, será mejor que distribuyamos las raciones y el agua que tengamos entre los diferentes pisos, por si tenemos que refugiarnos en los más inferiores. Si a Gea le parece bien y nos indica donde se encuentra la comida.

Atho se tumba sobre el moribundo Michael y le clava la jeringuilla en el pecho. Michael parece perderse, sus ojos miran al infinito y comienza a soltar saliva por su boca.

Finalmente abre los ojos de nuevo, consciente otra vez de lo que le rodea.

Notas una extraña sensación, una corriente de calor y sobrecargas que recorre todo tu cuerpo. Pierdes totalmente la concentración de todo lo que te rodea, sintiendo solo la energía que recorre tu cuerpo.

Te sientes bien, con fuerzas renovadas, comienzas a sentir que tu cuerpo recupera su antigua fuerza, pero aú no estás curado del todo. Por extraño que parezca el producto de jeringa te ha producido una extraña sensación de bienestar, de placer. No te importaría volver a experimentarlo.

Michael lentamente va abriendo los ojos,observa lo que le rodea y cierra y abre las manos varias veces.-Oye...tenias mas de esta mierda por ahí?...por que la vamos a necesitar.-Michael se fue incorporando lentamente a medida que sentía las heridas cerrarse,el dolor desaparecer y las fuerzas volver a el.

Sangre, suciedad, olor a cuerpos hacinados en espacios poco ventilados. Apenas me detengo ante ninguna puerta, entro en ninguna habitación. La siguiente planta resulta igual a la anterior, y la recorro aun con más rapidez.

El polvo se levanta bajo mis patas dificultando que pueda percibir cualquier olor, pero mas que una lastima resulta casi un alivio que todo lo que percibo a mi alrededor se vea ligeramente amortiguado.

Después de haber pasado tanto tiempo viviendo en aquellas ruinas esto no debería sorprenderme, pero pensaba que las cuevas de los humanos eran lugares limpios, impolutos, carentes de olores reconocibles, y aquí me encuentro justo con lo contrario. Cuando por fin bajo los escalones, lo hago en la confianza de encontrar algo distinto, pues no creo que haya nada que interese a Donald en este lugar.

Si, yo tengo algo mas de estas- responde- pero las guardo en caso de necesidad extrema. 

La cuestión era, o largarse o quedarse. No había mas opciones. Atho decidió quedarse. Creía que tendría mas posibilidades allí que fuera. 

Las siguientes tres plantas tienen en comun la pérdida progresiva de luz, un silencio inquietante y una suciedad creciente, además de olor a cerrado.

Sólo en una estancia del quinto piso encuentras algo que te llama la atención, una habitación con un cierto olor a podrido. Entras en ella y ves varias mantas en el suelo, cubriendo algo. Deslizas las sucias mantas con tus patas y observas los cuerpos sin vida de humanos, cuerpos que comienzan a pudrirse a diferentes velocidades por lo que llegas a la conclusión de que han muerto en distintos momentos, no hace demasiado tiempo.

Algunos de ellos están salpicados de sangre debido a una larga y profunda herida en el cuello, otros tienen el craneo destrozado, otros presentan profundas heridas casi circulares y uno de ellos no parece tener ninguna herida visible, salvo un agujero en el craneo, un agujero que comparten todos los fallecidos. Te llama la atención que uno de ellos, uno que aún no presenta muestras de podredumbre, tiene un agujero mucho menor que los otros en la frente, aunque sin duda está muerto.

Continuas bajando y en el séptimo piso, prácticamente a oscuras, algo te llama la atención. Un sonido rompe el silencio, un sonido que ya has escuchado antes, en tu estancia con los extraños hombres de blanco y en el otro complejo que era tu hogar.
Bajas al octavo piso y encuentras la fuente del sonido. En este piso encuentras una gran habitación repleta de objetos que hacen ruido sin cesar. Pero lo que más te llama la atención es una piedra de un fuerte brillo azul que se encuentra justo en el centro, rodeada de esos objetos. Es una piedra parecida a la que viste en el otro complejo y a las que tenían los hombres de blanco.

En el último piso encuentras otra cosa que te extraña. Esta última planta mide la mitad de las anteriores ya que el pasillo por el que debería continuar está cerrado por una gran puerta de metal cubierta de polvo pero en muy buen estado. Hacia esta puerta llegan varios tubos que salen de la estancia de la piedra azul. Cubriendo la gran puerta ves imágenes de humanos, imágenes congelas, restos de flores marchitas y otros objetos que rodean la gran puerta.