Partida Rol por web

Os dirigis a la habitacion, que esta tal y como la dejasteis.

Graham ha tomado nota de todo lo que necesitais y se encargara de que os lo suban cuanto antes.

Con la mirada perdida me siento en mi cama y miro la pared.

Yo los vi, Garth te juro que los vi. Quiero irme... Quiero irme.... Quiero irme!

Él se sentó a su lado. Le paso una mano por el hombro tratando de calmarla.

- Tranquilízate... ya hemos dejado eso ahí atrás... ahora deberías descansar. Hablaré luego con la cocinera, no siendo que haya sido algún tipo de broma de mal gusto.

No iba a hablar con nadie, pero trataría de tranquilizarla como fuera.

- Ahora deberías descansar. Acuéstate un rato. ¿Quieres que te traiga algo? ¿leche caliente? ¿tila? A mí lo que me suele funcionar es el bourbon - bromeó.

Llaman a la puerta, y se oye la voz de la camarera.

- Traigo varias cosas de parte del señor Graham.

Garth abre la puerta volviéndose hacia Sally antes de terminar de poner la mano sobre el pomo.

- Tranquila, será sólo un momento.

Asoma la cabeza por la puerta y mira a Meredith, la agradable muchacha que les atendió hace un rato.

- Hola - sonríe - Adelante, adelante...  - echa un vistazo - mmm, ¿Qué es lo que trae? - preguntó con cursidad.

¿Esta mujer no le había prometido un masaje? Aunque... para masajes precisamente no estaba, dada la situación, y con Sally al borde de un ataque de nervios.

La chica porta una bandeja cubierta que deposita en una mesa. Cuando retira la campana, veis que contiene varios sandwich variados de pequeño tamaño, una tetera llena de agua caliente, varias bolsitas de infusiones, y otro pequeño recipiente con leche. Tambien varios azucarillos, servilletas y cubiertos.

- Graham me pidio que les trajese esto con sus disculpas por lo que sea que haya ocurrido. Para su tranquilidad hemos retirado la comida, y pese a que no hemos encontrado ni rastro de ningun gusano, hemos tirado la pieza entera, asi como las Mustelas.

Meredith sonrie con la campana enter las manos, y hace ademan de irse no sin antes añadir:

- Si desean cualquier otra cosa, tienen el telefono ahi. El 1 es el bar. Y si aun desea el masaje solo tiene que indicarmelo señor Loeb, y volvere cuando le convenga. Si no desean nada mas les dejare tranquilos.

Asqueada ojeo la comida que le traen a Garth. Que asco este lugar, esta gente...

- Disculpame Garth- digo con voz angustiada- voy a dormir un poco. No soporto más esta situación

Cierro mis ojos y me duermo, no del todo profunda. 

- Muchas gracias, Meredith. Muy amable. Dígale a Graham que no es  necesaria disculpa alguna. Todo arreglado. La señorita simplemente necesita descansar. - con ganas se quedó de decir, la señora Loeb, sólo por ver la reacción de Sally, pero no, no era el momento de bromear.

La miró, allí tendida, observándola en silencio unos segundos. En el fondo cuando estaba más relajada y no le estaba gritando le parecía una mujer preciosa. Para él, intocable, pero preciosa al fin y al cabo. Después volvió de nuevo su rostro hacia Meredith.

- Para cualquier cosa ya les avisaremos, gracias - la acompañó a la puerta y la miró a los ojos, alzando una ceja - Nada me gustaría más que sentir ese masaje, de hecho creo que incluso lo necesito, pero creo que prefiero quedarme un rato más cuidando de ella - si Sally estaba despierta sabía que le reprendería. Sally no necesitaba que nadie la cuidara, era autosuficiente. De hecho una de sus labores más tediosas era cuidar del maldito Garth y que no se metiera en líos - Gracias por todo, de verdad.

Cerró la puerta, y se dirigió hacia la cama. Se sentó.

- Duerme, anda. Demasiadas emociones para un día - se levantó y le dejó toda la cama para ella. Cuando vio que cerró los ojos esperó un poco y se propuso dar un mordisco a uno de los sandwiches. Tanto hablar de comida le había abierto el apetito... y si no comía nada, lo lamentaría cuando tomara por asalto vikingo el minibar.

Abri los ojos apenas un poco cuando note que Garth se habia sentado a mi lado.

- Anda, ves. Aprovecha el masaje, que yo solo voy a dormir un poco.

Me sentia extrañamente relajada en la habitacion, y aunque no podia borrar la imagen de Garth comiendo gusanos, parecia que al menos empezaba a distanciarse.

- Tú duerme un rato, que ya luego me ocuparé yo de entretenerme cuando no puedas echarme la bronca - bromeó con simpatía esperando de nuevo a que se durmiera.

Cerre de nuevo los ojos, y trate de quedarme dormida, pero no totalmente profunda.

Garth aprovecha para probar un bocado intentando hacer el menor ruido posible. Cuando termina, comprueba que Sally sigue dormida y acto seguido se dirige hacia su maleta. Coge bolígrafo y papel y comienza a garabatear algunas ideas. Puede que este sitio llegue a inspirarle. Quien sabe...

Sally duerme profundamente, y tu tienes tiempo para escribir. El lugar es inspirador, un refugio en mitad del bosque, un monton de desconocidos. Si, podria ser una buena idea para un libro. Solo tienes que darle algo que capte la atencion del lector.

Mientras echa fugaces vistazos a Sally, Garth permanece en silencio casi absoluto. Sólo los trazos que el bolígrafo realiza sobre el inmaculado papel son el único ruido que se escucha en la habitación, junto con la respiración de Sally descansando. Garth emite de vez en cuando algún ahogado suspiro. Es gran amante del silencio cuando trabaja, y la imagen de la joven, tendida, plácida o tal vez exhausta por lo sucedido le relaja e inspira.

Garth era de los que todavía escribía con su puño y letra. Evitaba el ordenador todo lo que podía hasta que fuera inevitable. Le parecía demasiado frío desatar lo que tenía en la cabeza sobre un teclado. Mucho más cercano y pasional le parecía el imbuir a las curvas de sus letras las sensaciones que recreaba y padecía según imaginaba y escribía.

"El paradisíaco lugar era un remanso de quietud en la inmensidad de la nada. Un virginal territorio apenas tocado por el hombre, reducto de quienes buscan la paz tanto fuera de su cuerpo, como dentro de su alma [...]"

Comenzó a escribir.

"[...] Nadie les había advertido a esos desconocidos que allí se dieron cita, que los únicos lugares tan apacibles y silenciosos en el mundo... eran los cementerios."

Sonrió de forma dubitativa. "¿Y si?" imaginó tratando de imaginar una historia que pudiera suceder allí mismo. Algo aterrador, oscuro, macabro, lúgubre y a ser posible grotesco.

"Necesito un trago" - se dijo. Miró a Sally, y comenzó a escribir una nota para dejarla sobre la mesilla de noche.

Abri los ojos y vi a Garth escribiendo. Quiza le habia venido la inspiracion. Pero al acercarme vi que en realidad estaba escribiendo una nota para mi, y el corazon me dio un vuelco. No queria que se fuera. Me acerque a el.

- No me dejes sola. No ahora.

Casi sin darme cuenta le pase un brazo por encima de su hombro, y baje mis labios hasta su cuello.

Garth no había terminado de escribir la nota cuando de pronto su mano se deslizó por el papel formando un trazo grueso y discontinuo con el bolígrafo. ¿La causa? Sentir como una mano suave y tersa se deslizaba por su hombro y sentir el cálido aliento de alguien sobre su cuello. Escuchó su voz, aunque no daba crédito a lo que oía.

-¿Sally?

Se volvió hacia ella mirándola muy fijamente. ¿Podía aquello ser verdad? Lo cierto es que parte de lo más profundo de él anhelaba ese momento, pero lo atesoraba en su interior, como un deseo reprimido sabiendo que nunca sería cierto... y ahora parecía que lo era.

- No. Si me lo pides, no me iré... nunca.

Pasó una mano por su cabellos, colocandolo y acariciandolo con esmero y delicadeza, dejando que ella guiara sus labios hacia donde quisiera, entregado por completo al abrazo de aquella mujer.

Desesperada e histérica empiezo a gritar

- NO GARTH NO!!! ESA NO SOY YO!!! GARTH!!!!!!!!

De alguna manera has despertado, o has escapado de donde sea que estuvieses, y te encuentras entre los brazos de Garth gritando.

Sacudió la cabeza con cierta violencia. Se encontraba aturdido, con la boca seca y por qué no decirlo, algo asustado. Miró a su alrededor. Su prioridad era encontrar a Sally. Escuchaba su voz, la sentía, la olía... necesitaba verla y comprobar que estaba bien. Menos mal que sus gritos le sacaron de su ensoñamiento.

- Sally... ¿Sally? - se llevo la mano a la frente secando el sudor frío que perlaba su piel - ¿Qué diablos ha ...?

A veces le pasaba. Tener alucinaciones mientras garabateaba y escribía, pero eso solía ser un efecto secundario de la bebida o de las drogas. Y desde hacía un mes que no probaba nada. Puede que su cabeza hubiera quedado tocada para siempre pero... no, se negaba a creerlo.

La miró a los ojos, con mirada arrepentida y nerviosa.

- ¿Qué diablos he hecho?

Lo miro a Garth con los ojos llenos lágrimas... este lugar me está volviendo loca... y loa abrazo con todas mis fuerzas.

Garth esa que abrazabas ... no se como explicarlo... no era yo... Yo veía todo desde fuera de la habitación, esa criatura me vió pero tú no. Debemos irnos de aquí, caminemos si es necesario. Te lo ruego.

Miro a Garth con desesperación y rompo en llanto. Debemos irnos de aquí antes de que caiga la noche.