Partida Rol por web

Decididos a no convertirse en marionetas de nadie, a no ensuciar su alma y ser esclavos de la oscuridad, Diría, Janos y Sasha esperaron a que sus compañeros de cautiverio se durmieran y entonces decidieron salir del bloque de celdas.

Su destino: el hangar que recordaba Janos, donde había varias naves, si lograban robar una, podrían escapar.

Las luces eran tenues en el pasillo del bloque, y su primer obstáculo sería una puerta cerrada, la que no llevaba al lugar de entrenamiento, la que llevaba a la libertad, pero ¿Habría guardias al otro lado? ¿Habría una alarma?.

Si les atrapaban podían darse por muertos.

Sasha encabezaba la marcha. Se acercó a la puerta y pegó la oreja contra ella tratando de escuchar qué había al otro lado. Estaba convencida de que estaban tan seguros de sí mismos, que no se preocuparían por atender a unos simples prisioneros que no tenían ningún tipo de habilidad, y que estaban armados con vibrocuchillos.

Pero aun así era mejor ser precavida. Aguantó la respiración y les hizo una seña para que se estuvieran callados.

Pegaste la oreja a la puerta, y te concentraste en escuchar. El metal debería transmitir bien los sonidos. Y era cierto, porque escuchaste pasos al otro lado. O más bien ruido de botas contra el suelo.

Poco a poco se hicieron más lejanos y al cabo de un rato solo alcanzaste a oir las respiraciones entrecortadas de tus compañeros.

Sasha escucha durante largos minutos. Diría y Janos esperan en la semioscuridad de las luces de emergencia del pasillo. Hasta que la joven se mueva.

- Creo que había alguien, pero se ha ido. Quizás si nos dieramos prisa podríamos pasar antes de que vuelva a su puesto de centinela - dijo Sasha retomando la ilusión, pero sin dejar que se apodere de sí misma - Habrá ido a mear o a cascarsela.

Aunque ahora que lo pensaba, casi todas las centinelas que había visto eran mujeres...

-Entonces no hay tiempo que perder, movámonos.- Dice Janos mientras empieza a avanzar todo lo deprisa que puede sin hacer ruido hacia la salida de la nave.

Todo lo deprisa que puede Janos no es suficiente para tirar abajo la puerta metálica, que por cierto está cerrada. Después de todo estáis en un bloque prisión.

Y por más que buscaron, no había ni dispositivo de apertura ni panel para introducir claves.

El intento de fuga parecía fracasado desde el inicio, ¿o no?.

-Joder.-Dijo Diría enfadada, os sorprendió que la por otro lado agradable mujer se frustrase tanto.-El puto botón de apertura tiene que estar al otro lado. Estamos jodidos. Jodidos por una plancha metálica... no es tan fácil escaparse como en los hologramas, al menos no sin ayuda exterior.

Mierda, ¿como vamos a salir de aquí si ni siquiera podemos pasar de la primera puerta?- Maldijo Janos para sus adentros.

La puerta era demasiado grande como para destruirla, y de todas formas aunque pudieran hacerlo llamaría demasiado la atención. Tiene que haber alguna forma- Pensó desesperadamente- Tiene que haber alguna manera de abrir la puerta...- De repente, sintió una extraña sensación en su interior, como si pudiera abrir la puerta solo deseándolo y concentrando su voluntad. Sin estar muy seguro de lo que estaba haciendo, intento utilizar sus nuevos poderes para lograr su objetivo... y una fuerza inesperada surgió de su interior, obligando a la cerradura a abrirse.

-Ayudadme, no se si podre yo solo.- Dijo Janos a sus compañeras.

El poder que antes te costó tanto esfuerzo invocar, ahora acude a tí con gran facilidad, haciéndote sentir un panel detrás de la puerta, con un varias claves y contraseñas...

Pero detrás del panel hay un mecanismo mecánico y en él hay un dispositivo que se mueve para activar el inicializador del servomotor... 

Que mueves haciendo que active el sistema, con lo que las puertas se abren en un siseo, sin mayor problema.

No ha acabado de decir Janos "Yo solo" cuando las puertas se abren delante de él.

Diría miró a Janos sorprendida y apreciativa...-¡Vaya!.-acertó a susurrar.

Delante de vosotros se extiende un pasillo metálico y pobremente iluminado, perpendicular al pasillo de las celdas. Janos recuerda la ruta por la que vino hambriento y herido hasta las celdas, ahora desde luego se encuentra bastante mejor.

No llegáis a contemplar ningún guardia, aunque al lado de la puerta hay una consola de control con dos sillas vacías. En la ella hay pantallas que monitorizan las celdas, con cámaras que van ciclando imágenes de ellas.

Janos hecho una mirada a su alrededor, suspirando en alivio al darse cuenta de que recordaba esta parte de la nave. Preparándose para cualquier posible sorpresa, saca su vibrocuchillo y se dispone a avanzar.

-Yo iré primero, se por donde ir, pero tendremos que darnos prisa para salir antes de que se den cuenta de que no estamos allí.