Partida Rol por web

amano corre hacia el sujeto loco y pone su baston en el cuello del sujeto, -bien amigo, hora de hablar, donde esta mi linda amiga, no quiero que llegue tarde a su casa, asi que responde rapido-

El criminal no se movió de donde estaba, ni despegó los labios para responder la pregunta de Amano. La sangre manaba a chorros de sus heridas, oscura y espesa, impregnando el barro sobre el que descansaba su cuerpo desgarbado. Todo parecía indicar que estaba muerto.

Los soldados del Shinsengumi observaron a su capitán, Washizuka, como si no supieran qué hacer con el cuerpo. No parecían atreverse a tocarlo siquiera. Además, se movían nerviosos, como incómodos. Tal vez les preocupara el hecho de que se habían quedado helados en el enfrentamiento y no habían sido capaces ni de lanzar una estocada contra el enemigo, dejando que su capitán y aquél hombre vestido de rosa lucharan solos.

Cayeron una o dos gotitas, y luego volvió a ponerse a llover. Tenían que decidir qué hacer con los despojos de Shikyoh, si llevarlos al cuartel del Shinsengumi o tal vez quemarlos en un lugar resguardado.

-que? tan rapido moriste? creo que me sobrepase un poco, ahora como hare para recuperar a mi amiga?-
reviso sus bolsas

- Soldados! Cojan al asesino y llévenlo al calabozo. Mañana se le aplicará la justicia y será decapitado al amanecer.- ordeno con voz firme, aunque aún jadeante por el esfuerzo y por la herida. No me puedo creer que por fin haya cazado a Shikyoh. Hasta he pensado acabar con él aqui mismo, sin más dilación. Delito castigo expeditivo. Pero prefiero esperar y que la gente del pueblo vea que aqui la justicia se cumple y que los traidores pagan, al menos mientras yo sea jefe del shinshengumi. Será una gran noticia para todos.

- Señor, lamento mis palabras al principio. Creí que no era usted más que un borracho, pero está claro que tiene una gran habilidad. Le agradezco la ayuda. Soy Keichiiro Washizuka, oficial del shinshengumi.- le digo, mientras envaino la espada, con respeto.

volteo a ver al sujeto que le grita a todo mundo, es un tanto molesto, necesita un trago para calmarse y mis reservas de alcohol son muy bajas, eso sin contar el que mi amiga sigue desaparecida y el que sabe donde esta esta muerto, en fin, ya lo arreglare

volteo a ver al sujeto que se presenta -soy amano, tienes sake?-

Los soldados dudaron un segundo, pero luego se aprestaron a cumplir la orden de su capitán. Cogieron por las axilas el cuerpo del hombre ensangrentado y lleno de barro, y lo arrastraron por la calle en dirección al cuartel. En ese momento, se le cayó algo al suelo. Parecía un trozo de papel tosco y manchado, que se quedó descansando sobre el barro del pavimento.

levanto el trozo del papel, lo limpio un poco y lo leo

El papel estaba manchado de barro y sangre, y la tinta con la que se habían escrito los kanjis se había corrido ligeramente por culpa de la lluvia, pero la mayor parte era aún era legible:

-ok, el papel dice mansion del este, sangre de chicas jovenes y noche, tengo que apurarme o algo le puede pasar a mi nueva amiga... y a mi anfora de la suerte. no vas grandote- le digo al soldado mientras me encamino hacia el este pensando en que mansiones podria estar pasando lo que dice aqui

Observo el papel que coge el hombre que me ha ayudado a derrotar a Shikyoh. Habla sobre alguna especie de ritual o algo por el estilo. ¿Sangre de mujeres jóvenes? ¿Controlar? ¿El qué?. Muchas preguntas sin respuesta y al parecer la única manera de encontrar esas respuestas es ir hacia donde el propio papel dice.

- Mansión al oeste de Edo me parece leer. Claro que voy. Tengo saber qué es lo que está tramando este asesino...- añado accediendo a ir con mi nuevo compañero que a pesar de no ser muy educado es un buen guerrero.

Tras descifrar con esfuerzo el contenido del papel, tanto Amano como Washizuka supieron que tenían un objetivo. El capitán del Shinsengumi sabía que no tendría ningún problema en consultar los archivos del registro de la provincia para saber qué mansiones podía haber al oeste de Edo y quiénes serían sus propietarios.

Una vez que tuvieran aquella información, podrían enterarse de qué estaba pasando y por qué Shikyoh se había entregado a ese frenesí asesino. Que actuara bajo las órdenes de alguien preocupaba en grado sumo a Washizuka. ¿Quién podría tener una voluntad lo suficientemente férrea como para dominar a aquél depravado?

Debían apresurarse a averiguarlo...

La impetuosidad me puede, pero antes de hacer algo de lo que me arrepienta, pienso con frialdad. Es bastante extraño que Shikyoh actue bajo las órdenes de nadie. Es un perturbado, siempre se ha movido por su propio y macabro interés. Cumplir órdenes nunca ha estado bajo una de sus opciones. Es todo demasiado extraño como para dejarlo pasar. Además esa nota deja muchas preguntas sin responder.

- Espera. Soldados, lleven al prisionero a las celdas. Y que lo curen. Antes de ejecutarlo tengo que hacerle unas cuantas preguntas.- ordeno cambiando de idea. Siempre hay tiempo para ir a la mansión a averiguar que pasa, pero primero es mejor informarse.

amano piensa en que hacer pero no tiene ninguna informacion, ahora que pensandolo bien, el anciano de hace rato me hablo sobre algo mistico, y esto que dice la nota acerca de sangre joven suena a algo parecido, tal vez deba regresar a la feria a preguntar mas a ese anciano... regreso a la feria

Washizuka siguió a sus hombres al cuartel del Shinsengumi. Nada más llegar y ver a Shikyoh vencido, muchos guardias jalearon con alegría y se acercaron a felicitar al capitán, pero este no mudó el gesto. Tenía otras cosas en la cabeza...

Llegaron a las celdas y encadenaron al sujeto, para que no pudiera escapar. Llamaron al médico del cuartel, y este llegó rápidamente para examinar al criminal. Lo que vio no le gustó demasiado...

- Está vivo aún -dijo-. Pero ha perdido mucha sangre. Es probable que no sobreviva a un interrogatorio si se lo hace ahora, capitán. ¿No preferiría esperar unos días?

La vida de Shikyoh no le importaba lo más mínimo a Washizuka. Tenía prisa por averiguar qué significaba ese papel. Pero si ese asesino moría, podía perder una fuente de información útil...

Amano volvió lentamente, con pasos cansados y dispares, al recinto donde se había celebrado la fiesta y había luchado por primera vez aquella noche. No obstante, se encontró con que la puerta de la finca estaba cerrada a cal y canto, y no había ni un ruido proveniente del interior. La fiesta había terminado...

Amano maldijo en voz baja. Debía ser mucho más tarde de lo que pensaba... ¿Qué haría ahora?

-rayos, que desperdicio, tanto sake por tomar y yo peleando, debo ser mas cuidadoso en como paso las fiestas, no solo perdi una fiesta, sino una amiga y un tesoro, ahora donde buscare? es dificil pensar con la garganta seca, caminare mientras pienso y busco una licoreria...-

- Entiendo...- respondo al médico. Si fuera por mi ya habría ejecutado a este asesino, pero la nota lo cambia todo. Ahora por desgracia necesito que siga con vida para poder sacarle información. Este es un asunto demasiado extraño como para dejarlo pasar sin más. Y todo porque en él se ve involucrado Shikyoh.

- Está bien, lo necesito vivo. ¿Cuando podré interrogarlo?. Necesito que esté listo lo antes posible.- concedo finalmente aunque a regañadientes.- Por cierto también me gustaría que mirase mis heridas. Este bastardo no se dejó capturar fácilmente.- añado sin darle demasiada importancia a mis palabras. Ahora me preocupa más el estado del traidor más que el mio propio.

El médico observó a Shikyoh, encadenado a la pared, y negó con la cabeza.

- Al menos, deberíais esperar hasta mañana -dijo-. De lo contrario, morirá con seguridad.

Dicho lo cual, se aprestó a echar un vistazo a los cortes de Washizuka. El capitán se tendió en una camilla de bambú, y en una media hora todas sus heridas estaban cerradas y vendadas. El dolor había remitido considerablemente con los cuidados del doctor, y Washizuka sintió que su espíritu guerrero haría el resto en poco tiempo.

- Cuidaos, mi señor -dijo el médico para despedirse-. No hagáis muchos esfuerzos y estaréis bien.

Y salió de la estancia, dejando sólo a Washizuka con su prisionero.