Partida Rol por web

Seguís avanzando por el bosque hacia donde se supone que hay un yacimiento de virya, pero parece que aún os queda algo de camino. Y además... ¿qué es esa bolsita de cuero que hay en el suelo?

Sin decir nada, me acerqué hasta la bolsita de cuero que estaba tirada en el suelo. Fui a cogerla, pero me dio mala espina. ¿Y si era algún tipo de trampa y me quedaba sin mano?

Así que busqué un palo y empecé a tocarlo desde lejos. Al comprobar que no era nada, me acerqué y lo cogí, abriendo para ver su interior

Dentro de la bolsa hay...

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¿Queréis cogerlas?

Seguimos caminando por el camino que creemos que nos llevará al yacimiento de Virya. De vez en cuando aparto del camino alguna ramita para que mi compy no se lleve ningún rasguñón en sus ropajes. Pasado un rato se divisa en el suelo una pequeña bolsa de cuero. Me detengo un momento y me agacho a recogerla - Mira Willem lo que acabo de encontrar -  me giro hacia él y se la enseño.

- No se seguro si abrirla o no Will - Me asaltan un par de dudas en la cabeza. - Si la abro puede que la persona que la haya perdido se moleste, pero claro, si no la abro ¿como voy a saber de quien puede ser? - Antes de decidirme a abrirla o no, la agito a ver si suena algo dentro.

Tomas la bolsita de cuero en tus manos y al agitarla no oyes ningún sonido en particular, pero notas que tiene algo poco pesado en su interior. Pero de tanto moverla, una pequeña esferita roja sale disparada del interior y tu compañero Willem la atrapa al vuelo con gran destreza. Dentro de la bolsa hay...

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¿Queréis cogerlas?

Observo la agilidad con la que Willem ha sido capaz de coger la Gelatina de Manzana - mmmmmmmm, parece que este chaval no es tan malo como parece, por lo menos las manos las tiene bastante agiles - me ha impresionado ver como has cogido la Gelatina, si tienes esa misma habilidad con el arco, me da que lo vamos a pasar mejor de lo que pensaba - Aúnque Will haya cogido la Gelatina con una velocidad y agilidad impresionantes, me dió tiempo de sobra a contar cuantas había. - Will, tenemos un problemilla, hay 5 gelatinas y somos dos ¿como las repartirmos? -

Miro a Will y con una agradable sonrisa le propongo varias opciones para ver quien se queda 3 y quien 2.

En un principio miro suspicaz el saquito que Kazuo recoje del suelo, temiendo lo que  pueda haber. Por suerte finalmente solo es un poco de comida.- Por un momento esperaba que hubiera algun bicho, o algo mas util.- Examino la gelatina que caba de salir volando, y que no me cuesta coger, aparentemente fascinando a mi compañero por mis reflejos.- Espera y veras cuando tenga que disparar

Olfateo un poco la gelatina.- Um, de manzana... me gusta mas la de fresa. Toma, 3 para ti si quieres, yo con un aperitivo me conformo.- Le paso 3 de las gelatinas- Por cierto, si te comes una y estan malas o algo, intenta por lo menos hacer ruido antes de caer. Me vendria bien saberlo con antelacion Jajaja!- Bromeo, pero en realidad no creo que pruebe la gelatina hasta que le vea hacerlo a el. No es que quiera que Kazuo sea el conejillo de indias, simplemente asumo que tiene el estomago mas acostumbrado a cosas fuertes. Si a el le siente mal algo, por narices a mi tambien...

Miro a Will y agradezco el gesto - Gracias Will, a mi las de manzana me gustan mucho, ese último sabor acidillo me encanta... y tranquilo, que de comerte algo de esto no se muere uno, yo me las como a cientos cuando me aburro en las guardias, asi que no te preocupes, yo por lo menos no me voy a morir a no ser que me de una empachera de órdago, pero tu..... no se - te miro con cara de preocupación y bromeando - tienes mala cara, a ver si esto te va a sentar mal y la vas a espichar en un tres por dos - suelto una pequeña carcajada tapandome la boca para que no suene mucho.

- Anda, dejemonos de bromas y sigamos pateandonos este dichoso camino a ver si encontramos el pueñetero yacimiento - La verdad es que el paseo estaba siendo agradable por la compañía de Willem, normalmente lo hacía yo solo cuando la ronda tocaba por el bosque y era un coñazo. Mientras caminabamos comenté con Will - Espero que sea cierto que cuando te toque disparar el palo ese - señalo al arco que me parece maravilloso - solo oiga el sonido de la cuerda tensarse una y otra vez y las flechas volar y atravesar a lo que dispares -

¡Mira Alice! dije levantando un poco la voz

¡Gelatina de manzana! Seguro que nos sirve más adelante, cuando nos apetezca comer algo  y me lo guardé

Seguimos caminando por el bosquecito y llegamos a una parte que me trae gratos recuerdos - ¡Anda! mira Will, ¿ves esta pequeña roca con moho? - Me agacho y recojo una piedra del suelo algo más grande que una cabeza humana y se la muestro a Willem - Willem, esta piedra y yo tenemos una pequeña historia bastante desagradable, aunque luego gracias a ella mejoró - con la piedra en la mano seguimos avanzando

- Pues todo comenzó hará año y medio mas o menos, cuando en una guardia el capitán me mandó a hacer una ronda por aqui. Un aldeano llegó corriendo al cuartel diciendo que había visto algo extraño en el bosque, el capitán casi no se podía mantener de pie por la cogorza que llevaba encima, asi que me mandó a mi a hacer la ronda. Conforme más me adentraba en el bosque, más pensaba que el aldeano había soñado con lo que decía que había visto. Llegado a esta distancia más o menos, me disponía a dar por terminada la ronda, cuando de repente, escuché un fuerte golpe en el suelo. Al ir a comprobar que era, pisé una mierda y resbalé. La mala fortuna se apoderó de mi y fuí a parar contra esta linda piedra de cabeza. Unos instantes antes de perder el conocmiento me dió la impresión de ver una pequeña figura femenina, pero casi ni me dió tiempo, perdí el conocimiento. Al rato (no se ni cuanto) me desperté en una pequeña cabaña escondida en un páramo del bosque y había una muchacha preciosa guardandome, con un paño humedo en un líquido raro, no hacía nada mas que frotarme el chichón. Al cabo de un rato, el chichón se bajo totalmente y me incorporé, la chiquilla era preciosa, una melena laaaarga de color azul hielo, los ojos los tenía de un impresionante azul, solo con la mirada te hacía sentir totalmente tranquilo y relajado, ojos grandes y muy abiertos. Un par de pechos impresionantes, un culo que daban ganas de morderlo como una manzana jugosa y dulce y la piel era blanca como la leche, una verdadera preciosidad. Comenzamos a hablar y saqué la conclusión de que lo que contaba el aldeano y lo que ella me contaba, coincidian, ella era una curandera que estaba de paso y encontró esa cabaña abandonada y decidió quedarse unos días para recoger unas hiervas que necesitaba antes de volver a su pueblo. Estuvimos hablando largo y tendido durante un buen rato, y una cosa llevó a otra y a otra y no se como, terminamos los dos totalmente desnudos y comenzamos a revolcarnos por un monton de paja que tenía hecha a modo de cama. - Seguiamos andando y no conseguia quitarme de la cara una sonrisa totalmente tonta y babosa por los recuerdos que esa roca me estaba haciendo pensar. -

Cuando ya se me pasó un poco la tontería, me limpié la baba que me caia por la comisura de los labios y le pregunté a Will - Bueno ¿tu tienes alguna historieta con final feliz y dama incluida? yo tengo algunas más, pero esa es la que más me gusta recordar - Mirando la piedra con gran cariño, la dejé en el suelo con total delicadeza y esperé a que Will me dijera algo mientras seguiamos buscando la Virya.

Tras guardar el pequeño tesoro encontrado y más animados, os fijaís en unos árboles más grandes que el resto, posiblemente los más longevos de todo el bosque, han crecido tanto que sus raíces son incluso más gruesas que el contorno de vosotros dos juntos. Y pese la cantidad de follaje del bosque se vislumbra una hueco entre esas raíces, por que podríais pasar sin mucho esfuerzo.

A simple vista no se puede lograr ver hacia dónde llevará, pues el paso entre los árboles es casi imposible con tanta raíz y tanto matorral espinoso.

Aunque después de tanto rato paseando por el bosque, esta podría ser la mejor opción.

Seguimos caminando por el bosquecito y llegamos a una parte que me trae gratos recuerdos - ¡Anda! mira Will, ¿ves esta pequeña roca con moho? - Me agacho y recojo una piedra del suelo algo más grande que una cabeza humana y se la muestro a Willem - Willem, esta piedra y yo tenemos una pequeña historia bastante desagradable, aunque luego gracias a ella mejoró - con la piedra en la mano seguimos avanzando

- Pues todo comenzó hará año y medio mas o menos, cuando en una guardia el capitán me mandó a hacer una ronda por aqui. Un aldeano llegó corriendo al cuartel diciendo que había visto algo extraño en el bosque, el capitán casi no se podía mantener de pie por la cogorza que llevaba encima, asi que me mandó a mi a hacer la ronda. Conforme más me adentraba en el bosque, más pensaba que el aldeano había soñado con lo que decía que había visto. Llegado a esta distancia más o menos, me disponía a dar por terminada la ronda, cuando de repente, escuché un fuerte golpe en el suelo. Al ir a comprobar que era, pisé una cagada y resbalé. La mala fortuna se apoderó de mi y fuí a parar contra esta linda piedra de cabeza. Unos instantes antes de perder el conocmiento me dió la impresión de ver una pequeña figura femenina, pero casi ni me dió tiempo, perdí el conocimiento. Al rato (no se ni cuanto) me desperté en una pequeña cabaña escondida en un páramo del bosque y había una muchacha preciosa guardandome, con un paño humedecido en un líquido raro, no hacía nada mas que frotarme el chichón. Al cabo de un rato, el chichón se bajo totalmente y me incorporé, la chiquilla era preciosa, una melena laaaarga de color azul hielo, los ojos los tenía de un impresionante azul, solo con la mirada te hacía sentir totalmente tranquilo y relajado, ojos grandes y muy abiertos. Comenzamos a hablar y saqué la conclusión de que lo que contaba el aldeano y lo que ella me contaba, coincidian, ella era una curandera que estaba de paso y encontró esa cabaña abandonada y decidió quedarse unos días para recoger unas hiervas que necesitaba antes de volver a su pueblo. Estuvimos hablando largo y tendido durante un buen rato y todo fué muy muy agradable - Seguiamos andando y no conseguia quitarme de la cara una sonrisa totalmente tonta por los recuerdos que esa roca me estaba haciendo recordar. -

Cuando ya se me pasó un poco la tontería, me limpié la baba que me caia por la comisura de los labios y le pregunté a Will - Bueno ¿tu tienes alguna historieta con final feliz y dama incluida? yo tengo algunas más, pero esa es la que más me gusta recordar - Mirando la piedra con gran cariño, la dejé en el suelo con total delicadeza y esperé a que Will me dijera algo mientras seguiamos buscando la Virya.

Mientras Kazuo rememora sus peripecias tiempo atrás, os daís cuenta de que al parecer el paisaje boscoso comienza a tornarse en algo diferente, los matorrales dan lugar a enredaderas espinosas, y la espesa hierba da paso a un suelo algo más rocoso.

El aire parece hacerse más pesado a medida que avanzaís, como si algo flotase en el ambiente, ¡parece que vais por buen camino!

Seguimos andando por el bosque y conforme nos adentramos más y más todo va cambiando. Mirando a Willem y sonriendole le comento - Willem, agarrate las enaguas bien agarradas, que estas ramas que asoman por el camino no son ramas de pereji, a ver si se te rasga alguna parte de tu ropa -

Conforme andamos, el piso se hace un poco más complicado de andar, se da paso a unas piedras que no hacen más que fastidiar las plantas de los pies - Odio los caminos empedrados, como tropiece y me caiga, ya va a ser la ecatombe en un día plagado de pifias por mi parte - Conforme caminamos, voy hechando vistazos al suelo para intentar no tropezar y acabar de morros en él o contra una piedra. El aire se comienza a viciar y cuesta un poco más respirar.

Escucho distraido la historia de Kazuo, lo que por cierto me levanta cierta curiosidad sobre la muchacha que encontro. La describe tan hermosa que de repente me entran ganas de poder conocerla, aunque si dijo que solo estaba de paso, dudo que la vea por los alrededores.

Entonces me pasa la pelota con una pregunta -que? ah, si, he tenido ciertas vivencias interesantes con todo tipo de ligues en mi ciudad, donde por  cierto era un rompecorazones, espero que mi encanto siga intacto con las lugareñas.- le guiño un ojo amistosamente a Kazuo.- Aun recuerdo la vez que tuve que correr entre los tejados de media ciudad para evitar la ira de un padre, y solo por que le di un beso de nada a su hija. Era un tipo un poco drastico, y por desgracia tambien capitan de la guardia, tengo mucha suerte de que solo me viera de refilon, jejeje. Ya te contare mas cuando volvamos, estas batallitas se disfrutan mas con una cerveza en la mano

Noto como el terreno va cambiando, mas abrupto, y da la sensacion de pesadez.- Si, tendre cuidado con las ramas, veo que no es muy agradable por aqui. Nos acercamos a nuestro destino verdad?

Dejaís los espinos atrás y la vegetación parece escasear de repente, los árboles son sustituídos por grandes rocas.

Sin duda, parece que el bosque acaba en este lugar y llegaís posiblemente a confirmar los rumores del pueblo. ¿Esas motas que flotan en el aire, podrían ser..? Quizá por eso el aire parecía más pesado.

Sólo queda adentrarse más y más.