Partida Rol por web

- Pega un grito si necesitas algo. ¡Y no tardes tanto! - responde tu padre que se queda fuera con los otros dos compañeros

Te adentras por la abertura en la montaña y, a cada paso que das, puedes ver restos de sangre, carne putrefacta y huesos astillados y rotos, aunque te llama la atención lo que parece ser el cadaver a medio devorar de un orco (o eso parece pues está irreconocible). El zumbido de las moscas se escucha a la perfección pero conforme te adentras más y más por el túnel cavado en la roca viva, es otro sonido el que llama tu atención. Es un ronquido...

Volk sigue a tu lado, aunque se muestra muy inquieto.

Ese ronquido no me gustaba en absoluto, me hacía estar bastante preocupado, sobre todo viendo lo que hay a mi alrededor. Miro a Volk y me genera menos tanquilidad aún, pues se le ve bastante alterado. Tranquilo chico. Pienso mientras lo acaricio en la cabeza para intentar relajarlo.

Dudo un momento si continuar ante tal peligro y apunto estoy volverme por donde he venido. Sin embargo, la curiosidad me puede y me hace continuar adelante. Voy con mucha cautela, intentándo no hacer ningún ruido. Sea lo que sea lo que ronca, será mejor que no se despierte.

Te acercas lentamente hacia el origen del sonido, adentrándote hasta el fondo de la cueva. La luz del exterior ya casi no alumbra bien en este lugar, pero tus ojos se adaptan rápidamente a la escasez de luz y enseguida percibes algo que te hiela la sangre por un momento. El olor a podredumbre está más presente aquí debido a la gran cantidad de cadáveres mutilados y a medio comer que hay por todas partes. Y en el centro de la sala, una criatura parece descansar apaciblemente...

La criatura de piel verde, largos colmillos en su mandíbula inferior, nariz alargada y aguileña, más alto que un orco pero también más delgado, cesa sus ronquidos y comienza a olfatear el aire. Al abrir sus ojos fija su mirada en ti, se relame y con una sonrisa macabra, comienza a levantarse...

Al ver a aquella gran criatura empezar a levantarse me temo lo peor. ¡Mierda! Disparo mi ballesta casi por instinto, intentando dirigir el virote hacia el monstruo. Rápidamente y sin llegar a ver si le he dado o no, me giro y salgo corriendo. - ¡Vamos Volk! ¡Corre afuera! Corro todo lo que puedo siguiendo al lobo, todo lo que mis cortas piernas dan de si, todo sea para que el pedazo bicho que habita en la cueva no me coma.

Según corro hacia la salida, grito para alertar a mi padre y los compañeros. - ¡¡¡AAAAAHHHH!!! ¡¡¡TROLL!!!

El virote de tu ballesta pasa rozando al troll pero no consigue impactarle. Sales corriendo junto a Volk y el enemigo comienza a seguirte con el paso algo más lento que el tuyo, tal vez debido a que todavía está medio dormido. Consigues salir de la cueva, gritando para poner en aviso a tu padre y los otros dos enanos.

- ¿Un troll, dices? ¡Mierda! Salgamos de aquí cuanto antes - grita tu padre cuando te ve, mientras la silueta del horrible ser se dibuja en las sombras de la entrada a la cueva.

Ni me detengo al ver a mi padre, sigo corriendo como alma que lleva el diablo. Intento cargar torpemente un virote en mi ballesta mientras corro y corro por si el Troll nos persigue. - ¡Vamos daos prisa! ¡CORRED! Grito cuando paso al lado de mi padre y nuestros dos compañeros.

Uno de los enanos se adelanta a los demás, mientras que tu, tu padre y el otro os quedáis más rezagados. Por desgracia al troll solo le bastan dos zancadas de sus largas piernas para alcanzaros. El monstruoso ser extiende su brazo con el puño cerrado y golpea en la espalda a tu padre, que cae al suelo aparatosamente...

- ¡Por las barbas de Ebrik! ¡Como corre el Troll! Digo deteniéndome en seco para intentar ayudar a mi padre.

Lo primero que hago es descargar el virote que había cargado mientras corría. Intento dar al monstruoso Troll con la esperanza de que al dañarlo nos de unos segundos de respiro.

Según sale el virote de la ballesta grito a los otros. - ¡VAMOS, DISPARAD!

Los dos enanos se paran en seco y, con sus ballestas, sueltan un par de virotes contra la vil criatura que ha tumbado a tu padre. Uno de los virotes impacta en el objetivo pero el troll no parece inmutarse por el daño y, girándose hacia ti, arremete con su largo brazo...

Volk, que se había adelantado, al ver que te paras retrocede y se pone a tu lado.

Veo como lanza su enorme brazo contra mi. Intento saltar hacia atrás para salirme de su alcance y así ganar espacio para poder volver a dispararle. sin embargo el troll es más rápido de lo que parentemente se puede esperar. - Volk ataca. Mascullo mientras intento resistir su golpe, con la intención de que el lobo lo despiste y me de una oportunidad...

El troll me acaba tumbando y el castañazo que me he llevado ha sido importante. ¡No querías aventuras! Pues toma aventuras... Pienso mientras intento incorporarme...

- ¡Gggrrrruuuuu! Gruñe el lobo con fuerza al ver el golpe que horrible ser le ha propinado a su dueño.

El lobo sale corriendo hacia el Troll he intenta morderle una pierna.

Volk aprovecha para abalanzarse sobre el troll y le mete un bocado que obliga al enorme humanoide verde a centrar su atención en él. Con el puño cerrado, el troll ataca a Volk pero su torpe movimiento no llega a golpear a tu compañero.

Tu padre, ya levantado y con su arma cargada y, junto a los otros dos enanos, disparan una andanada de virotes sobre el troll y éste no los puede esquivar aunque uno de ellos no acierta y se estrella contra la pared. Las heridas del enemigo comienzan a sangrar pero el troll resiste en pie, rugiendo de dolor y rabia a partes iguales.

Me levanto lo más rápido que puedo. No me da tiempo a disparar junto a mi padre y los otros, así que para ponerle más difícil al troll que esquive mi disparo, leo los movimientos de Volk e intento que mi disparo coincida con su próximo mordisco. Aún no… aún no… no… ¡AHORA! Aprieto el gatillo y suplico por acertar esta vez.

Por el momento, el troll no podía con los rápidos movimientos del lobo.

- ¡Rruugghh! Volk vuelve a gruñir al esquivar el golpe y mira fijamente al troll enseñándole los dientes. En el momento justo vuelve a lanzar otro mordisco al horrible monstruo. 

Tu virote impacta en el monstruoso ser pero Volk no tiene tanta suerte, que en un descuido pierde el equilibrio y el troll aprovecha para asestarle una patada y lanzarlo a tres metros de distancia.

- ¡A la cabeza, apuntad a la cabeza! - grita tu padre a la par que vuelve a descargar su ballesta contra el troll y le asesta un tiro certero en el cuello por el cual comienza a manar un chorro de sangre verde. Los otros dos enanos también disparan y consiguen acertar al monstruo, pero en diferentes partes del cuerpo.

¡Mierda! Pienso al ver a Volk recibir semejante golpe. ¡Joder! Padre tiene razón. Hay que acabar con él rápido…

Cargo un nuevo virote y apunto a su cabeza, me tomo mi tiempo para concentrarme y apuntar bien. Cuando estoy seguro disparo.