Partida Rol por web

Tras volver y hablar con el resto, la gente se comenzo a dispersar. En mi cabeza aun estaban las imagenes de esa habiatcion ensangrentada y la marca de la inquisicion. Pero mas que todo eso se me quedaron grabados los ojos de Kashya.

Antes de que se marchara, me coloque a su lado alejado de el resto.- ¿Te gustarria tomarrte una copa de sangrre, conmigo en un sitio muy majo que conozco?- la sonrei sin dejar de mirarla a los ojos y la verdad que me apetecia mucho conocer a kashya, pues me habia cautivado esa belleza exotica.

Pronto salimos de aquel lugar sobrecargado y Yakov  se me acerca. Mis ojso ambarinos se cruzan con los suyos. Nunca me ha gustado mexclar trabajo y vida personal, pero una cosa no me vendría mal en ese momento aunque sienta unos deseos absurdos de ver a Erick y que compartamos uno de esos cálidos besos íntimos. ¿Enamorada de mis ire? No, obsesionada sería la respuesta correcta.

-Yakov... yo...-comienzo a decir dando por sentado que iba a decirle que no, peor mi boca me sorprende hablando más rápido que mi corazón-. Bien, vayamos...-digo dejando caer la última frase en un silencio mortecino y sintiéndo como si estuviera engañando a Erick sólo por tomar algo con otra persona que no sea él.

Mis últimos pensamientos antes de marchar junto a Yakov van dedicados a los ojos y los labios sensuales de Erick.

Os despedís de Tobías, Jean y los demás y empezáis a caminar por las calles.

Es un barrio de clase obrera, con edificios altos llenos completamente de terrazas, anodinos y totalmente impersonales. De vez en cuando se oye el ruido de algún coche pasando a toda velocidad por el Paseo de Extremadura, un zumbido rápido como el de una mosca.

Pasáis las antiguas vías del tren donde, hace unas horas, Alyss se alimentó del señor que paseaba a su perro. Camináis hasta un pequeño parque enfrente de la verja de un instituto. Las escasa farolas ofrecen su luz a las ramas de los árboles. Un cálido viento mece suavemente las hojas de las ramas más altas. Es lo único que se mueve. El resto del paisaje parece una fotografía, estática, petrificada.

Sonrei a Kashya, mientras nos dirigiamos andando hacia algun lado que conocia cerca.

Humm esperrra, si he trraido un coche...- Me dirigi hasta el y lo abri para que Kashya, entrara.

Grracias por aceptarrr mi invitacion- Te sonrei de manera seductora sin dejar de mirarte a los ojos mientras arrancaba el coche.- La verrdad, que no suelo hacerrr esto con la gente con la que trrabajo, perrro tampoco viene mal que nos conozcamos un poco y de paso interrcambiarr opiniones de lo que hemos visto...o no-  Volvi a sonreirte y mire a la carretera para salir del paseo de extremadura y dirigirme a uno de esos locales de "Vampiros" que abundaban en Madrid.

Miré por la ventanilla del coche una vez que entré. No sabía muy bien qué hacer, qué se esperaba de mí y, lo más importante, qué pensaría Erick de mí al verme en esa situación.

Me giré y miré a Yakov a los ojos.

-Tú dirás a dónde ir, yo más bien salgo poco "de copas"-dije como si tal cosa.-Pero que sea un sitio que esté bien, por favor.

Ya que tenía que representar un papel, decidí representar el papel de chica lista, no de femme falatale ni de listilla, pero no iba a dejar que Yakov se percatara de mis debilidades.

-Sorpréndeme.-añadí.

Me sorprendí a mí misma al decir esas palabras.

Porrr supuesto, te llevarre al mejorrr sitio de Madrrid- Devolvi aquella mirada con una sonrisa seductora. Conduje a la velocidad permitida, ya que aquel coche no era que se dijera un bolido.

Me dirigia hacia Moncloa o el centro, donde los locales para vampiros eran de los que los humanos llaman pijos, pero donde el saber hacer de sus "Restauradores" era exquisito.

¿De donde erres kasyha?- No lograba captar ese acento y esa belleza exotica sin duda no era española. Dije tras un rato en silencio mientras pensaba donde llevarte. Aparte de intentar entablar una conversacion que no fuera de la mision.

Pensé que era una pregunta muy típica para un dandy como parecía ser Yakov, pero decidí contestarle. No tenía por qué no hacerlo.

-Soy asturiana.-contesté con voz dulce.-Nada exótico como tú. Bueno, como me imagino yo. No me has dicho de dónde eres.

Esto último lo acompañé de una sonrisa picarona. Prefería que diera rodeos a que fuera directo como los pulpos que te encuentras una noche de copas.

Yakov recorre el Paseo de Extremadura en el coche que le ha dejado Vicen, entre el zumbido del motor y las voces de los dos vampiros hablando sobre trivialidades como los dos desconocidos que eran.

La luna brilla fuerte en esa noche de verano, noche cálida y mansa, cuando llegáis a Argüelles, a la calle Tutor. Yakov aparca el coche e indica a Kashya que le acompañe. El viento dejó de soplar hacía mucho y el peso del calor cae sobre la ciudad como un sudario.

Llegáis a un bar que se llama "La mala noche". Bajáis unos escalones y entráis en un bar de paredes blancas, inmaculadas. Todo a vuestro alrededor es de diseño: lámparas que parecen naves espaciales, asientos ergonómicos de colores brillantes y cuadros cubistas de manchas de colores. Está casi vacío: sólo hay dos mesas acupadas al fondo y un señor en la barra.

El camarero, un hombre delgado y de aspecto pulcro, saluda con la cabeza a Yakov cuando entra por la puerta.

Cuando os dáis cuenta de los sucios que estáis en ese lugar de aspecto futurista ya estáis dentro.

De toda las nacionalidades que se me ocurrrrian de la que podias serrr, no me imagine que errras Asturrriana...- Sonrei mirandote a los ojos, pues aunque no quisiera hacerlo se me iba la vista a ellos.

Aparque el vehiculo y pare el motor. Antes de salir de este conteste a tu pregunta.

San Peterrrsburgo-Leningrrrado...Una marrravillosa ciudad Rrrusa, que apenas ha cambiado en todos estos años que vago porr la noche.- Volvi a sonreir y tras contestarte como un caballero te abri la puerta del copiloto y coloque mi brazo de forma que si quisieras podias agarrarte a el.

Cuando entramos salude al camarero con la cabeza y busque mi sitio de siempre. un rincon apacible donde poder observar a la gente y poder entablar una privada conversacion con Kashya.

¡Maldita sea, no habia rreparrado en lo sucio que estamos! Aunque a ti te sienta bien incluso eso- Sonrei seductor, pues aunque estuvieramos cubiertos de polvo y barro, seguias igual de bella.

¿Que deseas tomarrr Kashya?- Levante la mano, para que el camarero acudiera a tomarnos nota.

-Sorpréndeme.-le digo con una sonrisa pícara en los labios, ignorando su piropo.

El bar era agradable, y me alegraba salir de copas por primera vez en bastante tiempo, sobre todo después de la noche que habíamos pasado.

-Además, creo que me vendrá bien conocer a más gente del Sabatt-pensé.

-Así que de San Petersburgo... ¿lo ves? Más exótico que yo. ¿Y qué hace un ruso como tú en un lugar tan cálido como Madrid? Espero que no te derritas... sería una lástima.

-Si voy a hacer de "femme fatale" tendré que hacerlo bien.-pensé.- Y, además, empieza a ser divertido.

En ese caso trraiganos dos Bloody Marry. Solo que en vez de ginebrra, sea de Vozka- Pedi al camarero, pues no se como lo hacian, pero la sangre tenia un toque de vozka. Imagine que emborracaban a una joven con Vozka y despues sacaban su sangre para servirla en una copa.- Esta rrealmente bueno como lo hacen aqui.-

Te dedique una seductora sonrisa con aquel cumplido- No me derrretirre, perro quiza si lo hagan esos ojos tan prrecioso que tienes...- Devolvi el cumplido sin dejar de mirarte.

Pues supongo que serrra como todo vampirro...- Sonrei- Mi sed de conocerr y rrecorrer el mundo me trrajo hasta aqui. Un bello pais, donde la sangre es mas calida que en mi pais natal y cuyas mujerres de bellos ojos son capaces de enamorrar con solo una mirrada.- Sonrei bromista.

Eso serria la verrsion poetica, la verrdadera verrsion es que me trrajo Jean Carrlo Desment, el cual me acogio bajo su tutela y me enseño todo lo que soy ahorra.

Adorro este pais, sus costumbrres, paisajes y gentes. me siento ya de aqui, pues llevo la frriolera de unos setenta años viviendo aqui...- Dije con una sonrisa.-

Mis ojos se abren todo lo que pueden al escuchar el tiempo que lleva en Madrid. Le sonrío tímidamente ante el piropo pues aunque trato de jugar el papel de femme fatale no va del todo conmigo pues estoy más acostumbrada a que ejerzan de "hombre fatales" conmigo.

Yakov no parece mala persona y es tremendamente seductor. Fijo mis ojos en los suyos de nuevo después de desviarlos hacia el lugar por el que debería venir el camarero, y me sumerjo en ellos, en el azul profundo, pero mis maltrechos pensamientos me recuendan los cálidos ojos de Erick y el remordimiento hace su aparición provocando que mis mejillas se tornen rojas justo en el momento en que el camarero deposita sobre la mesa las dos bebidas.

Casi al instante toma la mía y suvemente para ocultar el rubor absurdo que tiñe mis mejillas levanto la copa a modo de brindis.

-¿Por qué?-le pregunto buscando el motivo de tal brindis.

El camarero pone música mientras habláis. Kashya fija sus ojos en Yakov, sintiendo moverse el recuerdo de Erick en su mente. Yakov se fija en que su mirada se nubla momentáneamente, como si un pájaro oscuro se hubiera cruzado ente los dos.

Os encontráis en un bar, uno frente al otro, como dos satélites en el espacio, cerca pero a la vez lejos. La música llena el pub de diseño mientras habláis de tribialidades y de vuestra vida.

-Bueno... crreo que no es algo que se pueda explicarr fácilmente con unas pocas palabrras... creo que lo que me atrrae de España es el ambiente... Rrusia es tan frría, todo allí es distante, y los invierrnos son un auténtico aburrrimiento: todo se parra, y no hay casi nada que haserr... Me gusta más... ¿cómo se dice?... ¿carrácter? Sí, carrácter. Me gusta más el carrácter del surr

Acerco mi copa hacia la tuya y las dos chocan.

-A su salud, porr la encantadorra velada que estamos comparrtiendo-bebo un poco de la copa, sin dejar de mirar tus profundos ojos, como pozos en una noche estrellada.

-¿Y tú, cómo es que te fuiste de Asturrias? No está tan lejos como Rrusia, pero la gente no suele dejar su hogarr así como así.

Agacho la mirada entre intimidada y tímida. No me gusta que la gente indague en mi vida y pensar en mi hermano, en mi familia me hace daño y hace años que procuro no hacerlo.

-Bueno, me convertí en vampiro-es todo lo que le respondo y trato de evitar el contacto con sus ojos pues hablar de mi pasado me hace sentir indefensa.

Coloco mi pelo con sensualidad, no porque quiera provocarle, más bien porque lo llevo en la sangre y mi aspecto de muñequita de porcelana hace que la mayoría de los movimientos sean más sensuales de lo que pretenden.

-Y bien, Yakov, como buen Brujah, ¿eres solitario e independiente?-pregunto tratando de evitar la conversación que se cernía sobre mí.

Cojo el "Bloody Mary" agitando el vaso para que la sangre no se espesara demasiado bebi sin dejar de mirarte a los ojos. Me parecias muy bella y exotica. Ver como te ruborizabas me cautivo, pues jamas habia visto nada similar en un vampiro. Evitaste el tema con otra pregunta.- Evitare el tema de su pasado, pues la causa dolor.- Era algo normal si tu abrazo habia sido algo tragico o contra su voluntad. En mi caso estaba a las puertas de la muerte y mi abrazo fue mi salvacion.

La pregunta con la que cambiaste de tema me hizo deslizar una sonrisa aun oliendo el aroma de la sangre con ese toque de ginebra, que tan bien sabian preparar aqui.

A dia de hoy entrro en la media de mi clan...aunque no descarrto encontrrarr a una compañerra parra que la soledad de la eterrnidad sea mas llevaderrra.- Lance una mirada seductora e intencionada, pues aunque era muy pronto aun, quiza Kashya, podria tener posibilidades de convertirse en esa compañera. Aunque por el momento tendriamos que conocernos mas y saber mas de ella para que eso si tiene que suceder suceda. De momento me limitaba a disfrutar de este momento y conocerla mas.- ¿ Y tu prreciosa Grangel, entrras en la media de tu clan? Aunque he de decirrr, que me parreces bastante distinta a los Grangel que he conocido hasta ahorra- Sonrei mientras seguia agitando el vaso para que no se coagulara la sangre.

Escucho a Yakov buceando en sus ojos azules con esa intensidad con la que me mira a veces Erick.

-Bueno, sólo me parezco a los Grangrel en mi unión a los animales, por lo demás debería ser un Brujah pues la soledad e independencia me caracterizan pues no me gusta atarme a nadie-le explico amablemente mientras tomo la copa con mis manos femeninas y pego un pequeño sorbo con ese extraño sabor a ginegra.

Mis ojos vagan por el local observándolo todo en silencio, parece bastante abarrotado, aunque tranquilo.

-¿Y bien? ¿Qué piensas de la misión?-le pregunto desviando un poco la conversación de nuestras vidas privadas.

No podia dejar de mirarte, de perderme en esos ojos ambarinos que resaltaban en esa cara de porcelana junto a esos precioso labios sensuales.

Sonrei con una media sonrisa traviesa- Como bien he dicho erres mucho mas distinta de lo que habia conocido sobrre los grrangel. Serrias una buena Brrujah...aunque no te veo pasarrr toda la eterrnidad sola- Volvi a sonreir sin dejar de perderme en tus ojos y me tome unos segundos para contestarte.

Volvi a beber y tras ello a seguir agitando suavemente el vaso y la sangre que contenia en ella- Hummm, lo de los Templarrios me ha descuadrrado bastante. Tengo que hablarr con Jean Carrlo, sobrre el tema, pues aun no encuentrro la conexion.