Partida Rol por web

Intentando apartarme lo máximo de las curiosas miradas de los pueblerinos. -Eh, chaval ven un momento quiero pedirte una cosa, acércate- todo con la maliciosa intención de tocarle y esta vez usar mi poder como se merece, dejarle seco de información en resumen.

Mientras caminaba por las calles llegué hasta el punto de inicio, donde hacía unas horas había avivado mi curiosidad. Subí los primeros peldaños para poder hablar con la mujer, la verdad era que no me había dicho demasiado, solo una frase que me llamó demasiado la atención “Pocos hombres y muchas ratas” ¿Qué querría decir con eso? Bajé de nuevo los peldaños y alcé la mirada hacia la azotea, para ver si había algo más que pudiese llamar mi atención, mientras en mi cabeza seguía pasando una y otra vez esa frase. Estaba segura de que había querido decir algo con ella, que tenía un significado. Apartándome un poco, volví a sacar mi dispositivo móvil, no perdía nada buscando algo de información, quizás encontrase algo que estuviese relacionado con la anterior frase.

Shell sale detrás del chico junto a Gabriel. Yen trata de pagar la cuenta a toda prisa y salir detrás de ellos. 

No avanzan mucho, ya que con los curiosos arremolinados a la salida del bar, el chico no ha avanzado más de cinco metros cuando Shell le agarra del brazo y usa su poder sobre él. 

Nota algo de resistencia para hablar de todo. Tal vez sea el miedo. 

- ¿Qué es lo que nos acabas de contar? ¡Cuéntalo todo!

- Betina existe. Es la dueña de toda esta región. ¡Desde hace siglos! Vive en el volcán hundido, en el valle en una ciudad subterránea. Sus huestes vigilan la superficie y a veces secuestran gente. Secuestraron a mis padres y todo el pueblo lo sabe. Nadie hablará contra ella. La temen... Dicen que... Dicen que tiene monstruos a sus órdenes. 

Yen sale y ve cómo la gente cada vez forma un círculo más grande. Hablan entre ellos y no parecen entender lo que el chico está contando en inglés a Shell pero la tensión es evidente. 

- ¿Cómo podemos encontrarla? 

- Está en el Valle pero probablemente os encuentre ella antes. Ese hombre, y ese, ¡y ese otro!- dice señalando acusador a algunos de los testigos- Todos ellos ya estarán informándole a la mujer de vuestra presencia. 

Gabriel también nota que la multitud está inquieta. Algunos de ellos llaman por el móvil. Otros golpean puertas de casas cercanas e invitan a salir a más gente... 

 Tratando de mantener la calma, le susurro a mis compañeros:

 - Es hora de irse, llamad a Evolet por el móvil y movámonos, pero mantener la calma y procurad no parecer preocupados, pero permaneced alertas.

 Hice que mi cara adoptara una sonrisa despreocupada, mientras maldecía a la pelirroja por su puta idea de largarse justo ahora...

Si larguemonos esto se está poniendo feo

Todos estos tumultos suelen tener un cabecilla que lo maneja más o menos estar atentos a ver si vemos quien lleva la voz cantante, shell podría convencerle de que nos dejen en paz
Voy llamando a devolver a ver si sigue bien le diré que se dirija a él hotel

Evolet se sienta en la azotea y trata de buscar información. Tal vez si pone el lema en el traductor kazajo... Tal vez si busca por la iglesia o el nombre del sacerdote o leyendas rusas antiguas o...

No sabe cómo pero llega a una página donde el navegador empieza a traducir torpemente algo de información

... Se dice que era capaz de hacer que las ratas actuaran como hombres y los hombres como ratas. Engendraba ejércitos de monstruos ajenos a la evolución,  como la reina de una colmena de ratones y hombres, la Niña Madre, Betina la inmortal , ha ocupado el imaginario de los eslavos desde hace siglos. Desapariciones de pueblos enteros del valle son atribuidos a su poder y hay quien asegura que los altos mandos del ejercito de la URSS sabían de su existencia y aún así respetaban sus dominios.

En ese momento su móvil se interrumpe puesto que una llamada le entra. Decide ignorarla y seguir leyendo pero al ver que es Yen se asoma a la azotea desde donde está en alto la iglesia. Cree recordar que desde allí se ve el bar.

Efectivamente puede ver abajo a lo lejos a sus compañeros. Están en medio de una multitud que les observa. Parece haber algo de tensión. 

Analizo rápidamente la situación y no veo muy claro quien es el líder y hay demasiado revuelo como para influir en este grupo. Creo que hay que salir zumbando de aquí. - Muchacho quiero que nos saques de aquí rápidamente y convenzas a esta gente de que no somos más que reporteros del National geographic- digo esto aprovechando mi influjo sobre él.

Guardé el móvil en mi bolso al ver lo que ocurría, miré una vez más hacia abajo y negué con la cabeza ¿Ya estábamos otra vez en problemas? No podían estarse quietos nunca, el caso es que veníamos de buenas y la gente se empeñaba en ponernos trabas… Volví a cerrar mi mochila, acomodándola bien sobre mi espalda, con ambas manos saqué mi larga cabellera roja dejándola caer sobre mi espalda y hombros, tras eso subí hasta la mitad la cremallera de la cazadora, tenía que bajar a ayudarles o al menos a intentar que no los linchasen.

Me aseguré de que todo estuviese en su lugar y tras eso volví a tomar la puerta que me había llevado a la azotea. Mientras bajaba las escaleras mi cabeza daba mil vueltas, intentando sacar algún plan o idea para cuando estuviese abajo. Al llegar a la puerta principal apoyé mi mano en el pomo, pero no empujé la puerta, me llevé levemente la mano a la cabeza, sentía un leve dolor o molestia, cómo las otras veces.-Otra vez… Malditas jaquecas.-Susurré mientras intentaba ignorarla. Tiré con decisión de la puerta, saliendo nuevamente. La brisa me golpeó, haciendo que mis cabellos ondeasen suavemente, desprendiendo un suave olor a jazmín. Sentí cómo la puerta se cerraba detrás de mí, pero no atendí a ella, con suavidad bajé los escalones hasta el último. Llevé mis dedos a los labios y silbé tan fuerte cómo pude ¿Razón llamar la atención de aquellos que estaban allí?.- ¿Qué ocurre aquí?. -Pregunté con suavidad, pero mostrando cierta serenidad. Mi idea era la de aparentar algo que no era, pero antes debía dejar que alguno me diese una pista de cual había sido su “tapadera”, después ya actuaría.

 Miré a la pelirroja y, manteniendo la calma, le respondí con tranquilidad y en voz baja:

 - Ya te lo explicaremos, solo no digas nada más y síguenos la corriente, nos vamos pitando de aquí. Tú solo mantén la calma, pase lo que pase, y no hables con nadie del pueblo...

Ya habían pasado varias semanas desde que vi aquella imagen sobre el lienzo. Lo que podía implicar me habia robado horas de sueño las últimas noches.

Seguian llegando objetos decorativos que no dudaba en romper para calmar mi frustración. Pasar una vida encerrado era duro, pero desde que había saboreado cierta libertad se me estaba haciendo cuesta arriba. También Echaba de menos a mi madre y a mi prima ¿ Que sería de ella? No podía soportar la idea de que le hubieran hecho algo terrible.

Desde mi última rabieta mortal los guardias mantenían cierta distancia cuando me visitaban. No les culpaba, hasta yo mismo me asustaba con lo que podía llegar a hacer.

- ¡ Tu, no me ignores, se que puedes oirme! ¡ Quiero ver a Betina! Grté furioso cuando tuve ocasión a los que me habían traido algo de comida. No esperaba mucho éxito con mi petición, aunque tampoco perdía nada intentándolo.

Shell tocó de nuevo al muchacho. Sentía como sacudía la voluntad de aquel chico hasta hacerle suyo por completo. Ahora y hasta dentro de un tiempo, aquel joven sería una marioneta en sus manos. 

El chico habla en kazajo transmitiendo las órdenes de la australiana. Algunos de los hombres que ha señalado le miran mal. Luego, a empujones, se abre paso entre la multitud, abriendo camino para que Yen, Shell y Gabriel, y también Evolett que acaba de llegar salgan. 

Por el camino Shell les dice que el chico hará cualquier cosa que le pidan mientras Evolet les cuenta lo que ha descubierto en la iglesia: 

- Una mujer en la Iglesia me dijo que el sacerdote, el Padre Temir, podía saber algo. Está en las aldeas del valle. También me dijo una frase que me intrigó: Pocos hombres y muchas ratas

Después investigué a raíz de esa frase y encontré esto en internet

... Se dice que era capaz de hacer que las ratas actuaran como hombres y los hombres como ratas. Engendraba ejércitos de monstruos ajenos a la evolución,  como la reina de una colmena de ratones y hombres, la Niña Madre, Betina la inmortal , ha ocupado el imaginario de los eslavos desde hace siglos. Desapariciones de pueblos enteros del valle son atribuidos a su poder y hay quien asegura que los altos mandos del ejercito de la URSS sabían de su existencia y aún así respetaban sus dominios.

El chico les guía hasta su casa tras andar más de veinte minutos. En el camino no han vuelto a encontrarse problemas. Una vez allí cierra todas las puertas y atranca las ventanas y saca una escopeta de una pequeña alacena. Se queda allí, como un títere apuntando a la puerta. 

- No dejaré que os lleven. No dejaré que os lleven. - repite. 

 Esto no pintaba bien:

 - Debemos de movernos, aquí somos un blanco fácil. Debemos de alejarnos del pueblo y pensar un estrategia. No podemos luchar contra todo un pueblo y si nos quedamos quietos nos encontrarán, si deciden venir a por nosotros...

 Me acerqué al chico y le pregunté:

 - Aquí no estamos seguros. ¿Sabes de algún sitio donde podamos ocultarnos?. Creo que tengo una idea, pero debemos de ocultarnos y necesitaremos tu ayuda...

- Calla insensato- respondió uno de los Chkrysa al otro lado de la gruta, vigilando la puerta- No te conviene molestar a la Niña Madre estos días. 

Vadik se sentó detrás de la puerta escuchando lo que decían. Pronto su espionaje dio sus frutos

... Ayer mató a otro Salvaje. Sigue esperando a ese humano. Y su espera se hace agónica. Dicen que ahora vaga nerviosa por las dependencias. Espera noticias de la superficie.

- Mejor que lleguen pronto. O nuestra Diosa podría decidir destruir nuestro mundo... 

Tras escuchar la conversación de los guardias regresé a mi habitación. Me senté en el suelo adoptando una postura de meditación y cerré los ojos. A pesar de todo lo que habia sufrido y perdido en esos largos años seguía disfrutando de los momentos de soledad. Poder ordenar mis pensamientos en calma y paz era algo que no me habia sido arrebatado. Al menos no por el momento y di gracias por ello.

Me preocupaba de lo que me habia enterado. ¿Tanto temor infundia ella? ¿ Sería capaz de hacer lo que todos temían si perdía la paciencia? ¿Y si era como yo? Por la edad que habia escuchado que tenia debería ser peor. Mucho peor. Y eso que el alcance de mis poderes me asustaba. Tanta destrucción al alcance de un solo hombre. Ver de lo que sería capaz ella realmente tendría que ser terrorífico.

Suspiré profundamente y abrí los ojos. Las pareja pintada sobre el lienzo parecía que me miraba esta vez con una sonrisa burlesca.

El chico parece bloqueado. Traga saliva repetidas veces mientras sigue apuntando a la puerta. 

- Aquí estaréis a salvo... Yo os protegeré... No entrarán... No entrarán

Parece que su voluntad está totalmente anulada por Shell con un sólo objetivo y no parece que tenga otras alternativas.

MODO AUTOMÁTICO

- Él vive aquí así que supongo que cree que con él estaremos a salvo. Aunque estoy contigo, Gabriel, quedarnos aquí mientras el pueblo se mueve no debe ser la mejor de las opciones. ¿Qué habías pensado? ¿No nos fiamos entonces de los sitios que nos han dicho para dormir? ¿Os dijeron algún otro contacto? Me niego a creer que toda la gente de este sitio esté metida en ese asunto... ¡No puede ser! 

 - Shell, necesitamos un lugar donde escondernos y que sea seguro, haz que el chico nos lleve. Nos guste o no vamos a necesitar ayuda, así que me temo que vamos a tener que contactar con los demás y decirles donde estamos para que vengan... - Respondí, hastiado ante la idea de tener a Geminis y al resto pegados al culo, pero estaba claro que esto nos superaba.

-Muchacho, aquí no nos vamos a quedar con toda esa gente ahí fuera. Llevamos rápido a ese sitio que irías si no quisieses que nadie te encontrara, rápido- me es fácil controlar esa mente rudimentaria pero no se sí puedo hacerle un daño irreparable. -tenemos manera de contactar con los otros?- pregunto curiosa a Gabriel.