Partida Rol por web

Plano de la base militar Cid Campeador, hogar del Regimiento de Artillería de Campaña Nº11

Habeis llegado sin ningún tipo de incidencia a la base. Tal y como os ha explicado Íñigo, esta cuenta con unas defensas físicas aceptables, por lo que entráis al recinto con una agradable sensación de seguridad. Atravesais la puerta número 1, llamada Tom (los otros accesos son conocidos como Dick y Harry) y pronto os dáis cuenta de lo acertado que fue aceptar la “oferta” de los militares.

El sargento De Toledo os acompaña hacia el oeste, al barracón más occidental de la base, donde os deja mientras os recuerda las instrucciones. La doctora Diana Muñoz permanece en el Uro y se marcha con los militares. El Defender queda aparcado detras.

El barracón tiene buen aspecto. Se trata de un edificio funcional de 2 pisos, una residencia clásica donde deben de vivir alrededor de 60 o 70 personas. Fachada pintada de un blanco, un tanto tirada a grisacea por el paso del tiempo y grandes ventanas. Veis varios grupos de personas trabajando en una de las secciones del muro sudoeste, otros tratando de arar un pedazo de tierra para hacerla fértil, un poco más allá podéis ver varias pequeñas parcelas con lo que parecen ser matas de tomates...

Un par de mujeres ociosas os observan sentadas a un par de metros de la entrada al edificio. Una algo mayor, de unos 65 o 70 años, se la ve como muy fuera de lugar, aunque algo os dice que no todo es lo que parece. La otra es una chica joven, muy guapa, bastante alta y delgada y con una cautivadora sonrisa pícara en el rostro.

El encuentro con Sebas confirmó todo aquello que había estado pensando, aunque se alegró de que le hubiesen puesto empeño y constancia a las labores de asegurar el perímetro y fortificar la zona. Si bien todavía había tres zonas que precisaban ser terminadas de construir, no podía negar que era el lugar más seguro desde que iniciase aquel apocalipsis años atrás. El experimentado detective asintió a su explicación y agradeció que les informara, y esperaba poder ser de utilidad si finalmente se quedaban una temporada. La cementera podía proporcionarles los materiales necesarios para terminar la obra, y provisionalmente la idea de Benito le había parecido excelente...cavar una zanja en esas zonas era algo que se podía lograr con relativa facilidad y poco tiempo con una buena buldozer. Ya habría tiempo de hablarlo con quién era menester.

Se alegró de comprobar que Elena encajase bien aquella broma, la cual había logrado suavizar y distender el ambiente un tanto enrarecido por hablar de temas serios, y al cruzarse con el otro grupo que llegaba, les saludó con cordialidad.

- Si, creo que ya está bien de interrogar a su compañera, cabo González. La verdad es que agradezco que hayáis sido tan amables de recibirnos, y espero ayudar en lo que pueda para compensar el hecho de que nos deis alejamiento y comida. ¿Verdad que sí, Lucas? ¿A qué les echaremos una mano a partir de mañana? - expresó con naturalidad, dándole una palmada a su ahijado, quién parecía tambien sentirse cómodo en aquella base. Veo caras nuevas y no está de más que me presenté... Marc García, detective privado antes de que todo esto iniciase. Y ahora, bueno, supongo que un superviviente más que procura seguir vivo día a día, que no es poco... - y les tendió la mano o aceptó los besos de quienes así lo requirieron. 

No le fue difícil apreciar que Yisus no estaba allí, por lo que intuyó que quizá habría logrado su objetivo y habría satisfecho sus necesidades. Su mente analítica no tardó en memorizar rostros y nombres, y comprobar que entre el grupo había variedad de personalidades, no todas necesariamente afines, pero todo lo parecía constatar que podían convivir. Por los comentarios resultaba evidente que Silvia era importante y que no les había contado mucho, lo cual era de entender al no conocerse casi, pero le pareció graciosa la actitud desenfadada de la tal Silvia Belmonte. Tenía toda la pinta de ser la joven que se enteraba de todo y más al tanto estaba de lo que allí ocurría, por lo que meditó sentarse cerca mientras comiesen y sacar algún tema de conversación. 

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La conversación se vio interrumpida por Gloria, cómo no..., en un vano intento de aparentar que era alguien... Sí claro que lo era, el caballo del carnicero, entre la cara y el apodo tenía todas las de ganar para que nadie en su sano juicio quisiera tirársela, a no ser que estuvieras muy necesitado... Y lamentablemente los hombres eran demasiado fáciles de tratar, mostrabas los pechos y se volvían locos, era como si no mirasen más allá de los pezones. Y pensando en pezones Silvia se fijó en Paloma y Lucas, ambos juntitos, estaba claro que el muchacho no se acercaba por la conversación ni por el intelecto.

- Por supuesto que voy, Gloria, querida... Cuando acabe aquí mi conversación con el señor García... - respondió la política con habilidad pues uno, no era descortés diciéndole que la acompañaría, dos indicaba que Gloria había interrumpido la charla, y tres, ella iba cuando le salía del mismísimo ovario., y no era precisamente aquel momento -... Marc...¿por dónde íbamos?.... Ah sí..., por lo emocionante de su conversación.... - y estuvo un tiempo dedicado en cuerpo y alma con el hombre, ya no solo por charlar si no para joder a Gloria, que los zombies se la llevasen, físicamente ya podía pasar desapercibida entre ellos.

Un joven se acercó a parte del grupo y estuvo manteniendo algunas palabras cuando el claro sonido de un avión cayendo se hizo nítido, al igual que la voz de Mendiguren.

- Me temo que la comida va a tener que esperar... - dijo de repente Silvia esperando problemas, pero ella no era una heroína, no daría el primer paso a moverse, dejaba ese honor para los dos militares que les acompañaban, Elena y Gabi.

Yisus se acerca, con un Sargento grandullón, a la mesa en que está el grupo, y procede a presentarle a quienes no le conocen...

-¡Hola! Da gusto ver gente que conoce las prioridades: lo primero es lo primero, al bar... y no como yo, que lo primero que he hecho es quitarme cinco kilos de roña de encima joer, si hasta huelo a... -Acerca la napia a su axila izquierda- ... no se si es a Nenuco o a qué

El caso es que se le ve limpito, y el pelo lo lleva mojado, aplastado, signos inequívocos de que ha pasado por las duchas.

-Este es el Sargento Germán, pero le conocen por Gunther; está a cargo de los barracones, así que si necesitamos algo, este es nuestro hombre. Oye, ahora en serio, portaos bien con él, que es colega mío de toda la vida. Voy a acercarme a la barra a ver si pillo algo de comida, que sin la mugre encima, los electrolitos y el bífidus se me han desequilibrado y necesito reponer el equilibrio del colesterol malo.

Según deja a Gunther con la gente de la mesa, con la tranquilidad de que tiene un par de conocidos en ella, por eso de que no se sienta incómodo, porque lo mismo es tímido y tal, Yisus se va a la barra, a canjerar una vale de esos.... en su fuero interno sueña con que haya bocatas de panceta con queso y cerveza para acompañar...

Se puede ir a la mierda la Civilización Occidental, pero eso no, por Dios....

Aparecieron nuevos desconocidos en el comedor, por un lado un tipo que parecía simpático, aunque por el modo en que se olía la axila, determinaba que el día en que se explicaron los modales en clase él faltó. Y por otro lado un militar grandote, fuerte, de esos que te cogían con energía y te empotraban contra la pared en un arranque de pasión, esos varones le encantaban a Silvia... El primero se llamaba Yisus y el segundo Gunther, ambos amigos y aficionados a la comida basura.

Las conversaciones con Marc siguieron su curso y se le tornaban agradables, era un hombre mayor o quizás mal cuidado, pero al menos tenía un nivel de conversación más que aceptable viendo lo visto.

- Sí, en España hay muchos trabajos que han estado muy mal pagados pero el motivo en realidad lo tiene la caída de IBEX 35 que ha hecho mucho daño a las arcas del estado y claro, si no se congelan las subidas anuales, no hay maneras de hacer frente a la macroeconomía del país... - comenta la joven dejando claramente de que al menos tenía una clara visión social y de su funcionamiento -...Aunque supongo que disfruta de su trabajo, por cómo se expresa me da esa sensación... - comenta con su mejor sonrisa -....Vaya..., por cómo le cuida daba la sensación de que es su hijo..., aunque pensándolo fríamente quizás vuestra diferencia de edad no sea tanta...él aparenta la veintena, unos 25..., y usted debe haber llegado ya a los... ¿cincuenta?... Si tiene menos no se enoje conmigo, por favor... - y era difícil eso con el encanto que la joven ponía a la conversación, así como su ímpetu -...Supongo que hoy día no nos queda otra que cuidar todos de todos... - le responde con un suave suspiro -...Y no, Gloria no es precisamente santo de mi devoción..., la llaman la carnicera..., y tanto como influyente... Digamos que le gusta obtener y manipular información..., no me gustan las personas que buscan las desventajas ajenas para cebarse en ellas, ese es su perfil... Téngase cuidado de ella, se rumorean muchas cosas y para los varones no todas agradables.... - comenta la joven en voz baja, acercándose con suavidad a su oído, no deseaba que los demás estuvieran al tanto de su opinión personal.

Las palabras de Diana Muñoz hicieron que Silvia prestase atención, puesto que hablaban de un viaje para ir a Escocia y ella había cotilleado lo suficiente como para poder participar en aquel diálogo.

- ¿Escocia?... ¿es ese el viaje que tienen pendiente, doctora?... ¿con qué fin?... Debe de ser importante si el teniente coronel decide mandarle lejos de aquí..., quizás si me explica algo al respecto pudiera ayudar... - dijo a la doctora con un tono de voz serio aunque firme, sentía curiosidad por el motivo por el que había tanto secretismo en la base.

Hola Gabi, cabo González, ¿qué tal estás? Buen grupo habéis rescatado hoy... enhorabuena.

- Tan bueno como cualquier otro grupo, tan solo hemos cumplido con nuestro deber. Nada más.-

Al rato nos avisaron para ver a Mendiguren, pero fue en vano, así que nos volvimos para seguir con el almuerzo. Pronto comenzaron a llegar el resto de la comitiva. Algunos nos dirigimos a la barra a pedir y llevar las raciones a la mesa.

Otros aprovecharon la ocasión para entablar amistad, y cotillear los pasados de unos y otros. Pese a los interrogatorios la gente estaba tranquila y feliz, hoy día momentos como estos son escasos ahí fuera, y no esta demás disfrutar de vez en cuando.

La mayor parte de la comida es envasada en lata, pero aveces nos sorprendía el cocinero con algún guiso o alguna comida más elaborada.

No pude evitar mostrar asombro ante el feliz de la doctora, aunque en parte era comprensible, nada más llegar la envian a un nuevo destino. Debe de estar nerviosa, sin embargo, debería mantener la compostura, más aun en presencia de civiles.

- Hoy tenemos albóndigas en salsa, raviolis rellenos de carne con tomate, raviolis de espinacas, fabada, cocido, lentejas y algunas cosas más, todo envasado, si alguno quiere algo solo tenéis que acercaros a la barra y pedirlo, dije al tiempo que me sentaba en un hueco de la mesa con un plato recién calentado de raviolis de carne.-

En la mesa de al lado el tipo sigue tosiendo, cada vez con más violencia... os resulta dificil abstraeros... comenzáis a lanzar miradas dubitativas hacia él

Se dirigía feliz y contento a por un bocata, cuando oyó la palabra mágica... !"fabada"... No me jodas!! que lo mismo es Litoral!!!...

Eso le levantó la moral, y cansado de oir temas de politiqueos, ibex-35, marujeos y tejemanejes de a ver qué hembra era más alfa, beta o gamma, fué a lo suyo; solo le interesó que se citaba un tal Guinness... nada malo puede venir de alguien que se apellida como la cerveza, pensó...

Y el tí ode la mesa, seguía con una tos de espanto; no pudo evitar mirar en esa dirección, pues lo mismo se le salía un pulmón, o por lo menos un esputo del tamaño de un cerdo listo para su San Martín...

Benito llevaba permaneciendo en silencio un buen rato, envuelto en sus pensamientos y preguntándose si la base militar sería un lugar tan seguro y lejos de infección como aparentaba.

Observó que el Yisus entraba en el salón junto con un militar de elevada estatura y bastante fornido al que presentó como el sargento Germán, a quien presentó como Gunther y explicó que le conocía desde antes del apocalipsis. A pesar del aspecto bonachón que ostentaba el hombre, aquel apodo no le inspiraba demasiada confianza. Gunther era un nombre que le hacía pensar en cierto ciego alemán y fashionista que había visto en una ocasión en una película de zombies, el cual tenía tanta suerte que sobrevivía a casi todo mientras los personajes más badass iban cayendo por el camino.

Aunque la gran sorpresa fue ver al Yisus bastante aseado y con un aspecto más cuidado que antes.

-Qué bien arreglado, Yisus -comentó Benito, haciéndole un cumplido a su compañero-. Al final te echas novia aquí y todo...

Las conversaciones del grupo de supervivientes habían sido interrumpidas al escuchar que el tipo de la mesa de al lado seguía tosiendo. El profesor se giró en su dirección para no darle la espalda. Una idea comenzaba a formarse en su mente. ¿Y si aquel hombre estaba infectado?

-Esa tos... ¿Ese hombre ha salido de la base recientemente? -preguntó, por si alguno de los presentes podía saber con seguridad si podía haber sido infectado.

Con la bandeja en la mano, oyó las palabras de Paloma...

"si, si, claro..."

... Y luego lanzó una mirada a Gunther; él sabía que el otro sabía lo que el sabía, de modo que ambos sabían. Cabía la posiblidad de que no fuese nada, o que fuese algo... En todo caso, él no pensaba acercarse al tío ese.

Por si acaso, miró con interés las sillas; bien... o estaban atornilladas al suelo; a unas malas....

Desde la distancia, con la voz bien alta, se dirigió al de la tos

-Eh! Tío!, si, tu, el de la tos.... ¿Estás bien?

Aunque se estuviese atragantando, debería ser capaz de volverse a ellos; o bien para pedir ayuda con un gesto, o bien inicando que estaba ok, y que solo era una tos carrasposa zarrapastrosa....

Por cierto, pese a todo sí que se pudo fijar en que la Paloma esa, que de ave de la inocencia tenía lo que él de emo, estaba buena... pero eso era algo en lo que que siempre se fijaba al entrar a un sitio: las tetas de las tías, y si eran aprovechables o no; viejas costumbres que no se pierden...

Silvia se quedó meditando la respuesta de la doctora, si realmente habían equipos investigando el virus lo ideal sería agrupar a los profesionales para ello y volver a la sociedad a la actualidad del siglo XXI.

- Si debe irse a Escocia para seguir con sus estudios ¿no sería mejor que estuviera cerca de sus colegas profesionales?... Sería más rápido intercambiar ideas entre ustedes, y quizás llegarían a obtener una cura de manera más veloz... ¿Qué le ata a este lugar como para desear quedarse?... - la respuesta vino rápido cuando señaló a sus amigos -...Pues fácil, que ellos le acompañen, así podrán ir a Escocia y cumplir con un bien para toda la humanidad... En esta base no va a tener recursos científicos adecuados, créame, estamos en España.... Si de mi dependiese la mandaría a Rusia, esos sí que saben tener centros de investigación...

Un tipo comenzaba a toser, provocando que la gente alrededor le mirase preocupada, de hecho la misma Silvia cubrió su boca con un fular para prevenir el riesgo de contaminación. El problema fue a mayor cuando el tipo soltó restos de comida y espumarajos por la boca, provocando que la atractiva mujer que era Belmonte mirase la escena con asco, levantándose del sitio, disculpándose y yendo hacia la puerta, con el fin de no contagiarse de nada realmente malo. No tardó aquel tipo en morir.

- Se me ha quitado el apetito....- dijo Silvia casi para sí misma mientras observaba a metros de distancia cómo la escena sucedería, pero con ella apartada de todos los demás, la fobia a morir infectados existía y no estaba dispuesta a morir ahora que había luchado tanto para tener su puesto en aquella base, un lugar donde vivía acomodada. Solo le faltaba crear lazos de amistad o relación con gente para sentirse completamente plena, pues de alguna manera, sus pérdidas personales de cuadno era política, le pesaban, aunque jamás lo mostraría públicamente. Muchos pensaban de que era una piedra, pero en el fondo algo se debía sentir ante la soledad, o si no, la psicopatía formaba parte de tu ADN.

La revelación fué como una patada en los huevos...

-¡Hostias!  ... es lo único inteligente que se le ocurrió... Vale, era de esperar... no podía decir que no le extrañase, pero... joooder... las implicaciones de eso eran... gordas...

Y en esto, va el tío y se muere, definitivamente... o al menos, deja de estar vivo definitivamente...

-Vale, pues entonces, deberíamos no estar cerca de "ese" cuando se anime a levantarse para comer. Joder! si por algo el intinto me decía que mejor no deshacernos nunca de nuestras armas...  Cualquiera puede morir, en cualquier momento y... Emm... Entonces, ese... ¿de que ha muerto? ¿pr el virus zombi, o por otra causa?

El tema de las conversaciones que había alrededor, lo de irse a Escocia, los piques entre hembras por tener una posición predomintante, etc... le importaban poco, pero esto... jodó, esto es serio! Miró fijamente a los militares, para asegurarse de que iban armados.... Por algo él, hasta hace un día, comia, dormia y cababa armado... por cosas como esta...

Jesús normalmente no intervenía, se dedicaba a hacer su trabajo, su turno de 10 horas en la cantina, y luego pasear por la base, echarse unas partidas por la madrugada al mus o a los dados... 

Estaba disfrutando de una agradable charla con el cabo González cuando llegó el grupo nuevo, comenzando estos una charla que a él se le antojaba intrascendente... pues se repetía una y otra vez con cada grupo nuevo que llegaba a la base.

Todo se precipitó de repente, cuando el tipo ese pelirrojo que estaba con Jorge comenzó a toser cada vez más violentamente, hasta que finalmente cayó muerto sobre la mesa...

¡Mierda! - exclamó

Vio como el sargento Vilaseca llamaba al "servicio de limpieza" y como el resto de los civiles que observaban la escena no hacían nada... era un lujo que no se podían permitir... si el equipo tardaba mucho en llegar corrían el riesgo de que el cadáver se convirtiera. Jesús hizo lo que había que hacer... lo único que se podía hacer... lo que se debía hacer... taladrar la cabeza del cuerpo y de ese modo asegurar su eterno reposo.

Tomó una chaira y saltó por encima de la barra, dirigiéndose hacia la mesa donde estaba el cadáver

Jorge vio como el barman se apresuraba hacia su amigo... por muy muerto que estuviera no iba a dejar que mutilara su cadáver... por el amor de dios... si apenas hace un minuto que ha muerto...

Un momento, Jesús... no tan rápido

Dijo el hombre poniéndose delante del militar cortándole el paso.

No voy a dejar que haga lo que está pensando... conozco el protocolo, solo le pido unos minutos, que el equipo llegue y se lleve el cuerpo, que lo preparen y le demos digna sepultura... es lo que nos diferencia de los animales, ¿no cree?

Jorge tenía sin duda nublado el juicio, el tipo que estaba tumbado sobre la mesa era amigo suyo, habían compartido mucho antes de llegar a la Cid, y en la base se habían convertido en uña y carne, si hasta montaron una especie de banda, donde tocaban algunos clásico en las pocas ocasiones que se les permitía conectar los instrumentos...

El cadáver comenzó a moverse... primero fueron los dedos de la mano izquierda, luego la mano entera... comenzó a emitir algunos sonidos guturales, comenzó a mover los pies... pese a todos estos signos de que había completado la transformación, Jorge seguía hablando con Jesús, de espaldas al no-muerto... ni siquiera se percató de los gestos que los demás les hacían... cegado por el dolor...

Gabi, tío... somos colegas... - dijo, dirigiéndose al cabo González - échame una mano con Jesús, anda, no le permitas que ... 

En ese momento el cadáver se levantó y agarró a Jorge, mordiéndole en el cuello y arrancándole parte de él...

Conocer a las personas y relacionarse entre sí era ahora un hecho secundario. Por más que la doctora indicase que el contagio del virus zombie no se transmitía de manera aérea, Silvia no podía evitar pensar de que daba igual, los servicios sanitarios no funcionaban como antes de la crisis y una mala infección podría desembocar a dolencias aún peores, así que decidió quedarse cerca de la puerta, alejada de todos mientras observaba, y lo que vio, no le gustó.

Un muerto, el primer zombie dentro de la nave que atacó al militar que tenía al lado, transformándolo en esa orgía de sangre. Ella lo tenía claro, lo mejor sería quitarse de en medio, ya habían muchos héroes allí en el comedor como para jugársela sin necesidad. No era una combatiente.

La joven salió corriendo hacia el exterior y decidió dar la voz de alarma, así todo el mundo estaría pendiente del suceso y no se quedaría de brazos cruzados.

- ¡Hay dos zombies en el comedor! ¡Alerta!... - chilló ella, siendo como siempre práctica.

El Yisus no es un puto héroe ni de coña... pero es un superviviente, y piensa rápido... Estos tíos les quitaron las armas haciéndoles pensar que estaban a salvo, pero el el virus está en todos ya, nadie está a salvo... y eso quiere decir que toca luchar por tu mierda de vida en cada momento... y salir por patas, salvo que veas que no hay otra, no es opción, pues el zombi del que escapas, lo mismo es el que te muerde las pelotas otro día....

Dejó caer la bandeja, y fué corriendo a donde estaba teniendo lugar el buffet libre de pescuezo; de camino, cogió una silla, de estas que son de metal las patas y de madera el posaculos y respaldo, y la descargó con todas sus fuerzas sobre el primer zombi, el que se había reanimado;  y no solo una, sino dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, sota, caballo y rey veces.... Hasta que no había cabeza que machacar más....

-¿Veis por qué no podemos andar desarmados por la vida?

... expresó bien fuerte, para que lo militares lo oyesen; las reglas de los viejos tiempos, no valían ya... Todos eran soldados en una lucha en que el enemigo no tenía piedad ni paraba nunca...

El otro candidato a ser machacado... por lo que había visto otras veces, lo mismo tardaba un poco más en convertirse en un mata-peña....

Benito había observado cómo el tipo de la perilla se aproximaba al tipo que estaba tosiendo, susurrándole algo al oído. Había tratado de tranquilizarles, aunque era evidente que aquel tipo que tosía tanto estaba más que infectado. El profesor buscó rápidamente con la mirada algo que pudiera utilizar como arma para enfrentarse al zombie, y se lamentó de que los militares les hubieran quitado las armas nada más llegar a la base.

Le sorprendió escuchar que todos estuvieran ya infectados de antemano. Aparentemente lo que les mataría entonces no era el virus, sino la mordedura. No importaba en ese caso cómo murieran, todos iban a terminar transformándose en muertos vivientes.

Aún estaba procesando esa idea cuando vio cómo el cadáver del pelirrojo se levantaba y agarraba por detrás a Jorde, mordiéndole en el cuello y masticando buena parte de él.

-¡Joder! -exclamó a voz en grito, impactado.

Desde luego no era el primer zombie al que veía dándose un festín delante suya, aunque no esperaba tener que ver aquello en la base militar. Benito estaba impactado por lo que veía. "Si ya lo decían en Alien vs Predators. ¡Las armas pueden ser malas, pero es peor no llevarlas!" se dijo el profesor para sus adentros. Durante un instante estuvo tentado de huir hacia el exterior de la sala como había hecho Silvia, pero observar al Yisus machacando a uno de los zombies con una silla le infundió valor para agarrar otra de las sillas y proceder a descargar sobre la cabeza de Jorge, sin demasiado éxito.

-¡Necesito ayuda con este! -gritó, viendo que el zombie calvo resistía bien los golpes.

La situación quedó controlada. No solo por la rápida y efectiva intervención del soldado Gabriel González, si no que los nuevos miembros de la base habían dado sobrada muestra de resolución e iniciativa.

Ahora bien, la imagen que ofrecía la cantina en estos momentos distaba mil mundos de lo que debería ser un lugar de esas características. Las mesas más cercanas a donde ocurrió la acción estaban repletas de gente con el rostro desencajado pues, la mayoría de ellos, no habían tenido que enfrentarse antes con los no-muertos. Y aunque lo hubieran hecho, no estaban preparados para ver la escena que se desarrollo ante sus ojos. Sobre el suelo “descansaban” los restos de los que hasta hace varios minutos eran gente normal, sencilla y sobre todo... viva. Uno de ellos era apenas un tronco, pues el Yisus llevó a cabo un concienzudo destrozo del craneo del zombie, cuya cabeza era una infame masa sanguinolenta desparramada por el suelo.

Muy acertadamente Elena decidió sacar a todos los civiles, pues el equipo de “limpieza” llegaría en breve, y no pintaban nada allí. Se comenzó pues a organizar la salida ordenada de todos cuando la puerta se abrió y entraron en tromba 4 soldados con subfusiles equipados con silenciador y mira laser... al ver que la situación estaba controlada bajaron las armas y pidieron explicaciones a Gunther, pues era el oficial de mayor graduación de los presentes. Éste les presentó un informe sencillo, y también bastante explícito que provocó que el grupo mirara con respeto al Yisus, Marc y Benito, le habían puesto huevos.

Ipso facto el equipo de limpieza se puso manos a la obra, ayudando a los demás a sacar a los civiles para poder trabajar cómodamente cuando la radio de uno de ellos sonó, devolviendo a los demás la voz alta y clara del teniente coronel Mendiguren.

Alferez Carrasco, ¿me recibe? - ante la respuesta afirmativa del hombre que lideraba el escuadrón continuó el coronel - Organice la retirada junto a los cabos Gonzalez y Fernandez, que deben de estar ahí. Que el grupo nuevo no abandone la cantina, voy para allá para mantener una reunión con ellos, no podemos postponerla, es urgente. 

Se hizo el silencio y cuando parecía que no iba a añadir nada más sonó de nuevo la voz ya familiar del teniente coronel.

Cabo Fernandez, cuando “coloquen” a los civiles en las zonas comunes de sus barracones, regresen a la cantina, les atañe lo que tengo que decir. Corto.

Tras el cierre de la comunicación los militares se pusieron a trabajar metódicamente, “acompañando” fuera a todo el personal civil que no estuviera incluido en la relación que el teniente coronel había citado tácitamente. Del mismo modo, los militares que no estaban “invitados” a quedarse, abandonaron la cantina.

Gloria respiró con alivio cuando vio al Yisus acabar con la no-vida del zombie... al verlo lanzarse armado tan solo con una jodida silla sintió un miedo terrible, pues no se le veía el tipo más ágil del mundo. Sin embargo ahí se alzaba victorioso, con el rostro y la camiseta salpicados de sangre, como si fuese un guerrero vikingo tras luchar en un muro de escudos...

La mujer se aprestó a seguir las instrucciones de los militares, pues sabía que en situaciones tensas como la actual, éstos actuaban como lo que eran, hombres de armas inflexibles y en cierto modo crueles, o cuanto menos faltos de formas. Incluso a Gunther, siempre afable, se le veía tenso y con la mandíbula apretada. Si, Gloria no pensaba tentar a la suerte pese a que quería quedarse a escuchar lo que hablarían aquí en breves minutos.

De camino a la salida se acercó a Jesús, le pasó el dedo a todo lo largo del ancho brazo del hombre y le susurró... - nos vemos después, querido...