Partida Rol por web

ADAM.

Jueves 4 de Mayo del 2017.

NewCastle - Australia.

18:52 de la tarde.

¡Joder tío!, ¿en serio?, ¿vienes en serio?.

De estas entusiastas exclamaciones de sorpresa y felicidad por parte de Patrick “El gafas”, ya habían pasado varias horas.

Por supuesto que el chico no caminaba si podía evitarlo. Internamente fantaseaba con el día en que finalmente el gobierno liberase un poco de la tecnología alienígena, - que todo el mundo sabía que ya tenían estudiada por cierto - , y poder comprar un pequeño vehículo de despegue vectorial para ir volando a todas partes. (Ya estaba ahorrando para ello).

Patrick era de los que flipaban colores con los hologramas del zoo privado de Dubai, la cabeza de Nessie en Tokio muy al estilo Bluebeam, las nuevas impresoras 3d que duplicaban órganos hechos de material vivo – no me jodas -, y todos aquellos temas relacionados a lo “extraño” fuera esto paranormal, alienígena o incatalogable como las ciudades fantasmas sobre los cielos de China.

El chico no perdía oportunidad para “ilustrar a los neófitos” que caían en las redes de su telaraña conspiranoica a lo cual sumaba un intenso gusto “por gastar saliva”.

Habían pasado varias horas – como he dicho -, y ya casi eran las seis de la tarde con el sol ocultándose tras las distantes nubes de un cielo en tonalidades rojizas.

Escondidos tras unos arbustos – como buenos investigadores paranormales del tipo Cazadores de Fantasmas -, Patrick barría toda el área circundante (con un detector de temperaturas) a donde los vecinos decían haber visto a un tío que dijo escuchar de un conocido que había visto los dichosos caballos sin cabeza que echaban humo.

Ósea, una pila de suposiciones sobre quizás a medio entender en un teléfono descompuesto.

Por su parte, Adam tenía un visor infrarrojo comprado como rezago del ejerció Australiano por Ebay y una “SpiritBox”, que no era más que una radio digital de bolsillo hackeada de tal forma que creaba ruido blanco al ir saltando de frecuencia en frecuencia. (Con ella podían escuchar voces del más allá, en teoría).

!Puta mierda tío!, dijo Patrick desilusionado. No encuentro nada en ninguno de mis dispositivos. ¿Que hay en los tuyos Ad?, ¿algún cambio en la temperatura o imagen ultravioleta extraña? preguntó Patrick mientras oteaba hacia dentro del Centro Ecuestre donde ya las ultimas personas presentes partían dejando las inmediaciones - abiertas y boscosas -, en un placido silencio.

«Se ha ido... No volverá...». Karlene ha intentado concentrarse en sus clases, pero ni siquiera el señor Colleham ha conseguido hoy atrapar la atención de la muchacha que tenía la mirada perdida en algún punto indefinido del aire y dibujaba garabatos sin sentido en su libreta. Karlene no sabe dibujar demasiado bien, pero se puede reconocer la silueta de un gato con cuatro ojos, repetida una y otra vez. 

La señorita Quincey, de química, ha sido la única que no ha tenido piedad hacia la tristeza de Karlene, aunque su rudeza no ha tenido más éxito que la forma suave en que los demás profesores la han dejado soñar despierta. 

Tampoco sus amigos han logrado distraerla. Ni Tony y Maia invitándola a ir con ellos a las recreativas a probar algún videojuego, ni Will, que quería llevarla a tomar un batido, ni Kate, que aseguraba tener un cristal de cuarzo en su casa que podía encontrar a Bobby sin llegar a resultar convincente ni siquiera para sí misma.

Por primera vez en mucho tiempo se ha cruzado con Jody por los pasillos sin que su corazón doliese por él. Quizás porque la mirada del chico siguiéndola al pasar fue un consuelo. O, más seguramente, porque el dolor por su hermano no dejaba sitio a nada más.

El único momento en que Karlene ha logrado no pensar ha sido durante el entrenamiento de natación. Pero ahora, sentada en el banco, la tristeza se va derramando poco a poco desde su pecho hasta llenarla por entero y esa vocecita insidiosa guía sus pensamientos. 

No es muy consciente de cuánto rato ha pasado o de cuándo ha vuelto Dana a su lado con el café. Ni siquiera lo ha probado, solamente ha dado algunas vueltas al vaso entre las manos hasta que su contenido se ha enfriado. Pero de repente un hondo suspiro sale de su garganta y mueve su cabeza hasta encontrar la sonrisa de ánimo de su amiga incondicional.

—Jo, tía —dice finalmente—. Paso de ir a biología. No he hecho el trabajo que nos mandaron y no puedo concentrarme, ¿sabes? Es como si tuviera un agujero por dentro, rollo melancolía infinita como en el libro ese que leímos en sexto, ¿sabes cuál digo? —Le da otra vuelta al vaso del café entre sus manos y por un momento pierde el hilo de lo que está diciendo, demasiado enredada en los zarcillos de la tristeza que tratan de hacerla tropezar—. Tía, ¿tú crees que se ha ido? ¿Que no va a volver? ¿Sin dejarme ni una maldita nota?

Hace una pausa, breve, apenas para tomar aire en dos tiempos antes de volver a suspirar. 

—¿Te vienes?

Ojeé los aparatos, sin mucha esperanza de encontrar algún rastro de actividad en estos y reparé en el silencio.

¿No es esta paz algo poco común dentro de la ciudad? Debería grabar unos minutos para usarlos en alguna composición… a los Joy Division les quedaba genial.

Con esto en mente, rebusqué en mi mochila en busca de mi minisynth y tras programarlo le dije a Patrick:

Vamos a esperar un rato mas Gafas, que quiero grabar este silencio. Y recuerda: hay que estar en absoluto silencio.

Esperé alguna réplica por su parte, pero sin importarme lo más mínimo inicié la grabación. 

Al ver las heridas en su espalda Jess casi se vuelve loca,¿Como cojones se había hecho eso? Por su agotada mente pasaron imágenes de los cientos de películas de terror que había visto con David; seguro que en alguna pasaba algo parecido... joder,¿ no era eso lo que hacía Freddy?¿Que había soñado antes de despertarse?... trató de sacarse aquellos pensamientos de la cabeza, ella no vivía en una peli de terror de hacía 30 años.Esto era la vida la vida real, lo sabía porque en su imaginación nunca habría podido sentir un dolor tan atroz como el que tenía y mientras en su cuarto intentaba analizar la situación por el rabillo del ojo lo vio.- Ostia puta un gato!Bicho de los cojones ¿ de donde has salido? Alzó la voz en un intento de asustar el animal cuando este empezó a ronronear pero lo cierto es que era ella quien estaba atemorizada. Tenía ganas de gritar y de llorar, se sentía agotada y dolorida. Y ahora, para más inri ese dichoso gato volvía a atormentarla, cerró los ojos mientras apoyaba una mano en la puerta entreabierta y se preparaba mentalmente para abrirla. No quería volver a ver la sangre y las vísceras pero por más que lo intentase no podía borrar esa imagen de sus recuerdos.

KARLENE.

—Jo, tía —dice finalmente—. Paso de ir a biología. No he hecho el trabajo que nos mandaron y no puedo concentrarme, ¿sabes? Es como si tuviera un agujero por dentro, rollo melancolía infinita como en el libro ese que leímos en sexto, ¿sabes cuál digo? —Le da otra vuelta al vaso del café entre sus manos y por un momento pierde el hilo de lo que está diciendo, demasiado enredada en los zarcillos de la tristeza que tratan de hacerla tropezar—. Tía, ¿tú crees que se ha ido? ¿Que no va a volver? ¿Sin dejarme ni una maldita nota?

Hace una pausa, breve, apenas para tomar aire en dos tiempos antes de volver a suspirar. 

—¿Te vienes?

La tristeza de Karlene, - bicho rastrero y persistente -, no se retira de su lado pero quiere la fuerza pura de la amistad sincera de Dana apaciguarlo lo suficiente para hacer la pena soportable.

No hacen falta palabra entre tan entrañables amigas y de hecho muchas son las veces en las cuales el sonido sobra.

Como ahora, cuando tras escuchar con atención lo que Karlene ha dicho, Dana se acerca a ella y la abraza con fuerzas – protegiéndola del mundo -, entre sus brazos donde reina el amor sin maculas.

KARLENE.

Jueves 4 de Mayo del 2017.

NewCastle - Australia.

21:37 de la noche.

!Es en serio Khal!, dice emocionada Dana mientras mueve los brazos para darle más énfasis al asunto, la odiosa de Sally se ha besado con otro chico, ¡la han visto y todo!.

Son pasadas las nueve y media de la noche y Dana se encuentra ahora en el dormitorio de Karlene donde piensa a quedarse a dormir.

Tras pedir permiso a sus padres y sabedores estos de lo mal que la está pasando la familia Dahl no hay tenido reparo alguno en permitir a su hija pasar unos días con Karlene y esta agradece el gesto de los padres de su amiga.

La compañía de Dana la reconforta y en su forma “chispeante” de ver la vida de una forma positiva Karlene encuentra ahora madero salvavidas para el mar tempestuoso de penas por el cual le toca cruzar.

Oye, por cierto, me he tomado la molestia de organizar una juntada para el sábado, ya sabes, ir a la playa, beber algo, nadar quizás, dice mientras levanta las cejas divertida, ¿te apuntas o que Kahl?

JESS

Tenía ganas de gritar y de llorar, se sentía agotada y dolorida. Y ahora, para más inri ese dichoso gato volvía a atormentarla, cerró los ojos mientras apoyaba una mano en la puerta entreabierta y se preparaba mentalmente para abrirla. No quería volver a ver la sangre y las vísceras pero por más que lo intentase no podía borrar esa imagen de sus recuerdos.…

El ronroneo del gato es constante y parece acrecentarse en volumen a medida de que Jess se acerca a la puerta.

Quizás sea su mente la que le juega ahora una vil treta pero ante sus ojos la sombra del felino parece deformarse adoptando nuevos aspectos horribles que escapan a cualquier comprensión.

Como si lo que aguarda a poco más de un metro y en el pasillo fuese tan horrible que ningún mortal puede contemplarlo – o entenderlo siquiera -.

El arañazo – pues es eso y no otra cosa -, le escuece en gran medida a cada paso que da pero su voluntad es firme y tras el muro de entereza que Jess ha levantado frente al desconocido adversario, se siente al menos segura y por ello actúa.

Respira profundamente.

1.

2.

3 veces.

Y entonces,

Abre la puerta de par en par.

1, 2 Freddy viene por ti,
3, 4 cierra la puerta, 
5 , 6 busca un crucifijo, 
7 , 8 mantente despierta, 
9 , 10 nunca más dormirás.

Jueves 4 de Mayo del 2017.

NewCastle - Australia.

Por supuesto que no es buscado, ¡no quiere hacerlo!, pero la maldita melodía de aquella vieja película nace en su mente con fuerza y no parece detenerse.

1, 2 Freddy viene por ti,

El pomo de la puerta esta húmedo al tacto demasiado frio para ser normal – (o no?) -. Jess no tiene tiempo ni ganas de pensar en ello, le apura ahora el desconcierto respecto a lo que hay mas allá, a la sombra del gato que cambia ante sus ojos.

3, 4 cierra la puerta, 

Siempre se había preguntado lo mismo al ver cientos de películas de miedo. ¿Por qué la victima de turno corría hacia el asesino en las sombras?, ¿Por qué no ponía tanta distancia como fuera posible del peligro?, ¿Por qué?, como ahora ella hacía, iban al encuentro del peligro.

Lo hacían, entendió Jess, porque intentaban enfrentarse a sus miedos, superarlos como fuera posible, sobreponerse aunque les costara la vida. Aunque supieran que había cosas que no debían ser vistas.

5 , 6 busca un crucifijo,

La anteúltima frase de la maldita canción que ahora su mente le repite llega en el momento que abre finalmente – de par en par -, la puerta del cuarto de baño y en el mismo acto se asoma hacia afuera conteniendo el grito que ha comenzado a formarse en su garganta.

Pero allá afuera no hay nada.

Nada más que el pasillo y los muebles conocidos de su casa.

Nada, al menos al alcance de la vista…

7 , 8 mantente despierta, 
 

…por ahora.

9 , 10 nunca más dormirás.

JOSH.

Claramente los ruiditos vienen desde dentro de la caldera. Quizás el pequeño erizo se ha escondido dentro y ahora intenta trepar por el conducto de ventilación con sus filosas uñas.

No está muy lejos, - supone Josh por el sonido -, y quizás tras abrir la puerta de la caldera, pequeña para poder meter la cabeza dentro, tras estirar la mano hacia el conducto, con mucho cuidado, pueda coger al animalillo antes de que este se interne más profundamente en el caño.

Otra opción seria tentarle con comida pero en el tiempo que tarde en ir y volver pueden pasar muchas cosas con Sanic.

Seria tentar a la suerte.

¿Está dispuesto a ello?.

ADAM.

Vamos a esperar un rato mas Gafas, que quiero grabar este silencio. Y recuerda: hay que estar en absoluto silencio.

Pedirle a Patrick que estuviera en silencio era como esperar que el mar no fuera húmedo. A su favor podemos decir que lo intento con su mejor esfuerzo, y como era de esperarse.

Falló estrepitosamente.

Adam estaba grabando unos silencios cojonudos. Silencios cargados de expectativas, ampuloso silencios. Un sonido puro con casi ninguna interferencia que podría llegar a usar en alguna pieza propia.

Ya casi podía tararear la melodía que en su mente sonaba hermosa, iba a ser su opera prima, su carta de presentación para entrar con triunfo al salón de los compositores.

La canción que le había nacido del alma, comenzaba a...

 ¡Oye tíiiiiiiio!, exclamó Patrick súper emocionado mientras zarandeaba del hombro a su amigo, ¡tiiiiooo, tioooo, tiiioooo tengo uno, tengounooooo!, volvió a decir acompañando las palabras con saltitos y mientras intentaba con su magra fuerza que Adam se volviera hacia él.

El motivo de tamaña alegría tenía mucho que ver con el dispositivo que ahora llevaba en su mano libre. Un Mel-8704-SB7-CEM original y nuevecito con el cual se podían – en teoría -, captar las variaciones de los campos electromagnéticos y las temperaturas. Además de escanear radios AM / FM, brillar en la oscuridad y contar con una exclusiva SB/ Spirit Box integrada.

O en otras palabras, el sueño erótico materializado de cualquier cazador paranormal del tres al cuarto.

Como sea, el chisme que se parecía más a un control remoto de tv con luces y un parlante injertado por el Dr Frankenstein emitía ahora unos pitidos ruidosos mientras las lucecillas que llevaba en un extremo se encendían y apagaban como locas.

Patrick abandono momentáneamente el agarre que tenia sobre el hombro de Adam para accionar el escáner de radio lo cual sumo mas chirridos y pitidos al barullo ya presente.

¡Jooooooooooooooooooooder tiiiiiiiioooooooo s´tacr´k!, grito comiéndose las palabras y profundamente excitado por el acontecimiento mientras comenzaba a trepar por la valla bajo del centro ecuestre y con la clara intención de ingresar en el lugar.

!Traeeee miiii cáaamara connnn visioooón noctuuuurna tiiiiio!, dijo a Adam tras mirarle brevemente y luego salto hacia el interior.

Karlene está ahora tumbada boca abajo sobre su cama, contemplando con los ojos muy abiertos a su amiga, aferrándose a su alegría natural para sacar un poco la cabeza del pozo de tristeza en el que ha pasado el día metida. Su corazón no salta con el jolgorio que esa noticia habría provocado tres días atrás, pero algo es algo. Al menos esa noticia ha conseguido atraer su atención.

—Tía, ¿pero con qué chico? ¡No! No me lo digas... ¿Tom? ¿El hermano de Gina? —Que Sally bese a otro chico y que todo el mundo lo sepa es una gran noticia para Karlene, que rueda sobre sí misma hasta quedar boca arriba y desde ahí mira a Dana—. ¿Crees que Jody la dejará por eso? Debería, ¿no? ¿Crees que ahora se arrepiente? 

Demasiadas dudas que se arremolinan ahora en la mente de la chica, dejando a un lado de forma deliberada el silencio espeso que intuye en el cuarto de su hermano. Es más fácil no pensar con Dana junto a ella. 

—¿El sábado? —dice ahora, incorporándose hasta quedar sentada a lo indio sobre la cama—. No lo sé... Supongo. Me vendrá bien para airearme y...

Sus ojos buscan la puerta entreabierta y de repente el sueño de la última noche se desliza por su espina dorsal en forma de escalofrío. Karlene sacude los hombros, intentando liberarse de esa sensación y contiene el suspiro que quiere nacer en su pecho lanzando una pregunta más.

—¿Quién más va? Si no —«aparece Bobby», quiere decir, pero en lugar de frunce levemente el ceño y dice otra cosa, sabiendo que Dana entenderá— pasa nada nuevo, me apunto. Ahora los policías ya dejarán de comer donuts y empezarán a hacer algo. Espero.

Contenida por el temor y la tensión abrió la puerta de golpe sin tener si quiera claro que esperaba que hubiese al otro lado. Por fortuna y como cualquier persona cuya mente no estuviese influenciada por cientos de películas de terror hubiera predicho, tras la puerta no había nada. Nada extraño al menos, estaba todo como debería. Jess respiró profundamente cerrando los ojos y dejando caer ligeramente su dolorido cuerpo para que se apoyase en la puerta.
Estaba claro que aquella no era su mejor mañana,¿debería llamar a David? tal vez. Él siempre había sido su mejor amigo además de su hermano, seguro que pasar un rato con él la ayudaba a despejarse. Pero... ¿lo que necesitaba era despejarse o encontrar respuestas? respuestas... ¿ a que preguntas? Estaba confusa, casi aturdida y sobre todo muy dolorida pero si alguien podía reconfortarla ese era sin lugar a dudas David. Buscó su móvil con la intención de llamarle, igual no estaba despierto, pero Jess necesitaba oir su voz para sentirse mejor.

Loco hijo de la gran puta… - Recuerdo haber pronunciado estas palabras mientras observaba atónito como Patrick ascendía por el muro y tras ver como su silueta se internaba en el centro ecuestre, me encogí de hombros y cogiendo ambas mochilas me dediqué a seguir sus pasos.

¡Espera cabrón, no entres ahí solo!

ADAM.

Desde aquel:

¡Espera cabrón, no entres ahí solo!

Que Adam había tenido para con el ahora entusiasmado Patrick se habían escurrido por las grietas del tiempo una buena cantidad de minutos.

Con mucha precaución y al amparo de las sombras, ambos se movían rodeando el campo de práctica frente al edificio principal y con rumbo hacia las caballerizas que se ubicaban en un edificio rectangular y chato adosado sobre un lateral.

El rumbo que llevaban ahora lo demarcaba el singular aparatejo que Patrick llevaba en su mano el cual no dejaba de despedir aquellos molestos pitidos, zumbidos y luces como si fuera una puta bola disco a pleno funcionamiento.

Seamos sinceros, Adam no creía ni medio aquella chorrada de los fantasmas y asociados tema sobre el cual Patrick decía ser todo un experto. Si le seguía era en realidad porque Patrick – por más friki gafotas que fuera -, era su amigo.

Asi que allí iban ambos. Patrick con su MelMeter a todo gas y Adam con las gafas de visión nocturna gracias a las cuales la noche y todos los alrededores se volvían de un verde granulado.

Sin problemas aunque tensos por la situación, ambos llegaron a los establos y tras abrir la vieja puerta de madera se colaron en el oscuro interior.

Adam marchaba a la cabeza ahora pues Patrick veía incluso menos que lo usual y allí nadie se habia molestado en dejar encendida ni una luz de noche.

El pasillo principal por el cual marchaban tenia a ambos lados amplios corrales en cuyo interior descansaban los equinos en el más absoluto silencio.

Uno que solo rompían sus pasos al avanzar.

El aire estaba saturado de un olor profundo y nada grato. El aroma del sudor animal y la heces sumado al de los fardos de heno pero también, había otra nota de olor más profundo y desagradable que poco a poco comenzaba a tomar consistencia a medida de que se internaban mas y mas en el lugar.

(Imagina la caballeriza pero a oscuras)

-Pero serás... Sanic, como me claves las púas no vuelvo a dejarte salir por la noche...-

Pronuncio frunciendo el ceño, colando la mano en la caldera, metiendo la mitad de mi cuerpo en la caldera y metiendo entonces la mano por la tubería para intentar alcanzar al pequeño animal, frunciendo el ceño.

-Ufff.... No te vuelvo a dejar salir de la jaula si me voy a dormir... Por el amor de Dios, Sanic, por lo que me haces pasar....-

JESS.

Jueves 4 de Mayo del 2017.

NewCastle - Australia.

21:37 de la noche.

A lo largo del día Jess intento varias veces comunicarse con David pero en ninguna ocasión puedo establecer contacto.

Algunas veces la llamada solo se cortaba, otras pasaba directamente al contestador e incluso, hubo una ocasión en donde le pareció que del otro lado llegaba un sonido bajo y grave que no pudo identificar.

David se comunicaba a diario pero no era la primera vez que se encontraba en algún sitio sin cobertura y pasaban largas horas e incluso un día completo sin que pudiera llamarles aunque siempre avisaba de esto pues era de los que gustaba programar su viaje hasta el más ínfimo detalle.

Jess no pudo evitar sentirse todo el día preocupada por David y sumando a ello aquel ardor molesto que no se iba aunque había remitido mucho desde el espantoso primer momento.

Se sentía observaba y por el rabillo de los ojos muchas fueron las oportunidades en donde creyó percibir algo pero por más que giraba sus ojos hacia el lugar, lo que fuera que había imaginado allí, ya se había marchado.

De esta forma se fueron pasando las horas del día y pronto llego la tarde de este nada apreciado hoy que claramente bien podía concluir ahora.

Eran las nueve y tantos minutos de la noche cuando finalmente Adrian, su madre y ella, pudieron sentarse a la mesa para cenar y compartir las impresiones del día de ambas antes de marcharse a descansar.

JOSH.

Dentro de la caldera todo era suciedad y hollín. Incluso, Josh debió contener un instante la respiración cuando una nubecilla de polvo salió desde el interior del viejo artefacto pues ahora el movía dentro su mano buscando al inquieto erizo.

Aquel ruidito de uñas se intensifico entonces, como si Sanic conocedor de que estaba pronto a ser atrapado quisiera ahora escapar con mayor ahínco – travieso diablillo -, mas, al parecer, sin conseguirlo del todo.

Josh debió clavar una rodilla en el suelo y adoptar una nada placentera postura para colar aun más profundo el brazo hacia el interior del caño pues había sentido con la punta de los dedos una de las púas de su mascota.

¡Ya casi te tengo travieso!, pensó triunfal mientras internaba aun más adentro la mano que abría y cerraba a ciegas pero con mucho cuidado.

Entonces sus dedos encontraron la resistencia que intuía y como pudo cerro los dedos alrededor del cuerpecito de Sanic mas, para su sorpresa, fue ese el instante en donde muchas cosas se sucedieron al mismo tiempo.

Sin venir a cuento ni esperarlo todas las luces potentes del lugar se apagaron al mismo tiempo que Josh sentía tanto en su mano como en su muñeca e incluso en parte de su antebrazo el agarre doloroso de “algo” con un cuerpo alargado y húmedo que sin dudas no era el de Sanic.

Al tacto, lo que fuera que ahora lo tenía fuertemente sujeto a él, parecía hincharse y deshincharse como un globo cuya consistencia era una mezcla de carne y arcilla aunque demasiado fría para ser flexible.

El miedo se le hizo presente entonces y mientras su cuerpo era salpicado con el picor propio de la adrenalina que ahora corría por su sistema, la presa de “eso” dentro del tubo, comenzó a volverse dolorosa pues “lo que fuera” que había allí, intentaba colar el brazo de Josh mas adentro del conducto de ventilación.

Esa es Adrian.

Durante la cena Jess se mantuvo ausente, casi sin contestar a su madre. Tras un par de desganadas contestaciones a sus preguntas sobre su estado de ánimo decidió confesar una parte de las cosas que le rondaban por la cabeza.
-Joder mamá, que no es nada... Sólo que no doy con David , llevo todo el puto día llamándole y no hay manera.¿Tu sabes algo? Tengo un dolor de cabeza que me ha estado jodiendo todo el día y no veo la hora de meterme en la cama.Pero no es nada, sólo un puto día de mierda, nada más.
El dolor y el agotamiento que sentía eran tan grandes que ni siquiera era era consciente de como le había hablado.Por regla general procuraba no utilizar ciertas palabras con su madre, pues sabía que le molestaban, pero había días en que no podía contenerse. Decir palabrotas era para ella como una vía de escape, algunos meditaban, otros pasaban horas corriendo o en el gimnasio o en el bar... para Jess su desestresante diario era ser una malhablada de tomo y lomo.