Partida Rol por web

Se escucha un chasquido cuando Tesla acciona el botón, chasquido que la grabación parece devolver desde su interior. De aquella caja parece salir el sonido del viento, suave, lejano y constante. Pocos segundos después, repentinamente, se escucha una voz que claramente es la voz de la reina, pero algo diferente. Parece hablar desde un más allá, desde el otro lado de una pared a través de un agujero, como un pensamiento fantasmagórico.

Espero que ésto funcione... - de nuevo, sólo el sonido de aquel viento. Parece que algo cruje, como si alguien cambiara de postura en una silla en el interior de aquel aparato. Pasan unos segundos más hasta que la voz vuelve a escucharse. - Ni siquiera sé por dónde empezar. - Un suspiro. - Si estáis escuchando ésto, si habéis encontrado la llave y la caja, y la forma de hacer funcionar este aparato, y el espíritu del Hacedor quiera que así sea, es porque mi temor se ha hecho realidad, porque no he cumplido la promesa que hice, y mi vida ha acabado. - La voz hace una pausa y se escucha un ligero golpe, un objeto dejado sobre una mesa. - Supongo que debería empezar por el principio, aunque ni yo misma tengo claro cómo comenzó todo esto. Partamos del momento en el que alguien despierta en mí algo especial, y todo comienza a cambiar. De repente las historias contadas sobre el verdadero origen de Ardeyn comienzan a tener sentido, aunque siguen siendo difíciles de creer... Es por ello que decidí comprobarlo. Nunca antes tuve ningún interés en visitar aquello que llaman Planeta Tierra. La Caosfera siempre fue un lugar peligroso, y quizás no tanto por desinterés, si no por miedo, no me atreví a cruzar el portal entre los mundos que yo sabía que existía, una de esas cosas que la estirpe real guarda, así como guarda el corazón ardiente de Lotan, por el bien de todos. - De nuevo otra pausa, y otro cambio de postura. - La primera vez todo salió bien. Llegué a la Tierra y al otro lado del portal me recibieron como algo normal, algo común. Mi aspecto cambió y se adaptó al del planeta. Humanos terrestres me explicaron algunas cosas, y me regalaron este objeto. Lo llaman grabadora. Me dijeron cómo usarlo y conservarlo. Es curioso, pues la primera vez que lo traje a Ardeyn cambió completamente su forma, así como yo lo hice al viajar a la Tierra, y volvió a ser como lo veís ahora cuando regresé allí... - Otra pausa, y el sonido de algo que se coge y se vuelve a dejar en una mesa. Pasan varios segundos, como si la voz dudara. - Sí, regresé, pues la primera vez todo salió bien y yo tenía curiosidad, pero al querer regresar a Ardeyn... algo salió mal. Una energía interfirió en el portal, el acceso a Ardeyn se cerró, y me perdí en la Caosfera. No sé muy bien cómo, pero por suerte, o por desgracia, llegué a otro lugar. Sus habitantes lo llaman Inadel. Una de sus razas inteligentes me recibió y me protegió. - Se escucha un largo suspiro. - Ojalá hubieras estado allí conmigo, hija mía, te habría encantado. Un mundo silvestre, primaveral, árboles y agua por todas partes... hasta la raza de la que hablo parecían pequeños árboles con inteligencia y autonomía. Curaron las leves heridas que me hice al caer allí, y me alimentaron. Sus medicinas y sus alimentos son todos de origen vegetal, pero muy efectivos. Recuperé la energía rápidamente, y yo les pregunté qué podría hacer por ellos... Supongo que ahí es donde empezaron a torcerse las cosas. Yo les había contado sobre la magia sanadora, y me llevaron ante un niño enfermo. Parecía un pequeño arbusto homínido, tan pequeño, tan débil. No sabían qué le ocurría y no conseguían sanarle con sus medicinas. Accedí a ayudar. Conseguí volver a Ardeyn y construir un portal entre ambos mundos. Durante un tiempo elaboré pociones con ingredientes de Ardeyn y usé mis nuevas dotes del "despertar" para mantener a la criatura con vida. Cuando yo le asistía, el pequeño mejoraba, pero cuando yo me marchaba, volvía a caer enfermo...  Miles de veces me pidieron que me quedara, cada vez más tiempo, me plantearon que para siempre... Pero una de mis más largas estancias allí, por la esperanza de conseguir sanar definitivamente al niño, despertó aquella cruel batalla y sembró el comienzo de la guerra. No podía permitirlo. - El tono de la voz, que había ido entristeciéndose, se vuelve algo airoso. - Les debía agradecimiento pero mi pueblo era la prioridad. Así que yo regresaba a Ardeyn y viajaba a Inadel cuando podía. La última vez tardé demasiado en poder volver a visitar al niño... cuando llegué hasta él ya estaba agonizando y no respondía al tratamiento, y muchos me echaban ya la culpa. Otros, sin embargo, pensaban que aún tenía remedio, y fruto de la culpabilidad les di la razón. Les pedí que me dejaran traer al pequeño a Ardeyn, para intentar sanarlo aquí. Se opusieron de lleno, pero yo no les hice caso. Sabiendo que ponía mi propia vida en peligro, rapté al niño y le traje a Ardeyn. Desde entonces muchos de su mundo me han seguido e intentado llevarse al niño y acabar con mi vida, pero yo le escondí y sabían que sin mí jamás le encontrarían, así que me envenenaron inyectándome una de sus toxinas naturales. Un veneno lento que se manifiesta enrojeciendo la piel por fuera, y causando ardor por dentro. Con otra dosis de la toxina, mi corazón fallaría. Aún así yo no di mi brazo a torcer. Les dije que les devolvería al niño sano, les di mi palabra, falsas esperanzas, y conseguí que me dejaran en paz durante un tiempo... tiempo durante el cual el pequeño murió. No pude esconderles la verdad por mucho tiempo, pero sí el suficiente como para llevar el cuerpo del pequeño hasta la bóveda nocturna y guardar su espíritu en una de las cámaras. - Una pausa larga, en la que se escucha arrastrar algo sobre la mesa y el sonido del agua cuando se introduce y se saca un objeto de ella, escurriéndolo después. - Lo sé, fui estúpida. No sé por qué no les devolví al crío. Pensé que era mi única baza para curarle y que las amenazas de aquella gente de acabar con mi vida y la de mi familia no se cumplieran. Yo aceptaré mi muerte como castigo a mi estupidez, pero significará que estás en peligro, Dukra. - Otro cambio de postura, y otro suspiro. Se escucha un tamborilear de dedos durante unos segundos. - La verdad es que por más que pienso no encuentro la forma de deshacer lo hecho, y menos con el poco tiempo que seguramente me queda, así que sólo puedo desear que reunáis a un grupo de gente que os ayude en esta empresa y encontréis el modo de solucionarlo sin que se pierdan más vidas. - Se escucha cómo se levanta de la silla. - El portal a Inadel se encuentra en palacio, en la Sala de Audiencias, bajo el mapa de Ardeyn. La urna del espíritu del niño está en la Cámara Real.

Se escucha un chasquido similar al primero y la grabación se corta, pero inmediatamente se escucha otro y el sonido del viento suave vuelve a salir del interior de la grabadora.

- Hija mía... lo siento. Siento no haberte contado nada y haberte puesto en peligro así. Ahora sólo puedo decir que Akrio tenía razón. Espero que él pueda ayudarte... y no espero que llegues a perdonarme. Si todo esto termina tan mal como podría terminar, estaré esperándote, con el espíritu preparado para ser juzgado por La Corte del Sueño, si los lobos umbríos no encuentran mi pecado antes. Pase lo que pase, no olvides que te quiero.

De nuevo el chasquido y corte de la grabación.

Al acabar la grabación, podéis observar que la Princesa derrama lágrimas, aunque en silencio, intentando resistirse. El consejero agarra los brazos de su silla con fuerza y aprieta la mandíbula, y la stranger, aunque parece más relajada que los otros dos, mantiene la cabeza gacha y el gesto sombrío, profundamente triste.

Se rascó la cabeza algo confuso, todo aquello de los viajes entre mundos...no terminaba de convencerle, pero había una clave, la Princesa estaba en peligro.

Princesa, si me lo permitís yo diría que lo más sensato para vuestra seguridad sería clausurar el portal, si pueden venir agentes a tratar de envenenaros eso es una prioridad. Vuestra madre estaría de acuerdo conmigo.

Adicionalmente enviar una delegación diplomática a tratar con esos seres para dejarles claro que atentar contra nuestra reina significa la guerra. La rabia le ardía en el interior.

Edmond frunció el ceño y apretó los labios durante unos instantes. La situación resultaba trágica y delicada. Por un lado una convulsa Ardeyn, sin su reina. Por otro, una belicosa Inadel, habitada por hombres-árbol.

- Kerhlann, declarar la guerra a otro mundo es una facultad de nuestra reina y solo de ella - le recordó con tono grave, mirando primero al hombre y luego a la princesa. Su coronación era solo un formulismo que se subsanaría en breve -. Ignoro como plantear adecuadamente esta crisis, pero antes de embarcarnos en una guerra deberíamos pensar en que la propia Ardeyn puede hallarse a las puertas de otra que dividirá a sus habitantes - recordó -. Eso no significa que olvidemos ni perdonemos el crimen contra nuestra soberana - aclaró -. Por otro lado deberíamos meditar el por qué de una respuesta tan brutal y violenta por un niño-planta. Tal vez fuera algo especial para ellos o tal vez la manera de sentir y pensar de esa raza se escape a nuestra comprensión al ser incapaces de estimar el esfuerzo que la reina realizó - calló durante unos momentos antes de proseguir.

- Mi opinión personal, majestad, es que deberíamos devolverles el alma de su pequeño, exigir el cese de las hostilidades y valorar e investigar si el conjunto de ese pueblo arbóreo apoyó el magnicidio o solo algunos. En el último caso, exigir su entrega. En el primero... vos tendríais la última palabra - concedió el joven. Volvió a mirar a Kerhlann.

- No entiendo demasiado de portales, pero clausurando uno creo que se eliminaría cualquier intento de ir o regresar de Inadel y por tanto cualquier misión diplomática sería imposible - arguyó. Después miró a Florian.

- ¿Sería posible cerrar un portal y volver a reabrirlo? - preguntó al entendido terrícola.

La Qephilim se tensa por un momento cuando Tesla aprieta la Runa de la Revelación de los Secretos, y un reflejo inconsciente le lleva a formar un patrón con una de sus manos, en la previsión de destruir el objeto si fuera peligroso. Más sólo la triste voz de la difunta Reina sale del artefacto, relatando una historia de búsqueda del conocimiento, salpicada por la mala suerte, decisiones funestas, y una buena dosis de falta de sentido común.

¿Qué llevaría a la dirigente de esta Corte a poner en peligro su reino, sus gentes y su modo de vida por la simple vida de un infante? Era algo que no cabía en la mente pragmática de Utuk´ku. Las largas ausencias de la Reina quedaban ahora retratadas, en sus esfuerzos por hallar la cura de ese pequeño de otro mundo, llamado Inadel. ¿Por qué sería tan importante el niño? La historia da la impresión de que era un ser escaso en su mundo, como si los niños fueran algo raro o quizás único allí.

 Sabiendo dónde se ubicaban tanto el Portal, como el recipiente que contenía el alma del pequeño, sólo faltaba que la Princesa expusiera sus deseos a ese respecto. Darla unos minutos era algo necesario, no obstante.

- Dejemos tomar aire a la Princesa, sin duda tendrá ideas propias que compartir con nosotros. - Utuk´ku se acerca un par de pasos a la sollozante Qephilim, reconfortándola con su mera proximidad y mirada atenta.

Todo esto quedaba claro el cómo había llegado la muerte a la Reina, más arrojaba nuevos caminos en aquello que se nos había pedido. Atrapara  a el/los culpables de la muerte de la Reina. Eso era algo que acababa de perfilarse, y la caza podría llevarnos a otro mundo. Sea, si fuese necesario.

Gavlan escuchó con gesto serio lo que aquel aparato tenía que decir, volviéndose aún más serio conforme la narración avanzaba. Así que esa era la explicación. Una deuda de vida de la Reina, que había llevado aún más allá... Y, finalmente, cuando hubo de elegir, no supo o no pudo, lo que llevó a su muerte. El caballero no sabía qué decir de todo esto, ni tampoco por donde debían empezar aquella tarea. Ayudaría, por supuesto... Pero los conocimientos no eran su fuerte. 

A medida que iba escuchando el relato de la reina, Tesla pensaba en las repercusiones que tenía el hecho de moverse entre las diversas realidades interactuando con los seres pensantes que allí moraban.

La regente había actuado mal, eso estaba claro, lo había hecho con buenas intenciones, eso no se discutía, pero el modo en que la mujer había procedido con el pobre niño le sorprendió malamente a Tesla.

Y ahora, el error de juicio de la reina no le auguraba nada bueno a los suyos.

También el había cambiado “cosas” en su muchas idas y venidas desde la Tierra a Ardeyn. Y aunque quería convencerse de que había obrado bien para con Ed abriendo su mente a muchas nuevas aéreas de conocimiento, ahora no podía menos que replantearse aquello y dudar respecto a cuanto era realmente el bien que le había traído a la vida de su amigo.

Por otro lado, su espíritu curioso se removía con ansiedad ahora ante la posibilidad de poder conocer un nuevo mundo y sus muchos secretos. ¡Qué fantástica oportunidad!, ¡no podía dejarla pasar por alto!.

La pregunta de Ed era clara y precisa, y aquello le hizo sentir orgulloso, hacia su amigo se volvió pues entonces, y esto fue lo que dijo:

Aciertas con tus presunciones, mi amigo, el portal debe ser destruido para que se cierre definitivamente pues si esto no se hace de esta forma, el “paso” puede volver a abrirse infinidad de veces, indico mientras caminaba entre los presentes.

Ahora bien, propongo no hacerlo aun y si por el contrario usar dicho paso para investigar un poco respecto a este asunto particular, quizás de esta forma podamos traer un poco mas de claridad al asunto que ahora les toca de una u otra forma, indico sin querer incluirse entre los implicados, estoy dispuesto a prestar mi ayuda pero antes de comenzar quisiera poder tener una palabras privadas...con ella, dijo señalando a la criatura con alas sin mucho protocolo.

Si no fuese por que el pensamiento de Ina quedó bloqueado por el concepto de hombre-árbol quizás no hubiese podido evitar musitar un "Qué estúpido" cuando escuchaba que la reina raptó a un niño en una maniobra con muy poco sentido. 

Hombres-árbol... cuántos seres extraños más habrá por conocer - pensaba en el ser alado que les acompañaba - un mundo vegetal... pero si ellos eran hombres-planta, ¿cómo sabe que sus alimentos eran de origen vegetal? ¿Cuál es la diferencia entre vegetal y animal allí? ¿Cuál es la diferencia aquí? Ay...

Su imaginación no podía parar de dar vueltas. Miró a Florian casi furtivamente, él también venía de 'fuera'. Le pilló sonriendo y le contagió el gesto. La realidad que Ina conocía se ensanchaba a pasos de gigante y eso le emocionaba. Y así se encontraba, frente a la princesa, sonriendo. Ante tremenda historia. Estaba sonriendo frente a la princesa envuelta en lágrimas. 

Joder....

Rápidamente se recompuso. Por suerte la princesa pareció no percatarse de su gesto. Quedó quieto, mirándola fijamente esperando ver qué tenia ella que decir antes de aconsejar, sugerir o matizar nada. Al fin y al cabo, ella era la nueva dirigente y era su madre quien había sido asesinada. 

La princesa parece completamente abrumada. Escucha a todos con atención y parece sopesar las opciones. De vez en cuando desvía la vista hacia el consejero, pero éste tan sólo observa hace rato el mapa de Ardeyn de la mesa de la estancia, como si fuera aquello un artilugio del mismísimo Lotan. La mujer alada permanece callada en su ligeramente tensa postura mientras uno a uno los invitados dan su opinión, al menos hasta que se da cuenta de que Florian se refiere a ella. Alza entonces la cabeza al mismo tiempo que separa levemente las alas en un gesto de sorpresa e incertidumbre. Primero mira al hombre con los ojos muy abiertos, después a la princesa, que le devuelve una mirada interrogante primero, permisiva después. Entonces la stranger vuelve a juntar las alas y mira al terrícola una vez más, asintiendo con la cabeza.

Dukra devuelve su atención al grupo.

- La verdad... No sé qué decisión tomar. Tenía fuertes ansias de venganza antes de escuchar lo que ha dicho este aparato, más ahora creo que mi madre no quiere que persiga sin piedad a los responsables. Algo en su historia me conmina a la comprensión y la piedad. Además, no quiero arriesgarme a una guerra, si no es necesaria. No es precisamente lo que le conviene ahora mismo a Ardeyn. Tan sólo, si no hubiera otro remedio...

Ante las últimas palabras de la qephilim, Akrio levanta la cabeza y mira a la princesa como quien escucha un sonido extraño e intenta averiguar de dónde procede.

- Princesa, con todo mi respeto... ¿Os dais cuenta de que vuestra vida está en peligro? Ya habéis escuchado la advertencia de vuestra madre. ¿Vais a arriesgados a que ellos den el primer golpe? La misericordia que mostráis es honorable, pero debo recordaros que ellos no tuvieron ninguna con la reina, la cual sólo intentaba ayudar. ¿Qué nos dice eso de esos... hombres-planta?

Akrio tiene razón, la reina ha sido clara en su mensaje, no solo la amenzaron a ella y lo cumplieron, sino que extendieron la amenaza a su familia. Propongo que extreme las medidas de precaución princesa, y nosotros iremos allí a decirles que atentar contra nuestros dirigentes no es la mejor idea que han tenido sus cabezas de planta.

Todo esto de los portales me parece muy raro y hasta que no lo vea con mis ojos no lo creeré.

Edmond no dijo nada al ver como, poco a poco, las posturas que el postulara parecían calar en la opinión de los presentes. Prudencia y un viaje a Inadel para desentrañar todas las cuestiones sobre como se había llegado a aquella situación.

Asintió a Florian y a Kerhlann ante sus opiniones y escuchó al Consejero y a la Princesa. De la última alabó mentalmente su mesura, raciocinio y sentido de estado. De Akrio valoró su preocupación por el bienestar de la princesa, sin embargo...

- Consejero, lo ocurrido no nos dice gran cosa de esos seres. Solo nos abre más incógnitas - opinó el joven -. Llevo... llevo varios años teniendo que "tratar" con diversas personas. Esas personas son seleccionadas como... posibles "candidatos" para ser "destinadas" a "lugares significativos" de Ardeyn - explicó con una levísima sonrisa sardónica -. Pero no es hasta que yo trato con ellos y discierno sus "cualidades", hasta que no investigo sus "aptitudes", que son, o no, destinados a los lugares que merecidamente se han ganado - explicó sin perder la sonrisa.

- Con todo esto quiero deciros que, en mi humilde opinión y basándome en mi experiencia, hasta que no... "tratemos" con esos seres no sabremos gran cosa de lo acontecido, en profundidad, ni que destino merecen - opinó.

Utuk´ku se ha mantenido cercana a la Princesa/Reina desde que el artefacto acabó de emitir las palabras de la difunta Reina. Había escuchado las palabras y opiniones de todos aquellos que habían ido interviniendo, y por último se decidió a intervenir ella misma.

- Princesa, hay varios asuntos sobre los que quisiera llamar la atención, a falta de un análisis más exhaustivo. El primero es que vuestra madre habla de múltiples viajeros de ese otro mundo que le han seguido y han intentado previamente acabar con su vida. Esto nos señala que esos hombres-planta u otros habitantes de ese mundo ya han cruzado en diversas ocasiones al nuestro. -

- Lo segundo a tener en cuenta, es que de alguna manera vuestra madre les escondió la localización del niño enfermo, y los ataques no se resolvieron con su asesinato anteriormente ya que quien estuviera detrás de ellos desconocía el lugar donde se encontraba el niño. -

- La muerte del infante, parece que trajo aparejada la consecución del asesinato de la Reina. Alguien le administró la dosis letal de ese veneno que detuvo su corazón, posiblemente debido a que el recuperar el niño ya no era posible. -

-Sin embargo, me cuesta creer que vuestra madre tuviera aprecio y deseos de comunicarse con un pueblo intrínsecamente asesino o de tan malos sentimientos para quien sólo quiso ayudar a uno de los suyos en un momento de necesidad. Creo que se impone una investigación hacia con la parte perteneciente a ese otro mundo. -

- Otras acciones derivadas, pasarían por poner una guardia en el lugar donde se erige el portal, y puede que cambiar de lugar el alma del infante no fuera mala cosa, ya que el homicidio también pudo darse debido a que quien quería llevárselo, ya bien sea sólo su alma, conoce el lugar donde esta reposa actualmente. -

- En otro orden, quizás sería buena cosa que a fin de descartar riesgos para con vuestra persona y allegados, efectuáramos un examen del estado de la piel de vos y otros - la mirada de la Qephilim pasea por el Consejero y la mujer alada -, para constatar que no estáis afectados por ese veneno que se ha abierto paso hacia la seguridad del interior de este palacio. - Tras varias pausas para tomar aire, parece que Utuk´ku ha terminado la exposición inicial de lo que le ronda por la cabeza, si bien tiene el aspecto de alguien en cuyo interior aún bullen otras ideas o cursos de acción, que vendrían determinados por lo que revelen los pasos iniciales de la investigación.

Ina asentía algunas ideas y torcía el gesto cuanto más belicosos se mostraban los interlocutores. Consideraba que no tenían tanta información como para justificar ningún tipo de ataque. 

- Pies de plomo es lo que yo sugiero, si de algo vale mi opinión. Compro la idea de ir a parlamentar, pero con buen gesto. Mi experiencia me dice que se gana mucho más yendo de buenas. Ante las malas siempre se puede reaccionar. Y por supuesto es absolutamente básico lo que sugiere - Ina hizo una pausa intentando recordar su nombre sin éxito - la qephilim. Es imperativo una guardia continua en dicho portal por lo que pueda pasar. 

-Ignoro cual de las opciones sobre este asunto que proponen los aquí reunidos es la correcta, pero aumentar la seguridad tanto del portal como de vuestra persona y sus allegados es una apuesta segura, Princesa-respondió Gavlan-además, tiene que haber algún modo de identificar a aquellos que han cruzado el portal. ¿Lo harían bajo su auténtica forma, o adoptarían otra? Yo al menos no recuerdo haber visto ningún ser planta, pero tampoco he estado en las cercanías del palacio.

Con las últimas palabras de quien ahora hablaba, Tesla se vio en la obligación de intentar aportar algo de luz al asunto.

Carraspeo entonces para llamar la atención de quien acababa de dejar su duda flotando en el aire y mirándole a los ojos le dijo a continuación:

Ciertamente lo que preguntas es valedero desde un punto de vista profano para el asunto que ahora está en discusión, permíteme ilustrarte y a todos respecto a las implicancias asociadas al viaje entre “un punto y otro”.

La idiosincrasia propia de los portales implica al viajero una transfiguración física involuntaria la cual adecua sus formas físicas al entorno nuevo al cual ingresa, esto infiere directamente y según se por sobre todas aquellas particularidades propias de su anatomía de manera que el resultado final le acerca a “lo normal” para dicho nuevo ámbito al cual pasa entonces a ingresar.

Dicho de otra forma, si yo me adentrase en una recursión dominada por seres pulpo, sin dudas mi forma física se adecuaría a las de dichas criaturas.

Esto es una norma para todos aquellos portales estables o “legales” si prefiere dicho termino.

Sin embargo pueden darse otras variables que permitan al viajero conservar su propia forma y sin dudas dicho tema seria un tópico gustosamemente debatible por mi persona, dijo Tesla mirando de reojo a la mujer con alas.

¿Se entiende lo que digo?, le pregunto directamente a Gavlan.

Utuk´ku mira a Tesla intensamente por un par de segundos.

- Perfectamente. Es lo que explica la voz de la Reina en ese objeto cuando narra su viaje a "Tierra". Esa teoría es aplicable a los artefactos, aparentemente. Según se deduce de la voz de la Reina en la "grabadora" el objeto también cambiaba de aspecto al pasar por el portal a esa "Tierra". Allí tendría un aspecto, y aquí tendrá otro diferente. - La Quephilim suspira, mientras señala la "grabadora".

La Princesa medita un momento, antes de hablar.

- ¿Por qué entonces tiene la forma que debería tener en la Tierra?

- Princesa, de nuevo, con todo el respeto, pero esa cuestión es superflua. Yo me centraría en lo que ya dije antes y algunos secundan: vuestra seguridad.

Akrio se levanta de la silla y se acerca al mapa.

- ¿Decía la grabación que el portal estaba aquí, bajo el mapa?

Comienza a caminar alrededor, mirando arriba y abajo de la mesa.

No recuerdo nada sobre la ubicación del portal, en La grabación busquemos.

Dió unos pasos alrededor escudriñando el lugar.

Florian, ¿puedes volver a poner esa parte? Tal ve escuchar con más atención sea más útil que buscar a lo loco.