Partida Rol por web

Svafa y Chi llegaron cada uno por sus propios medios a un muelle de vehículos planetarios. Una vez allí, tomaron un aerodeslizador del que eran los únicos pasajeros, tal vez se vieron en persona por primera vez en ese momento o tal vez se conocían de antes. El aerodeslizador les llevó en un trayecto de media hora a un espaciopuerto de naves de mercancías fuera de las cúpulas de Nyhavn.

En el espaciopuerto les esperaba su nave, la Red Coronet, un transporte rápido propulsado por un motor de fusión. Usada con frecuencia por agentes de Firewall, la nave lo tenía todo para pasar desapercibida. Tenía una apariencia mediocre, con el mantenimiento habitual y los interiores típicos de cualquier transporte.

Era una nave alargada y cilíndrica, de 100 metros de longitud, compuesta por un eje central al que iban acoplados 4 secciones de cilindro modulares. Dependiendo del viaje podían montarse módulos para pasajeros, para carga o combustible.
Una vez iniciado el viaje, los módulos podían hacerse rotar en torno al eje central de la nave proporcionando un efecto de gravedad.

Para este viaje, y para ser consistentes con el disfraz de comerciantes de chatarra, tres de los cuatro módulos estaban destinados a carga e iban vacíos. El último era el camarote de los centinelas.

Para la Red Coronet no fue difícil vencer la atracción gravitatoria de Titán, de 0,14g. Una vez en órbita, se detuvo en la estación en la que esperaba Amal, con el servidor de Njal, listo para embarcar.

Los agentes de Firewall eran los únicos pasajeros de la Red Coronet, que estaba tripulada por una AI, la cual, tenía a su disposición una variedad de drones mecánicos que pilotar para hacer actuaciones si hiciera falta.

Una vez estuvieron todos listos, la Red Coronet puso los motores a todo gas para dar alcance al Kongyún en tan solo dos semanas.

Conforme se aproximaban, los centinelas reconocieron los rasgos de la gran roca que presidía la sala de conferencias virtual. Reconocieron el cráter que da acceso a los muelles de New City. Era un muelle de pequeñas dimensiones y diseñado para labores de trasiego de productos mineros. Aunque nunca fue grande, se notaba que el movimiento había bajado mucho desde que iniciase su distanciamiento del Sol y ya apenas había un puñado transportes y cargeros de Fa-Jing.

- Nate - Nate era la musa de Njal. Configurada con una plantilla de personalidad algo rebelde y respondona y una voz de mujer. 

[Sí]

- Buscame información sobre ese sitio -

[¿Kongyùn?]

- Sí -

[Ya he descargado el paquete de datos básico]

- Ya me lo imaginaba pero quiero...-

[¿Mercado negro? ¿Grupos criminales?]

- Odio que hagas eso - Nate siempre se intentaba anticipar a sus peticiones. Era como un juego para ella. 

[Lo se]

- Ve escaneando las redes de reputación a ver que podemos hacer-

[Vale]

- No te olvides del tipo ese. -

[¿Mariposa?]

- El mismo... ¡Ah!-

[¿Sí? ]

- ¿Como es el sitio? -

[Horrible]

- Me lo imaginaba - Aquel tipo de habitats le deprimían así que buscó en sus archivos plantillas de RV. Seleccionó capas de  estrellas y cielos con nebulosas, y también aromas florales suaves. No demasiado exagerados. Como golpes de brisa que van y vienen. 

- Parece que hemos llegado.- a veces le reconfortaba decir obviedades,  pero llevaba dos semanas conviviendo con aquellos dos (tres, tres, debía recordar que Amal acarreaba al sintemorfo, como bien había demostrado durante el viaje, comunicándose a través del arácnoide) y necesitaba reforzar los tenues lazos que empezaban a forjarse entre ellos.

- Tenemos todos clara nuestra tapadera, espero.- seguía con las obviedades, como mecanismo para relajar los nervios.

La Red Coronet se iba acercando poco a poco al acople, y mientras esperaba alguna respuesta de sus compañeros, volvió a repasar la seguridad de Kongyùn

- ¿Ratón?.- llamó mentalmente a su Musa

[Todas mis funcionalidades están a su disposición]

- ¿Tienes disponible un informe de seguridad de esa roca?

[Procesando petición]

-Eso parece-contestó Chi sonriendo-Pensé que esto no se iba a acabar nunca ¿Te gusta viajar?

Solo intentaba parecer agradable. Asintió cuando Svafa preguntó por su tapadera y se dispuso a recoger sus cosas para descender al planeta.

Cuando tuvo todo listo, comprobó los datos que previamente había solicitado a su musa mientras esperaba a que la nave atracase.

Amal tenía dudas sobre la misión desde el principio. No le acababan de convencer los morfos de sus compañeros como chatarreros y su inquietud se traslucía en suspicacia. Sin embargo no ocurría lo mismo con Njal, hasta el punto que se había ofrecido a alojarlo, el resultado eran tres voces en su cabeza, pues no podía oir a la musa de Njal, con la gracia añadida de que su propia musa reproducía citas de profetas bíblicos periódicamente con voces variadas. La primera vez que había oido a Njal tras alojarle, le había confundido con uno, y ahora le llamaba “profeta”, sin que éste comprendiera del todo por qué. 
Al ver que se aproximaban al asteroide, Amal se cubrió con una especie de túnica decorada. Parecía una manía cultural osuperstición, pero en realidad lo hacía para ocultar los arañazos que su morfo sufría debido a arrastrarse por vetas de rocas afiladas.
 

No hubo comité de bienvenida. La compuerta de salida de la Red Coronet se abrió hacia un pasillo de color blanco y sin adornos, presurizado y con atmósfera . Unos led que se encendían de forma secuencial guíaban a los recién llegados hacia un ascensor que les conduciría a las dependencias de recepción. El asteroide estaba en condiciones de microgravedad y, para ayudar a avanzar a los morfos no  adaptados a tales condiciones, había una pequeña cadena en movimiento constante a la que podían engancharse y dejarse arrastrar.

A través de los ventanales del pasillo se podía ver el muelle de New City, el cual era pequeño y además se encontraba casi vacío. El único movimiento era el transporte de mineral a un pequeño cargero Escoria.

Mientras el grupo avanzaba, a través de la malla una AI les informando de que el asteroide Kongyún estaba bajo la jurisdicción de Fa Jing y que se aplicaban las leyes del Consorcio Planetario. Los centinelas sabían que eso era cierto tan solo nominalmente, ya que una vez terminadas la labores de explotación, Fa Jing limitaba su actividad a la base de Lion y a un mantenimiento de seguridad mínimo en el asteroide, dejando en la práctica el gobierno del asteroide a los mineros y autonomistas que habían decidido permanecer en él o que, sencillamente, no había podido pagar un billete para salir.

El ascensor les llevó a una amplia sala con una sencilla mesa en el centro y sillas inteligentes adaptables para que cualquier morfo estuviese cómodo. Una AI conectó con ellos a través de la malla y se presentó como el servicio de seguridad, aduanas y recepción de pasajeros y carga del asteroide.

A través de los ectos, gracias a la realidad aumentada, la AI se proyectó como una mujer jóven, púlcramente vestida y una pantalla en la que se mostraban los datos que le habían sido transmitido desde la Red Coronet como la ruta, manifiesto de carga y falsas identidades de comerciantes de chatarra. A diferencia de los centinelas que experimentaban condiciones de microgravedad, la proyección se mostraba apoyada en el suelo y erguida con naturalidad. como si estuviese gravedad terrestre.

-Bienvenidos a Kongyún. Esperamos que su estancia aquí sea de su agrado. Les informamos que a continuación serán escaneados en cumplimiento con las directrices de seguridad para verificar que no portan ningún elemento que esté en contra de la legislación vigente. Indiquen cuál es el motivo de su visita y si tienen algún objeto que declarar. 

La gravedad del asteroide era menor que la que habían experimentado en el Red Coronet, nada más salir se sintió flotar como un planeador en el viento, un planeador algo ineficiente y desgarbado, pero su morfo no era de los más adaptados para estas condiciones. Aún así, lo disfrutó.

- ¿Ratón? Esto merece algo de música clásica, algo de Bowie, Life on Mars, genera una lista de reproducción a raíz de la selección.

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Mientras el hit del siglo XX empezaba a resonar en sus oídos, pensó, como tantas veces, que debería dotar de una personalidad a la Musa, una voz entonada, algo que lo diferenciase del resto de las IA recién salidas de fabrica. Pero en parte le agradaba la eficiencia sintética que destilaba su voz monocorde y no quería reconocerlo. Le hacía sentirse al mando de su propio cerebro.

"Nadó" unos instantes a través del pasillo blanco disfrutando de la sensación y la música que resonaba sólo para ella, quedando pronto rezagada. Cuando se percató de ello, se enganchó en el cadena y alcanzó el grupo.

- La microgravedad tiene su encanto.- dijo a modo de disculpa.

El resto del camino se mantuvo más pendiente de la música que resonaba en su cerebro que de la chacha corporativa de la IA de Fa Jing, desestimándo la información por manida y no del todo precisa. En determinado momento, la lista de reproducción saltó a una pista de ZEF techno-rave que solía usar para mantenerse despierta mientras estudiaba y que  contrastaba ferozmente con su estado de animo relajado ¿Ratón había detectado que se estaba relajando demasiado y la estaba poniendo alerta? No recordaba haber implementado esa función, pero no estaba de más. Debía concentrarse.

Cuando llegaron frente a la IA gestora, escuchó cordialmente y le sonrió innecesariamente, más por reflejo que por necesidad real. Se puso la primera en la fila para el escaneo.

Chi salió por la compuerta hasta acceder al corredor de acceso a la estación. Detestaba esa moda de pintar todo de blanco con esa iluminación que hacía que te dolieran los ojos. Supuestamente prentendía dar imagen de limpieza o algo, pero a cambio resultaba frío e incómodo a la vista.

Recorrió el espacio andando. Prefería hacerlo así, especialmente después de un largo viaje. La gente se habia acomodado demasiado y se había acostumbrado demasiado a la vida moderna. Pero a él en muchas ocasiones, el renunciar a ellas le hacía sentirse más humano. Se encogió de hombros cuando Svafa comentó sobre las bondades de la microgravedad.

La primera vista de New City através de los ventanales, se le hizo familiar. Como si de algún modo, recordase haber estado allí antes. Pero quizá se tratase tan solo de una sensación de Deja Vu. Si el último volcado de su consciencia era anterior a su llegada a la estación, no había forma de que pudiese recordar nada.

Ya en el ascensor no le quedó más remedio que dejarse llevar. Por fin llegaron a una sala donde se realizaría la típica inspección de rutina para conocer el motivo de su viaje y todas esas parafernalias.

Esperó su turno y contestó a las preguntas de forma rutinaria. En su equipo no había nada excepcional que pudiese llamar la atención. Ropa y poco más. El resto de lo que pudiera necesitar se lo tendría que procurar una vez sobrepasados los controles. Nunca había sido un problema.

-Motivo de la visita.

-Negocios.

-Algo que declarar.

-Nada inusual.

Los centinelas pasaron el rutinario control sin ningún incidente y por fín se abrieron las compuertas que daban acceso a New City.

Tras las dependencias portuarias de última tecnología de Fa Jing se desplegaba un habitat colmena que contenía únicamente lo esencial. La bóveda rocosa en la que se había construido el asentamiento carece de decoración y tan solo tenía la iluminación mínima e indispensable. La temperatura se encontraba muy por debajo de los cero grados obligando a Chi y Svafa a ponerse trajes aislantes Había atmósfera respirable pero el aire estaba seco y frío, por lo que también tuvieron que recurrir a filtros de aire (para calentarlo).

Desde la compuperta, nada más salir de la aduana y antes de separarse, pudieron echar un vistazo a la ciudad medio desierta. Apenas había transhumanos por las calles y los pocos que se toparon estaban enfundados en Sintemorfos mellados y con manchas indeleble producidas por el trabajo en la minería.

La señal de la malla dejaba que desear, y eso que estaban junto a los muelles, probablemente en los túneles fuese mucho peor.

Ya en la misma salida del muelle, se acercó a ellos alguien enfundado en una Vaina de Seguridad que daba la impresión de estar esperándoles.

Se les acercó una Vaina de Seguridad. A diferencia de los sintemorfos que vieron pasar, aquella vaina no tenía signos de desperfectos. Al contrario, se veía bien cuidada y en perfecto estado. Estaba armado con una pistola media que colgaba en la funda de su cadera derecha y posiblemente tuviese algún implante que le daba blindaje o bien vestía algún tipo de protección bajo el traje.

Vestía un traje oscuro de aislamiento, pero no llevaba mascarilla para respirar el gélido aire de New City.

Se presentó como Eli Yung, agente de seguridad de Fa Jing y habló con una voz profunda, especialmente diseñada para dar órdenes.

-Sean bienvenidos a Kongyún. Tenemos pocos visitantes por aquí ahora que han cesado las actividades de extracción, creanme si les digo que a este asteroide le queda poco que ofrecer. Los restos de mineral que podían aprovecharse han sido ya comprados y cargados. No sé si han visto el carguero que queda en los muelles, apenas ha cargado la mitad de sus bodegas y tendrá suerte si le llega para cubrir el viaje. Así que, salvo que quieran acompañarnos en un viaje a las afueras del sistema Solar, les aseguro que nuestro pequeño habitat resultará una decepción. Les recomiendo que terminen cuanto antes sus negocios aquí y se marchen.

Chi observaba el entorno con atención. Era justo lo que se esperaba encontrar: una estación minera en decadencia. Deprimente. Lo cierto es que pocos negocios se podían hacer allí, aparte de aprovecharse de la miseria de los demás. Inconscientemente se encontró pensando en quellos sujetos como conejillos de indias para experimentos con morfos. Y recordó por un instante su propia experiencia.

Pareció volver en sí cuando el agente de seguridad se les acercó. Su aspecto era notablemente mejor que el del resto de los habitantes de aquel lugar. Se notaba quién estaba con el poder y quién no.

-Gracias por el recibimiento. Somos conscientes de la situación, pero incluso en un lugar como este hay formas de ganar dinero. Le agradecería que me indicase dónde se encuentra el hotel Best Rest.

Por supuesto. - Dijo asintiendo con la cabeza. En el tiempo de decir esas dos palabras, la musa de Eli Yung transmitió a las vuestras un pequeño paquete de datos a través de la malla con el plano de New City y la localización de Best Rest. Eli Yung hizo un gesto, como tocando una pantalla imaginaria delante suyo y, gracias a la realidad aumentada los centinelas pudieron ver como se desplegaba dicho plano en una gama de colores LED.

-Estáis aquí y BestRest está aquí. - Dijo señalando ambos puntos con el dedo.

Luego obsequió a Chi con una mirada un tanto desvergonzada y exenta de pudor. - Estoy seguro que alguien con un morfo Silfide tendrá formas de disfrutar de la estancia e incluso hacer dinero. Best Rest es el único alojamiento que váis a encontrar por aquí, pero eso no lo hace mejor. Sin embargo, tú puedes estar mucho mejor si te vienes a mi habitáculo de New City. Puede que para tí la visita a Konyúng no sea una pérdida de tiempo total. - Concluyó ampliando su sonrisa.

En la pantalla que Chi veía y solo en esa, apareció una localización adicional en la zona de habitáculos corporativos de Fa Jing de New City.

Svafa se mantuvo en silencio ante el intercambio de palabras entre la Vaina de Seguridad y Chi. Todos, desde el Red Coronet, habían esperado que el morfo de su compañero llamase la atención (más incluso que el suyo, lo que la dejaba en un cómodo segundo plano, aunque no tanto como como Amal o Njal, que pasarían totalmente desapercibidos) pero la titanesa no esperaba que fuese tan pronto. Mientras dejaba que Ratón superpusiese una linea de flechas azul eléctrico en el suelo gracias a la realidad aumentada, su ojo grisáceo cambió de enfoque ostentiblemente, dejando sus pupilas asimétricas, mientras enfocaba detalles de los edificios circundantes. Al tiempo, emitió un pequeño pulso de ondas T para observar los alrededores, más por aburrimiento que por sospecha de alguna encerrona.

BESTREST - Hostal y cantina.

Cada uno de los centinelas(incluso Njal) tenía reservado una cápsula de 2x1x1 metro en el hostal Bestrest. El hostal también ofrecía puestos de carga y nutrición limitada para sus huéspedes. La mayor parte del hostal estaba vacante, almacenando morfos averiados a la espera de ser arreglados que huéspedes vivos.

El encargado del hostal se llama Lee, cuyo morfo es una Caja que os saluda amigablemente y os muestra vuestras cápsulas.

Eludere os dijo que Chi se alojó en este mismo hostal.

INVESTIGACIÓN EN LA MALLA

Podéis acceder sin necesidad de tirada a ciertas grabaciones públicas. En ellas podéis ver a Chi registrándose y luego salir con el maletín metálico que (presuntamente) contenía el pago para Mariposa Chen. A través de distintas cámaras podéis seguirlo hasta el tranvía y luego de la parada del tranvía  a la instalación Lion de Fa Jing. En la entrada, deja el maletín a un guarda y vuelve mediante tranvía a su nave. Por otro lado, en la nave en la que viajaba no consta que volviese.

Pese a su tamaño, Amal sabe que cabrá en el cubículo. Es experto estimando el tamaño de las rendijas por las que su mofo se puede deslizar. Pero prefiriría dormir en las galerías de extracción entre rocas, pues es lo más parecido a la naturaleza que ha conocido ultimamente. Tras ver las grabaciones de seguridad, se olvida de la idea y haciéndose el torpe, aprovecha para preguntar al gerente del hotel por lo adecuado de su calibre a la cápsula, pero también por si tiene muchos clientes, y cuando fue el último que se alojó allí. 

- Esto parece un poco muerto. Supongo que alejarse del sistema solar no supone un gran negocio para un hotel...¿Quién fue el último cliente del hotel? ¿Alguna reserva más prevista?-  

Chi devolvió la mirada sonriendo mientras meditaba la respuesta. Lo cierto es que la transhumanidad había hecho de la sexualidad un asunto mucho menos complejo y con menos ataduras. El poder elegir el sexo y la forma de tu cuerpo había sido una liberación en muchos sentidos. Ser transexual ya no era un problema y había gente que había encontrado sensaciones nuevas probando con otro tipo de morfos.

Intimar con una vaina de seguridad podría darle cierta ventaja, pero no quería mostrar sus cartas tan pronto.

-De momento me quedaré en el Best Rest-dijo finalmente-...pero me lo pensaré ¿de acuerdo? Por cierto; a parte de...eso...¿Qué hace aquí la gente para divertirse?

No se puede decir que el sintetizador de voz sea el último grito en el mercado de sintetizadores, pero es funcional.

-Son tamaños estandar señor Amal. He visto morfos más grandes que el suyo acomodarse en las cápsulas. Incluso he visto compartirla a dos morfos escasos de presupuesto. Aunque luego dejaron propina. La gente suele dejar propina cuando viene por aquí. Suele ser gente muy cordial. Ustedes tienen también pinta de serlo. Sus morfos lucen muy nuevos, seguro que vienen a hacer algún negocio por aquí. Les deseo que tengan una fructífera estancia.

En cuanto al último cliente del hotel, no puedo decirle nada. La confidencialidad es una de las políticas de este establecimiento. La llevo a rajatabla. Eso agrada a mis clientes y supongo que es uno de los motivos por los que dejan tan generosas propinas.

Savafa sonrió. "Vaya, así que propinas ¿eh?" Era un juego viejo que no solía funcionar en sociedades como la titanesa, pero suponía que alguien enfundado en una caja de baja calidad estaría deseando ganarse unos créditos extra para buscar una funda mejor. Valoró por un instante su siguiente curso de acción, y finalmente decidió que, tanto en su función actual como con su tapadera de chatarrero, tendría bastante sentido.

- Nosotros también podríamos dejar una buena propina, quizá MUY buena, una vez terminemos los negocios que tenemos en el asteroide.- dejó caer, con intención clara.- Pero claro, quizá la propina no fuese TAN buena si nuestro hospedador restringuiese la información que nos suministra y nos impidiese optimizar nuestro negocio.- continuó poniendo un mohín apenado.- Incluso puede que nos obligase a no dejar NADA de propina.- Se giró hacia sus compañeros, dando la espalda a Lee, y lanzándole una sonrisa confiada a sus compañeros.- Lo cual sería una pena ¿verdad?

Amal pensaba que iba a estar muy cómodo en esta misión. En esta ocasión, su doble identidad era muy similar a la suya propia. Y el entorno minero lleno de almas errantes (como él les llamaba) es también muy parecido al asteroide del cual proviene. Pero ahora empieza a resultarle inquietante, porque el papel que le toca interpretar es una versión demasiado parecida de sí mismo.

Necesita relajarse. Quiere proponer a sus compañeros alternar con otros mineros donde quiera que estos se reúnan al final de la jornada, pero recuerda que han cesado las actividades de extracción, y no hay jornadas.

En su hogar, la tradición era reunirse antes de la extracción, en homenaje a los antiguos mineros de la tierra, que muchas veces necesitaban alcohol en la sangre para bajar en la mina. Lo extraño ( o quizás no tanto) es que cuando la actividad se detuvo, los mofos proseguían con la rutina diaria de reunirse, aunque luego se retiraran.

¿Sería aquí diferente? Amal sabía que no podría mostrarse tan ascético. 

-Profeta- le dice a Njal. - Me parece buena idea la de Chi ¿Dónde se sociabilizan los pobres diablos en esta roca?-

El brillo azulado de los ojos de Lee parpadeó un par de veces mientras su cibercerebro procesaba la información. No parecía apreciar el sentido de la oferta ni parecía estar tratando de negociar.

-¿Restringir el acceso a la información? Nonono, por supuesto que no. BestRest da acceso a la malla a todos sus clientes. ¿Acaso han notado alguna dificultad a la hora de conectarse? Iniciaré ahora mismo un diagnóstico de los transmisores y de los servidores.

Dicho lo cual, utiliza los diminutos propulsores que tiene en distintas zonas de su cuerpo para maniobrar en la microgravedad del asteroide y flotar hacia la zona de acceso restringido del hostal.