Partida Rol por web

Tetrarch

Tándem (Escena 2)

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27/03/2017, 19:15
Director

Entrar en el espacio federal era estar fichado. La monitorización era constante, y a Reegan le parecía asfixiante. La gente que vivía en aquellos mundos, en las grandes colmenas urbanas defendidas por la policía y el ejército, vivían sus vidas de autómatas asalariados con la esperanza de consumir en bienes y servicios, o pasar unas vacaciones en un resort donde les faltara de nada. Mientras tanto, sacrificaban constantemente su libertad frente al ojo que todo lo veía. La presencia policial, siempre fuerte, se hacía sentir apenas alguien creaba algún tipo de "problema". Los pobres, los desamparados y los que optaban por una vida de delincuencia, se apiñaban en viejos e insalubres barrios donde las mafias tenían el poder, pero pagaban sus peajes a la policía y los políticos para sobrevivir.

Al pasar la frontera, quedaron registrados en sus CPUs personales, y tuvieron que declarar el motivo de su entrada. De hecho, al ser mercenarios tenían que firmar su conformidad con la legislación vigente al efecto, que les impedía llevar sus armas en núcleos urbanos de clases Alfa a Gamma excepto en el ejercicio de sus funciones. Normalmente, las armas se quedarían en la nave y en el espaciopuerto. Infringir ésta norma suponía pasar un tiempo en la cárcel a espera de juicio, donde las penas variaban entre una cuantiosa multa a años de cárcel o expulsión del espacio federal (en el caso de haber usado sus armas, aunque fuera para amenazar a alguien).

Por si fuera poco, estaban en Vekta, la capital de la Federación en aquel sector, y uno de los mundos-colmena más grandes del Universo Conocido. El 98% del planeta era una interminable ciudad llena de arcologías, industrias y bases militares y de investigación. El asunto tenía sus aspectos positivos, ya que era uno de los sitios más cosmopolitas del universo, pero también muchas desventajas. Como gran ciudad, la gente iba totalmente a su rollo, viviendo sus vidas a despecho de los demás. Aquello era una competición constante, por tener más dinero, por conseguir entrar en los prestigiosos, bonitos y seguros barrios VIP. Pero la mayoría vivía en sus pequeños habitáculos llenos de domótica, que trataba de suplir la asfixiante realidad. Otros muchos, no tenían siquiera esas comodidades, y malvivían en pisos compartidos y comían bazofia procesada para matar el hambre, con sus sueldos de miseria.

Dejaron al Halcón en el espaciopuerto, y mientras Azerty había quedado para reunirse con unos empresarios federales, en busca de algún trabajo con el que ir tirando, Gahbrac la acompañó a su destino. Recorrieron las calles atestadas con personas que no miraban hacia atrás o a los lados, hombres y mujeres que vestían a la moda, se adscribían a una tribu urbana o llevaban ropa de negocios, y que atestaban los nodos de comunicación, las calles y los centros comerciales.

Finalmente, enfilaron con un tren bala una parte del planeta donde el hábitat era más disperso y selecto. Grandes parques y bosquecillos entre las casas, o más bien mansiones, indicaban que aquella zona era solo para la high. De hecho, tuvieron que solicitar un pase especial para llegar hasta allí.

El edificio principal era una estación de investigación científica avanzada. Pero no encaminaron sus pasos hacia allí, si no hacia el resort que estaba a los pies de la cascada. Allí, había bonita casa de estilo colonial, a cuya puerta picaron finalmente.

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27/03/2017, 20:37
Zadoc

La puerta se abrió y un hombre muy guapo surgió al otro lado. Les miró con una pequeña sonrisa. Hubo algo... como una chispa eléctrica, que inmediatamente golpeó en su cerebro. Algo la unía a aquel hombre, una sensación inexplicable. Su nerviosismo se cortó de repente. Ahora estaba tranquila, confiada. Sabía que todo iría bien.

-Eres tú... Te hemos estado esperando. Tanto tiempo...

Les indicó que podían pasar.

-Padre te está esperando. Seguidme.

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27/03/2017, 20:40
Dr. Crayg Allen

La casa no era muy grande, pero si lujosa. Estaba decorada con gusto y muchas obras de arte. Había viejos libros, libros en formato físico, mapas, bustos y pinturas. Todo aquello valía una fortuna. Música clásica sonaba de fondo. Un hombre, de espaldas, en su estudio, trabajando con su ordenador.

Ella se detuvo en el umbral de la puerta, en cuyo dintel había una cita en latín. Zadoc se adelantó, diciéndole algo al oído. Entonces, él se giró, levantándose de su asiento, y la miró. Ella conocía aquellos ojos... Eran los ojos de su creador.

-Cuatro... al fin has llegado.

Sonrió, casi al borde del llanto, como un padre que al fin se reencuentra con su hija. Pero no corrió a abrazarla, por que sabía que para ella él seguía siendo un extraño.

-Ha cumplido su promesa, señor Gahbrac. Le estoy muy agradecido. Le estaré eternamente agradecido... Puede irse, si quiere, ella está segura aquí. Más segura que en ningún lugar en toda la galaxia...

Le indicó a Reegan que se acercara, teniéndole una mano a modo de invitación.

-Cuanto has crecido... eres ya toda una mujer.

Parpadeó, mirando a Zadoc. Se notaba que ellos dos sabían mucho sobre ella, pero ella no sabía nada sobre ellos.

-Supongo que tendrás muchas preguntas.

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27/03/2017, 21:04
Reegan Emeryx

Los viajes parecían siempre la misma cosa pero en el fondo ella sabía que aquel no era como ningún otro. Agradecía mucho el apoyo de sus compañeros que más que eso eran su familia pero aún así se mantuvo retraida y en silencio, observando detalles que tal vez ya conocía de muchad otras veces pero que en ese momento eran la excusa perfecta para mantenerse absorta en sus propios pensamientos.

Pero aquello no podía durar para siempre y aunque tuvieron que separarse para hacer cada quien lo suyo, eso no era lo que la ponía ansiosa sino el hecho de que iba a encontrarse con algo a lo que no sabría como reaccionar. El sitio era encantador por llamarlo de alguna manera, allí debía vivir alguien con mucha pasta pero además de eso, con un gusto especial. Estuvo a punto de retirarse en un par de ocasiones pero según Ghabrac era importante visitar a ese hombre. Y allí estaba indecisa aunque pronto se acabó eso porque un hombre abrió la puerta y ella no pudo evitar sentir algo. Tal vez como otras veces o tal vez como nunca, no estaba segura pero ya no se sentó ansiosa.

-¿Padre?

Lo siguió con una sensación rara que tendría que explicarse más adelante y pronto estaba siendo observada por un hombre al que, si bien desconocía, tenía algo de familiar. Hubiera querido que su amigo no se fuera pero entendia que aquello le correspondía a ella meramente. Los observó a ambos detenidamente, no a parecían mucho pero si Crayg era su padre o algo así, el hombre era su hermano o algo así.

-Pues si, tengo bastantes y creo que poco tiempo porque imagino que usted dan que han puesto un precio a mi cabeza.

Miró alrededor buscando un sitio donde sentarse sin romper nada ya que todo parecía muy valioso allí.

-¿Por qué me estaban esperando?

En ese punto miró a Zadoc directamente para luego mirar al doctor. Cierto era que le creía que ahí estaba segura pero también estaba ávida de respuestas que sólo Crayg podía darle.

-Gracias por..., crearme. ¿Él también es como yo?

Claramente preguntaba por Zadoc que con aquel chispazo había hecho saltar su curiosidad más de lo que habría querido revelar.

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27/03/2017, 22:11
Ghabrac

Miró al científico y luego a Reegan. Sabía que ella podía cuidar de si misma con harta eficacia, pero estaba algo triste. Él había sido algo así como un hermano mayor para ella, durante todos esos años. Esperaba que no se olvidara de eso. Pero tampoco quería que le notara triste o algo parecido.

-Veo que estás en buenas manos. Ya sabes donde voy a estar. Si me necesitas... silba.

Sonrió brevemente. Zadoc quiso acompañarle hasta la puerta pero él dijo que "ya se sabía el camino". Sin más, les dejó solos. En otras circunstancias, ella se hubiera sentido algo violenta. Pero aquellos dos tenían algo que le hacían confiar. Como si fueran de la familia...

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27/03/2017, 22:15
Dr. Crayg Allen

Cuando estuvieron solos, el científico le respondió con sinceridad, poniendo los brazos en jarras.

-No es exactamente tu hermano. Es un asunto filosóficamente muy discutible. Lo único que pude salvar de mis investigaciones fueron tus secuencias de ADN y mis archivos de investigación. Zadoc es el resultado de mis esfuerzos durante todos éstos años para... darte el compañero perfecto. Es decir... él está diseñado para complementarte en casi todos los aspectos. Es la otra cara de la moneda.

Suspiró.

-Ya sabes a que nos enfrentamos. Ellos son tres, y tienen una legión de "copias de peor calidad" a su servicio. Vosotros solo seréis dos. Por eso llevamos muchos años esperándote. Sin ti, Zadoc no puede enfrentarse a tus tres hermanos. Y sin él, tu tampoco podrías hacerlo sin terminar muerta...

Parpadeó, sonriendo con tono afable.

-Hay algo más. Cuando te diseñé, coloqué mi propio ADN como línea patrilineal. Técnicamente, soy vuestro padre... biológico. Te programé con ciertas dotes de rebeldía, inconformismo, pensamiento libre y tangencial. Algo que los otros tres no poseen en tu medida. Y comprobé con satisfacción que hiciste buen uso de esa rebeldía cuando atacaste el complejo de investigación y detuviste la producción de tetrarcas. Sin embargo... se de buena tinta que ellos están cerca de conseguir relanzarlo. Solo necesitan una pieza del puzzle, y esa pieza eres tú. Por eso han intentado e intentarán siempre capturarte con vida. Y por eso necesitas a Zadoc, y a tus amigos. No puedes, ni debes, luchar sola en ésta batalla.

Miró a su otro "hijo" y asintió, despacio.

-Tenéis que entrenar, conoceros bien, trabajar juntos. Si no me equivoco, seréis capaces de conectar en casi todo. Estáis hechos... el uno para el otro.

Señaló esa casa con un movimiento amplio de las manos.

-Puedes quedarte aquí cuanto desees. Pondré a tu disposición todo el material con el que normalmente Zadoc se entrena, y los terrenos que circundan a la estación de investigación. Hay circuitos de entrenamiento, armas... e incluso robots contra los que ejercitar tus dotes de combate. Zadoc te guiará en todo el proceso. Mientras, yo te ayudaré en lo que pueda. Intentaré... "mejorarte", si ello es posible. Cuando estéis preparados, hablaré con el ejército federal. Es imperativo que nos ayuden en ésta misión. Solo el poder de su flota es capaz de plantear una batalla contra la Confederación con posibilidades de éxito. Pero obviamente... vosotros tendréis que encargaros de los tetrarcas. Nadie más... puede hacerlo, y sobrevivir al enfrentamiento.

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27/03/2017, 22:27
Zadoc

La miró con una sonrisa, breve, pero intensa. Físicamente, era todo lo que ella buscaba en un hombre, y suponía que aquello no era para nada algo casual. Además, era simpático, paciente y caballeroso. Todo lo que gustaba en un hombre para el día a día.

-No te preocupes por las cosas materiales. Tendrás ropa y lo que necesites, solo tienes que pedirlo con el CPU. La Federación nos da todo lo que necesitamos. Éste proyecto, como comprenderás, es muy importante... Quizá el más importante, si queremos ganar ésta guerra y liberar al universo de la plaga confederada.

Parpadeó, un poco como su padre. Se dió cuenta de que ella también hacía algo similar, de vez en cuando.

-Hemos dispuesto un módulo de habitación para ti. Está cerca de la casa, pero tendrás intimidad y comodidades. Puedo enseñártelo si quieres.

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28/03/2017, 00:55
Reegan Emeryx

La informaciòn le cayò de golpe a Reegan pero de alguna manera estaba bien, era como si eso le abriera un abanico de posibilidades entre las cuales estaba claro que habìa un espacio gigante para Zadoc, tenìa que reconocer que su padre tenìa, ademàs de mucha inteligencia, muy buen gusto. Aunque su mente tenìa eso en la cabeza o mejor dicho: ESO. Lo cierto es que tambièn estaba poniendo especial atenciòn en todo lo demàs, lo que tendrìan que hacer y còmo. Nunca se imaginò enfrentando a nadie sin su equipo, evidentemente aquello mucho menos aunque eso sì que nunca se lo imaginò porque aunque sabìa que era diferente, no sabìa cuànto.

-Pues gracias por hacerme un complemento tan...-mirò a Zadoc de arriba a abajo.-Bueno. Entonces supongo que tendremos que entrenarnos ràpido, espero que esas mejoras no le tomen mucho tiempo, doc y espero que podamos ponernos de acuerdo, tù y yo.

Aunque no lo conocìa y no sabìa de què era capaz, confiaba en èl porque si era como ella o muy parecido a ella, tenìa que ser jodidamente bueno en lo que sea que hiciere, asì que eso realmente no le preocupaba. Se acercò un poco al doctor, a veces Reegan era como un animal salvaje en busca de un detalle que le dijera que podìa relajarse del todo pero a la vez, su naturaleza le impedìa entregarse del todo, le tomarìa un par de dìas pero no estaba mal. Habìa otra cosa de la que Cuatro, como la llamaba su padre, estaba segura: podìan con esos tres y el montòn de copias baratas.

-No dejarè que me atrapen si es que soy esa pieza y si lo hacen... Tal vez pueda dotarme de algùn sistema autodestructor que sòlo yo o usted podamos accionar pero creo que podemos hablar de eso en otro momento. Yo ahora necesito...

Mirò a su alrededor y luego mirò a Zadoc que le estaba ofreciendo llevarla a un mòdulo dispuesto para ella solamente donde tendrìa privacidad, los ojos de Reegan brillaron. Tenìa suerte de haber sido dotada de esa rebeldìa o tendrìa una vida vacìa y aburrida, posiblemente como la de los otros tres.

-La ropa no es lo que me estarìa preocupando en este momento...-dijo sin pensar y se acercò al hombre de pelo obscuro.-Pero si, vamos, vamos... Asì me fijo que... ¿Mis amigos dònde estaràn?

Aunque sabìa que con una llamada podrìan aparecer, querìa estar segura de que estaban bien. Volviò de nuevo donde Crayg y le hablò miràndolo fijamente:

-Ellos han sido mi familia todo este tiempo, digamos que si les pasa algo por mi culpa no lo soportarè, claro que no se los dirìa. Confìo en que me ayudarà a seguir cuidando de ellos.

Parecìa que iba a abrazar a Crayg pero se arrepintiò de ùltimo momento y volviò con Zadoc.

-Vamos, llèvame a donde quieras.

Y con eso decìa bastante.

Notas de juego

xD

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28/03/2017, 17:38
Zadoc

Su "padre" se quedó un poco contrariado. Pero se tenía que acostumbrar a su forma de ser, que era algo que había desarrollado 100% en su vida en solitario. Salió de la casa con Zadoc, que contestó a su pregunta. Afuera hacía una temperatura agradable, semejante a un día de primavera.

-Tus amigos estarán bien atendidos. Se alojarán en la ciudad, de donde has venido, en un sitio bastante decente, por cortesía del gobierno. Tienen dinero que gastar, pero no les gusta quedarse quietos. Siempre hay dinero para mercenarios y cazarrecompensas en la Federación, incluso trabajos bastante "asequibles" como los de guardaespaldas o guardia de seguridad.

Caminaron apenas dos minutos, atravesando unos jardines. Finalmente, llegaron a un sitio que estaba a veinte metros de las orillas del lago. Era una casa muy bonita, un bungalow super moderno con una curiosa piscina central.

-Eres libre de visitarles cuando quieras. Tu y yo podemos salir de éste complejo a voluntad. Pero padre... de momento no puede. Tiene que ganarse ese derecho, por así decirlo.

Le fue enseñando las habitaciones. No eran muchas, pero si estaban bien equipadas. Todos los cristales podían volverse opacos a voluntad, o proyectar lo que uno quisiera. Aunque el paisaje ya era lo suficientemente bonito. Sacó una cerveza de la nevera, y se la ofreció.

-Mañana empezaremos con el entrenamiento. De momento, hablemos un poco de nosotros y todo eso. Es la primera vez que me ves, y no es justo. Nosotros si hemos sido siguiendo tu carrera, más o menos.

En realidad, a ella le apetecía darse un chapuzón, pero no tenía un bikini a mano.

-¿Que te gusta?

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28/03/2017, 18:11
Reegan Emeryx

Aunque se había mantenido en silencio mientras caminaba a lado de Zadoc, iba mirando todo al su alrededor y guardando cada detalle para cuando los chicos le preguntaran, porque sabía que iban a hacerlo.

-Entonces estoy segura que estarán bien. Gracias por decirlo.

Miró alrededor suyo, no era una chica de lujos pero ¿a quién le dan pan que llore? Ella tomó la cerveza y dio un sorbo, bastante delicado para lo que estaba acostumbrada. No entendía bien porque Crayg no podía salir pero se dijo que lo averiguaría en otro momento.

-Si me han seguido sabes lo que me gusta...

Le guiñó un ojo y caminó hasta donde estaba una de las tumbonas. Quería nadar y él había dicho que podía tener lo que quisiera y ella tomaba eso muy literal.

-Te diré una cosa: quiero nadar y no tengo un bikini pero si me consigues uno, te lo cuento todo y empiezo por la parte jugosa.

Claramente estaba mucho más relajada y pensaba que si él era como ella, nada lo asustaría. Bebió un poco más de cerveza pensando está vez en el entrenamiento y dándole tiempo a Zadoc a responder.

-Me gusta matar bastardos casi tanto como el sexo...-dijo a modo de adelanto.-¿Tú dónde duermes?

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05/04/2017, 01:41
Zadoc

La verdad es que su padre le había contado cosas sobre ella. Él mismo, como parte de sus trabajos de "campo" había tenido que investigar sobre ella. Le había dicho que era "su complemento", pero no eran exactamente iguales. ¿Que pareja perfecta lo es? Eso sería... super aburrido. Es cierto que en muchos temas y formas de ver la vida coincidían, pero en otros se podía decir que creían en lo opuesto.

En lo tocante al sexo, él había disfrutado de encuentros fortuitos con muchas mujeres, pero ninguno de ellos le había "llenado" demasiado. Es decir, en el fondo era una persona romántica con interés en encontrar una relación más duradera. Sin embargo, el tipo de vida que él llevaba, lo que era, y la esperanza de vida tan corta que se le suponía le movían a ser conservador. Ninguna buena chica se merecía enamorarse perdidamente de él para perderle a los pocos años a causa de su destino, la lucha para la que fue creado.

La miró con una breve sonrisa, pensando en tomar su propia cerveza. Pero en realidad estaba pensando en otra cosa muy distinta. Estaba pensando en ella, en cómo se iban a llevar o como iban a resolver ciertos temas. Imaginaba que convivir con Cuatro, o Reegan, como ella se había bautizado, era difícil si eras una persona celosa o tenías una visión de las relaciones hombre-mujer muy estrechas. No era su caso, la verdad. Aunque sabía que corría el peligro de enamorarse. Después de todo, había sido creado para ella, y sabía muy bien que el destino era algo que no podía vadearse eternamente.

-Creo que hay una impresora 3-D en la casa. Mandaré que te fabrique un bikini que pegue con tus ojos.

La pregunta sobre donde dormía él le hizo sonreír más, mientras mandaba órdenes a la casa a través de la CPU.

-Pues... ahí -señaló un bungalow cercano, aunque estaba al final de la playa- Aunque puedo dormir en cualquier sitio que te venga bien. En tu cama, si eso...

Ella sonrió por el comentario. Le estaba dando un poco de su propia medicina.

-Creo que ya lo tienes, está en el cuarto, en el dispensario de la impresora.

La miró con una sonrisa confidente. No tenía prisa, tenían mucho tiempo para conocerse bien. Él era una persona paciente y que sabía cuando actuar y cuando ser prudente. Sin embargo, podía notar cierto impulso, un tirón hormonal. La verdad es que tendría que aprender a domeñar de algún modo aquellos pensamientos y acciones, o en vez de entrenar... se pasaría los días pensando en su pequeño pero bien formado cuerpo.

-Puedo hacerte algo de cenar, mientras te das un baño -dijo, elegante.

La verdad es que hasta hacía un momento había pensado en cenarla a ella, tumbada en una hamaca. Pero debía mantener cierta apariencia de profesionalidad... Acababan de conocerse.

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05/04/2017, 02:17
Reegan Emeryx

Se sentía tan a gusto con Zadoc que aagradecía que no fueran hermanos, claro que eso tampoco habría sido realmente importante, no estaban como en otras épocas y tampoco en otras le hubiera importado a ella tirarse a su hermano aún si fuera como todos los humanos. Tras mirar el sitio donde él dormía, lo miró de nuevo sin disimulo alguno ésta vez de pies a cabeza y se mordió el labio inferior. ¿Cuánto hacía que no tenía un revolcón de los buenos? Desde el morenazo de fuego y ya había pasado demasiado tiempo.

-En mi cama estaría bien o podrías llevarme a la tuya y mostrarme de que estás hecho...

Ella bebió otro sorbo de cerveza y pensó en ese bikini y esa comida. Y también pensó en que no importaba en que cama se revolcaran pero eso no lo dijo.

-¿Qué tipo de comida me vas a... hacer?

Sonrió, tal vez él tenía que comportarse pero ella ya era Reegan y le gustaba jugar con las palabras.

-Tomaré ese baño y volveré a ver qué tienes para mí... Eso sí, más vale que también tengas un bañador o me voy a poner de mal humor.

La chica se fue y con ayuda de su CPU encontró el cuarto de impresión, luego su habitación y claro, la ducha. No estaba mal tomar esa ducha, tal vez Zadoc se estaba anticipando a algo y eso le gustó mucho. El bikini no estaba mal y le iba perfecto, dos piezas en ambos colores que se difuminaban entre sí y mostraban lo justo. Se miró en un enorme espejo frente a su cama, se nalgueó el trasero y volvió hacia donde debía estar Zad.

-He vuelto... ¿Qué has hecho sin mí?

Lo iba buscando con la mirada y acomodando sus tetas en la parte alta del bikini.

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11/04/2017, 23:18
Zadoc

Había un tipo que se parecía a Zadoc que estaba cocinando en calzoncillos y con un mandil para que no le salpicara. No sabía lo que era, pero olía muy bien. Más que bien. Era como un sofrito, mientras hacía otra cosa en el horno. Estaba hecho un cocinillas, algo que ella no era para nada. Ella era de las que comía todos los días a salto de mata picando ingredientes de la nevera o convencía/pagaba a alguien para que le hiciera de comer.

-No tengo bañador pero ya sabes lo que dicen de los calzoncillos de hoy en día...

Se giró para mirarla con una pequeña sonrisa. Intentó obviar el hecho de que estuviera en bikini para que resultara más natural. Apagó la placa de inducción y se quitó el mandil. Debajo tenía un torso bastante trabajado, algo peludo, masculino.

-Bueno, mientras se termina de hacer en el horno...

La cogió en brazos sin que se lo esperara, y ella se tuvo que agarrar a él por que corrió a la "piscina" y se lanzó en bomba. Salpicaron mucho, incluso la caída pico un poco. Se mojó el pelo y todo, y casi se le salió un pezón del bikini. Pero cuando emergió no podía parar de reír. Él sonreía, mirándola con una expresión algo extraña. Demasiado fija...

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11/04/2017, 23:59
Reegan Emeryx

Pues el hombre no estaba bueno ni nada y es que ella tenía hambre de más de una cosa. Se quedó mirándolo un rato desde atrás sin hacer ruido alguno, simplemente disfrutando de las vistas, estaban muy bien para ser honestos pero aún lo estaban más cuando se dio media vuelta y le mostró su "bañador". La verdad era que lo que ella quería decir distaba mucho de ser algo decente pero no pudo, no tuvo tiempo, la comida olía rico o lo que sea que fuera eso, pero la acción de él no le dejó decir nada.

Cayeron en el agua salpicando para todos lados y haciendo mucho ruido, ella no pudo evitar reír como una desquiciada. ¿Cuánto tiempo hacía que no se divertía sin preocuparse por nada más? Lo del moreno podía contar pero ya había pasado demasiado tiempo. Lo miró porqué el estaba serio y antes de sumergirse de nuevo se acomodó la teta, emergió luego de un rato y él seguía serio.

-¿Algo está mal?

Pero no creía que algo estuviera mal, al menos con él no. Se acercó nadando a él, lo rodeó y por la puerta de atrás se le subió en los hombros intentando hacerlo hundirse, podía si quería pero tenía que reconocer que sólo estaba jugando al contacto hasta que él le dijera lo que sucedía.

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16/04/2017, 03:49
Zadoc

Le quiso hacer una ahogadilla, y eso le hizo gracia. Era una competición de superfuerza contra superfuerza. Lo más normal es que lo único que se moviera fuera el agua de la piscina.

Sin embargo, entre broma y broma, algo estaba pasando. Zadoc quería ser "profesional" con ella, pero lo cierto era que se iban a enfrentar a pruebas muy duras. Además, le atraía, y eso era algo que estaba notando de forma evidente. No quería ir "demasiado deprisa", aunque con Reegan... esa era la única velocidad.

Tras unas cuantas ahogadillas, recíprocas, terminó pasándose la mano por el pelo mojado y sonriendo.

-No pasa nada... solo que estoy pendiente de que no se me queme la cena.

Ella se giró a mirar en dirección al horno. ¿A que se refería? Si tenía temporizador. Al girarse, le vió bastante cerca de ella, mirándola fijamente.

-Tengo que... -comenzó a decir.

Se quería excusar, evitar el roce. Pero había algo magnético entre ambos, saltaban chispas. Ella le retuvo con una mano, y él se giró para volver a mirarla, con el corazón a punto de salirsele por la boca. Ese momento... único, especial, irrepetible, fatídico...

-Reegan... -susurró, a tres centímetros de sus labios.

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16/04/2017, 04:10
Reegan Emeryx

El juego, como juego, era divertido pero Reegan conocía muchas más y mejores ideas para divettirse pero no estaba segura de cómo lo tomaría el, ¿pero qué demonios? ¿Desde cuándo le importaba eso? Pues con Zadoc le importaba y cuando dijo lo de la cena, ella sonrió con displicencia pero al mismo tiempo amagó con ir a la cocina pero tras dar un sólo paso, volvió a posicionarse cerca de el muchacho.

-Estoy segura que la cena no va a quemarse...

Aunque imaginaba que alguna que otra cosa si que podía arder entre ellos y de una manera irrefrenable porque podía sentir el calor que emanaba de ella y no sólo eso, también podía ver y sentir algo que le estaba llamando de una manera que ella munca había sentido y por eso cuando él se acercó tanto que ya no había dudas, cuando dijo su nombre de esa manera un escalofrío la recorrió de pies a cabeza y a pesar de estar en el agua pudo sentir todo el fuego que ambos proyectaban.

-Espero que esto sea lo que planeabas porque a nadie le quedó nunca tan bien mi nombre en los labios...

Terminó de acercarse ella, sus labios se encontraron, sus cuerpos también pero de una manera mucho más firme y al fin la tetrarch pudo saber de lo que su igual era capaz aunque claro, lo imaginaba desde que lo vio. Lo envolvió con los brazos mientras lo besaba y hundía su lengua en aquella boca deliciosa pero no sólo eso, se hundían ambos en el agua muy lentamente.

Cargando editor
19/04/2017, 00:45
Zadoc

Sintió aquellos cálidos labios y que estaban dejando llevar. Los polvos acuáticos eran graciosos, si, pero se sentía lo mismo ni por asomo. Por eso, para pasar a mayores y disfrutarlo de verdad tenían que salir del agua, cuya membrana de electrones mataba casi el 90% de la sensación piel con piel.

La cogió en brazos y salieron, surgiendo del agua a través de la larga escalinata de piedra. Sin dejar de besarse, sin dejar de tocarse. Ahora mucho mejor, aquella sensación. Sabía perfectamente donde llevarla: frente al fuego. Allí se secarían, y algo más. Ella no estaba acostumbrada a dejar a un hombre la voz cantante, pero en su caso hizo la excepción, y no se vió defraudada. Zadoc comenzó a acariciarla, a besarla, a excitarla de maneras increíbles, tocando las teclas clave.

Ella parpadeó, para descubrir su boca succionando uno de sus pezones, que a la sazón estaban duros como una roca granítica, y como su mano le tocaba ya entre las piernas. Jadeó, se retorció. Aquello iba a ir a más, y ella no sabía muy bien si deseaba que siguiera con los previos o pasara directamente a mayores. Se moría, casi literalmente, por ser penetrada con ciertos tintes de salvajismo.

Cargando editor
19/04/2017, 22:59
Reegan Emeryx

¿Acaso había algo mejor en el mundo que besar unos labios tan deliciosos? ¿Había algo mejor que aquella sensación de saber que vas a hacerlo con un tío bueno pero que además lo vas a disfrutar al máximo? No estaba muy segura, bueno, creía que tal vez la sensación de batirse en una batalla sin saber si viviría o no, la adrenalina pero la adrenalina del sexo con Zadoc se tornaba diferente. Estaba claro que a él las sensaciones le eran primordiales y por eso la había sacado del agua pero a ella no le importaba en absoluto, es más, sabía también que fuera de allí lo iban a pasar mucho mejor. Colgada de sus brazos no dejó de besarlo y saborear su lengua de una manera indecente pero que muy posiblemente tampoco lo sorprendería a él.

Allá, junto a la hoguera -nunca mejor lugar para lo que iba a sucederse entre ambos-, él se encargó de deshacerse del bikini, aunque tampoco fue tarea difícil si lo fue más que poner sus pezones tan duros que cuando comenzó a succionar de uno de ellos, el calor que subió por la columna de Reegan avivó el deseo casi tanto como la mano que acariciaba su entrepierna. Sí, quería sentirlo dentro, quería gritar y descubrir lo que él celosamente guardaba aún bajo el improvisado bañador pero al mismo tiempo deseaba dejar que la tocara porque intuía que eso los encendería más hasta el punto de llegar a esa parte salvaje.

Pero Reegan no se quedó quieta por mucho tiempo, mientras con una mano empujaba su cabeza contra su seno invitándolo a chupar con mayor ahínco pero no sólo eso, sino que la mano libre la encaminó a su sexo, como pudo evitó la tela. Tenía manos ágiles y eso se notó enseguida por como su mano apresó el miembro de Zadoc, no en su totalidad pero casi y comenzó a acariciarle con la misma intensidad que él la tocaba a ella mientras se daba cuenta que cada vez su humedad era mejor, buscó su oído y le dijo:

-Si despiertas a la bestia, tienes que domarla...

Cargando editor
21/08/2017, 01:56
Director

Gracias al agua no saltaron chispas, aunque pudieron muy bien saltar. Estaba claro que aquellos dos estaban diseñados para complementarse en más de una faceta. Si sus capacidades de combate iban a igualar a las amatorias, sin duda aquel sería un entrenamiento muy interesante. Afuera, la galaxia estaba a punto de explotar debido a la guerra contra la Confederación. Pero no allí, no en aquella casa junto al lago.

Antes de lanzarse de cabeza a un destino incierto, de comprender lo que significaba aquel destino del que todos le hablaban y que ella siempre había tratado de esquivar, se zambulló en otra aventura, mucho más placentera. O mejor dicho, la zambulleron. Terminó sobre una de aquellas tumbonas, con Zadoc reptando hacia abajo para desposeerla finalmente de todo tapujo con una insistente caricia sobre la piel.

Su boca encontró aposento en aquellos, otros labios, que se le antojaban tan deliciosos como los que antes había besado. El contacto con su carne fue demencial. Ella no supo precisar el momento en el que tuvo el primer orgasmo. Fue todo bastante confuso...

Cargando editor
21/08/2017, 02:23
Reegan Emeryx

Porque si en la vida habìa visto de todo, hecho de todo y en un principio habìa creìdo, pensado, imaginado que Zadoc serìa un polvo màs y ya estaba, bueno, se habìa equivocado y eso la contrariaba. No sòlo no se achicaba ante ella, era como que entre màs lo provocara, mucho màs iba a ir por ella de la manera que fuera y nosòlo eso, iba a encargarse de hacerla sentir placer si o si; cualquier otro era otro, no era Zadoc y èste parecìa saber lo que le gustaba y còmo, no parò de relamer sus labios en medio aquel semi paraìso, el suyo propio en donde podìan estar sin que nadie los molestara, tal vez los vigilaban pero eso le importaba màs bien poco. Lo ùnico que no querìa era que aquello terminara asì sin màs, ella querìa demostrarle que tambièn podìa y sabìa lo que podìa gustarle a èl. Aquel iba a ser el tiempo mejor invertido en muchos dìas, si morìa en el medio de un orgasmo, Zadoc podìa darse por satisfecho o màs.

En medio de aquel temblor incontrolable, de sus gemidos roncos y un montòn de humedad que no tenìa nada que ver con el ambiente o con su bañador que ya se habìa humedecido antes, se encontrò en el vertiginoso mundo de perderse en un chorro de sensaciones, nunca mejor dicho y de descontrolarse al punto de no evitar alguno que otro grito mientras se sujetaba de las manos de Zadoc con una fuerza increìble. Se estirò cual pez fuera del agua, sintiò sus labios agolparse contra lo de èl, lo sintiò beberla, estrujarla, su lengua, alguna vez sus dientes y cuando recuperò el control, lo mirò como un animal pero no un animal herido o cansado, no, èl sabìa còmo despertar su deseo y su ansiedad. Tras algunos instantes en que pràcticamente no recordaba por què estaban allì, la del pelo bicolor se levantò con las piernas temblando un poco.

Tomò la mano de Zadoc para luego empujarlo al sitio que ella habìa ocupado antes y apenas lo vio acomodarse, retirò lo que le parecìa que habìa estorbado desde hacìa mucho, desde que lo vio por primera vez por decir lo menos. Habìa conseguido quitar una parte pero esta vez nada la iba a detener y el bañador quedò tirado a un lado de ambos amantes, entonces se arrodillò delante de èl y sin mediar palabra alguna le devolviò el placer, primero lentamente, reconociendo aquella forma, adecuàndose al grosor, al sabor, sintiendo como la dureza venìa a ella, a sus papilas gustativas le gustaba el sabor de Zadoc y sonriò un poco al pensarlo pero luego volviò a la tarea de engullir lentamente cada centìmetro de piel hasta que pudo cerrar los labios en la base de aquel miembro que poco a poco pudo comenzar a sentir la fuerza con que succionaba y volvìa, iba y volvìa, sin prisa pero sin pausa hasta que su propio anhelo de querer sentir su sabor, la llevò a hacerlo màs y màs ràpido, no pararìa hasta el final.