Partida Rol por web

El vagabundo le hizo señas a Luis para que lo siguiera. Ambos se adentraron en el callejón y comenzaron a andar durante un buen rato. A Luis le extrañó ya que en principio no habría creído que el callejón fuera tan largo. Pero en un momento dado y sin darse cuenta, tanto el camino que tenía detrás como el que se abría ante él parecían lejanos y cubiertos por una extraña bruma.

El vagabundo se acercó a Luis y le dijo: No se preocupe amigo, todo va a ir bien. Mientras le decía esto le ponía la mano en el hombre de modo tranquilizador. Pero  aprovechando el gesto, apretando en lugar adecuado consiguió que Luis cayera desvanecido al suelo.

Lo siento amigo, pero ya que estás aquí no estaría bien que te echaras atrás.

Luis se despertó lo que el creyó que era un tiempo no demasiado largo después. Se levantó de nuevo rodeado de niebla. Estaba tirado en un suelo de tierra y olía a gases, a pantano. Entre la bruma podía distinguir plantas y arbustos y el sol brillando tenuemente tras la neblina. Pero entonces algo se movió junto a él. A escasos metros se había levantado una enorme cabeza alzada sobre un largo cuello. Podía ser una enorme serpiente, pero realmente parecía un dragón.

Sorprendido por lo que ocurre  volteo a todas partes para reconocer el lugar. Y olfateo un poco mis ropas, para ver si no es producto de algo extraño.

-Esto... esto debe de ser un sueño.

Luis había quedado paralizado por el repentino cambio de situación. Finalmente la enorme figura se giró hacia él. Parecía en efecto un dragón, aunque no parecía violento en absoluto, de hecho, parecía aburrido.

El animal miró a Luis durante unos instantes, curioso. El hombre continuó paralizado ante la visión de la criatura y está decidió dirigir sus fauces hacia él. Al contrario de lo que pensó Luis en un instante de terror, no le mordió si no que le cogió de sus ropas, lo levantó un par de palmos del suelo y se lo llevó de allí.

No tardaron mucho en abandonar la zona brumosa donde se encontraban. A pesar de la incómoda posición en la que se encontraba Luis pudo ver como entre la niebla emergían multitud de árboles y montañas y cosas aún más extrañas como fragmentos enormes de rocas que flotaban como por arte de magia en el aire.

Finalmente apareció ante ellos una casa de madera de varios pisos. El dragón se dirigió hacia la entrada y soltó a Luis justo delante de la puerta. Después emitió un leve rugido y esperó.

No pasó nada.

El dragón volvió a rugir un poco más fuerte. Ahora si que se escuchó ruido dentro.

¿Hermano, se puede saber por qué no vas a ver que quiere Gregory, bola de sebo?
-Lo lo siento Cain, estaba en en la cocina.
-Calla y abre.

En ese momento se entreabrió la puerta y la figura de un hombro gordo y algo bajo asomó.
-Ehm…si?
Entonces la puerta se abrió de golpe y un hombre pelirrojo empujó al anterior y lo quitó de en medio.

Ja, pero mira quien se ha dado prisa en aparecer por aquí.

Observo todo con ojo tan sorprendidos que no existen pa labras para definir el conjunto de emociones  e ideas que aflora nen mi mente al contemplar todo aquello. Del mundo real a a.... a.... a aquel otro mundo.

-Se-señor David, podría explicarme eso?, ¿es acaso eso un sueño o una alucinación

El hombre pelirrojo lo miró durante un momento, como evaluando si merecía la pena el esfuerzo. Al final decidió que si, pues dijo:

Llámame por mi nombre, Cain. Y este gordo de aquí es Abel. Dijo mientras levantaba al otro hombre del suelo agarrándolo por el cuello de la camisa. Anda pasa, no te quedes ahí tirado y entra.

A Luis aquella casa se le antojo una especie de museo de la extravagancia, multitud de cosas extrañas, algunas incluso siniestras, reposaban en los estantes o colgaban de las paredes de aquel extraño lugar. Pero frente a una gran chimenea había unos sofás con aspecto francamente cómodo. Cain le dijo a Luis que podía tomar asiento, mientras el también lo hacía y espetaba a su hermano:

¡Abel! Tráenos un te, y rápido…Bien querido amigo, si, esto es un sueño. Pero no cualquier sueño, esto es El Sueño. El centro de todos. Y no tengo ni idea de como has llegado hasta aquí, y esto no es ningún hostal o estación de metro. Así que, ¿como has llegado hasta aquí?.

Extraño entre lo extraño avanzo con la certeza de que esto es cada vez más raro, y que mi amigo David, ahora Cain, al igual que un viejo vampiro mostraría la cortesía y salvaguarda que todo invitado merece. Saludo cortesmente a su hermano Abel y paso tras mi amigo.

-Tome un callejón que al parecer une el sueño con la vigilia. Un viejo vagabundo, que seguramente será Randolp Carter me aquí hasta aquí.

Me acomodo un poco más en el sillón.

-Y amigo mio, supongo que tu tomaste otra vía para llegar, ¿o me equivoco?

Cain miró a Luis alzando una ceja, atónito. Después empezó a reírse a carcajadas.

Jjaja. ¿Me estás diciendo que no tienes ni idea de lo que esta pasando? Jaja. En serio…

Tomó un poco de aire y se tranquilizó. Aunque parece que los viejos del lugar si que saben algo, o al menos lo intuyen. Lo cierto es que ni siquiera nosotros sabemos que es lo que está pasando. Pero el señor de este lugar nos mandó vigilaros a ti y a unos cuantos más. Debéis de estar dando algún problema, aunque viéndote esta claro que no intencionadamente. La cuestión es que nos ordenó volver tras el accidente ese de la furgoneta, así que debe de estar pensando que hacer con vosotros. Y al tonto de Abel lo pillaron espiando a uno, jaja, que idiota. ¿Verdad que si hermano?

-Si hermano.

-Y que haces que no has traído el té? Mientras decía esto, cogió un cenicero de la mesa y lo lanzó con fuerza en dirección a la cocina. Se oyó un grito de dolor.

-Ough, ya voy hermano.

Cain se volvió de nuevo hacia Luis.

Bueno, como tu ingenuidad me ha hecho gracia, puedes quedarte aquí, pero no creo que podamos resolverte tus dudas. Para eso tendrás que ir a ver a Morpheo, pero no creo que te reciba.

-Así  que sueño me ha espiado y no permite que se le visite. Vaya, eso si que tiene gracia. Bueno, en ese caso, ¿podrían contarme un poco más sobre ustedes, y el porque nos siguen?

Mientras ambos hablaban, Abel había traído una bandeja con dulces y pasas. Caín había cogido uno y se lo comía con los pies apoyados en la mesita.

Pues si. Básicamente has hecho un buen resumen. Aunque no he dicho que no permita que lo visites, eso puedes hacerlo, otra cosa es que él te reciba. ¿Pero quienes son  los simples mortales para intentar comprender los designios del señor de los sueños?

Esa última pregunta la había formulado al aire en tono grandilocuente, después soltó una carcajada.

Ya te dije que no sé que es lo que pasa. Debéis estar afectando al sueño de alguna forma, que Morpheo no es muy dado a espiar a la gente porque si. Te repito que tendrías que ir a verlo a él, aunque no te reciba quizá en el castillo te den alguna respuesta. Y en cuanto a nosotros, somos Cain y Abel ¿o acaso no conoces la historia?

Me acomodo en el sillón y sonrió.

-Si, creo que si, o al menos una de las versiones. ¿Gustarían contarmela?

Caín alzó una ceja y suspiró aburrido.

Ya sabes, ofrecimos sacrificios al Señor. Yo ofrecí verduras ya que era agricultor, y el gordo de Abel ofreció carne porque era pastor. Al todopoderoso le gusto más la carne, yo no me lo tomé muy bien y maté al gordo. Entonces el Señor dijo algo asó como:

- “Cain ¿Dónde está tu hermano?

-No lo se, ¿acaso soy yo el guardián de mi hermano?.

-Caín, la sangre de tu hermano me grita desde el suelo y bla bla bla”

Total que me condenó a vagar por el mundo poniéndome está marca. Cain se señalo la frente y donde antes parecía no haber nada apareció un extraño circulo, que se desvaneció de nuevo cuando dejó de señalar. Y poco más.

Justo en ese momento apareció un cuervo, entró volando por la ventana y aterrizó con unos pequeños saltitos en la mesa. Cain y Abel lo saludaron.

Buenas Mathew.

El cuervo habló:

Hola chicos. Y perdón pero creo que a ti no te conozco. Soy Mathew. Dijo volviéndose hacía Luis.

-Hola Matthews, soy Luis. Un placer. -Digo de forma tranquila y atenta al cuervo que acaba de llegar. ¿Cuervos hablando en el sueño?. Algo perfectamente normal, especialmente después de que cierto escritor los popularizara.

Bueno, y de donde vienes? No pareces…de por aquí. Dijo el cuervo, que giraba la cabeza extrañado. Estaba claro que iba a decir “no pareces un sueño pero rectifico en el último momento.

Mientras tanto, Abel le había traído al ave una rata muerta. El pájaro empezó a picotearla distraídamente después de darle las gracias al improvisado camarero.

Es uno de los que nos encargaron vigilar.