Partida Rol por web

Una lágrima resbaló por mi mejilla. Dolía, dolía mucho más de lo que esperaba. Podía sentir cada una de las muertes, su miedo, su dolor y la desesperación de no tener escapatoria. Pero era fuerte, mi abuela me había enseñado a ser fuerte. Me obligué a parpadear y busqué en mi interior la voluntad para seguir. Recordé a mi abuela con su gran cucharón, removiendo el guiso junto al fuego, con las llamas reflejadas en sus ojos. Eramos brujas, siempre lo había sabido. La magia nunca se había ido, siempre había estado ahí.

Esperé que Caesar no hubiera visto las lágrimas y me limpié, luego me concentré en no estrellarnos. Debíamos bajar a los niveles inferiores y luego... luego ya veríamos. Pero sabía ue tendría que hacer frente a la herencia de mi familia. De un modo u otro tendría que recuperar mi legado. Mientras, me concentré en proyectar paz, como hacía mi abuela. Tal vez no pudiera salvarles, pero tal vez podía aliviar su miedo, darles esperanza para no rendirse...

Niveles inferiores... sonaba maravilloso en la mente del joven chiss. Su padre estaba vivo y a salvo. Oculto. Era un hombre práctico y de una gran sangre fría y, a pesar de las circunstancias era de esperar que tuviera previsión de haberse puesto a cubierto antes de que todo comenzase a arder presa de las llamaradas y los turbo láser. 

Rápidamente Caesar comenzó a escribir en su comunicador. Si los sistemas planetarios habían caído aún quedaría la posibilidad de comunicarse de manera autónoma... a través de mensajes cortos y esperar que emisor y receptor no estuviesen a más de dos kilómetros. Sólo dos kilómetros le separaban de su padre y, por lo tanto, de una posible escapatoria. ¿Tendría Gaius ya perfilado un plan? ¿Se habría salvado la nave? ¿Habría conseguido un transporte alternativo?

"GAIUS... PRECISA TU POSICIÓN. ALEX Y YO VAMOS A BUSCARTE."

Una vez lo envió sintió un ligero pesar por seguir negando la palabra "padre" en su trato con su progenitor pero desechó la idea ante cosas más apremiantes.

- Alex... vamos. Tenemos que descender a niveles... eh, ¿qué sucede? - la muchacha trataba de ocultar lo que sentía pero ahora para Caesar era igual de evidente que mirar a través de un cristal. Sus emociones, su tristeza y desolación ante aquella barbarie cruel y gratuita eran tan fuertes que el chiss casi podía sentir verdadero dolor al contemplarla. Y sin embargo toda ella era revestida de un halo de equilibrio. Era fascinante.

- Alex... oye... perdona. Lo cierto es que no te he hablado nada bien y... bueno... la verdad es que... te agradezco mucho todo lo que has hecho... bueno... todo lo que haces por mí. Esto es horrible... pero tenemos que ser fuertes y salir de aquí. Y te necesito Alex... necesito tu ayuda para encontrar a mi padre y salir de este planeta. Por favor...

Debido a que siempre has estado en control de tu propia mente logras sobreponerte, y volver a reconstruir tu capullo protector. Un poco. Aunque sabes que tendrás que practicar con extender tus nuevos sentidos.

Pero antes de que te cierres del todo eres capaz de sentir, por encima de vosotros, órbita,  la presencia de un ser de oscuridad tal... que te hace estremecer.

Y lo peor es que sabes quien es él... quien es ella. Por que es "ella".

Frente a un enorme mirador desde un crucero de un tamaño descomunal sientes como observa los fuegos y te das cuenta que tiene capacidad para destruir toda la ciudad... pero que está haciendo todo esto simplemente porque le parece "divertido" "interesante" o que más bien, el caos la favorece. Ahora tiene la capucha retirada y ves que es una mujer no demasiado madura con el pelo moreno y liso.

Y un segundo después estás en el puente de esa nave escuchando como la mujer ordena y manda:

-¿Estado de las sondas vigía?.-

-No hay nada en las rutas. Mi señora.- Le comenta respetuosamente un oficial del puente. Aunque no va vestido de oficial.- La noticia del ataque ya ha llegado a varios sistemas y la están transmitiendo por la holored, mencionan contínuamente a Darh Akef, como usted planeó... el tiempo estimado de respuesta de la República...

- No me importa. Las instalaciones de clonación de Tenkai han sido destruidas, y quiero ver de qué son capaces las criaturas que he soltado. En un par de días descenderé al planeta y recogeré a varios usuarios de la Fuerza... De la secta de las profundidades. Además han capturado al clon de Tenkai que escapó. Mientras tanto destruye cualquier nave que trate de entrar o salir. Est...

¡TÚ!-fija tu mirada en tí, sin reconcerte aparentemente.

ERES COMO UN SUSPIRO Y POR ESO NO TE HE VISTO. VUELVE A TU INFIERNO DE PLANETA Y NO SALGAS DE AHÍ ¡CONDENADOS JEDI!.

Y su voluntad te empuja fuera de donde estabas. Caes hasta tu cuerpo y te das cuenta que Caesar no se ha enterado de nada y te está hablando. Te está pidiendo ayuda.

En comunicador de Caesar siguen llegando palabras.

NAVE DESTRUIDA. ESCONDEOS, BUSCAD ALGÚN REFUGIO. NOS VEMOS EN CASA.

Respiro hondo. Inspiro energía, expiro la sensación de naúseas que recorre mi cuerpo. En mi mente, poco a poco voy recuperando el equilibrio y la estabilidad emocional. Estoy en control de mis emociones y, una vez más, rechazo un miedo que no me pertenece. Pero incluso cuando alcanzo la calma sé la verdad, una vez se comienza a recorrer la senda de la brujería, estar en paz no basta.

Frente a mi puedo ver los edificios en llamas y también puedo ver a través de “otros ojos”. Estoy en la ciudad y estoy en las estrellas, en una nave. Allí esta ella. No es que no lo supiera, claro, pero ahora podía verlo, podía sentirlo.

- Fanáticos religiosos - gruñí con desprecio.

Ni tan siquiera sabía qué diablos era un Jedi, pero imaginé que era su palabra para decir bruja. Bruja, una sonrisa danza en mis labios, eso es lo que soy y no me avergüenzo. Respiro hondo. Inspira y expira, estoy en calma. Ella se alimenta del miedo, busca la salida fácil para creerse en control, pero no lo está. Y su orgullo nos da una oportunidad de sobrevivir. ¿Pero a cuántos?

Por la conversación deduzco que el tal Darth Akef es su enemigo y que en lugar del enfrentamiento abierto, busca hacer que la republica le siga. De lo que deduzco que la república también son sus enemigos. De modo que ya sé lo que haré, si escapo, se lo haré saber a él y al resto, que fue ella. El otro, Jedi o lo que fuera, no se lo tomaría a bien.

Memorizo lo demás. Instalaciones de clonación de Tenkai. Usuarios de la Fuerza. Secta de las Profundidades. ¿Sería así como se refería a gente como yo pero afines a ella? Tal vez no supiera mucho de tecnología, pero aprendía rápido...

Y entonces me detectó. Podía sentirme como yo a ella pero, por suerte, seguía considerandome poco interesante. Ser como un suspiro, había dedicado toda una vida a eso y podía considerar su comentario casi como un halago.

Parpadeé y dejé salir el aire que había estado conteniendo. Caesar estaba frente a mi, con expresión preocupada. Volví a parpadear centrando la vista en él.

- Yo... - comienzo a decir ruborizándome ligeramente 

El comunicador recibe una nueva respuesta y mi vista se desvía rápidamente hacia él, aprovechando la distracción para apartar la mirada.

- Si, debemos salir de la ciudad. - repito - Concéntrate, dime dónde se refugiaría tu padre. Le recogeremos, localizaremos una nave y saldremos de la ciudad. Pero se nos acaba el tiempo, no lo malgastes.

Debían existir túneles que permitiese despegar fuera de la vista o desde otro punto del planeta, estaba convencida, así era como funcionaban los contrabandistas, piratas y el tipo de gente con el que me movía. Sólo era cuestión de dar con ellos y ofrecer un precio apropiado aunque en este momento, lo único con que podía negociar era con mis habilidades y su deseo de venganza...

Caesar quedó sumido en un profundo sueño. No, sueño no... pero sí una honda sensación de trance. Algo similar a estar más cerca de tus propios pensamientos. Algo más conectado con tus propios sentimientos de lo que acostumbras a estar. La memoria del chiss no se reflejaba en la pantalla de cine de su propia mente sino que sucedía una y otra vez como la historia que entra en un bucle y de la cual, siendo el único protagonista, te ves imposible de escapar. Las explosiones, las llamaradas, el caos... los turbo lásers caían sobre la ciudad como una lluvia de fuego que arrasa todo cuanto había y él, impasible, sólo podía ver como ese mar bermellón bañaba cada vez más metros cuadrados de aquel planeta.

Raxus... sólo unos minutos antes le había parecido un Edén y ahora era el último lugar del universo en el que quería estar. Hace apenas unos instantes notaba la vida de todo el planeta fluir por su cuerpo, por su piel...conectando sus labios a los de Alex... y ahora sólo la muerte emitía una constante y pesada presencia imperturbable y demoledora.

Gaius...

Su padre le había confirmado que la nave ya no existía. El único modo en el que el chiss podía ganarse la vida destruido. Pero su padre albergaba posibilidades de salir del planeta. "Nos vemos en casa..." había dicho. ¿Casa...? ¿Qué casa...? ¿Csilla...? ¿Polmanar...? No, ni Caesar ni Gaius tenían ya una casa. Un hogar... probablemente nunca lo tuvieron.

- Hay que salir de aquí - afirmó el chiss con tono fúnebre. - Mi padre sabrá arreglárselas. Pero nuestro problema está aquí y ahora. Nosotros... no existe nada más que sobrevivir.

De repente las palabras de Alex habían cobrado sentido. Vivir... ahora... sentir... conectar... 

- Conduce... hay que alejarse todo lo que podamos de la ciudad. En el extrarradio puede que encontremos transporte. Evita las zonas altas.

En cuanto al tal Darth Akef...

No lo entendía, de verdad que no lo entendía en absoluto. Primero me pedía que viniéramos cuando las esperanzas de encontrar a su padre eran mínimas y ahora que sabía que estaba vivo, me decía que nos fuéramos sin él. 

- No, nada de eso - respondí - Mánda un mensaje. Estableceremos un punto de encuentro y le esperaremos. No mucho, pero le esperaremos. ¿Acaso vas a rendirte ahora? - le recriminé 

Luego busqué con la mirada algún punto en los niveles inferiores que pudiera servirnos para ese fin...

Y ahí estaban, las alcantarillas, la entrada perfecta en los niveles inferiores. Claro que esto supondría abandonar la seguridad, pero ahora que era adulta, sabía diferenciar perfectamente cuándo alguien se sacrificaba para aumentar las opciones de supervivencia de otro. En el fondo era un movimiento insensato e infantil, pero qué diablos, no se trataba de vivir mucho, se trataba de cómo elegías vivir. 

Aparqué el vehículo en un hueco recogido donde no le afectarían los disparos. Un buen regalo para los supervivientes próximos, luego habría que buscar un nuevo medio de transporte o ir a pie. Pero va, detalles. Nunca me habían preocupado esas cosas y no iba a empezar ahora. Improvisar era mi forma de vida. Me giré para mirar a Caesar. Zekk no solía tomarse bien cuando hacía estas cosas. 

- Mueve el culo, vamos a encontrar a tu padre. Aunque si lo prefieres, puedes esperar aquí. - Esbocé una sonrisa confiada que debía dar la impresión o de que sabía lo que hacía o de que estaba loca. Luego me levanté y abrí la puerta del vehículo para bajar. 

Ahora Alex le parecía insoportable. Era una niña alocada e insensata... y orgullosa de serlo. Cuando Caesar quería saber que su padre estaba bien ella prefería ser derrotista y optar por presuponer que estaba muerto y ahora que el chiss sabía que su padre estaba vivo y, conociéndole como le conocía, sabía que estaría más que dispuesto a buscarse una salida de aquel planeta por su cuenta, ahora ella prefería ir de misión suicida a las alcantarillas de la ciudad. 

Si la parte baja de aquella gigantesca urbe era peligrosa, las alcantarillas eran casi una muerte segura. Sin embargo Caesar quería ver a su padre lo antes posible y aunque su mentalidad de chiss le empujaba a seguir el plan establecido, su parte emotiva, esa que un chiss jamás escucha, le llamaba a seguir a la chica en pos de su padre.

- Camina... - respondió Caesar de mala gana. - ... voy detrás de ti.

En un momento al muchacho se le pasó por la cabeza la posibilidad de haber tomado un arma antes de entrara en aquel lugar tan peligroso pero ahora las posibilidades de conseguir un blaster eran más que remotas. Quién sabe... igual hasta ella llevaba uno escondido en algún lugar.

Y pensar que hace apenas un par de horas él lo habría dado todo por tener sexo con ella. Y ahora prácticamente la detestaba.

Comprobé que mi equipo estaba en su sitio, viajar ligera tenía sus vetajas. Luego me puse la máscara que filtraba el aire y las gafas. Con mi rostro oculto observé a Caesar. Estaba enfadado, pero a diferecia de Zekk no parecia que esto fuera a terminar en una gran bronca. Me sentí tentada de explicarselo, de hablar de mi abuela y cómo su padre estaba haciendo igual: sacrificarse para que él tuviera más opciones. Pero eso consumiría un tiempo valioso.

- Lleva tu arma a mano y estate atento. ¿Hay algo que puedas decirme sobre tu padre que nos ayude a rastrearlo? - pregunté de forma profesional, convertirlo en un trabajo más ayudaba a centrarme.

Luego caminé atenta a posibles desprendimientos, trampas o emboscadas. En realidad era posible que la estrategia de aquella psicopata hubiera engañado a pobres desgraciados para que intentaran capturar "jedis". O lo que es lo mismo, gente normal que intentaría colar como jedis...

De repente la chica se colocó una especie de escafandra protectora. Estupendo, ¿Es que albergaba la posibilidad de llegar a una situación así? Llevar una pequeña mochila a la espalda era algo normal pero si en ella se hallaban artículos de comando la cosa era bien distinta. De cualquier modo Caesar ya tenía bastante encima como para preocuparse por aquello. Si habían gases nocivos le alcanzarían de igual modo.

- ¿Arma...? No, no llevo ningún arma. No suelo necesitarlas. - dijo el chiss con sorna. ¿Con quién se pensaba que hablaba? El chico era solo un mercader, un pseudopiloto. No era ningún soldado de asalto ni un veterano de las guerras imperiales. Maldita sea...

Enseguida Aleesha encuentra un conducto de cables viejo que os permite meteros en los niveles inferiores.

Al principio solo son túneles de mantenimiento, de antiguos medios de locomoción olvidados, pero pronto empezáis a ver en ellos a grupos de personas que han escapado de los bombardeos bajando. Muchas de ellas están heridas, tiradas en el suelo, y elevan las manos hacia vosotros pidiendo un ayuda...

Ninguna de ellas tiene la piel azul, y no podéis hacer nada por ellas.

Seguís ahora en la dirección bajo la que se encuentran las ruinas del espaciopuerto, siguiendo las vias de algún tipo de sistema de transporte por railes, observáis que mucha gente ha logrado llegar hasta allí  podéis comprobar como un grupo de tipos de mala catadura arrastra a uno de los heridos detrás de un panel y le despoja de todo lo valioso.

Miré a Caesar como si estuviera loco. ¿Quién va por ahí desarmado? No concebía la idea de vivir una vida en la que no necesitases protegerte. Pese a ello, intuía que no era el mejor momento para hacerle notar la cantidad de gente desaprensiva que había por el universo. Me limité a señalar una caja de herramientas viejas.

- Pues coge al menos algo pesado y que parezca amenazador, siempre será mejor que nada. 

Apreté los dientes, no podía hacer nada por ellos... aún. Pero llegado el momento tal vez intentase organizar una evacuación en condiciones. Oculta tras las gafas y la mascara respiradora pude ver las miradas que me dirigían los saqueadores. Negué lentamente con la cabeza, adaptando mi lenguaje corporal a lo que había aprendido con Jaing. Todo mi cuerpo decía "mala idea" y no necesitaba decir ni una sola palabra para transmitir que si se metían conmigo acabarían mal. 

Miré a mi alrededor, evaluando el terreno. Era más y no teníamos demasiado tiempo, pero en otras circunstancias, tal vez, me habría parado a ayudar al pobre desgraciado. Pero la vida era así y yo no hacía las reglas. Di unos golpes con la bota en los raíles de hierro. 

- Es una lástima que no haya un vehículo cerca. Si lo hubiera, sería relativamente fácil sacar a toda la gente por los túneles. Bueno, ¿Tu qué dices? ¿Derecha o izquierda? ¿Hacia dónde crees que se dirigió tu padre?

Volví a recorrer el túnel con la mirada. Las gafas me ofrecían una ventaja táctica que agradecí. Luego busqué los mejores objetivos a los que preguntar y me acerqué a un grupo de refugiados con un herido. 

- Intenta parecer peligroso pero no amenazador - le dije a Caesar - Vamos a ver si alguien sabe algo. 

Alex no terminaba de decir incoherencias... unas detrás de la otra. Que si tomase una llave inglesa oxidada para defenderme... que si había que aparentar agresividad pero no amenaza... que si era una locura no ir armado. Bueno, esto casi que caló hondo en el joven chiss. A lo largo de su vida jamás había necesitado un arma ya que su padre le había enseñado el poder de la palabra sobre la violencia y, sin embargo, a pesar de no haberla vista jamás, de algún modo sabía que Gaius guardaba algún tipo de blaster en la nave que les servía de modo de vida. Esa nave que ahora estaba hecha añicos.

No solían hacer tratos con contrabandistas y las mercancías que transportaban eran escrupulosamente estudiadas para que no ofreciesen problemas en las aduanas de ciertos sistemas de hostilidad demostrada. ¿Armas...? No solía ser necesario pero llegado el caso...

De todas maneras seguir el rastro de un chiss no debía ser demasiado difícil... aún eran una raza desconocida por los habitantes de la galaxia y suponían un punto de exotismo incluso en un planeta tan colorido como Raxus en lo que a razas se refería.

Alex se paró a preguntar... mejor, Caesar no estaba de humor y tampoco sabría como hablarles a aquellas personas. Los refugiados pululaban por doquier, asustados y temerosos... y sor Alex pretendía evacuar todo el planeta. Esa chica era un imán para los problemas.

A pesar que varios de los refugiados estan revirtiendo a conductas bastante primarias, (muchos de los tripulantes de las naves del esapaciopuerto llevan dentro un pirata) Aleesha empieza a preguntar a los que parecen tranquilos y enseguida recibe indicaciones.

Hay dos o otres que recuerdan ver a un hombre de piel azul (no es precisamente común, aunque le confunden con un wroonio o algún otro semihumano).

Indican a Aleesha que siga aún más abajo, que varios están saliendo de los almacenes y niveles de mantenimiento por por los antiguos túneles y edificios de la ciudad, que tiene en realidad miles de años.  Y dicen que le han visto por ahí.

Pero en ese momento...

De entre la multitud que os rodea una mujer se aproxima a Caesar.

-Hola chaval... ¿tienes un momento?- Y antes de que el disciplinado Chiss pueda reaccionar de uno de los bolsillos la mujer le agarra del hombro y sacando un cuchillo de aspecto desagradable se lo pone en el cuello en un fluido movimiento.-

Tal y como esperaba seguir a un tipo con la piel azul no iba a ser demasiado problema. Lo de los túneles no era mala opción. Sobre todo porque, de todos modos, estaba segura de que era dónde estaban los contrabandistas y el elemento criminal del planeta. Me pregunté si allí habría quien supiera qué fue lo que se llevó la psicópata de la nave, era más que probable que todo esto fuera una distracción para cubrir el expolio. 

Parte de mi se sentía atraída por el misterio de los túneles antiguos. Me fascinaba ver ruinas y lugares abandonados, siempre me imaginaba cómo habrían sido cuando estaban habitados. Algunas incluso me recordaban a mi planeta, a un tiempo de tecnología más simple. 

Estaba segura de que la incursión en las profundidades no sería fácil. Qué diablos, era muy probable que estuviéramos metiéndonos en la boca del lobo. Pero entonces, ¿por qué me sentía tan viva? Una sonrisa danzó en mis labios tras la máscara respiradora. 

- Si nos damos prisa le daremos alcance a tiempo...

Miré a mi alrededor y entonces...