Partida Rol por web

Intento concentrarme al máximo en el descenso, trato de centrar el poder de la sangre en mis movimientos. Comienzo a sentir a la bestia clamando en el interior, el hambre comienza a hacerse notar, pero antes debo huir...

En un momento dado resbalas y pierdes el equilibrio momentáneamente....

Te pegas un golpe bastante grande y el niño cae a tu lado empezando a llorar descontroladamente. realmente no te has hecho daño alguno, aunque tu orgullo puede estar algo tocado.

Los guardias se acercan y pueden estar empezando a bajar las escaleras, has de ser rápido o listo....deben quedarte unos diez o veinte segundos hasta que lleguen a tu altura.

Un leve rugido se escapa de mi garganta tras topar de bruces con el suelo. Me levanto lo más rápidamente posible y vuelvo a coger al niño, poniéndole una mano en la boca para ahogar su berrero.

Vamos, vamos! exclamo furioso a mi nuevo compañero para que continúe con el descenso. Se que si fuera necesario podría sacrificarle a él para huir, pero por el momento debo intentar salvar a los dos.

Comienzo de nuevo a descender escalón a escalón, deseando que terminen de una vez y pensando ya en un plan para saber qué hacer cuando lleguemos abajo...

En unos pocos metros terminas de bajar las escaleras. El niño continua llorando. Ves las luces de las linternas de los guardias llegando a la mitad de las escaleras. Parece ser que se han detenido al escuchar los lloros del bebé y vienen con mas cuidado; deben tener miedo de que el guarda secuestrador lo mate.

Tu "compañero" te está esperando abajo de todo muerto de miedo y sollozando. Tienes unos treinta segundos hasta que lleguen a tu posición si no te mueves.

Deprisa! exclamo cuando llego al pie de la escalera, vámonos de aquí le digo acompañándolo de un gesto para que abra la puerta.   Toma al niño, corre y ocultate en el callejón cercano, yo iré enseguida... Le ordeno a mi compañero mientras le doy al niño de una manera algo tosca, como si se tratase de un objeto cualquiera.

Vuelvo a encarame hacia la escalera, mientras escucho el sonido de los guardias bajando a toda prisa. Pronto el sonido se difumina, y todas las sombras habitantes de la escalera parecen concentrarse en un punto. Esto les dificultará el descenso... pienso sonriente mientras doy media vuelta en busca de la salida. El hambre crece en mi interior y empiezo a pensar que va siendo hora de alkimentarme...

- Ok señor... - te dice el guardia mientras coge al niño y empieza a correr

Te quedas solo y ves como los guardias siguen bajando, poco a poco se acercan a ti...y a la negra oscuridad que te rodea...

Ya están cerca... Antes de continuar hacia la salida acaricio con la punta de los dedos la masa de materia negra, como quien cede una gran responsabilidad a alguien Son tuyos... engúllelos, no permitas que nos alcancen... A pesar de la confianza plena que tengo en las sombras, me encamino lo más rápido que puedo a la salida sin dar media vuelta, sin esperar el resultado de lo que suceda a mis espaldas.

Ves bajar claramente a varios guardas...pueden ser diez o más...algunos son policías del departamente de new york, otros miembros del equipo de seguridad del centro.

Sabes que este secuestro dará que hablar, y sobre todo se investigará...incluso es posible que el F.B.I. intervenga.

Se están acercando a tus sombras, ellas los detendrán pero no sabes si a todos...puede que sean demasiados...

Los guardias bajan corriendo y se meten de lleno en las sombras...algo parece que les pasa...algunos de ellos tropiezan como empujados por brazos fantasmales...los que van detras sin poder evitarlo debido al ímpetu caen detrás de ellos.

De pronto escuchas varios golpes seguidos por alaridos. Ves a diez guardias precipitándose por las escaleras y golpeándose con cada uno de los escalones. Algunos de ellos sueltan las linternas que desaparecen entre tus sombras.

Claramente has tenido suerte, no creo que te sigan hasta pasados unos minutos. Tienes tiempo para cambiar de planes o seguir con lo que tenías en mente.

Salgo a toda prisa hacia el callejón  dónde escondí la nevera y dónde espera mi compañero con el bebé. Camino rápidamente tratando de alcanzar su posición. Ya está, disponemos de unos minutos, no hay tiempo que perder... Dame al niño... Le exijo mientras saco de nuevo mi daga ritual... A partir de ahora prosigo hablando deberemos separarnos, debes confiar en mí, escóndete, pero antes dime dónde puedo localizarte, en un par de noches volveré a contactar contigo.

El guardia te mira con miedo.

- ¿Separarnos?...¡NO!...quiero seguir contigo...no quiero que me abandones...

Ves que no suelta al niño. Y te mira con cierto resquemor ahora.

¿Quieres seguir conmigo? ¿Acaso deseas seguirme al mismísimo infierno? comienzo a desesperarme consciente de que no disponemos de mucho tiempo ¿Te enfrentarías sin pensarlo a un ser mucho mmás poderoso que yo? ¿A un auténtico demonio? Si es así, arráncale el corazón a ese maldito crío y vámonos de una vez!

En mi mirada comienza a arder la furia, que a su vez se ve acrecentada por el hambre...

El guardia suelta al niño y te lo tira.

- ¿Un un...demonio? - pregunta horrorizado - ...no no quiero tratos con demonios...

Empieza a sollozar de nuevo y entonces te dice:

- ¿Dónde puedo esperarte?...la pol polic-ía irá a mi mi c c casa...me pillarán fijo...

Me tranquiliza ligeramente el ver que al fin mi maldito compañero empieza a entrar en razón. Busca cualquier lugar lejos de los que sueles frecuentar, algún almacén abandonado o en algún túnel de metro, esta es una ciudad gigantesca en la que cada día pasan cientos de asesinatos, secuestros, violaciones, nuestra acción pasará desapercibida entre las otras, tardarán semanas en dar contigo... No te preocupes, pasado mañana nos veremos a media noche en la entrada este del Central Park. Si conoces a alguien de confianza que te pueda prestar un vehículo pídeselo y ven con él.

Dicho esto le arranco el niño de los brazos y sin pensarlo dos veces acerco su cuello a mi rostro mientras lo sesgo de lado a lado con la daga. En pocos segundos el dulce aroma de la sangre invade mis sentidos haciendo que alargue mi lengua, deseosa de sentir el cálido tacto de tan delicioso humor vital.

Sientes una sed intensa al oler la dulce sangre de recién nacido. Seguramente te alimentes de ese niño tras sacarle el corazón. No te será nada dificil extraer ese órgano, sus huesos son en gran parte aún cartílago y el cuchillo se desliza suavemente. Lo metes en la neverita que compraste en aquella tienducha.

El guardia, tu querido tío Mike, asiente levemente y se marcha corriendo echando miradas hacia ti de vez en cuando y parándose para vomitar al ver lo que acabas de cometer...el pobre no tiene estómago para estas cosas...

Me alimento de la dulce sangre del recién nacido durante unos pocos segundos ya que su pequeño cuerpo no alberga una gran cantidad de esta. Debo salir de aquí... Escondo rápidamente el cadáver en algún contenedor cercano, al fin y al cabo no me preocupa que lo encuentren, posiblemente cuando vean que le falta el corazón lo atribuyan a algún tipo de crimen sectario o satánico, después de todo quién va a desconfiar de un niño...

Me apresuro a coger la nevera con el órgano y salir de allí lo más rápido que puedo, moviéndome de sombra en sombra...