Partida Rol por web

Uh oh, lo que viene no parece amistoso. El elfo corre rapidamente para colocarse al lado de la puerta, preparado para golpear en caso de que la bestia no venga con intenciones amistosas
 

Los pasos se van haciendo cada vez más fuertes hasta que llegan a la puerta y se detienen. Al otro lado podéis escuchar una respiración profunda y agitada que olisquea el aire unas cuantas veces y después suelta un gruñido y empieza a golpear la puerta con furia provocando un estruendo enorme.

La puerta aguanta un par de ataques antes de ceder y dejar entrar a la bestia. En un primer vistazo se aprecia su piel de color negro y rojo sangre y una melena que se esparce por toda la zona superior. Una lengua bífida sale de su boca y sus ojos amarillos evaluan el terreno y la pelea.

¿Por que no nos mandaría Azula a la isla de la fiesta infinita?" murmura desesperado Razar, preparándose para recibir un ataque

Mientras veo como la bestia pasa a la sala intento observar si tiene alguna zona que parezca más débil que las demás.

Tras la columna, Jainas observa al monstruo, tratando de discernir que es y tal vez reconocerlo para saber como combatirlo. 

- Este bischo no viene en son de paaaaz. Avisa el elfo, cogido de sorpresa por lo grande que es y la cara de pocos amigos que trae

-Vaya, cada vez son mas feos.

En cuanto veo que el bicho no parece traer señales de querer unirse a nosotros cargo contra el con mi Longhammer. "El primer golpe de un arma siempre es importante" pienso mientras me abalanzo.

Golgorín asesta un martillazo en el lomo del perro que ni se inmuta por el ataque y cabreado por la reacción desinteresada Golgorín hecha el martillo hacia atrás furibundo intentando asestar otro ataque incluso mas fuerte pero cegado por la ira no mide bien lal distancia y acaba incrustando el martillo en el suelo detrás suyo desestabilizándole y cayendo de culo sobre el.

Tras un breve bufido de mofa ante la actuación del enano el perro fija su vista en Salomón que le causa una impresión contradictoria y le asesta un fiero bocado que le deja la marca de sus 12 dientes en el brazo y Salomón internamente da gracias que no tenga más, sin embargo de las heridas fluye un líquido morado que se cae al suelo y se evapora. Salomón parece estar bien sin embargo ya ha averiguado porque no tiene más dientes, un veneno acompaña cada ataque del can.

Jainas observó sorprendida como el can ignoraba a Golgorin y se encaminaba directamente hacia el aasimar, proporcionándole una dentellada. Sin pensárselo optó por abatirlo lo más rápido posible.

La maga roja convocó el poder del fuego y trató de moldearlo para crear un rayo ígneo que impactara en el monstruo. Su concentración tuvo éxito y una corriente de fuego golpeó al ser.

El elfo busca la espalda del bichejo, ahora que esta centrando sus ataques en Salomon y golpea con su arma la piel de la criatura, no sabe si logra penetrarla o es inofensivo. Sus otros golpes son flojos y mal colocados, con los que la criatura parece no ser afectada

Ah, ok. Ya te entiendo.

Jainas conjura un poderoso hechizo que golpea al perro justo a tiempo antes de que sale a un lado para esquivarlo aunque se lleva un buen golpe en una pierna y Tharlatos aprovecha el momento para asestar una serie de estocadas. Por desgracia solo una de ellas es capaz de penetrar la gruesa piel del perro aunque con suficiente fuerza como para hacerle sangrar.

De la misma manera el perro aprovecha el momento de debilidad de Tharlatos antes de recomponerse y le asesta un zarpazo en el pecho abriendo una herida profunda e infectando las heridas.

El elfo gruñe por el dolor que le causa el bicho. A toda velocidad conjura una tormenta electrica que refulge, aunque el dolor y los efectos de la esencia del veneno que ha recibido hace que primero, pierda el equilibrio, luego caiga al suelo y finalmente su cimitarra vuele al otro extremo de la sala

Jainas observa lo endiabladamente ágil que es el monstruo, esquivando con facilidad su rayo ígneo. 

- Veamos que tal es tu fuerza de voluntad - murmura entre dientes la maga roja.

La joven se concentra y hace estallar un globo de luces detrás del monstruo. Un polvillo fino cae sobre el ser, rociándolo por completo.

El polvo penetra en los ojos del can que empieza a aullar y a agitar la cabeza y rascarse los ojos con las patas.