Partida Rol por web

En el trayecto de vuelta observais muchos cadáveres de necrófagos, ghoul y algunos perros de aspecto enfermo. Os percatais de que entre los cadáveres no hay ni una sola monstruosidad de mayor tamaño, bestias como a las que os habeis enfrentado.
Cuando pasais por al lado de la torre veis que,al menos de forma aparente, algo hizo que el primer y segundo piso se hundiera, con la consecuente caida del resto de los pisos que quedaron en mejor estado. El tejado, por ejemplo, está en buenas condiciones en algunos lados y corona la amalgama de roca y escombros en la que se ha convertido la torre.
Veis que en la puerta del complejo están tres hombres rematando a un par de ghoul que han atacado hace breves instantes.

Hueles a podrido, a muerte. Tus sentidos te hacen dirigir la mirada hacia la derecha. Allí, encima de una de las colinas que dominan el pequeño valle donde os encontrais, puedes ver a muchas figuras, cientos, mirandoos fijamente. Son ghoul y necrófagos, más de un centenar, que os observan como cuervos.
Ves, gracias a tu visión eficaz, a un grupo de cinco ghoul y necrófagos que se acercan a vosotros lentamente, andando y saltando a paso ligero pero en actitud cuidadosa, incluso levantando las manos en algunos instantes.

Me incorporo como un resorte, y salto del transporte, clavando mis patas en el suelo. Mis orejas totalmente erguidas, mi cola forma una linea perfecta con mi columna, y mis labios se eleban dejando ver mis dientes, mientras mi vista no se aparta de su objetivo ni un apice.

GRRRRRRRRR

Un grupo de cinco ghoul y necrófagos se acercan a vosotros lentamente, andando y saltando a paso ligero pero en actitud cuidadosa, incluso levantando las manos en algunos instantes.

Se detienen a una distancia prudencial, mirando al gran perro-lobo. Uno de ellos se acerca y os habla, manteniendo varios metros de seguridad entre ambos grupos.

Mi señor me envía para informaros de que os dejaré vivir tres días más. Después os atacaremos y os masacraremos.

Michael recordó el como lo había recibido aquellos seres la mañana que tocó tierra en aquel extraño lugar,alzó el rifle y una sonrisa siniestra se grabó en su rostro.-Dile a tu señor que gustosamente le meteré mi puño por el culo.-y abrió fuego sobre uno de los ghouls de forma certera.-Largo de aquí pútridos de mierda.-Michael se sentía lleno de valor y fuerzas pese a las heridas que tenía,había sobrevivido a un puto infierno,vivió cerca la muerte y aparte de tener una especie de guerrero definitivo con ellos les acompañaba un lobo gigante¿quien coño los iba a derrotar ahora?.

Tras los disparos de Michael los ghoul permanecen parados unos segundos, estupefactos ante el ataque de Michael pues no se lo esperaban. Al igual que todos vosotros, que permaneceis cual estatuas, sin moveros.

Los ghouls se lanzan sobre vosotros acompañados por un fuerte ruido y una gran polvareda, tres de ellos con demasiada potencia, con una fuerza que os deja bocabiertos. Entendeis tarde lo que ha ocurrido, alguien ha debido lanzarles una granada.

Dos de los ghouls se lanzan a por los que os encontrais en la parte de fuera del vehículo, otros dos han volado por encima de este, cayendo muertos en el suelo por el efecto de las granadas mientras que otro, el lider, se ha encaramado a la parte de delante de la furgoneta, aunque se encuentra gravemente herido.

El primer ghoul se lanza contra André, propinándole un golpe con sus garras y abriendoles heridas en el rostro. El segundo se enfrenta al gran lobo, que se revuelve y consigue esquivar sus golpes.

A vuestras espaldas Donald guarda las granadas, tras lanzar algunas contra los monstruos, mientras que se dispone a sacar su arma para atacar al lider de los ghoul, el cual está tratando de entrar en el vehículo a través de la luna rota de este.

No entendia lo que pasaba, pero tenica claro que los recien llegados olian a problemas. Intercambiaron sonidos un momento y entonces uno de los humanos, el herido, uso algo que hacia un ruido ensordecedor. No sabia que era, pero si que no me gustaria que lo usasen conmigo.

Evidentemente los seres pensaron lo mismo pues se lanzaron contra nosotros. Uno de ellos trato de golpearme sin exito, lo esquive de un salto sin dificultad y aproveche para regalarle un mordisco en uno de sus brazos, pero le hice un roce.

En el suelo de nuevo, y con mi cola rigida como un arbol plante las patas delanteras con fuerza mientras las traseras se flexionaban de forma imperceptible, preparadas para propulsarme sobre aquella criatura repugnante.

Escuchais un debil grito de dolor, disparos, explosiones y sonidos guturales, como de bestias malheridas. A vuestro alrededor todo parece girar y ,cuando finalmente todo parece estabilizarse, veis que vuestros ojos apuntan directamente al cielo.

Os percatais de que el vehículo está tumbado a un lado, parcialmente destruido. Bajo él se encuentran dos cuerpos, el del lider de los monstruos con un trozo de la estructura del coche atravesándole el pecho y las piernas completamente aplastadas por este. El otro cuerpo no es otro que el de Emile, con el pecho y la cara desgarradas por las largas uñas del monstruo que yace junto a él.

El resto del grupo de monstruos está muerto o moribundo y antes de que puedan levantarse un pequeño grupo de supervivientes, de vuestros compañeros, se acercan a ellos para segar sus vidas.

Michael se encuentra gravemente herido, es muy posible que muera en pocas horas. André se ha debido desmayar durante la caida y, aunque parece estar recobrando la consciencia, aun se encuentra fuera de lugar.

Donald y su lobo se encuentran en buen estado, mirando hacia el horizonte, hacia un pequeño contingente de seres que se divisan al final de la llanura, seres humanoides que se acercan a vuestro complejo, escoltados por la figura de un leviatán gigante.

Michael se encontraba tirado en el suelo,herido y con una mano en las tripas que luchaban por salir de su vientre,se arrastró como pudo para alcanzar su arma que se encontraba un poco mas allá.-Joder¡.-gemía de dolor con lagrimas surcando su rostro a cada centímetro que recorría arrastrandose.-no...no lo conseguiré...-Susurró para si mismo,giró la cabeza hacia andré y comenzó a gritar su nombre mientras se arrastraba hacia el¨al menos debo de salvarlo a él¨tanteó el bolsillo de su chaleco en busca de una de las granadas que cogió.

André abrió los ojos, dolorido, desorientado.

-Michael... -dijo débilmente, mientras empezaba a recordar dónde estaba y lo que estaba sucendiendo.

No acababa de entender lo que habia ocurrido, pero si sabia que era malo. Apoyado sobre mis cuatro patas junto a Donald, veia como un nuevo grupo de seres se nos acercaba, y aun sin saber quienes eran mi instinto indicaba que no era buena señal.

Mire a mi alrededor y vi a uno de los humanos arrastrandose. Por su olor supe que no le quedaba mucho. Aunque habiamos pasado poco tiempo juntos, habia derramado su sangre junto a la mia luchando contra aquella gigantesca criatura que trataba de acabar conmigo. En cierta forma era parte de mi manada.

Me acerque hasta donde se encontraba, trataba de moverse y olia a miedo. Acerque mi morro hasta su rostro y le limpie la sangre que se le habia quedado pegada. Mi respiracion movia su pelo mientras mis ojos recorrian sus heridas.

Aunque la nueva amenaza se acercaba inexorablemente, ningun ser deberia morir solo. Asi que me tumbe en el suelo, junto a el, y me acerque para que mi calor le llegase por el contacto, mientras mi pelo se tintaba de rojo.

¡Vamos, rápido, entrad en el complejo antes de que sea demasiado tarde! -grita uno de los hombres que se acercan a vosotros desde el complejo, acompañado por otro hombre y una mujer, todos ellos armados.

El musculoso hombre se acerca a Michael y lo eleva con sus brazos mientras corre hacia el edificio, sin apenas mirar al gigantesco lobo que descansa a su lado.

La mujer se acerca a André y lo ayuda a levantarse, mirando con miedo al gigantesco lobo -Lanzamos un par de granadas cuando os vimos rodeados, siento que la ola expansiva os dañara. Debemos entrar antes de que ese ejercito de monstruos nos alcance. Venderemos caras nuestras vidas -le dicen con confianza, aunque su rostro desmiente sus palabras, totalmente asustado.

¡Testigo! Aqui chico -llama vuestro nuevo compañero a la bestia -entremos y preparemonos para defendernos, coged las armas que he traido y repartirlas entre vuestros hombres.