Partida Rol por web

Lleváis varios días asustados, hace un par de noches Fluffy el hamster apareció brutalmente asesinado, estaba despellejado y destripado, sea quien fuera el que hizo esto debía de odiar mucho al pobre roedor a juzgar por las muestras de ensañamiento

Sin embargo Doña Miau, la gata callejera que a veces viene a visitaros os dijo que esto ya ha pasado hace mucho tiempo, según ella entre vosotros hay animales infectados de rabia con un ansia asesina irrefrenable que os matarán noche a noche a no ser que vosotros los matéis antes, para eso Doña Miau dice que pedirá ayuda a su amiga Tara, la boxer de vuestro cuidador, ella cambiará las fichas que tiene el cuidador según vosotros sospechéis cada día quienes son los infectados para que los elimine, no sabéis como hará eso, pero no os importa siempre y cuando vosotros salvéis vuestro culo peludo.

Arf arf arf arf arf arf arf arf arf arf arf arf arf...

(Corretea en circulo por la celda...)

Perry, aun tratándo de asimilar la noticia sobre los acontecimientos sucedidos en la perrera, da un par de vueltas y se tumba en un rincón. No duerme sin embargo, si no que se mantiene vigilante. Lo cual le resulta fácil, dado que cada ojo mira a un lado.

Mira a Barky jugar mientras se come su comida

Nala nerviosa empieza a dar vueltas por su celda tras la muerte del hamster, ¿quién iba a querer matarnos?¿porqué algunos tienen la rabia? Era demasiado para el nuevo día.

Nala decide subirse rápidamente a la jaula más alta y observar a los demás desde las alturas, con mucha desconfianza.

¡¡Kyúú!!

Se despereza el pequeño zorro que no roza ni el año de edad. Tras ello se estira y lame su pata.

¡Buenos días, compañeros!

Observa su pequeña celda y olisquea feliz, buscando algo.

Tengo hambre...

El pequeño Locky despierta y se estira al momento que ronronea

Buenos Dias! -Salta alegre respondiendo a Viento del Norte y a todos en general-

Astro se queda oculto entre las sombras. Observando a todos a su alrededor. Los más jóvenes se dedicaban a jugar entre ellos, con su ignorante felicidad. Pero Astro no, sabía que esa noche había ocurrido algo terrible. El pobre Fluffy apareció muerto, y los culpables no aparecieron. Era un día negro.

Estirarse y rascarse la oreja derecha es la rutina mañanera de Keisha. Cuando se termina de despejar recuerda la muerte fatal de Fluffy, que terrible acontecimiento. ¿Quien podría tener tantas agallas para hacer una cosa así? Se estremeció solo de pensarlo. ¿Quién será el siguiente? La pregunta atemorizaba a cualquiera.

Se acosto, alzando la vista desde su esplendida jaula diseñada para dioses como él.

Yo soy el rey y nadie mas.

Volvio a acachar la vista, esperando que a sus subditos se les ocurriera algo interesante.

- ¡Vamos, divertidme!

El enorme gato Bait seguía rezongando dentro de su jaula. No es que le importase más o menos la muerte de Fluffy, sino que el hecho de rezongar se había convertido en una actividad casi mística para este animal con vida de perro. 

Resolvió que le estaban gustando aquellas vacaciones. Vacaciones de la dueña pesada que no le dejaba comer de su tabla alta, vacaciones de los gatos malignos que intentaban quitarle su comida de perro, vacaciones de tener que pensar de qué estaba de vacaciones... 

El pequeño Kukoki no podía olfatear a los demás tranquilamente. ¿Y si, pensaba, acababa oliendo los cuartos traseros a algún animal psicópata y decidía vengarse destrozando al pobre Kukoki?
Sin cuartos traseros que olfatear, el pobre Kukoki se dedicó a hacer lo que mejor sabía: lamerse los pendientes reales a la espera de que todo esto se solucionase.

Buens días para algunos, pero me temo que para el pequeño Fluffy no. Ya no lo serán nunca dijo Mico mientras escalaba por su jaula, buscando hacer algún tipo de ejercicio

Paquita había sido incapaz de dormir, fluffy su amigo había aparecido muerto y ella era lo más parecido a Fluffy que había en esa carcel de extrema seguridad en la que le habían metido maldita dueñamientrsa Paquita daba vueltas en su ruedecita
Buenos días a todos, ah para el que traiga el desayuno, que me traiga un Transilium por favor que no he dormido nada

Paquita seguía esperando, el catering era nefasto, al menos el servicio si era muy simpático.

Con una pata el pequeño zorro empuja la puerta metálica y ésta se abre.

Como siempre, se dejan la puerta abierta...

Camina algunos pasos perezoso y divertido hasta que sus orejas se mueven y se gira hacia Mico.

Kyú...

Como si fuese algún tipo de reflexión, el pequeño se dirige hacia los armarios.

Si no me traen la comida me serviré yo mismo... ¿Alguien me ayuda?

¡Uh ah! exclamo nervioso ¡Nos matarán a todos! ¡Estamos contagiados y algunos sólo pensáis en comer! ¡Uh ah! se rasca la cabeza ¡Plátanito! ¡Quiero platanito bonito! ¡Uh ah! pasa su mano a través de la verja y la mueve esperando su plátano.

Matt esta en un rincón, quieto, inactivo, de vez en cuando mueve sus ojos dando una rápida mirada a los demás.

<<Es mejor no hablar con nadie, es mejor no relacionarse, es mejor no hacer amigos, es mejor...>> se repetía en sus pensamientos casi como si fuera una oración.

-Buenos días a todo el mundo, estoooo.... ¿eso de ahí es el desayuno?
Una vez que le aclaran la confusión, empieza a pensar lo que podía haber empezado como un bonito día, parece tornarse hacia una especie de pesadilla animal, comienza a sentir como un frió le recorre la espina dorsal y se termina traduciendo en un pequeño gas que se le escapa prácticamente sin darse cuenta.
- Creo que necesito pasar un momento al arenero, si me disculpáis...
Dicho esto se retira a la parte trasera de su jaula.

Floppy despertaba tirado en el suelo, con el hocico en el plato de Centella.
-O mi cabeza... pero que...-Miro el plato y su nombre.-Mierda a vuelto a pasar.

Antes de que el perro capado se despertara, se alejo de allí de un salto, que acabo con su culo en el frio suelo, después de eso caminaba torpemente con sus patas traseras.
-Alguien debería decirle que sin eso y así de gordo, parece una hembra...-Sus orejas le alertaron de algo malo.

-O no... donde narices estoy... y donde están las conejitas. Así... la perrera de las narices, maldito seas Jack. Porque tuviste que ir a un loquero, nos lo pasábamos bien con tu psicosis, pero no... el tenia que mejorar y salir de aquel sótano. ¡Maldito JACK!-Entre tanto pensamiento funesto su mirada se claro en el trasero de cola plana y pelaje duro.

De otro salto se encaramo a la jaula de Perry.-Hola cariño, ¿Y tu que animal se supone que eres?