Partida Rol por web

Cuando el sueño te vence finalmente, caes en un sueño profundo. Demasiadas emociones en un sólo día, ¿verdad? 

En un determinado momento, abres los ojos y te encuentras sentado sobre hierba fresca. Miras a tu alrededor y... ¿Estás en el claro de un bosque? No te da tiempo a preguntarte qué haces ahí, porque el cielo comienza a iluminarse de pronto... Una lluvia de estrellas.

La escena te resulta familiar, sin duda. Pero ahora lo estás viendo tan de cerca, que pequeñas motas translúcidas caen a tu alrededor y por todo el bosque. Virya. Ese material misterioso de gran valor, cae del cielo como un manto de brillos azules.

Sigues contemplando aquel hermoso espectáculo, hasta que captas algo que llama tu atención. En el cielo, algo brilla con mayor intensidad, quizá un fragmento de gran tamaño, lo ves descender dejando tras de sí una estela luminosa.

En ese momento, todo se vuelve oscuro y escuchas el eco de una voz femenina, pero desgraciadamente no logras entender que dice. 

La imagen nocturna del bosque vuelve ante tus ojos, la lluvia de estrellas ha cesado, y el lugar en el que te encuentras brilla con luz propia. Cientos de formas cristalinas y pilares de virya ocupan el claro del bosque, y entre ellas sientes que no estas completamente solo... 

Todo vuelve a ser oscuridad, pero al intentar abrir los ojos nuevamente, ves que estás en el interior de tu hogar.
Eso fue, ¿un sueño..?
El cansancio vuelve a vencerte, quedan pocas horas para el amanecer.

Tras la marcha errática del capitán Grimus, tanto Kazuo como Willem se marchan también, a sus respectivos hogares. Lo mismo ocurre con Sony, quién parece algo molesto, porque ni siquiera se ha despedido.

Después de avanzar unas callejuelas, llegaís a la casa de Alice. La chica, aún agarrando a Kirin, la invita a entrar, con una rápida presentación a sus padres, estos aceptan sin más problemas que se quede a dormir.
E incluso os tenían la cena preparada.

¡Qué bien sienta una buena comida tras un largo día lleno de emociones! Y ahora, toca descansar hasta el día siguiente. Y, ¿qué querría el capitán ese de todos vosotros? Mañana habría que averiguarlo, aunque fuera por mera curiosidad.

Tras la marcha errática del capitán Grimus, tanto Kazuo como Willem, se marchan también a sus respectivos hogares. Lo mismo ocurre con las dos chicas, quienes parecen demasiado ocupadas en sus cosas que no han prestado mucha atención a lo que ocurría y se marcharon agarradas del brazo.
Hecho que te ha molestado bastante, ¡mujeres! ¿Quién las entiende?

Tras un corto paseo, llegas a tu casa al fin, dónde te esperaban tus padres con mala cara. Seguramente, tenían intención de reñirte por llegar a esas horas...
Pero, en cuanto vieron tu cara notaron que no estabas de humor. Así pues, te colocan la cena y te dieron las buenas noches, dejándote tranquilo. 

Suspiras resignado, mañana será otro día. Has vivido una pequeña y extraña aventura hoy, ¿qué te deparará mañana? ¿Qué querrá el capitán beodo de tí y los demás? Pero antes, será mejor descansar y recuperar fuerzas.

El humo parecía salir de mis orejas. Se podría decir que mi pelo parecía un mar de llamas. ¡Estaba rodeado de chulos cretinos y niñas estúpidas enamoradizas! Comí con desgana lo que mi madre buenamente me había preparado. Sabía que me iban a echar una bronca, pero agradecía que no hubieran dicho nada. ¡Podría haberles dicho una barbaridad, y ellos no tenían la culpa! Negué con la cabeza mientras recogía lentamente los restos de mi cena.

Al llegar a mi cuarto, me desprendí de mi camiseta y mis pantalones y me metí en la cama. ¿Por qué me alteraba tanto que Alice se dejara llevar por otros? Estaba claro, quería protegerla y ellos querían hacerla...

Con un mosqueo mayor que el de antes, empecé a dar vueltas en mi cama hasta que el sueño me pudo.

Sentada en la cama de la chica castaña, cuyos padres tan amablemente me han invitado a cenar, meneo los pies en el aire. No me llegan a lsuelo ya que soy bastante bajita.

-Oye...gracias por todo. No sabría que hacer la verdad. No recuerdo absolutamente nada excepto mi nombre.

Los pies se detienen, se me nota un tanto decaida.

-Nada de nada...ni mi edad. Ni mi apellido. Ni qué hacía ahí en ese cristal que llamáis Virya. Ni siquiera si soy de este planeta, como preguntó el guardia tonto ese tan hablador.

Suspiro.

Las primeras luces del alba aparecen raudas por el horizonte, un nuevo día da comienzo y a pesar de que puedas sentir el cuerpo pesado, debido al cansancio acumulado de los sucesos del día anterior, el tiempo es caprichoso y no espera a nadie.

Al contrario, los rayos del sol inciden en las ventanas del humilde hogar, obligándote a abrir los ojos a regañadientes y es que encima, hoy, tú y los demás estáis citados con el capitán de la Guardia, Grimus, aunque aún no sabes bien el por qué.

¿Estará relacionado con el descubrimiento de todo aquel Virya en el bosque cercano, no? Aunque no formes parte de la Guardia, has estado allí. Será mejor darse prisa, llenar el estómago y apresurarte a llegar al Puesto de Guardia no muy tarde.

Las primeras luces del alba aparecen raudas por el horizonte, un nuevo día da comienzo y a pesar de que tengas ganas de remolonear unas horas más en tu mullida cama y disfrutar de tu tiempo libre, sabes que no va a poder ser...
Miras a tu nueva amiga, y recuerdas que ayer estuvo contándote que apenas recuerda nada sobre sí misma. ¿Cómo es eso posible? ¿De dónde demonios ha salido esta chica? 

Al contrario, los rayos del sol inciden en las ventanas de tu habitación, obligándote a abrir los ojos a regañadientes y es que encima, hoy, tú y los demás estáis citados con el capitán de la Guardia, Grimus, aunque aún no sabes bien el por qué.

¿Estará relacionado con el descubrimiento de todo aquel Virya en el bosque cercano, no? Aunque no formes parte de la Guardia, has estado allí. Será mejor darse brío, llenar el estómago y apresurarte a llegar junto a Kirin, al Puesto de Guardia no muy tarde.

Mm, ¿qué es eso que huele tan bien? ¡Sin duda parece que tu madre ha vuelto a preparar bollos rellenos de mermelada!

Las primeras luces del alba aparecen raudas por el horizonte, un nuevo día da comienzo en el pequeño pueblo de Obec.

Y a pesar de que puedas sentir el cuerpo pesado, debido al cansancio acumulado durante, quién sabe cuántos días apresada en ese cristal; el combate, y el hecho de que apenas recuerdes nada sobre tí misma, sabes que no tienes más remedio que seguir adelante y buscar indicios que te ayuden a comprender quién eres y que te ha pasado para acabar encerrada en aquel estado.

Los rayos del sol inciden en las ventanas de la habitación de Alice, la chica que conociste ayer, obligándote a abrir los ojos y desperezarte. Encima, hoy, tú y los demás estáis citados con aquel capitán del pueblo, Grimus o cómo fuese, aunque aún no sabes bien por qué aquel hombre quiere veros a todos. 

¿Estará relacionado con el mineral ese que llaman Virya, no? Aunque tú no formas parte de la Guardia, estabas allí. Aunque eso el capitán no lo sabe, y sin embargo anoche os miraba con interés, tanto a Sony, Alice y a tí.

Será mejor ponerse en marcha, llenar el estómago y apresurarte a llegar con Alice, al Puesto de Guardia para descubrir que le ronda al tal Grimus por la cabeza que es tan importante.

Mm, ¿qué es eso que huele tan bien? 

Las primeras luces del alba aparecen raudas por el horizonte, un nuevo día da comienzo en el pequeño pueblo de Obec. Un nuevo día de conquistas, pero ¡espera! Casi habías olvidado la cita con el capitán Grimus en el puesto de Guardia.
Parece que los tipos cómo tú nunca descansan, pero a pesar de todos los sucesos que ocurrieron ayer has dormido bastante bien. 

Y es que después de todo, aquellas pequeñas casas que se proporcionaba a los que no tenían un hogar fijo en el pueblo no estaban nada mal. Bueno, hora de ponerse en marcha, lo suyo sería asearse como todo buen caballero, y desayunar algo antes de irte...

Oye, ¿qué es eso que está en la mesa de entrada? ¿Parece un cesto? ¡Huele que alimenta!

Me desperezo cual gata recién levantada, dejando que los primeros rayos del sol, que entran por la ventana en esos momentos, me iluminen y calienten el rostro. Dormir en esa cama tan cómoda me ha sentado realmente bien...ni yo misma me había dado cuenta de lo agarrotada que estaba hasta ahora que ya no lo estoy.

No me apetece nda ir a ver a ese capitán borracho...pero no creo que tenga elección y no quiero meter en problemas a Alice. Me ha tratado bien.

Me levanto y la zarandeo con suavidad.

-Alice, arriba. Es hora de desayunar.

Es decirlo y el olor inhunda la habitación proveniente de la planta inferior y no de otra casa, espero ya que huele de maravilla, nos llama a que bajemos.

¿Tendré que saltar encima de ella para despertarla?

Decido darle unos segundos de duda antes de hacerlo

El olor que emana de la cesta me abre el apetito, pero antes de revisarla tomo un baño, y me tomo unos cinco minutos frente al espejo acomodando mi cabello, reviso que mi traje no tenga manchas y hago un chequeo de mi arco y flechas.

Agrego un par de gotitas de perfume a mi ropa  y entonces ya preparado voy a revisar la cesta, a ver que hay, además de intentar descubrir quien me ha hecho el regalo!!..

Itadaki-mas!!

Las primeras luces del alba aparecen raudas por el horizonte, un nuevo día da comienzo en el pequeño pueblo de Obec.

Un nuevo día de conquistas, pero ¡espera! Casi habías olvidado la cita con el capitán Grimus en el puesto de Guardia.
Parece que los tipos cómo tú nunca descansan, pero a pesar de todos los sucesos que ocurrieron ayer has dormido bastante bien.
Bueno, menos por ese extraño sueño que has tenido, la verdad es que había parecido bastante real. 

En fin, hora de ponerse en marcha, lo suyo sería asearse como todo buen caballero, y desayunar algo antes de irte. Quizá deberías buscar después del desayuno a tu compañero de fatigas Willem, e ir juntos al puesto de Guardia.

Despues de una noche de sueños, descanso y visiones raras que parecían totalmente reales, me levanto de la cama totalmente absorto en esos sueños - que cosa más rara.... ¿¡seguro que he estado durmiendo aquí!?... no se yo...... - De repente, la imagen del capitán aparece en mi cabeza - Habíamos quedado con el capitán en el puesto de guardia, iré a por Willem cuando me asee y desayune algo -

Una vez levantado, me fuí al baño a acicalarme y luego tomé un gran desayuno de campeones. Una vez terminado, agarré mis dos espadas y me dirijí hacia la casa de Willem.

TOC TOC TOC ¡Willem!... TOC TOC TOC ¡Willem!.... TOC TOC TOC ¡Willem!.....

- ¡¡Willem despiertaaaa!! tenemos que ir al puesto de guardia y reunirnos con los demás -

Me levanto de la mesa, no sin antes tomar una de las viandas y arbo la puerta.

Buen Día!!, espero que hayas descanzado, pasa, dame un momento para terminar - digo mientras echo a andar a la mesa para reanudar mi desyuno -

¿Que tal tu mañana? Yo he empezado como todo un campeón, con desayuno delicioso y caliente servido, me pregunto si debo devolver la cesta...

Luego de quedar satisfecho, tomo algunas cosas de la cesta y las meto en mi mochila, para tener algo sabroso para el camino..

Tomo mi carcaj y mi arco, reviso si tengo la cuerda de repuesto y voy rumbo a la puerta.

"Gnnn..."

Es el único sonido que emitió Alice en respuesta al zarandeo de la invitada de los astros. Por las mañanas, Alice siempre tenía el mismo aspecto; sus ojos azules entreabiertos, dándole un aspecto bastante tierno y el cabello revuelto, en parte cayéndole por encima de su frente. "¿Ya...?" Su pequeña nariz se movió, indicando que estaba aspirando el dulce aire que inundó la habitación, lo suficiente para sacarle una sonrisa a la muchacha y hacer que se levantase y se calzase sus zapatillas.

"Uhm... Buenos días." Saludó, estirándose indiscretamente.

Tras verla desperezarse, sonrío. Me apoyo en la puerta para darle el espacio que necesite si va a cambiarse de ropa o cualquier cosa.

-Buenos días. ¿Huele bien verdad? Espero que sea por algo que ha hecho tu madre...

¿Mi madre sabrá hacer cosas así?....¿Tengo madre?

-Será mejor que bajemos...no me gustaría que ese capitán borracho viniese a buscarnos la verdad.

Ni tampoco me apetece nada ir a verlo pero...¿Qué hago si no? Quizá averigüe algo sobre quién soy o que es ese cristal tan raro en el que me encontraron.

"Sí, es muy buena cocinando... Yo no he heredado ése don, se me da fatal, ja ja."

​Alice sonríe mientras se levanta y se sitúa detrás de un biombo para cambiarse, dejando el pijama colgado sobre éste y saliendo con un bonito vestido de verano de color blanco y sólo una de sus flores en el pelo. "Y sobre el borracho ése, pues me importa un comino. No somos guardias, no estamos obligadas a asistir con puntualidad... Aunque sí que tengo ganas de ver a Willem..." Se sonroja levemente recordando a aquel muchacho que le robó el corazón, pero no tardó en agitar la cabeza y volver en si, preparándose para bajar al comedor.

"¿Vamos?"

-Claro, vamos.

La sigo, es su casa y no quiero ser grosera. Y, aunque no quiero meterme demasiado pues no me concierne en realidad, continúo con el tema de Willem.

-¿Tan guapo te parece ese Willen...Willer..Huilou...como sea? A mi me pareció que lo que pretendía era...bueno..."eso". Igual deberías tener cuidado...

Me encojo de hombros, es osa suya en realidad.

Alice hizo oídos sordos ante las especulaciones acerca de las intenciones de Willem. Ella estaba contenta con ése chico y no iba a permitir que unos presentimientos lo separasen de ella.

"A mi me gusta, y se que sus intenciones van más allá de eso." ​En ningún momento pareció molesta con su respuesta, bajó las escaleras y se sentó a desayunar.