Partida Rol por web

Surcando Los Fragmentos

01 Nuevo Comienzo

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26/01/2019, 11:33
Mekkor

Mekkor se mesa la barba mientras tuerce el gesto.

-Emmmm… me parece perfecto. Usted manda capitana, y si ya tienen algo de qué hablar con él, será más fácil engatusarlo, aunque deberán ir solas por lo que entiendo… – El enano habla intentando mirar a la capitana, pero sus ojos bailan intermitentemente hacia la puerta de la taberna. Al final no puede resistirse más y empieza a andar hacia La Sirena Muda – Pero andemos, andemos… - Hace una ademán con la mano para que todos le sigan – Hablemos dentro, que seguro que se estará mejor…-

Notas de juego

Perdonad, mi ritmo será algo pausado estas semanas, pero me mantendré constante.

Estoy muy hypeado con esa taberna XD

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26/01/2019, 19:24
Tom

Los ojos del tendero brillaron con la tonalidad del oro que Giacomo le ofrecía, y tras dar una mordida a las monedas asintió con la cabeza.

Vino será entonces, caballero. Sientese, por favor. En seguida le llevaré su pedido— responde con la misma sonrisa amplia de antes.

Cuando el bufón llega a sentarse junto a su amada, el inconfundible sonido de un corcho destapado por primera vez le llega a los oidos. El dueño del local trabajo con rapidez y eficiencia. Una enorme horma de queso es apuñalada con un hierro que hasta entonces se encontraba en el horno a sus espaldas. Cuando llega a su mesa, el centro está semiderretido e ideal para ser untado. Rápidamente llega a la mesa también una bandeja con varios pedazos de pan ya cortados. Una copa llena de vino rojizo es depositada frente a cada uno y luego va la botella a medio servir, que tiene una etiqueta escrita en élfico.

Si quieren esperar un rato más, ya tienen el almuerzo cubierto. Y si necesitan algo más no duden en llamarme, soy Tom.—tras decir esto Tom vuelve detrás de la barra y comienza a reacomodar las brasas.

La comida huele bien, algunos trozos de pan están tostados y otros siguen blancos. El queso se impregna en la miga con facilidad, dando lugar a una delicia bastante grasosa. Y también algo picante, pues el queso tiene granos de pimienta negra. Además, el borde sin derretir de la horma es lo suficientemente grueso como para cortarle trozos sólidos sin deshacer el "cuenco" del que forma parte, en caso de que no les interesara comerlo derretido.

Una atención realmente buena, como el precio la exige.

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27/01/2019, 13:58
Director

Tras la reprimenda, Sylus se puso tan rojo como su camisa, y no dijo nada más en el breve recorrido hasta el establecimiento. 

La Sirena Muda se encontraba en una esquina de la primer avenida que se encuentra saliendo del puerto. Se trata de un edificio de dos plantas hecho en piedra con tirantes de madera y que no desentonaría en ningún rincón del Tridente. La fachada está bastante prolija, limpia y cuidada, sobre todo para estar tan cerca del puerto. Cerca de la puerta un cartel de madera cuelga con cadenas de una pared, y muestra una quimera con cola de pez y cuerpo de mujer que devora apasionadamente un pez sostenido con la mano derecha, mientras con la izquierda hace un gesto de aprobación con el pulgar.

Al entrar encuentran un ambiente tranquilo. Solo tres de las mesas están ocupadas. Una por tres semiorcos que comen algo en silencio y con cara de aburridos, y la otra por cuatro marineros que reconocen como parte de la tripulacion de El Temido. En la más apartada de todas, pueden ver que a Giacomo y Ashara el dueño del lugar les sirve una horma de queso cuyo centro está semiderretido. Frente a ellos también hay una botella de vino élfico a medias y dos copas llenas.

En la pared del fondo, dos mozas charlan animadas sin prestar mucha atención a lo que pasa.

Al escuchar la puerta, el hombre que removía las brasas en el horno se da vuelta con la frente perlada en sudor. Los escudriña un instante, con una mirada penetrante que pareciera poder verles hasta el alma. El tipo se saca el sudor de los ojos con la mano y pestañea para aclararse la vista.

¡Oretan! Ha pasado tanto que pensé que finalmente te habrías caido por la borda— dice bromista, abriendose de brazos como si fuera a abrazar a alguien, aunque hubiera varios metros y una barra de por medio entre él y el enano. Mekkor no suele conservar su equilibrio por mucho rato dentro de éste local. Una vez incluso se cayó del barandal del segundo piso.—Sientate donde quieras y no digas una palabra, ya sé lo que buscas— dijo tomando una jarra de cerveza.  Debajo de la barra había varios barriles. Tom cargó la jarra con el contenido del tercero a la derecha y la dejó sobre la barra.

Mekkor sabe bien que las bebidas enanas siempre han estado del primer al tercer barril a la derecha. Esta posada y taberna ha estado aquí desde la primera vez que el enano pisó Nuevo Comienzo, y su dueño no parece haber envejecido ni un solo día. La pequeña marca que dejó en el suelo de piedra la caida de un enano en armadura tampoco parece haber envejecido demasiado.
Sin embargo algunas cosas han cambiado. Antes había más mesas, y esas escaleras que bajan no estaban ahí la última vez.

Pero discúlpenme. No los conozco a ninguno de ustedes— agregó mirando al resto del grupo.— Van a tener que pedirme algo de la forma habitual— dijo con una sonrisa.— Asumo que ustedes tampoco leen mentes. Me llamo Tom. Por favor, sientense donde quieran— los invitó con un movimiento amplio que les mostraba todo el local— La comida aún no está lista, pero puedo ofrecerles algo de queso para picar hasta entonces. Tengo queso de cabra local, por una pieza de plata... o queso orlessiano ¡Recién llegado! Por una pieza de oro, con bebida para dos incluida.

El aroma de lo que sea que está en el horno les abre el apetito, y por el aire también flota levemente el olor del queso y la pimienta. Hay cosas bastante peores que los estofados, sopas y guisos de Wu, pero comer lo mismo por semanas harta a cualquiera. Por la buena pinta que tiene el local resulta raro que esté tan vacío. Probablemente sea solo una cuestión de horarios y dentro de una hora o dos el lugar estará hasta arriba de gente.

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30/01/2019, 13:59
Lili "Dedos ligeros"

Si no hubiéramos entrado en la Sirena Muda, puede que no me hubiera dado cuenta del hambre que tenía. Sin embargo, estaba de buen humor tras la reacción de Sylus a mis indirectas, y por lo bien que parecían marchar las cosas, y el olor de la comida y, en menor medida, de la cerveza, hicieron que mis tripas amenazasen con comenzar a rugir.

Bueno, algunos igual nos hemos ganado el rancho por hoy, ¿no? Habrá que jamar algo... -Comenté pasándome la lengua por los labios, hasta que vi a Giacomo y Ashara en una mesa del fondo, hacia donde comencé a correr para terminar saltando sobre el banco, sentándome al lado de la elfa de piel oscura, a quien me abracé- ¡Chicos, cuanto tiempo! ¡Os he echado taaaanto de menos! -Bromeé, soltando a la chica para atender al posadero que, para mi sorpresa, parecía conocer al enano como a un cliente más que habitual- Ehm... ¿Alguien quiere compartir un queso de esos? -Pregunté, dubitativa, a los demás.

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30/01/2019, 18:53
Mekkor

-¡Jajajajajajajaja!- La sonora y sincera carcajada de Mekkor al ver a Tom, resuena en aquella estancia una vez más. El techo de la taberna recibe la risotada con una tierna reverberación, como si el propio edificio se alegrara de recibir, después de una larga ausencia, al enano.

El contramaestre se deja agasajar, abrazar y servir, cuando Tom llega con aquella bendita cerveza, con sabor a hogar y roble viejo. La joven muchacha, Lily, sale disparada a saludar a Giacomo y Ashara, que ya habían llegado, y el tabernero se presenta mientras Mekkor saca su pipa y la enciende sin siquiera cargarla.

Coge la jarra por el asa y aspira el terroso aroma que desprende el brebaje, antes de dar un largo y profundo trago con los ojos cerrados.

-Aaaaaaaaahhhhh…- Una expiración de noble gozo sale desde los pulmones y las entrañas del enano después de engullir más de medio litro de cerveza enana de un salo trago. Su bigote chorrea en abundancia de aquella espumosa poción.

-Maldita sea Tom, te he echado mucho de menos…- Dos espesas volutas de humo salen de la nariz del enano, flotando antinaturalmente ante la atónita mirada de los presentes, hasta que ambas nubes se entrelazan formando la figura de una sirena, que parece saludar al tabernero antes de desvanecerse tan rápido como apareció.

-Trae el de Orlé para empezar mejor, y bebida para todos los que quieran… Tenemos mucho que contar para ponernos al día – Dice el enano sonriendo – Veo que sigues teniendo el mejor género de Los Fragmentos, ¿Eh? Y además parece que has ampliado… - Y con un segundo trago, el satisfecho enano termina la jarra mientras señala con la cabeza a las escaleras que descienden, dejándola después sobre la mesa para que vuelva de nuevo rebosante de cerveza.

 

Notas de juego

Me he alargado porque lo veía adecuado. Interrumpid sin problema, por favor, que además yo estoy a tope de trabajo y no puedo llevar un ritmo muy alto de posteo ;)

Me ha gustado mucho la posada, por cierto. A ver que nos puede ofrecer el bueno de Tom.

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30/01/2019, 19:54
Harmony

Mekkor estaba realmente impaciente por entrar en aquel lugar, tanto, que decidí esperar a que nos sentáramos tranquilamente en el interior para sacarle de su error.

Nada más entrar a la taberna, la cual tenía bastante buena pinta y ofrecía un ambiente tranquilo de momento, el posadero se acercó al contramaestre; parecían ser viejos conocidos.

Mientras el tabernero agasajaba a Mekkor, Lili manifestaba su hambre y terminaba por salir corriendo, dirigiéndose hacia donde se encontraban Giacomo y Ashara. Yo permanecía en pie observando el lugar con detenimiento, viendo que éramos muy pocos quienes habíamos parado a descansar en aquel lugar. A parte de otros tripulantes de El Temido, tres semiorcos comían en silencio y dos jóvenes charlaban junto a una pared.

Daba media vuelta, echando un último vistazo al lugar antes de dirigirme a la mesa que ocupaban Giacomo y Ashara, y ahora también Lili, cuando me di cuenta de que Sylis continuada allí parado aún.

- ¿A que esperas? Vamos. - le dije antes de echar a andar, aunque no tardé en detenerme, aún a medio camino. - Trae un par de sillas más, no hay suficientes para todos. - ordené al chico antes de proseguir con mi camino.

Nada más sentarme a la mesa, el tabernero se acercó a esta, presentándose y mostrándose dispuesto a tomarnos nota. Lamentablemente, la comida aún no estaba lista, pero tenían con qué matar el gusanillo.

Lili parecía querer probar ese queso, y Mekkor no tardó en pedir uno, así como bebida; tras lo que prosiguió hablando con el tabernero.

- A mi me gustaría algo de ese vino élfico, ¿podrías servírmelo en jarra en lugar de en copa? - pregunté al hombre. - Y tráenos también queso de cabra, por favor. - añadí, aguardando a que el tabernero se marchara para poder charlar de nuestros asuntos.

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30/01/2019, 21:47
Giacomo Biancarella

Pero qué rápidos y serviciales que eran los taberneros en cuanto veían oro del bueno... Que no pensaba quejarse de eso, ya que a cambio de dos monedas ahora tenía un plato de delicioso queso y una copa de buen vino. Y para terminar de completar el tentempié por la puerta de la taberna aparecieron la capitana y los demás.

El bufón rió cuando Lili se les unió y le acercó una porción del queso orlesiano que estaba sin tocar.

 -Evidentemente la Ratoncilla querrá algo de queso. Y la verdad no me extraña, está delicioso.

Si es que no había nada como tener dinero para poder permitirse los buenos placeres de la vida.

 -Y además dentro de nada tendrán listo el menú de la comida. ¿No os parece buena idea el quedarse a comer mientras charlamos?

Porque había ciertas cosas que había que comentar, al menos por la aprte que les tocaba a ellos dos.

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05/02/2019, 20:42
Ashara

Sorprendida al principio, miro a la niña que se le había abrazado y levantando una alvina ceja y apartándola de ella, le sonrió falsamente -mira tu por donde, yo ya te echo de más, no te atragantes con el queso- le dijo sonriendo maliciosa -¿no crees que es raro que este sin tocar?- miro de rejo a Gio, entornando la mirada. Saludo a los demás con al cabeza y bebido de su copa de vino, ays como sabía aquel bufón lo que le gustaba, como la conocía. 

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07/02/2019, 15:02
Director

Ante la orden de la capitana Sylus obedeció en silencio y con rapidez. Una vez trajo las sillas, se quedó sentado junto a Wu, algo encorvado y esquivando la mirada de Harmony.

¡Ya me había olvidado de esa cosa!— dijo Tom al ver la pipa de Mekkor— Si todavía puedes hacer los esqueletos bailarines, quizás envíe a algún niñato recadero a buscarme un bardo para esta noche.

Ningún bardo en Los Fragmentos recibe mal una ayuda del público para mejorar su performance. Un mejor show puede significar más dinero, cosa muy necesaria. Una buena parte de los shows no llega a pagar el monto mínimo que cobra el gremio de artistas por permitir dar un espectáculo, y es por eso que los bardos suelen exigir a los locales techo y comida.

Sabiendo ya qué iban a pedir, Tom lanzó un chiflido a las mozas que estaban en el fondo y éstas se apresuraron a asistirlo.
Mientras el tabernero preparaba la comida y la bebida, una la iba sirviendo. La otra bajó las escaleras y subió con sillas para reemplazar las que Sylus había retirado de otra mesa. Ambas se movían rápidas y gráciles, y no dijeron ni una palabra, mudas como la sirena que daba nombre al local.

¿El mejor de Los Fragmentos? ¡Yo creo que puedo competir por el título en todo este hemisferio!— gritó con falsa arrogancia el dueño desde detrás de la barra. Una pálida horma de queso de cabra fue troceada rápidamente. Otra horma, de color amarillo brillante, fue ahuecada con un fierro al rojo vivo, que hasta entonces había estado en el horno.
Si, hice el sótano hace poco. De día es un almacén.— Tom removió la varilla de metal hasta que todo el corazón de la rueda estuvo derretido y las partes aún sólidas hacían las veces de tazón. En aquel espeso mar dorado, granos de pimienta flotaban a la deriva. Una hogaza de pan llegó en la misma tabla que el queso, ideal para remojar.
Y de noche, me sirve para darles un lugar apartado a los apostadores, donde puedan matarse tranquilos sin perturbar al resto.— A Tom no le gustaba la violencia dentro de su establecimiento, decía que le sacaba el apetito al resto de los comensales, asique no permitía los juegos de azar para evitar altercados. Al parecer, eso también había cambiado.

TUC. Una pesada tabla de madera llegó a la mesa con el queso orlessiano, terminando con lo que habían pedido. La mesa ahora estaba ocupada por dos botellas de vino élfico, tres tablas de queso, algo de pan, un par de copas de vidrio y cinco jarras de madera. Apenas iban por la entrada y ya buena parte de la mesa estaba ocupada.

Tom charló un rato más con Mekkor respondiendo siempre con camaradería y jovialidad, hasta que las aletas de su nariz se comenzaron a ensanchar. Apurado, se disculpó y fue hasta la cocina detrás de la barra. Del horno sacó dos cabras enteras, que dormían deliciosas sobre una cama de papas, zanahorias y manzanas. Con un pimentero del tamaño de un antebrazo, comenzó a sasonarlas.
Toda regla tiene su excepción. Había un tipo de apuesta que si gustaba a Tom. Debajo de la barra siempre había una bolsa llena de oro, que nunca paraba de crecer. A cambio de una moneda, el tabernero permitía a cualquier cliente tratar de adivinar con un solo bocado todos los ingredientes de su mezcla de especias personal. En todos los años que ha conocido el lugar, Mekkor solo había visto a dos individuos acertar.

A estas alturas, tanto los orcos como los marineros ya se habían retirado y aunque algunos más entraron por una bebida rápida en este momento ustedes eran los únicos en el local, asique mirandolos directamente les preguntó —¿Quieren un pedazo? Son las mismas cabras que hicieron el queso que se acaban de comer.

Mientras les decía esto, una de las mozas salió por la puerta tomando una olla y un cucharón y comenzó a golpearlos para llamar la atención. La gente no iban a tardar en llegar, el privilegio de poder elegir cualquier corte no va a durar mucho más.

Esta probablemente era la taberna y posada más cara en todo el puerto, pero el servicio y la calidad sin duda compensaban. Y por suerte, no era nada que un salario de pirata no pudiera pagar.

Notas de juego

Planeen y conversen tranquilos, tienen todo el tiempo que necesiten para almorzar.

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08/02/2019, 08:20
Wu Long

Wu siguió solemnemente a Mekkor con la cerveza tomando una jarra luego de que terminaran de servir la segunda al enano, agradeciendo con un gesto de cabeza al tabernero y girándose hacia donde estaban los demás. Cediendo el lugar que quedaba a la capitán y negando la silla a Sylus cuando la trajo por la razón que pronto entendería cuando Wu desciende sus rodillas juntas al suelo y descansa su peso en los talones.

Con los ojos cerrados y una sonrisa acompañando la algarabía del lugar huele en profundidad la cerveza en su jarra mientras la sujeta con las dos manos antes de tomarla, degustarla, disfrutarla y ver que se acabo como si buscara saciar una sed ultraterreneal.
Wu no era un shun modelo y aunque para los demás fuera en extremo moderado puede que en el lejano oriente lo vean de otra manera. Aunque Giacomo es más alto Wu claramente es más pesado, siendo enorme si se lo comparara con otros shun. Aunque se sabe que se deleita con bebidas espirituosas de su tierra bebe cerveza como si hubiese acompañado por más de mil noches a un enano a beber esta.
Pero aun así guardaba ciertas costumbres y realmente le resultaba muy incomodo sentarse en una silla.

-Favor de traer otra, señorita.- Dice a la moza cuando pasa con las sillas alzando la jarra de cerveza vacía en alto.

Y para cuando olfateaba ya la segunda jarra de cerveza el tabernero saco del fuego el gran plato de la noche y su ofrecimiento el cocinero no se podía dejar esperar. -Cabeza con lomo y...- Y aunque miro a los demás en la mesa quizá ya atiborrados de queso se atrevió a pedir. -...y costillas, por favor.- Tal vez comparta, tal vez tenga que comerse casi medio animal solo, pero la alegría de Wu podía verse casi explotar de sus mejillas echas dos grandes esferas debido a una enorme sonrisa.

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08/02/2019, 16:26
Ashara

Una vez todos estaban por fin sentados, sonrió ante la alegre charla del tabernero y el enano, que se conociesen les iba bien a  todos, gracias a eso tenían ciertos privilegios. Miro la cabra que acababa de salir del horno, sin duda olía realmente bien, aunque había probado el excelente queso, aun le quedaba un huequito para probar la cabra, no iba a hacerle el feo sin duda y Wu ya había pedido por todos.

Miro a Giogio -¿sabes? creo que Stefano se lo pasaría en grande aquí, intercambiando recetas- bromeo, curioso que se hubiese acordado de él, pero cuando se trataba de comida, por lo que le había contado Giogio, siempre se acordaba de él.

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10/02/2019, 14:04
Lili "Dedos ligeros"

Ashara se mostró tan falsamente arisca como siempre, apartándome de ella para liberarse de mi abrazo y negando que me echase de menos. Me hizo reír un poco antes de coger el queso y ponerme a mordisquearlo rápidamente, disfrutando de él. Ashara me hizo una pregunta que me pareció extraña, el hecho de que nadie hubiera tocado aquel queso aún. La miré, miré el queso, miré a Giogio, y volví a mirar el queso en mis manos.

No se, hay gente que es muy rara con la comida. -Dije finalmente, dando un nuevo mordisco al queso- Supongo que no todos saben lo que es pasar hambre. -Conjeturé encogiéndome de hombros, recordando los tiempos en que habría vendido mi alma por un trozo de queso como aquel. Tiempos en que las fuerzas me fallaban tanto que apenas podía ponerme en pie por la mañana, un tiempo al que sólo pude sobrevivir porque alguien mucho más fuerte que yo, tanto física como mentalmente, tuvo las fuerzas para luchar por los dos.

Aunque luego me dejase tirada.

Sin embargo, aquellos pensamientos no me arrebatarían la alegría. No iba a dejar que aquel tipo me amargase el sabroso queso que estaba comiendo, al igual que la carne que llenaba la taberna con su jugoso aroma.

Bueno, ¿y cual es el plan, capitana? Con el ricachón ese de los animales, me refiero. -Pregunté, terminando la primera cuña de queso y cogiendo otra- Yo tomaré lo mismo que Wu.

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10/02/2019, 23:37
Harmony

La mesa se fue llenando de comida y bebida en medio de aquel ambiente tan jovial que por un momento hizo que me olvidara de qué hacíamos allí. Pero no fue durante mucho tiempo.

Cogí una de aquellas botellas de vino élfico y la vacié casi entera en una de las jarras, tomándola en seguida para dar un largo trago.

- Un trozo de pierna de cabra para mí. - pedí al tabernero cuando nos preguntó si queríamos algo de aquella cabra asada que olía tan bien.

Cataba el queso, pensando en cómo abordar el tema del coleccionista de animales, cuando Lili me preguntó a ese respecto.

- Antes de nada, me gustaría que Giacomo y Ashara nos contaran qué tal ha ido su paseo. - comencé a responder en cuanto el tabernero se fue y nos quedamos nuevamente a solas. - Pero en principio el plan es ir unos cuantos de nosotros a esa comida de mañana. - miré entonces al acróbata y a la drow. - Un ricachón, como dice Lili, nos ha invitado a comer a su casa, dejándonos llevar a nuestros amigos. Es una especie de coleccionista de animales raros, le hicimos creer que conocíamos a alguien también interesado en estos. Debe tener bastante dinero y cosas de valor. - tras aquella explicación para ponerles en antecedentes volví a dirigirme a todos. - Como decía, en cuanto Ashara y Giacomo nos cuenten cómo estaban las cosas por ese barco, podemos concretar el plan.

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11/02/2019, 13:41
Mekkor

Mekkor había guardado su pipa en el momento en el que había llegado la comida, epezando su tercera jarra de cerveza y exultante de alegría.

Comentó y rió con Tom y sus compañeros, conservaciones banales, historias menores y variopintas anécdotas. El enano, sin duda, estaba de buen humor.

Cuando llegó la cabra, pidió uno de los costillares en el momento en el que la capitana se disponía a retomar la conversación sobre el plan a ejecutar, esperando previamente el relato de Ashara y Giacommo.

Mientras esperaban su respuesta, el enano empezó a comer, y se inclinó para decirle algo a Wu en voz baja.

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11/02/2019, 13:44
Mekkor

El enano se inclina hacia Wu, que estaba siendo servido, y pone una moneda de oro sobre la mesa.

-Si te crees capaz de adivinar los ingredientes de este plato, podrías ganarte un buen pellizco, además de ganarte el respeto de Tom para la posteridad… Solo he visto tal proeza en dos ocasiones, pero si alguien es capaz de hacerlo una tercera, ese eres tú, amigo mío…- Susurra el contramaestre a su compañero de fatigas.

Notas de juego

Por si quieres intentarlo, ¿Quién mejor que tú?

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11/02/2019, 23:13
Giacomo Biancarella

Giacomo aspiró profundamente el aroma a carne asada que empezaba a llegar a su mesa.

 -Cabra asada... Sí, yo tomaré algo también, ¡añada otra pierna asada a lo ya pedido, por favor!

Le encantaba la carne de cualquier miembro de las familias caprina y ovina. Especialmente asada con especias y con puré de patata, precisamente la especialidad de su hermano. GioGio sonrió a la elfa y le dio un toquecito en la nariz.

 -¿Tienes parte de adivina y no no lo sabía Cuchi-Cuchi? Ciertamente, si el pequeño Fanu estuviera aquí se metería en una conversación sobre recetas con nuestro buen Wu, con el tabernero o con quien tuviera la paciencia de aguantarle.

Sin embargo, él no era cocinero ni ganas y el tema de conversación que la capitana quería que manejara era otro más bien diferente. En voz más baja, el bufón empezó a contar:

 -Vimos el barco. Y vimos al buen capitán hablando con una mujer, una que no recuerdo haber visto durante el abordaje. No parecían estar muy alerta o paranoicos, más bien parecían estar tranquilos. No creo que se esperen una visita nuestra si se la damos.

Giacomo tomó un sorbo de vino antes de decir:

 -Oh, cierto, vimos también la jaula con el draco. Se la llevaron del barco, en un carromato de caballos conducido por la mujer que había estado hablando con el capitán. Y eso es todo lo destacable, creo, ¿tú recuerdas algo más que fuera importante, queridita?

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14/02/2019, 02:59
Wu Long

Qué más podía esperarse del gran plato del día, una sabrosa casi media cabra acompañada de ahumantes verduras era puesta en la mesa ante que cualquier otra presa y frente la mirada atónita de quienes no habían probado carne propiamente dicha hace meses. Aunque algunos ya saciados de queso el plato recibía su gran admiración, en su gran mayoría, desde los ojos del shun.

No quiere decir que Wu no pueda preparar plato igual, sino que, Wu podía disfrutar cada comida como si fuera la primera y la ultima. Muchas veces la filosofía de saber disfrutar de las pequeñas cosas pude verse a flor de piel a aquellas personas que disfrutan y aman comer.

Con la dedicación que le precede saca un filoso cuchillo y corta una sección del lomo desde la unión con la columna y se extiende hacia lo largo de la costilla que le corresponde obteniendo un gran 9, un ojo de bife con costilla, tajada digna de ser una de las partes más codiciadas en cualquier animal.
Por un segundo la levanta como un trofeo admirándolo y lo extiende hacia la pequeña Lili. -La vida se graba en el cuerpo y puede leerse en cada fibra de la carne. Tierna es aquella que no ha conocido el trabajo.- Refiriéndose a la tajada.

Y en cuando llegaron las dos piernas prosiguió -Aunque algunos alaban la vida de esfuerzo lo que dejan de lado es cierto sabor que solo podrás encontrar entre esas fibras.- Señalando con los ojos la porción elevando las cejas cuando la mirada recorre la sección donde se une la carne con el final de la costilla hacia el lado de la columna.

Por fortuna para Lili, Mekkor llama la atención de Wu antes de que este le cause una mayor confusión con lo que estaba a punto de comer.

Wu presto oreja a Mekkor mientras giraba la cabeza de la cabra mirando en su dirección, asintió a las palabras del enano y de un golpe seco con la cuchilla en la frente abrió el cráneo en dos.
Con un rostro de meditación separo la cabeza, extrajo los sesos y la lengua desde su base. Los músculos molares, las carnes de los nodos y senos nasales, paranasales hasta los esponjosos auriculares. Disponiendo cada parte prolijamente en una fila.

Parte una hogaza compartiendo la mitad con el enano y con la sonrisa característica dice Wu -Sera comido el pan.- llevándose con este un pedazo de sesos a la boca.

Notas de juego

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17/02/2019, 14:04
Ashara

Sonrió al bufón, sabía que igual lo había descolocado un poco el comentario sobre su hermano pequeño, pero le gustaba darle sorpresas, sin duda tenía bastante buena memoria, para lo que le interesaba, y todo lo que tuviese que ver con el bufón le interesaba.

Negó con la cabeza, haciendo mecerse su melena blanca -no, creo que lo has dicho todo, a mujer... no me daba buena espina, y el capitán parecía conocerla.... muy bien- dijo ya mirando a los trozos de carne que preparaba en tabernero, sin duda Giogio compartiría su parte con ella.

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19/02/2019, 15:05
Lili "Dedos ligeros"

Continuaba mordisqueando poco a poco aquel queso, que no era ni de lejos el peor que había probado. Claro que, en realidad, había comido quesos muy malos. Era capaz de recordar uno al que había tenido que esmerarme en retirar grandes capas de superficie mohosa con un viejo cuchillo, hasta llegar a una parte comestible, cuyo sabor, igualmente, era horrible. Pero en aquella época algo así era todo un manjar, y el hambre apretaba.

Hice un gesto al camarero para que también dispusiera de una pierna de asado, con bebida para acompañar. Tenía que tratar de no pasarme con la bebida, porque se me subía con demasiada facilidad y no quería terminar siendo una carga para nadie. Y mientras tanto, los demás contaban cosas muy interesantes que despertaban mi curiosidad.

Pero… esa mujer no iría a bordo, ¿no? Quiero decir, registramos a fondo el barco, la habríamos descubierto… -Pregunté con el ceño fruncido- ¿Sería su “cliente”? A quien hacer entrega de lo que fuera de lo que hablase la carta, me refiero… -Medité en voz alta, llevándome una mano a la barbilla con aire pensativo- Estaría bien saber a dónde fue, dónde encontrarla… Aunque eso se puede averiguar, supongo. Visitando al capitán, por ejemplo. –Expuse encogiéndome de hombros, continuando con los mordiscos al queso, como si fuera un pequeño ratoncillo.

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19/02/2019, 23:58
Harmony

Mientras algunos continuaban comiendo, otros relataban lo que habían descubierto. Una misteriosa mujer se había llevado aquel draco, pero no sabíamos a dónde, lo que sí sabíamos era que parecía conocer bastante al capitán.

Di un largo trago a la jarra de vino élfico, esperando que el embriagador líquido me ayudara a aclarar mis ideas. Meditaba sobre lo que nos habían contado Giacomo y Ashara mientras cortaba burdamente la carne de aquella pierna, apartando mi mirada de aquel manjar al escuchar a Lili.

- Sí, deberíamos dar con esa mujer. - le dije en seguida, mostrándome de acuerdo con ella, tras lo que me dirigí a todos. - O visitamos al capitán, o hacemos algunas preguntas. Quizás haya que abordar el tema de las dos maneras. Hasta mañana tenemos tiempo de hacer averiguaciones. - alcé el tenedor con el pedazo de carne, dispuesta a llevármelo a la boca, cuando caí en algo; viéndome obligada a detenerme. - Lili, el tipo de los animales... ¿No dijo algo así como que era difícil encontrar gente que compartiera su pasión por los animales? ¿Y si el draco era para él?