Partida Rol por web

No es la primera vez que Pash tiene escabullirse por un espaciopuerto. ¡Y no estaba dispuesto a que esta fuera la última! Vivir al margen de la ley durante tantos años tiene ciertas ventajas. Una de las primeras reglas del "libro del buen contrabandista" es: ten siempre una ruta de escape.

Pash vio claro que había que retroceder, girar a la derecha donde había unos generadores redondos y coger la callejuela paralela. Creía recordar que desembocaba directamente en el muelle, sin otro cruce de calles, así que los soldados no podrían interceptarles.

Retrocedéis disimuladamente, sin llamar la atención, mientras los soldados imperiales aparecen y empiezan a buscar entre la gente. Pash nota un escalofrío en la nuca. Esa mala suerte que le suele acompañar parece que va a hacer acto de presencia de un momento a otro... pero esta vez no.

Giráis por la calle y perdéis de vista a los imperiales mientras veis que se paran a interrogar a una twi´lek.

La calle paralela es estrecha y apenas está transitada, solo algunos chicos cargan cajas de un edificio a otro, mientras que algún hombre con ropas de nómada descansa sentado con la espalda apoyada en los típicos edificios bajos de Tatooine, refugiado en la sombra. Camináis rápido, sin levantar sospechas, y a unos pocos metros delante vustro veis el enorme edificio del muelle Aurek. 

Esta parte del espaciopuerto parece más tranquila. No se ven imperiales. Solo algún mecánico o piloto sale de algunos de los hangares de vez en cuando. Algún droide o bandeja gravitatoria cruza desde el almacén Aurek hacia alguna de las puertas de los muelles.

Cuando os acercáis, a través de las puertas abiertas de uno de los hangares vislumbráis el cavernoso interior. Dentro aguarda un carguero ligero herrumbroso con la rampa de carga bajada. ¡Tan solo tenéis que subir a bordo de la nave y podréis marcharos de Tatooine!

Dos droides de seguridad, igual de herrumbrosos, custodian la entrada a la nave, junto a la rampa. Os recuerdan a versiones más antiguas de las que había en la torre de control. El resto del hangar está desierto.

El trayecto hasta el hangar supuso todo un baile de adrenalina para la twi'lek. En todo momento, Oskara mantuvo un perfil bajo, pero sus compañeros pudieron observar que iba siempre mirando de un lado a otro con la carabina dispuesta de forma discreta para actuar en caso de que hubieran sido descubiertos.

Al llegar a las inmediaciones del Colmillo, Oskara paseó su mirada intentando ver todos los blancos y los posibles enemigos. En apariencia sólo había un par de droides, pero sólo en apariencia.

Hizo una señal a sus compañeros para que la escucharan mientras susurraba:

[color=#008000]Ahora que ya estamos aqui, creo que debemos actuar con rapidez. Está claro que los droides están para controlar la puerta. No deberían ser un gran problema si atacamos por sorpresa todos... claro que lo siguiente será correr hasta dentro de la nave y... estar muy atentos a los que puedan estar dentro. Luego tocará resistir todos los minutos necesarios hasta que Mathus repare la nave... [/color]

[color=#008000]Pero... estoy abierta a sugerencias. Igual Mathus tiene algún modo de desestabilizar a los droides o usarles a nuestro favor... por lo de lo que estoy segura es que un disfraz y unas buenas palabras no van a despistarles. [/color]-añadió mirando a Pash con una sonrisa cínica. En todo momento, Oskara lanzó miradas a su alrededor y, ocasionalmente a sus compañeros. No quería perder detalle de lo que pasaba en la pista.

Por fin llegamos ante nuestra futura salvación... y resulta que es un autentico pedazo de chatarra. Salvo mayúscula sorpresa. Daré mil gracias si consigue salir de la atmósfera planetaria sin desintegrarse sola. Y haré una locura si no lo hace al entrar en la de un planeta donde estemos a salvo. Como besar a Oskara, por ejemplo. Miro automáticamente hacia las amarras de la nave, para comprobar si siguen sueltas como deberían. Y busco otros impedimentos a tener en cuenta que impidan o dificulten la huida, como podría ser una cúpula o una puerta de hangar cerrada, otros droides de seguridad del muelle o vigías.
- Esos dos son un contratiempo, pero creo que seria un error comenzar con tiros tan pronto. Pensad que ahí al lado hay una nave enooorme llena llena de soldaditos blancos, deseosos de atraparnos. Y ahí, hay una sala de control que dará aviso al momento al primer disparo. Y, cariño... hasta ahora no nos ha ido mal con las palabras. Si Mathus no tiene una solución mágica os propongo que nos acerquemos a la nave con naturalidad, les digo que nos ha contratado Trex para reparar la nave. Y, si no cuela, les freímos en un segundo, cogemos sus cuerpos y los subimos a la nave atentos a lo que nos podamos encontrar en el interior. Otra opción en conseguir al menos una armadura imperial. Es posible que sus protocolos incluyan algún tipo de obediencia a los soldados imperiales. Es así Mathus?

- Veamos - soltó Mathus al mirar a los droides que podían suponer un problema inmediato; aunque bien podía aventurar que esos dos NO serían su mayor problema - Son un modelo similar a los que patrullaban la torre de control, eso no me cabe duda, por lo que bien podríamos emplear la misma estrategia. Dejemos caer alguna de sus palabras clave para hacer que su protocolo de seguridad se desconecte para nosotros y nos permitan acceso libre para la reparación.

El técnico no paraba de mirar a los droides, pero quienes le preocupaban realmente eran los Imperiales. Le gustaba Tatooine, había pasado una buena vida allí salvo los últimos tiempos en el palacio del hutt, pero los acontecimientos le hacía querer dejar atrás este planeta cuanto antes.

Mathus mira a los droides y asiente mientras se toca la barbilla. Es un modelo muy similar al de los droides de seguridad de la torre de control, pero más antiguos. Sus protocolos son algo inferiores, pero también se rigen por palabras clave. Mathus pondría la mano en el fuego a que el nombre de su dueño es una de esas palabras clave.

Para variar, estaba de acuerdo con el bocazas.

- ¿Y si les decimos que somos los técnicos y vamos a reparar la nave y listo?

- Ese es el primer plan. Si no vamos a hacer el segundo propongo que vayamos ya al tajo. Cuanto más esperemos más se nos pueden complicar la situación

Oskara suspiró.

[color=#008000]Será mejor que vuestra idea salga bien.[/color] -concedió finalmente al resto de los miembros del grupo.- [color=#008000]Os guardo las espaldas.[/color]

- Adelante, pero sugiero que mencionemos el nombre del dueño de los droides ¿Trex? Apostaría que se trata de él. Si soltamos que recibimos órdenes directas suyas para arreglar el motor podríamos salvar la situación. En caso de que nos dejen vía libre lo mejor será que alguien me acompañe mientras arreglo el motor. No me vendría mal a alguien para echarme una mano si queremos agilizar cuanto antes la reparación.

En estos casos casi que era mejor tener la ayuda de un droide, eran unos compañeros de taller estupendos, pero Mathus tendría que conformarse con cualquiera que pudiera darle algo de soporte.

Os acercáis al carguero y los droides os miran desde la distancia en silencio. Solo cuando os acercáis más a la rampa de acceso parecen ponerse en guardia y encararse con vosotros, interponiéndose entre la entrada de la nave y vosotros. Miran de forma rápida y nerviosa a los cuatro, girando el cuello con un zumbido agudo.

- Alto. Acceso no autorizado.... bzz.

El droide tiene preparada su arma, aunque no apunta directamente hacia vosotros.

Sasha le dio un empujoncito a Pash para que su labia les hiciera de llave para la puerta que nos cerraba el droide vigilante.

Con una sonrisa y un guiño al mi cariñosa compañera me dirijo hacia el droide más cercano.
- Buenos días, nos envía el señor Trex. Nos ha pedido que reparemos el Colmillo de Krayt. Traemos el nuevo motor de arranque del reactor de hipermateria y con su permiso subiremos abordo y arreglaremos la nave en un momento...
Gesticulo bastante con la mano mala e intento aparentar una tranquilidad que no siento del todo. Mientras, con la buena, acaricio la pistola blaster oculta dentro de la gabardina. Mas vale tenerla a mano por si se gira la situación.
Venga Pash, otro pasito hacia la libertad! Ya hemos llegado muy lejos para que un par de trozos de chatarra nos impidan continuar! Venga! Danos paso robotijo de mierda!!
Sonrío con tranquilidad mientras esperando haber acertado con alguna de las palabras clave necesarias para subir.

Como parte de la treta azuzó un poco más la situación. - Vamos, dijo al compañero que había "achuchado" que tenemos prisa, sobre todo si hay que hacer pruebas y todo, y tenemos muchas más cosas que hacer.

Su gesto era más de enfado que de tensión, y además era real, porque le cabreaba mucho que una rata como el desgraciado aquel les lanzase encima los perros imperiales para que los cazasen como vulgares rateros. Estaba tan cabreada, que si se lo encontrase de cara, no dudaría en dispararle.

El droide mira alternativamente a Pash y Sasha, girando el cuello con ese característico zumbido agudo.

- Muestren el motor y podrán subir a la sección de ingeniería para la instalación

Mathus se adelantó a sus dos compañeros. Se sentía más cómodo en la segunda línea amparándose en esa aparente posición de protección, pero estaba comprobando cómo poco a poco (muy poco a poco a decir verdad) le costaba cada vez menos el tomar la iniciativa cuando era necesario. Este volvía a ser el caso.

- E-el motor - dijo mientras sacaba y mostraba a los droides el contenido de la mochila que no sin cierto esfuerzo descolgó de sus espaldas - Trex ha insistido en tenerla reparada para ya.

Todavía le temblaba algo el labio cuando tenía que comunicarse en situaciones límite y arriesgadas como esta, pero guardar la compostura era algo que sus compañeros esperaban de él, que el propio Mathus esperaba de sí mismo.

Los dos droides echan un vistazo al motor y parecen fijarse en una pieza en concreto. Mathus reconoce que sus protocolos han sido programados para identificar ciertos componentes. ¡Cualquier simulación o engaño no hubiera bastado para convencerlos!

- Afirmativo - dicen al unísono mientras los dos droides se echan a un lado y dejan vía libre a la rampa de acceso al carguero - Procedan a la instalación en la sección de ingeniería