Partida Rol por web

Los ojos de Haviland se habían abierto como platos cuando uno de esos sucios matones pusieron en riesgo a Simón Looter. No hubiera creído que podían representar una amenaza seria, pero parecía que además de tener trajes para poder respirar aire limpio, podían ver de algún modo en la oscuridad.

Cuando la balacera que chocaba contra los contenedores que cubrían al veterano Haviland y a Randall Moss se detuvo, el marciano se paró para apuntar directamente a quien había disparado a Simón.

No perderé a nadie más.

Bang. El disparo falló y chocó contra la pared del fondo, quizás estaba corriendo un riesgo extra, pero mantuvo su posición disparando.

¡Bang! Éxito. El disparo dió de lleno en el pecho de aquél matón.

-Señores, ríndanse y podrán llevar otro estilo de vida más próspero si lo hacen, ¡por favor!- decía el buen amanerado Cruyff a los matones, sonando como siempre, poco amenazante.

Randall no confiaba en que las poco convincentes palabras de su compañero surtieran efecto en aquella panda de matones, así que siguió disparando, arrodillado para ofrecer menos blanco al enemigo. 

Simon se queda sorprendido, por poco le matan, sabia que era duro, pero un balazo nunca era cosa buena ...
Sali y mire donde habia enemigo y dispare al primero que consigueira ver, estaba algo aturdido, no le gustaba el cobate Simon era mas de un taller.

Apunta ... y .... Volvio a fallar, aquello era la ruina ... 

Haviland de otro disparo certero elimina a un matón más.

Los matones no paran de disparar y esta vez una bala se aloja en el hombro de Simon que continua desconcertado.

- ¿Como podemos saber que no nos mataran a todos, inya? - pregunta el que parece el líder - ¿Por qué nos atacáis?

-¡Pues, porque te doy mi palabra! ¿Qué otra opción les queda sino?- le respondió el honorable Haviland al que parecía líder de los matones, su palabra empeñada era la mejor garantía que podía darle, pero eso el matón no podía saberlo. ¿Le creería? -¿Por qué lo hacemos? ¡Me temo señores, que han secuestrado a las personas equivocadas. Les pido encarecidamente que sean tan amables de soltar sus armas!-

En eso un balazo alcanzo a Simón Looter.

-¡Señor Looter!- el rostro, generalmente inexpresivo de Haviland Cruyff pareció encolerizarse y disparó, vengativo y protector.

Uno menos. Resiste Señor Looter, falta poco.

Haviland chequeó su accesorio paralizador, si los matones no se rendían necesitaría utilizarlo con el último por si los secuestrados no estaban allí, para obtener más información.

Simon recibia el disparo, odiaba las armas, preferia reventar cosas con su equipo de quimica o sus robot sencillos apra espiar a la gente o a su primera novia en la universidad, pero aquello era real, el dolor era intenso, pero Simon ya habia recibido disparos .. 

Comrpendia que disparar no era lo suyo, asi que ahora ... preparaba otra bomba de Luz, si podia, con lo que habia por alli a mano, pero solo habia un clip, un chicle y un disco de un autor de la tierra de hace muchisimo llamado el Fary, que demonios almacenaban alli?

Haviland hace un rasguño a otro de los matones, pero ni siquiera parece notarlo.

- Ah! - dice asombrado - That. Kaka felota!. Me temo que esos koyos ya no están con nosotros. Se están jugando la vida para nada.

Centra sus disparos en Haviland y sus compañeros rápidamente le imitan. Montones de plastico empiezan a volar desde las cajas en las que se cubre el marciano.

-Pues si esos "koyos" ya no están con vosotros, jugarse la vida para defenderlos no tiene mucho sentido ¿no les parece?-dijo Randall desde su escondrijo, mientras seguía disparando-.

La bala de Randall golpea el centro del visor de uno de los matones. Sin embargo no logra atravesar el cristal protector. El color blanco del que se le pone la cara se nota a pesar del traje espacial.

- No hemos sido nosotros los que les hemos gaseado y entrado a tiros en su casa - aclara el líder de los matones - Dejen de dispararnos, permitanos atender a nuestros heridos, y luego hablaremos.

-Está bien-dijo Randall-Creo que es una buena oferta-.

Randall dejó de disparar esperando que todos hicieran lo mismo. Pero esperó unos segundos antes de salir de su cobertura por si el resto no estuviesen dispuestos a aceptar lo que podría ser un acuerdo de alto el fuego.

El jefe de los matones levanta la pistola y hace una señal a sus compañeros. Se hace el silencio en la habitación.

La negociación parecía llegar a buen puerto, pero, ¿podían fiarse de ellos? Estaban ganando el combate, si esperaban para dejar que curen sus heridas, la más de media docena de hombres dormidos podían despertar, ¿y qué los compelería a actuar honradamente cuando tengan las de vencer?

Haviland quería creer que no era el único con un código moral honesto y dejó de disparar.

-Será conveniente que nos acompañe, caballero, mientras sus hombres tratan sus heridas hablaremos, no luego.- Y si, ustedes y los de su calaña entraron a disparos en nuestra casa primero, y seguro que en la de los científicos secuestrados también.-

Recargó su arma por si la cosa se volvía a poner fea, y mientras aguardaba a ver cómo terminaba la situación, miró con los sensores de Sturgy a través de su terminal para conocer mejor el escenario. ¿De verdad no están aquí?

Dudando a cada paso, y nada convencido el líder de los matones guarda su pistola, sale de su cobertura esperando recibir un disparo en cualquier momento, señala hacia el pasillo de la estación y sale de la habitación.

Mientras el resto más tranquilo se acerca a ver el estado de sus compañeros, por desgracia todos están muertos. Los cinturionianos mueven la cabeza y lanzan miradas de odio a los asaltantes.

Randall salió de su cobertura y avanzó hacia el centro, guardando su arma. 

Sentía la tensión en el ambiente. Entonces fue consciente de la situación. Quizá todas aquellas muertes habían sido del todo innecesarias. Nunca lo sabrían...o eso esperaba. Intentó mantener la compostura. Dejó que Havilland llevase la conversación, había demostrado en varias ocasiones tener más don de gentes que él y muy probablemente, también más que Simon.

Quién mal anda, mal acaba. Se dijo Haviland Cruyff mientras se sentía objeto de miradas cargadas de odio de parte de los matones sobrevivientes. No tenía el menor de los remordimientos por acabar con la vida de aquellos enemigos, después de todo, era un veterano curtido.

Enfundó su pistola, sin el botón de seguridad activado. Por si acaso.

Miró a Simón Looter y sintió una especie de orgullo paternal al verlo aguantar sus heridas con voluntad de hierro y sobreponerse.

Se dirigió con el líder de los matones y los demás.

-Por favor, espero que lo que tenga para decir sea agrable a nuestros oídos, señor.- Quiso decir en tono amenazante, pero era algo que simplemente no le salía bien y sonó más diplomático de lo que había pretendido, lo cual tampoco estaba mal.

Simon se recupero, y enfundo el arma, miro a los enemigos, cuantos eran y donde estaban, y siguio a sus compañeros, si las cosas se ponian crudas, estar con el lider podria darles ventaja, por si tenian que acabar con ellos o por si llegaban un acuerdo, asi que siguio a sus compañeros.

El bandido se encogió de hombros.

- No hay mucho que decir, pampa(1). Nos pagan por entregar coyos(2) en una nave. La Ebenezer. A partir de ahí se hacen cargo unos inya(3). Corporativos. Owalas(4). - duda un rato hasta añadir - Lo siento por vuestros kopengs. Negocios, nada personal. Ido setesham (5)

Una vez más, cuando sentía que estaban a un palmo de dar alcance a la Dra. Talin, todo se les escurría por los dedos y parecía volver a empezar.

-¿La Ebenezer? ¿La puede buscar en su base de datos Sr Moss?- preguntó Haviland, la nave no le sonaba, pero era posible que el habilidoso ingeniero pudiera obtener alguna información.

Miró al matón unos segundos en silencio y chasqueó la lengua. Miró a Randall.

-¿Que cree Señor Looter? ¿Les perdonamos la vida? Yo siento que hay algo más que no nos dice, la información que nos da tiene sabor a poco...- dejó caer otros segundos para ver si el matón soltaba más la lengua. De no hacerlo, le mostraría la foto de la mujer que el Capitán Quin Rodríguez les dió.

Aún faltaba hablar sobre los daños a la Sturgeon y sobre ese tal Sadivir, no tenía mucho sentido que los interiorisnos quisieran gente así para sus experimentos.

-¿Ebenezer?...sí, suena a algo antiguo ¿Hebreo quizá? Muy oportuno, dado el asunto que nos ocupa.

Randall sacó su tablet y comenzó a trastear buscando información sobre la nave. 

-Por mi parte, creo que nos deben una. Y la van a pagar poniéndonos en contacto con la Ebenezer. Nada personal, tampoco. 

Randall no tarda en encontrar toda la información disponible de la Ebenezer. Aparentemente un carguero de gas independiente que realiza la ruta Tycho - Vesta. Pero no tarda en encontrar algo más interesante, la propiedad real es un entramado de sociedades bastante complejo, pero que finalmente llega a un único propietario: la Vector Corporation, una multinacional de bio-tecnologia terráquea. No tiene sentido que una empresa de ese tamaño posea un pequeño salta-rocas en el cinturón, y menos que se tome tantas molestias en esconderlo.

- No se mucho más - contesta, sin que las amenazas parezcan afectarle mucho - Les entregábamos coyas sin importancia. Supongo que fue mala idea extraer a la científica terráquea y a los mormones. Inyas importantes.

Cuando Haviland le enseña la foto la reconoce rápidamente:

- Es Gallager. Mia Gallager la primera oficial de la Ebenezer.