Partida Rol por web

-Bueno, no solo los maestros de espias manejan información...Todo el mundo sabe que en las posadas se escuchan muchas cosas.- La mujer le guiña un ojo al hombre para después marchares a atender otras mesas, estando pendiente de que estén bien servidos el resto de la tarde. Segun se va apagando el sol, la mujer parece cada vez mas y mas preocupada, de vez en cuando ojeando una nota que saca de entre su escote y mordisqueandose el labio inferior.

El caballero se sonrojó un poco al ver el guiño de la mujer, sin duda alguna se trataba de alguien casto y que solo seguía unos votos bien establecidos, como si fuese un cruzado.

Al marcharse la camarera la atención se volvió a centrar en Lady Xune - ¿Y que es lo que la trae por esta ciudad Lady Xune? No me imagino que querrá una señorita como usted de este lugar. - dijo mientras bebía un poco de la bebida que le habían servido. 

Lady Xune ceno abundantemente, compartiendo un buen rato con los allí presentes. Mientras que hablaban sobre historias e intrigas a lo largo de Novigrado. Victoria resulto ser una buena anfitriona y sus platos eran sin lugar a dudas una delicia. Más algo llamó la atención de la erudita cuando vio que conforme se avecinaba el ocaso, Victoria comenzaba  a reflejar en su bello rostro cierta inquietud y preocupación.

Que tipo de cosas se dicen por aquí! Exclamó intrigada Xune. Quizás sean de mi interés. Ya que me dedico al estudio de cosas, digamos fuera de lo común. Sirviéndole una copa a la dueña de la taberna y acercándole una silla, prosiguió: Sentaos, la clientela está servida y un breve descanso no os vendrá mal.

Luego mirando a Rolen, sonrio respondiendole: Rumores Ronlen, de cosas o sucesos extraños que ocurren, pero la mayoría de la gente no ven. Hay gente en este mundo perseguida por muchos motivos. En ocasiones son obvios por pertenecer a una raza o etnía, en otros casos son más peculiares.

Parece algo sorprendida cuando Xune la invita de esa manera, guardandose la nota en el escote y dedicando otra mirada nerviosa al ocaso. Finalmente toma asiento con un suspiro de alivio al sentir la carga en sus pies aliviada, y alarga la mano para tomar un generoso trago de cerveza, escucha durante un momento lo que dicen antes de volver a sus cavilaciones, finalmente, aclarandose la garganta, habla.

-Me temo que esta noche no podré ofrecer el habitual espectaculo antes del cierre. ¿Que cosas extrañas habeis visto por este lugar?.-Pregunta con interes a Lady Xune.

- Yo llegue a esta ciudad recientemente, así que no se mucho de la situación- dice el caballero contestando a las dos damas - Aunque no se si entiendo muy bien a lo que se refiere Lady Xune ¿Que es lo que busca exactamente? 

Mientras todos hablaban sobre una cosa u otra se iba haciendo más de noche y la gente de la taberna empezaba a marcharse cada uno a sus hogares, y aunque algunos hacían el amago de quedarse se terminaban marchando al haber escuchado que el show de Victoria no se iba a celebrar esta noche.

-¿Rumores? -pregunté un poco incrédulo, pensaba que esta mujer sabía lo que se hacía- La gran mayoría de rumores sólo son paparruchas aumentadas por borrachos y que crecen más rápido que la roña entre los dedos de los pies. De cada 5, 4 son mentiras y 1 está exagerado -sentencié totalmente convencido de lo que decía-.

Lamentaba solemnemente que Victoria no ofreciera el espectáculo habitual, ya que sería un buen cierre para este almuerzo que se ha prolongado a lo largo de toda la tarde. No iba a ser tan descortés como para irme sin más, no quería dar esa imagen. No obstante, esperaba que Lady Xune me tuviera en consideración en un futuro por si había que hacerles algún mantenimiento a su equipo, aunque apenas haya hablado demasiado sobre mi trabajo.

-Me encantaría repetir una noche como la pasada -sonrío levemente mirando a Victoria, ella sabrá mejor que yo la de tonterías que ocurrieron anoche- pero me temo que mi saca no la soportaría.

Finalmente tras el breve descanso se levanta y atiende a la barra a un cliente, después, se acerca a la mesa con una bandeja, recogiendo los platos y las jarras vacias con una leve sonrisa:- Siempre hay fuentes fiables, ¿si no de que vendria toda esta gente aqui a intercambiar rumores?...En fin, espero que mi tio regrese pronto.

-¿Mmmh?, ah, ¿el espectaculo aquel?, bueno, os animasteis a lanzar algunas monedas al escenario...-Rie divertida:- Creo que alguien tuvo la precisión o insistencia justa para finalmente acertar en mi escote.-Deja escapar un suspiro y lleva todos los platos, jarras y cubiertos a la barra, entrando en la cocina un momento antes de salir de nuevo, con intenciones de marcharse de la taberna.

Al entrar a la cocina sonrie a su madre.

-Madre he de salir...Me temo que esto quizá tenga que ver con la desaparición del tio...Pero...Eh...Debo ir sola.-Dice un tanto dubitativa.

El día había sido tranquilo y relajante y la noche estaba cada vez más cerca. La camarera Victoria se retiró de la mesa en la que estaban comiendo Xune, Ronlen y Wourbar para dirigirse hacia la parte trasera de la taberna. Después de eso no la volvieron a ver por el local. En su lugar una mujer pelirroja de edad avanzada se había puesto en la barra del bar atendiendo a los clientes.

Ya no había comida en los platos, ni tampoco motivo por el que quedarse en ese lugar tan alegre, a no ser que estuviesen buscando festejar la noche de una forma más adulta.

Lady Xune tenía que encontrar un lugar en el que hospedarse y los 2 hombres necesitaban encontrar el material para las reparaciones, aunque puede que ahora fuese algo tarde para encontrar la mercancía por la calle. Puede que en el puerto encontrasen algún mercader haciendo compras y ventas de ultima hora y del que pudiesen conseguir una madera buena.

La suave voz de tu madre se despidió de ti mientras te decía que tuvieses cuidado al andar por la noche sola. Era protectora y se preocupaba mucho por ti, por eso la querías tanto.

Desde la parte trasera del bar te preparas para marchar hacia el lugar que se mencionaba en la carta. Con una capucha de abrigo te cubres el rostro y los hermosos cabellos y te encaminas hacia el balneario.

Tras andar unos cuantos minutos atravesando el distrito comercial y llegar a la entrada del distrito noble consigues ver una fuente enorme que decora el lugar. Tras la fuente y abriendo un hueco en la pared de la rampa que distinguía el distrito bajo del de la nobleza se encuentra una lujosa deificación con varias antorchas alumbrando una robusta puerta de madera, la entrada del balneario.

No parece haber nadie en el lugar y tampoco se escucha ningún tipo de ruido. Desde donde estas parece que todo esta vacío y le balneario cerrado, aunque la carta te decía que os teníais que reunir en ese lugar.

Por un breve periodo de tiempo te parece ver una luz que atraviesa la puerta del balneario por la parte de abajo, aunque no dura mucho, incluso dudas de haberla visto siquiera, aunque te hace dudar de que dentro haya alguien.

Sin saber muy bien si hay alguien dentro o no, y sin tener muchas más alternativas, finalmente se acerca a las puertas dobles y toca estas con los nudillos.

-¿Hola?, ¿hay alguien?-Pregunta, un tanto atenta a la calle a estas horas tardías. Se retira la capucha y sacude su melena pelirroja, aguardando a ver si hay algún tipo de respuesta. Si no la hay, dará una vuelta en torno al edificio…Quizá no sea la entrada principal por donde deba entrar.

La noche acababa y Xune sentía curisosidad por lo que podría encontrar en las calles de Novigrado. Victoria había resultado ser una anfitriona digna y sus platos eran de un gusto exquisito. Tras acabar el último sorbo de su copa, miro a Wourbar y exclamo: Seria hora de ir en busca de algo interesante por la ciudad! No me importaría acompañarte en tu búsqueda de compra de materiales si aun quieres. Que dices? Os animáis. Levantándose de la mesa y saliendo al exterior de la taberna esperando que estos aceptaran su invitación.

Ya fuera, le pregunto al enano: ¿Y bien, donde iremos a comprar? 

-¿Comprar? -pregunté con cierta incredulidad al ver la emoción en las palabras de la guerrera- A estas horas lo único que encontraré será una mala puñalada -en la saca o entre las costillas, y no sé cual sería peor-.

Al levantarme de la silla, me estiré cuan largo era, aunque no fuera a crecer más. Se había pasado el tiempo volando, pero puede que al final me enredara en mitad de la noche. Sólo los dioses saben qué podría pasar.

-Estoy algo cansado, así que me temo que tendré que dejar la aventura para mañana. Aún así, os acompañaré un trozo, que estas calles son peligrosas -dejé el comentario en el aire, bromeando sobre para quién eran peligrosas, si para ella o para mí-. ¿Tenéis alguna idea de dónde os vais a hospedar?

Con un ruido seco se abrió una rendija en la puerta de los baños y unos ojos grandes y blancos asomaron por ellos. Sin dar tiempo a la joven a decir nada se volvió a cerrar y casi de inmediato se abrió la puerta del lugar.

Dentro había un pasillo de piedra con unos adornos de terciopelo. Unos muebles hacían de recepción y el pasillo se extendía hacia el fondo. Aunque la luz era tenue se podía apreciar bien todos los detalles, y seguro que cualquiera de los adornos del lugar podría pagar un mes de comidas y bebidas en la taberna.

Detrás de la puerta se encontraba un hombre ancho y calvo que no dijo una palabra, pero te invitó a entrar al lugar. El hombre te guió por el lugar hasta llegar a la zona de baños, la cual había varios clientes acompañados de "señoritas" de compañía, bañándose en unas piscinas de agua muy clara. Todo el lugar estaba adornado por candelabros lujosos, columnas de piedra decoradas, toallas y calentadores en los que se echaba agua para generar vapor.

Seguiste al hombre de la puerta hasta el final de la zona de baños, hasta llegar a una bañera de la que salían un par de hombres y un enano con una mohicana imponente y muchos tatuajes por el cuerpo. Aunque no te dieses cuenta en ese momento de quienes eran te dio la impresión de que eran peligrosos. En la bañera ya solo quedaba un hombre grande y ancho y sin un solo pelo en la cabeza. El hombre te miró y se acomodó en el sitio en el que estaba.

- Te estaba esperando Victoria

Casi la dio apuro poner un pie en ese lugar, venia de la calle, con sus ropas de trabajo y aquel lugar tenia los muebles más lujosos que había visto hasta ahora…Sin duda, aquí se decidían un montón de cosas importantes, de gente pudiente y peligrosa a la vez. Al ver al hombre le saludó.

-Oh…Eh…Saludos, soy Victoria y…Bueno.-Pasa por la puerta:- Creo que sabes a que vengo. ¿Quién me espera? He venido por una nota y…-Dice tras pasar y encaminarse tras el hombre que parece un trabajador, servicial, y sobre todo callado. Al final, desiste en hacerle preguntas, ¿para qué?, ella también trabajaba en el servicio y aunque a veces podía echarle valor al asunto, al final siempre mandaba el oro.

Dedicó una mirada de reojo a los hombres y al enano de tatuajes mientras caminaba hasta el lugar del encuentro, su mente tratando de obviar la dudosa moralidad de las mujeres que acompañaban a los hombres aquí. Al menos ella estaba vestida. Aún.

-Eh, si saludos.-Dice estrechando la mirada, tratando de ver entre la nube de vapor a la persona con la quien habla.