Partida Rol por web

En cuanto Arbahin se comportó de forma agresiva, Imhol dió un salto bajando de la elevación donde se había colocado, no sin antes dejar el cuaderno y la tablilla a buen recaudo, como buen amante de la arqueología no podía permitir que un acto violento provocase que un objeto antiguo resultase dañado.

Una vez llega al suelo, el ventante se dirige con su característica rapidez, pero antes de que pueda intervenir, la pelea ha concluido.

-¡¿Sé puede saber a qué ha venido eso?! - Exige saber, pero el licántropo ya se está alejando, a si que simplemente lo sigue, y cuando este se detiene, opta por utilizar un tono más cercano y menos inquisitivo.

-Arbahin, ¿qué acaba de pasar ahora mismo? ¿A qué ha venido eso?

Los ojos estaba fijos en el humano, destilaban furia y resentimiento, no confiaba en él y esperaba respuestas, pues la proxima vez no se detendria ante nada y si tenia que arrancarle un brazo para que hablara lo haria con gusto. Cuando Imhol le hablo la primera vez, apenas le presto atencion, su mente era un revoltijo de preocupaciones y la rabia nublaba sus sentidos, pero luego, cuando estaba en un rincon sentado y aun masticando su enojo, giro sus ojos hacia le ventante con cierto malestar.

Pero, despues de que sus ojos se cruzaran con los de Imhol, parecio centrarse un poco. Bajo la voz todo lo que pudo, diciendo.

-Escuché que murmuraba algo de un ataque, justo despues de mirar la casa de los Xasheen- mostro los dientes, aun se podia sentir la furia en su interior-. Me dijo que me explicaria al anochecer... que hay muchos "oidos"...- arrugo los ojos, tratando de entender a que se referia con esto ultimo-. No digas nada aun...

-¿El primer día de viaje y ya va a haber una pelea?-preguntó el guerrero, ante aquel espectáculo que el licántropo y el otro humano estaban dando. Aunque la técnica de Kaine era extremadamente buena, no reflejó ninguna sorpresa. Lo que le extrañaba es que Arbahin hubiera atacado tan fácilmente, aparentemente sin motivo. 

-¿Qué es lo que ocurre?-preguntó Kromwill, mirando al licántropo sin moverse del sitio-¿qué dices de un ataque?

Desde luego, aquello no tenía mucho sentido, y no parecía haber ninguna amenaza de ataque por los alrededores. El guerrero estaba atento a aquellas cosas. Y aunque quizá no tuviera la facilidad de percepción de otros, le gustaría pensar que podría alertar con efectividad de cualquier sorpresa. Lo más probable es que todo aquello fuera producto del "encuentro" con los bandidos, pues los ánimos habían quedado bastante encendidos ante su extraño equipamiento. 

A medio camino de incorporarse, Gruntah observó el espectáculo del licántropo, y estuvo a punto de saltar sobre él para intentar calmarlo. Sin embargo, en apenas un segundo, el desconocido amigo de la humana había conseguido calmarlo con unos rápidos movimientos y un susurro al oído. ¿Qué le habría dicho? La tensión durante unos segundos flotó en el ambiente, capaz de ser seccionada con un cuchillo afilado, pero finalmente se desvaneció tan rápidamente como vino. Afortunadamente no sucedió nada, aunque sus compañeros querían explicaciones. El mago, sin embargo, no muy amigo de las rencillas, decidió seguir a Lom llevado por la curiosidad por lo nuevo y desconocido.

- Esto es más grande de lo que parece - musitó casi más para sí mismo que para los demás mientras se internaba en las entrañas de la barcaza. Sus ojos se aclimataron rápidamente al cambio de luz, acostumbrados a leer en la semioscuridad de sus aposentos. Cuando el extraño ser le mostró el funcionamiento del artefacto, se agachó para observarlo con curiosidad, y sonrió - No es magia, sin duda alguna. Pero el funcionamiento es muy técnico. ¿Cómo se consigue evitar que se obstruya?

-Oh, pero desde luego es magia. Quizá no con conjuros o palabras como muchas otras según he oido, pero le aseguro que nada natural podría hacer algo como eso, invertir la dirección del agua para impulsarse por ese mismo agua. -Responde el pequeño aifuki, contemplando el montaje extraño. -Y tampoco podría responder esa pregunta, puesto que no soy ingeniero, solo conductor de un carro. Pero venid por aquí, hay algo que quiero enseñaros... -continúa, caminando hacia delante e internándose en un costado de lo que otros denominarían el motor de la embarcación.

Os apartais ligeramente de la humana, que sigue observándolo todo como analizando, con miradas rápidas y afiladas, acercándose a tocar alguna parte o revisar alguna otra. Y pronto, entre la suma de aparatos que os rodean, la perdeis de vista. Y entonces, Lom se te acerca rápidamente bajando el tono.

-Señor Gruntah, mucho me temo ser portador de malas noticias por parte de la jefa Erelieva. Pero al parecer, alguien estuvo contactando anoche por extraños medios con gente cercana, y luego lejana. Puedo asegurar que no fue ninguno de los Xasheen, pero al parecer tenemos en la embarcación alguien que habla de nuestros movimientos a los bandidos. Ay, si hubiésemos podido tener la balsa solo para nosotros... -reflexiona para sí- pero mucho me temo que tendrá que ser vuestra Compañía la que desenrrede el entuerto, porque poco puedo hacer yo más que vigilar, aunque si veo algo se lo diré. Y ahora será mejor que volvamos, no vaya a sospechar la dama.

-No importa- le dijo a Kromwill desde su rincon, sin perder de vista al humano-. Mañana se decidiran muchas cosas- y podria terminar con sus manos ensangrentadas... Aun le costaba controlarse, sentia que se le estaba escapando de sus manos alguna gran oportunidad.

-Arbahin, tranquilízate, no nos beneficia en absoluto si tenemos que luchar en esta barca, el medio de vida de esta familia se hundiría y seríamos responsables de su ruina. - dice el ventante tratando de racionalizar la situación para evitar que el licántropo cometa alguna tontería de la que más tarde pueda arrepentirse - Estoy de acuerdo en que todos son sospechosos, especialmente ese tipo, pero... temo que solo podamos esperar.

Todo lo sucedido ha cogido algo de sorpresa a Gloria que, no estando acostumbrada a la violencia ni a ver a Arbahin tan fuera de si,  está algo lenta a la hora de reaccionar y dirigirse hacia él para intentar calmarle. Para cuando su cuerpo quiere ponerse en movimiento, todo ha terminado. El humano se ha librado de Arbahin- cosa bastante increíble de por si- y el licántropo parece haberse calmado. El resto de sus amigos ya le rodean, probablemente preguntando que ha sucedido y tratando de calmarle.

Gloria menea un poco impercetiblemente la cabeza. Deberían dejarle espacio. Ella sabe que debe de haber sentido algo. Pese a su aspecto, Arbahin siempre ha hecho un esfuerzo supremo por controlarse cuando está con ellos. Este estallido tiene que ser por algo que ha sentido.

Le entiende. Aunque no tenga los ojos del alma, como ella, los sentidos del licántropo superan a cualquiera de los de los demás con mucho. Quizás por eso él y Gloria siempre se llevaron tan bien. Ven cosas que pasan desapercibidas al resto. Comparten un secreto, por así decirlo. Precisamente por eso, no cree que le vaya a ser fácil explicarles a sus amigos que ha pasado.

Echa un vistazo alrededor de la cubierta. Sus amigos están con Arbahin. Debería acercarse y hablar con él, pero el resto ya está a su alrededor. Debe de sentirse agobiado. Ya hablarán más tarde.

En vez de eso, busca con la mirada al humano. Quizás el pueda explicar algo, algo que no puedan sacar de lo que diga Arbahin. Aunque la sigue poniendo nerviosa, no parece hostil, solo hosco. Si fuese su enemigo, habría podido hacer mucho más que simplemente repeler al licántropo, y probsblemente ahora estarían en medio de una batalla. Discretamente, se aparta del grupo y busca a Jhon...

Gruntah, Lom y Kate volvieron a subir tras estar un par de minutos en las entrañas de la embarcación. Nada sugería en su expresión que sucediera algo, sobre todo en una especie tan poco expresiva facialmente como los draconianos, pero un rápido vistazo por parte de sus compañeros les dio a entender que algo pasaba. Con un discreto gesto de su mano, indicó que no pasaba nada, y que siguieran con lo suyo. Comprobó aliviado que el encontronazo de Arbahin con aquel misterioso hombre que acompañaba a la joven Kate había quedado en nada, y se acercó al borde de la barca para observar el paisaje como si quisiera ver más allá.

-Estoy tranquilo- dijo con voz baja pero en un tono que evidenciaba que no lo estaba. Mucho que pensar, mucha gente a su alrededor, la barca tan pequeña y el suelo que no dejaba de moverse bajos sus pies. No era el mejor lugar para que el licantropo encontrara la quietud.

Se levanto de donde estaba, haciendo un gesto a sus compañeros indicandoles que no pasaba nada. Se alejó de todos, procurando no acercarse mucho a Jhon, pero sin dejar de mirarlo de forma torba. Se fue hacia la borda, mirando hacia donde estaba la casa de sus anfitriones. Muchas cosas acudieron a su mente, incluso separó la vista del horizonte para ver su brazo, como si alli hubiera algo..

-Una gran pira...- murmuró mirando otra vez hacia el frente, mientras sus uñas se incrustaban en la madera.

En una balsa no excesivamente grande, con pocas habitaciones en las que meterse, y más permaneciendo junto a la borda en la cubierta. Así pues, Gloria encuentra a Jhon de espaldas a ella, concentrado en quién sabe qué y con un aire de preocupación cargado sobre él. Oyendo los pequeños pasos, el humano gira un poco la cabeza mirándola de reojo, y luego vuelve la mirada frente a sí. -No os lo tomeis a mal, pero vuestro amigo es bastante belicoso. No es de buen gusto colarse en soliloquios ajenos, y a veces es hasta peligroso. -Con otra mirada de refilón, Kaine busca la mirada de las vendas de la sacerdotisa, con unos ojos que se diría que no ven mucho, pero que quizá podrían conseguir Ver, si es que eso tiene sentido alguno. Pero rápidamente desvía la mirada, otra vez, a los árboles que empiezan a acompañar el viaje ahora que se han abandonado las zonas más civilizadas del ancho continente.

Aquello no parecía que fuera a estallar, ni tampoco a arrojar nada en claro, así que Kromwill volvió a su labor de vigilar el río. No se le escapó ver a Gloria dirigirse a hablar con aquel extraño hombre, y no pudo evitar sentir una pizca de celos. 

"No seas imbécil... Ella sólo quiere averiguar que ha pasado, para que no se maten unos a otros en éste barco..."

Y aunque sabía que aquello era verdad, no pudo evitar que otra vocecilla le dijera que se estaba engañando a sí mismo, y que seguramente habría otras intenciones detrás. Que aquel hombre no estaba maldito como él. El humano resopló furioso y se quedó mirando los movimientos del agua en el río, intentando encontrar allí la paz que no encontraba en otro lugar.

"Ni siquiera en mi propia alma... Si es que la sigo teniendo."

-Arbahin - Dice simplemente el ventante, y con la mano señala a las garras del licántropo atravesando la madera. - Creo que nuestros transportistas preferirían que no les rompiésemos nada. - Añade con un tono de restarle importancia al asunto para centrarse en temas más banales.

-Deberías dejar de preocuparte tatno por eso, todos tenemos los ojos abiertos, y puedes estar seguro que si pasa algo, el mecanismo que fuimos un días volverá a moverse como hace tanto teimpo.

Dicho esto coloca su mano sobre el hombro de su compañero.

-O si no siempre podemos gastarle una broma a Gruntah o a Kromwill, que últimamente están demasiado serios.

Arbahin miro al ventante, con una mezcla entre agradecimiento y tristeza, volvio su vista hacia la nada algo pensativo. Saco las manos de la madera, buscando relajarse, aunque lo dicho por le humano le hacia sulfurar un poco.

-Espero que si- dijo simplemente colocando una enorme mano en el hombro esbelto del ventante-. Cuando estemos en tierra haremos algo para divertirnos- le gustaria correr por un bosque junto al ventante, capaz de hacerlo a gran velocidad y sin hacer el menor ruido, o luchar contra algun enemigo junto a Kromwill. Charlar con Gloria, recoger hierbas con Elius, contempar las estrellas con Gruntah mientras este nombraba constelaciones y estrellas... aunque no sabia si esos dias volverian, pues muchas sombras acechaban el futuro... y el presente-. No me gusta perder el control, estaba dispuesto a arrancarle la garganta...

Os ruego que le disculpéis- replica Gloria, inclinándose levemente. Arbahin es un criatura de instinto, y éste no es su ambiente natural... está tenso, como todos nosotros. Ya hemos sido atacados, varias veces. Estamos tensos, y sus sentidos son... distintos de los nuestros. Siempre están alerta, y muchas veces, buscando un peligro, captan cosas aunque no quieran. Pero, a pesar de lo que pueda parecer, es una criatura noble. Si se puso así ante la mención de un ataque, probablemente sólo es porque quería protegernos.

La joven inclina la cabeza levemente al devolver la mirada de Jhon. Siente que el humano la escudriña, como buscando algo. Es una sensación extraña.

Creo que vos debéis saber lo que se siente. En cierto sentido, parece que ni vuestra percepción, ni vos mismo sois como los demás. Vuestros sentidos os devuelven la visión de un mundo distinto, un mundo en el que los... auténticos colores de las cosas no son los que parecen. Yo lo intuyo, y él también. No os juzgo, ni os tengo en más o menos estima por ello, si es que mi estima importa en algo. Sois callado, y me imagino que hay una razón para que así sea.

Sólo os pido que entendáis a mi amigo, y que no penséis que lo que hace, lo hace con maldad. Es su instinto, y es una fuerza difícil de resistir. Es todo lo que tiene. Sólo os pido que lo toleréis durante unos días.  

Se hace un silencio incómodo. Gloria  se da la vuelta, lista para irse.

Disculpadme. No se por qué os importuno con mi cháchara. Sólo... bueno. Sólo me gustaría que nos llevásemos bien. Vuestra compañera es muy simpática y vos... no puedo evitar sentir que tenemos algo en común. Algo... extraño y triste. Vaya. Aquí estoy otra vez, soltando parrafadas sin venir a cuento. Disculpad. Ya me iba.

Ante las palabras de Gloria, Kaine se mantiene en silencio, cavilando. Muchas son las cosas que parece estar pensando, mientras abre un par de veces la boca para hablar, y luego vuelve a cerrarla. Y entonces ella se despide, y abre la boca una tercera vez, pero ésta en vez de silencio salen palabras. -Lo entiendo muy bien, muchacha. -Y luego parece que va a decir algo más, pero se contiene. -Kate es muy sociable, sí. Llevamos tiempo viajando juntos, y cuando quiere se pone a hablar sin parar. Buen día. -Terminando así, vuelve a sumirse en su mutismo, y sus ojos vuelven a cambiar de tonalidad.

Elius pensaba que el viaje por barca sería mucho mas tranquilo y menos peligroso que el viaje por tierra, pero se equivocaba. O al menos no por el peligro, pero si por la "pequeña" tensión que se produjo en un instante entre su compañero Arbahin y Jhon. Claro que (y afortunadamente) se resolvió sin mas problemas. 

Demasiada tensión liberada en un momento- pensó el curandero, que no intervino en ningún momento, simplemente se quedó observando hasta que todo paso. Tras esto, contestó a Aditya:

Será un verdadero placer. Quizás puedas enseñarme algo de tus conocimientos que has aprendido durante tus viajes.

-Para eso estamos aquí todos, mi peludo amigo - Responde el ventante con una sonrías - Si uno de nosotros pierde el control, el resto se lo devuelve, no será la primera vez que tengáis que conseguir que me baje de un árbol al que me he subido para sentir el viento, ni que tengamos que hacer otras muchas cosas, cada uno somos como somos, y eso es lo que hace perfecto nuestro grupo.

Gruntah había dejado de mirar el paisaje y ahora observaba a todos y a todo el mundo en la barcaza. Entrecerraba los párpados, como si estuviera mirando un acertijo intrincado, o estuviera meditando acerca de las posibles consecuencias de un conjuro. Con los brazos cruzados y apoyado en la baranda, el draconiano parecía preocupado.