Partida Rol por web

Aquellos cuerpos, cayeron desde el tejadillo cerca vuestro, con un gran estruendo. Cualquier otra persona se habría dolido mucho de ese golpe y seguramente se habría roto algo, pero aquellos seres parecían no sentir dolor. Por desgracia habían caído de manera que os tapaban la huida.

Uno parecía haber sido un hombre, de mediana edad. Tenía el rostro desfigurado y se le veía la calavera, entre jirones de carne putrefacta. Iba vestido con ropa llena de sangre reseca. El otro ser, era una mujer de unos 30 años aproximadamente, conservaba bastante bien su cuerpo, a pesar del color pálido y las venas marcadas, en su cara había manchas de sangre. La delataba una fea mordedura que tenía en uno de sus hombros, que se le veía parte de la clavícula.

Los monstruos cayeron pesadamente sobre el asfalto, con un ruido que me heló la sangre. Afortunadamente, no lo habían hecho sobre nosotros, ya que el golpe hubierá sido mortal.

Anticipándome a su ataque, me abalanzo sobre ellos, asiendo fuertemente con las manos la vara metálica y apuntando a la cabeza cadavérica del hombre, tratando de volársela de un golpe.

Romo consigue impactar en el hombro de aquel ser que se abalanzaba sobre él. Por desgracia no pudo atinar a la cabeza, pues aquel hombre no se iba a quedar quieto, su instinto depredador y asesino lo lanzaban con toda su rabia hacia el ser vivo mas cercano que encontraba.

El golpe no fue demasiado duro, pues aquellos seres parecían no sufrir dolor alguno, pero al menos sirvió para mantenerlo a cierta distancia.

El sonido que hicieron al caer y levantarse le pareció chocante. Sus articulaciones sonaban secas, como chasquidos y sus movimientos eran torpes pero peligrosos. Marcos sabia que tenían pocas oportunidades de sobrevivir, no podían pasar entre ellos sin recibir alguna mordida en el proceso. Tendrían que pelear

Moviéndose hacia el lado contrario de Romo el joven argentino eligió una victima, no pensó en el rostro demacrado que tenia, solo en que estaba poniendo en peligro su vida.

El golpe de marcos con su vara de hierro, tuvo mas efecto, pues consiguió propinarle un buen golpe a la cabeza de esa chica. Un espeluznante sonido de "crac" sonó al chocar el hierro con su cabeza, sin duda le habría fracturado el cráneo, aunque la mujer no dio demasiadas muestras de dolor, aunque si de confusión, por unos instantes.

El arma improvisada se dobló ligeramente a causa del golpe, aún así aquel ser seguía adelantándose para atacar.

Asiento con determinación a la palabras de Marcos y comienzo a actuar.

Las criaturas debían estar separadas y ya que él se encargaba de la mujer, yo distraería al hombre -Ven aquí, asqueroso...- murmuro y con todas mis fuerzas, lo golpeo.

Esperaba que aquel golpe, le hiciera algun daño.

Isabel golpeó levemente al hombre zombie con su arma improvisada que había traído de aquella casa. El golpe pareció no inmutar a aquel tipo, quien seguía con sus arremetidas e intentando acabar con vuestra vida. Aun así consiguió atraer su atención. El zombie se lanzó encima de Isabel intentándola agarrar, aunque esta se apartó a tiempo, recibió un leve golpe.

La zombie hembra por su lado, golpeó a Marcos duramente con una de sus manos cadavéricas. El golpe lo recibió en uno de los brazos, y recibió un feo corte, del cual empezó a brotar algo de sangre.

- ¡Joder! ¡Son duros estos cabrones...! - exclamo mientras etrocedo un par de pasos. Los zombies no son muy rápidos, y eso nos debería dar ventaja para atacarlos...

Aprovechando que el cadaver del hombre, tras el golpe de la caida, parece más lento en sus movimientos, me escoro hací un lado, y en vez de golpearle con el espetón de chimenea de nuevo, trato de clavarle la afilada punta de mi arma en su destrozada cabeza...

El movimiento fue bueno y la intención también, pero falló la ejecución. Romo no era un luchador profesional, simplemente se defendía por su vida, quizá los nervios le traicionaron o la gravedad de la situación le abrumó, pero no consiguió dar en el blanco.

Sintió como los dedos fríos y muertos golpeaban su piel. Un hilillo de sangre comenzó a correrle y a mancharle la ropa. Apretó lo dientes para no soltar un gruñido de dolor. No quería atraer más de esas criaturas. En su anterior golpe escucho como se le quebraba el cráneo pero aun así seguía de pie. Su rostro había tomado una grotesca forma cuando la cabeza cambio de forma.

-Morite hija de puta- soltó sin apenas abrir los labios.

Ataco de nuevo, lo más duro que pudo. Su arma comenzaba a deformarse, no habia pensado que iba a pasarle eso...

Con el último golpe aquella mujer se derrumbó con parte de su cara partida por los duros golpes de Marcos. Aún temblaba y gorgoteaba en el suelo, pero parecía incapaz de volver a levantarse. Sin duda, al lanzarse desde el balcón de arriba, aquellos inconscientes seres se habían deteriorado mucho, aún así seguían siendo una amenaza mortal.

El golpe recibido por aquella criatura, me había hecho casi perder el equilibrio y un poco de dolor recorrió mi cuerpo, pero no me iba a rendir tan fácil.

-No moriré aquí y menos en tus putrefactas manos- murmuro a la criatura, aunque sabía que poco entendería, lo único que él deseaba era saciar su intensa hambre.

Desoslayo miro a Marcos percatándome de su pequeña herida y aquello me preocupó, esperaba que todos saliéramos ilesos. E

mpuñando nuevamente la herramienta de hierro, ataco una vez más a la criatura masculina.

El deteriorado zombie cae ante los golpes de los tres compañeros. A pesar de estar apalizando a una bestia inmunda, no podíais dejar de pensar que había sido una persona hacia poco tiempo y aún conservaba sus rasgos. Todo esto estaba poniendo a prueba vuestra mente y vuestro cuerpo por igual.

Aquellas dos bestias yacían en el suelo, con profundas heridas causadas por vuestros ataques, por su caída y por su muerte anterior, todo eso provocaba una situación un tanto grotesca. El olor a muerto y a descomposición era cada vez mas insoportable.

Sin perder un segundo, me dirijo a miss compañeros: - ¡Venga, salgamos ya de aquí! - exclamo mientras echo un vistazo a la horda zombie que aún pulula cerca de nuestra posición.

- Debemos salir de aquí de inmediato...

Se mezclaba con el rumor que se extendía en aquel pueblo de muertos vivientes.

Pero era un tono diferente, alguien o algo producía una especie de susurros, que venían de una de las calles aledañas. Pero desde aquí no alcanzabais a oírlo bien.