Partida Rol por web

Thuathza

El Templo del Infinito.

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02/10/2009, 18:10
Arezos

Poco a poco el Arezos parecia tranquilizarse, si bien era cierto que aun se le escapaban risitas, procuraran que fuese lo minimo posible.

Su miraba pareaba por cada uno de los dioses asistentes sin detenerse demasiado en cada uno. Hasta detenerse en Asura, observandola detenidamente como si viese mas alla de la Diosa.


-Jujujuju... Por mi no os corteis... Seguid con lo que estabais antes...

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03/10/2009, 00:29
Asura

Y Asura llega a la sala de nuevo... parecía que venía corriendo* por lo mal puesto que llevaba el vestido y el pelo, que aunque no estaba en perfecta armonía, seguía transmitiendo aquel sedoso tacto...

Caminó, a paso decidido hasta Arezos... y lo cogió del brazo con la misma decisión, y una fortaleza extraña en ella... no sonreía como siempre, aunque sí que dedicó una sonrisa a todos los Dioses a modo de saludo... y de despedida, ya que empezó a arrastrar el Dios del Caos sin decir absolutamente nada.

Parece que no tenía ganas de deleitar a sus hermanos con su dulce voz...

Notas de juego

Zí, yo no estaba xD Pero ya me vuelvo a ir, con Arezos. xDDD

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03/10/2009, 01:25
Arezos

Al ver entrar a Asura con esa expresion y esa "intesidad" Arezos no hace mas que estirar el brazo para que su hermana tenga de donde tomarle bien para poder arrastrarlo. Obviamente su resistencia es nula dejandose llevar y despidiendose con la mano de su resto de hermanos.

 

-No olvideis, pasadlo bien jaja.

Notas de juego

Es lo malo de meterme en una escena a mitad que no se quien esta y quien no y doy por supuesto que estaba todo el mundo xD

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04/10/2009, 22:04
Nerfedos

Nerfedos, que había estado a punto de dotar de vida a sus pensamientos, se detiene en el instante en que el caos se desata en la sala del Templo. Arezos y su fuerza habían irrumpido de nuevo en el plano de los dioses para sembrar la discordia con una de sus incomprensibles bromas. Nerfedos no era de los que tenían sentido del humor. Y, por supuesto, no era de los que tenían demasiada paciencia. Al fin y al cabo la violencia de las tormentas recorría el interior de su cuerpo.

Pero, en el momento en el que iba a replicar o a buscar una explicación en su hermano mayor, el Cosmos hace acto de presencia, empequeñeciendo por completo a Arezos y sus carcajadas. Sentía la mirada del Origen y el Final de todas cosas sobre él, sobre sus hermanos. Sentía todo su poder sobrepasando su entendimiento y sobrecogiendo su corazón. El orgulloso, el rencoroso, el dolido Nerfedos se sintió, por unos segundos, o años, o milenios, incapaz de centrarse en cualquier otra cosa que no fuera aquella presencia abrumadora.

Y entonces todo vuelve a la normalidad, y Arezos y Asura abandonan la sala, dejándo de nuevo un vacío en ella.

El pesado y furioso suspiro del Dios de las Tormentas y los Mares envía pequeñas volutas de vapor a su alrededor, que se extienden hasta crear poderosas tormentas que acaban descargando su poder sobre el recién creado nuevo mundo. Gigantescas nubes, negras como los abismos, tapaban la luz de Adelphos mientras devastadores truenos hacían temblar la obra de Durmeg. Los cielos se veían iluminados por descargas de electricidad que arrancaban trozos de terreno al impactar contra la tierra.

Las pocas criaturas que poseyeran conciencia recordarían aquellas tormentas durante mucho tiempo, no porque arrasaran o anegaran la tierra, sino porque la violencia que desataron fue tan increíble como efímera. Del mismo modo que Nerfedos había creado aquel apocalipsis atmosférico, lo deshizo.

Y luego abandonó el Templo. No para ir a sus dominios en el mar para proseguir con la creación de sus hijos, ni para comprobar los daños que había causado con su ataque repentino de ira sobre la superficie del mundo. El Dios quería hablar con Adelphos. Nerfedos fue a buscar al primero de los hermanos a su montaña de magma, sin importarle lo mucho que odiara aquel lugar.

Notas de juego

Somos dioses... Se nos presupone omnipresencia xDDDDD

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05/10/2009, 15:58
Asura

Arrastró a Arezos hasta fuera de la sala... y cerrando la puerta. Se puso las manos en la cintura, y miró al Dios... no parecía enfadada, y si lo estuviera, a no ser que esté MUY enfadada, Asura ponía una cara aún más dulce y tierna que normalmente... pero no, esta vez solo está seria.

Cambia la posición, se cruza de brazos y gira la cara hacia otro lado.

Le contaré a Adelphos vuestros planes.

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05/10/2009, 20:22
Adelphos

Notas de juego

A propósito de eso, Adelphos ahora mismo está camino del desierto helado del sur. Seguramente puedas sentir que se dirige hacia allí.

Seguro que es mucho más de tu agrado que los volcanes del norte xD

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05/10/2009, 21:23
Melenunde

Melenunde aparece en la sala, caminando lentamente y con los ojos cerrados, se detiene observando la sala, abriendo los ojos de golpe y buscando con la mirada algo o alguien, su gesto refleja reciente agitacion, aunque ahora esta mas tranquila, y, quizas algo pensativa, algo no muy normal...

Busca su asiento con la mirada y se dirige a el con pasos pesados, sentandose y poniendo los pies sobre su fraccion de mesa, suspirando un segundo despues, como quien se quita una mochila de piedras de encima, aun tiene cosas que hacer, pero no sola, si dejan de robar el tiempo al dios del... en fin, mas paradojas. piensa mientras los vocetos de un plan simple, sencillo pero bueno cruzan su mente.

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05/10/2009, 22:53
Durmeg

Durmeg asistió impertérrito, cual roca, a la demostración de mal humor de Nerfedos. Sus labios estaban apretados, su rostro ceñudo, pero su desagrado no estaba enfocado hacia la destrucción súbita de parte de su creación, no (al fin y al cabo no era más que una transformación, no una destrucción en sí), sino más bien hacia las palabras del dios del Caos. Había escuchado unas palabras de las que no era capaz de desentrañar el significado, pero entreveía muchas posibilidades. La respuesta, desde luego, no se la daría Arezos. De hecho, no era exactamente una respuesta lo que quería, lo que quería, más bien, era dar su propia respuesta.

Con estos pensamientos en la mente, Durmeg alzó su pesada y calva cabeza, dejando de mirar el suelo de la sala. Buscó con la mirada a la atlética Melenunde y le hizo una señal para que se alejara con él a conversar en privado.

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06/10/2009, 00:41
Nerfedos

Como un géiser de potencia titánica aparece ante el primero de los nacidos su hermanos pequeño, interumpiendo su viaje hacia los desiertos del sur. Gracias al Cosmos, no había tenido que poner un pié en sus odiosas rocas volcánicas.

Sus rostros no revelaban su verdadera edad. Adelphos, joven y hermoso era realmente el mayor de los dos mientras que Nerfedos, cuyo rostro aparecía surcado de arrugas, era el segundo. Era algo que escapaba a toda lógica ahora que "el tiempo" había sido instaurado por Arezos. Pero ahí es dónde se encontraba la sustancia divina que los separaba de los simples mortales.

- Explícame lo que ha querido decir Arezos, hermano. ¿De qué "broma" hablaba? - Le increpa nada mas tomar forma humanoide, sin saludar siquiera con un gesto a Adelphos. Sus musculosos brazos se mantienen cruzados sobre el inmenso pecho y el ceño, fruncido, lanzaba una sombra amenazadora sobre sus ojos, que brillaban con las luz de los rayos desatados.

Notas de juego

Mejor que mejor, si xD

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06/10/2009, 11:52
Melenunde

Melenunde mira de reojo al dios de la tierra, a su hermano mas cercano, al dios que mas cerca siente y por lo tanto, con el ultimo con el que descargaria su temperamento, asiente con un leve movimiento de cabeza al ofrecimiento de este, levantandose de nuevo, despues de unos segundos de descanso, y lo sigue, ajustandose la armadura al levantarse.

- tu diras donde vamos... - le susurra cuando se situa junto a el, mirandolo seria e impasible.

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06/10/2009, 23:01
Durmeg

-A un lugar en mi parte de la creación donde el agua no puede filtrarse. Sígueme -dice escueto, malhumorado, el dios de la roca. A pesar de su poca disposición al enfado o, para el caso, a la conversación, Durmeg estaba evidentemente molesto y presto a iniciar una larga conversación. El resto de dioses podían percibirlo, habían aprendido bien a entender su temperamento en ese tiempo precedente al tiempo que habían compartido.

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06/10/2009, 23:05
Durmeg

-Estimada hermana, quería compartir contigo mis sospechas. Sé que algo grave se desencadenará sobre la creación. El Cosmos ha hablado, en forma críptica, a través de los labios de nuestro líder. Dijo que todo moriría. Sólo es una parte del mensaje, pero creo que es razón más que suficiente para preocuparse. Acabo de crear a mi raza y el esfuerzo y esperanzas que he depositado en ella me impiden que me aleje sin más de su destino. Sé que tus artes podrían ayudarles a sobrevivir, a medrar, a esquivar ese fin que tanto beneficia a sólo uno de nosotros. Quiero tu ayuda y estoy dispuesto a pagar el precio que me pidas... -dice absolutamente serio el dios de la roca. Su mirada está fija en su hermana, intensa, casi desafiante. 

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07/10/2009, 17:56
Arezos

Procuro quedarse mas serio ante la presencia de Asura, la miraba inclinando la cabeza intentando observar cada perspectiva de la diosa. Finalmente hablo.

-Es justo que se lo cuentes. -Dijo sin mas.- Despues de todo te mentiria si te dijera que me sorprenden tus palabras y mas aun... Tu... Eres mi fascinación, eres la clave, la pieza del puzzle, asi que lo que decidas tiene que ser bueno a la fuerza.

Con uno de sus agiles movimientos se puso frente a la Asura, clavando sus vacios ojos en los de ella.

-Lo que esta pasando ya esta decidido y tu eres una parte de eso a mi personalmente ni me importa ni me deja de importar que le cuentes nada al rey de reyes aunque.... Quizas halla quien no se lo tome tan bien como yo...

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08/10/2009, 13:06
Adelphos

Adelphos tomó tierra junto a su hermano, y plegó sus alas tras su espalda. Entre sus manos portaba una roca negra de gran tamaño, de forma esférica.

Aún faltaban kilómetros para las nieves eternas del sur, pero el paisaje mostraba los efectos del frío viento. Los árboles y las plantas brillaban blanquecinos por la escarcha. Los arrollos corrían con la prístina transparencia del agua helada.

El dios del fuego no se sentía cómodo en esas tierras, aún menos se sentiría cuando llegara a su destino, y su temperamento, tan voluble como su elemento, no estaba en su mejor momento.

- Hola Nerfedos. No esperaba encontrarme contigo tan pronto - saludó cortésmente, aunque su voz se notaba rígida.

Respiró hondo, tratando de encontrar una respuesta que satisficiera a su irascible hermano. Sentía que ninguna sería de su agrado. Dejó en el suelo cuidadosamente la roca, para encararse con Nerfedos.

- Arezos dice muchas cosas, y la mayoría de ellas son bromas para él - dirigió su mirada hacia el cielo infinito, donde, sus miradas divinas podían adivinar un minúsculo punto que no era una estrella. - El problema radica en que nuestro hermano no vive en el mismo momento que nosotros. Su percepción salta adelante y atrás en el tiempo y sabe cosas que todavía no han ocurrido.

Volvió a mirar los tormentosos ojos de su hermano.

- No sé a qué se refería con la broma... pero estoy seguro de que no nos hará gracia a ninguno de los dos.

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08/10/2009, 15:02
Nerfedos

- No, no nos hará ninguna gracia. Las bromas de Arezos nunca tienen gracia. - Concuerda con su hermano, no pudiéndo mostrarse en contra de aquella afirmación. Sin embargo, como bien había aventurado Adelphos, su respuesta no le satidfizo lo más mínimo.

El viento helado traía pequeños cristales de nieve y hielo que se adherían a la túnica de Nerfedos. Al contrario que su ardiente hermano, el dios de los mares si se sentía cómodo en aquellas tierras heladas. Aunque el frío atemperaba su colérico caracter al tiempo que lo volvía mas y mas intransigente. Las tormentas tras los ojos del dios calman su furia también, cambiando a un color mucho mas claro, azul como los glaciares.

- Sea como sea, hermano... Debemos poner fin a esto de una vez. Arezos tiene demasiado poder y está engatusando a Asura con sus encanto y, seguramente, con mentiras. Ella es nuestra hermana, y vive en nuestro plano, en nuestro aquí y ahora. Si dejamos que Arezos la arrastre... No sabemos en qué podría acabar. Es un riesgo que no deberías estar dispuesto a correr, como nuestro líder que eres
- Aunque todo el discurso había mantenido un tono sereno y correcto, esas últimas palabras iban cargadas con la amargura mal disimulada que carcomía al dios de las tormentas.

- Piénsale mientras te dedicas a lo que te estuvieras dedicando, pues tiene que ser algo importante para que abandones el calor de tu reino o la seguridad del Templo para venir hasta aquí, cargado con esa roca inerte... - Y aunque suponía cual era la intención de su hermano, no quiso añadir nada mas al respecto. Si quería revelar qué era aquella cosa, que lo hiciera.

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08/10/2009, 17:29
Director

Notas de juego

Grupos:

  1. Arezos y asura: Sala del templo del infinito alejada de todos.
  2. Neferdos y Adelphos: La creación; cerca de los desiertos de hielo del sur.
  3. Durmeg y Melenunde: Monte de Durmeg adonde el agua no llega.
  4. Drenas(PNJ), Ereymos, Eulme (PNJ): El templo del infinito.
  5. Nerhu y Frean: El inframundo (inaccesible)
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08/10/2009, 18:03
Melenunde

Melenunde sigue a Durmeg al monte, caminando detras de este asta llegar, observando el arido paisaje.

- entiendo tus sospechas hermano, y las comparto, pues Arezos, alli donde estube hace poco, tambien hablo de la muerte... - para unos segundos, pensando si lo que va a decir deveria - dijo, cuando la muerte muera, no se exactamente que quiere decir, pero si, algo gordo se avecina, y ahora, que cada uno de nosotros tiene a sus retoños que cuidar, tenemos mas de que preocuparnos aun, dare a tu raza 2 de las 4 cualidades que puedo dar a una raza, Fuerza, resistencia, agilidad y relfejos. -

Observa a su hermano seria - sabes que lo hago por que eres tu, puedo mejorar dos de sus cualidades, aunque seguramente, siendo creacion tuya, ya seran lo suficientemente resistentes, pero yo hablo de resistir el dolor de la batalla... - se para de golpe en su discurso - por cierto Durmeg, hermano, aun no e visto a tu raza, y estoy hablando demasiado pronto, quizas si me la mostrases, podria pensar mejor en como ayudarla, no crees?

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08/10/2009, 18:08
Ereymos

Estaba algo cansada luego de mi creación pero me quedé allí un buen rato, observando, recapacitando en lo que había pasado con el Cosmos, en lo que pasaba con mis hermanos. Respiré profundo exhalando aire frío de mis pulmones tres veces para luego inhalar nuevamente y revitalizarlos. Miré a Drenas, había estado muy callada o eso me parecía a mí.

-¿Qué hay de ti? ¿Qué vas a hacer?

Me acerqué a ella sentándome muy cerca pero lo suficientemente lejos para no hacerla sentir frío.

Notas de juego

En lo que me reubico :S

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08/10/2009, 20:53
Durmeg

Notas de juego

Una matización: no lo había especificado, pero no me refería a temas del clima, llevándola a un monte desértico (que la verdad es que no se me había ocurrido), sino a una caverna subterránea cuyas paredes de arcilla impermeable impiden el paso del agua).

Respecto a mi raza, curioso, pensaba que lo había posteado para todos, pero parece que había gente sin marcar... sorry:

"Durmeg estaba sobre su nuevo reino, que se extendía bajo sus pies formando el suelo del mundo donde toda vida debía correr, reptar o nadar en las aguas que contendría sobre ella. Ya llevaba mucho tiempo meditando al respecto, trabajando en secreto. Muchos habían sido los ensayos, algunos de los cuales quedarían encerrados en el inframundo, en el mundo subterráneo del que Durmeg era dueño y señor. Otros tal vez llegarían al mundo de los sueños a través del conocimiento del dios de la mente... En cualquier caso, lo que le ocupaba era la gran obra, su creación más elevada, la que haría que su memoria perdurase sobre esta nueva tierra. Ya había trabajado largo y tendido, con y sin la ayuda de Nimya, y ahora quedaba sólo su realización. Tenía ante sí, literalmente, una montaña de materiales diversos, todos provinientes de la roca madre de este nuevo mundo. Con gran afan se dedicaron los dos, mano a mano, a crear el primero de los nuevos seres vivos, uno que sería más que ningún otro la encarnación de su idea de cómo debía ser él mismo si hubiera podido crearse a sí mismo: tan grande como su ego (colosal), duro como la roca, de pies seguros y manos firmes, con la mirada destinada a un solo lugar, pues dos ojos eran muchos para una sola visión, la boca grande, los dientes muchos y capaces de machacar la pura roca, trabajador, laborioso, con una afinidad natural para con su entorno rocoso, el que escogería para vivir. No necesitaría más que la propia tierra para alimentarse (aunque tal vez las arenas auríferas de los nuevos ríos pudieran suponerle un manjar, como podría pasar también con las carnes más blandas y sabrosas pertenecientes a otros seres vivos, aunque eso ya se vería).

Acabó su trabajo tras muchos de esos nuevos días que ahora existían, alternandose unos a otros sin cesar. El trabajo había sido inmenso y el resultado fue Kurghal, un gigantesco cíclope, el primer representante de su raza. Tan grande era que sólo Nimya era mayor. Y ella fue la encargada de crearle una compañera. No había pensado el dios, ensimismado como estaba en la manufactura del gigante, que se les había prohibido comunicarse con su raza, de manera que al ser creado Durmeg se desvaneció en la tierra antes de que se viera tentado de comunicarle conocimientos o deseos o cualquier otra cosa. Ésto dejó sola a Nimya, que tuvo que hacer lo que pudo, sin ayuda, para crear el segundo especimen de la raza de Durmeg. Era necesario para que pudieran reproducirse sin ayuda, pero ella no era un Dios y por tanto erró y la creación no fue idéntica. Ese fue el origen de las mujeres de la raza. Más tarde se diría que fue la primera creación de una creación y que Nimya era en realidad una diosa creada con la voluntad de crear a la raza y ser su señora, pero eso ya serán temas de discusión teológicas que no vienen ahora al caso.

Los cíclopes pudieron entonces reproducirse, pero eso suponía un grave problema que se vería en seguida y que serviría a otros para darse cuenta de que sus creaciones debían tener límites. Los cíclopes eran inmensos y si su reproducción fuera rápida pronto llenarían todo el mundo y vaciarían todas las montañas. Eso no podía ser, así que Durmeg, ayudado nuevamente por Nimya, tuvo que introducir cambios: hombres y mujeres de la raza rara vez se encontrarían, pues sus gustos serían diferentes y Nimya recompensaría a los más laboriosos y creativos de entre ellos. De esta manera, en poco tiempo, los cíclopes se convirtieron en creadores de nuevas cosas: vasijas, mesas, sillas, círculos de piedra y, con el tiempo, los primeros edificios. Todo de gigantescas proporciones, con grandes piedras, inicialmente sólo de una en una.

Pero su tamaño seguía siendo excesivo y se corría el peligro de que ocuparan el mundo que otros dioses querían para sus razas. Viéndolo con antelación, dolido pero previsor, Durmeg indujo a través de Nimya un decrecimiento en la simiente de los cíclopes. De esta manera fueron reduciéndose en tamaño a la vez que adoptaban cada vez más hábitos cavernícolas. En poco tiempo desaparecerían de la faz de la tierra... para ocupar el submundo. Serían una leyenda de tiempos pasados, dejando tras de sí sus construcciones megalíticas, círculos de piedra y fortalezas ciclópeas. Sus descendientes, el pueblo Nimyo, serían bajos de estatura pero roustos y duros como la roca de los primeros creados; industriosos como ninguna otra raza sería, horadando la roca en busca de su riqueza, sus metales que tanto amaban y que conocía mejor que ninguna otra raza mortal. Dormirían, sí, pero en camas de piedra que no invitaban al sueño, y sus sueños serían pesados y oscuros, tan oscuros que se aproximaban mucho a la muerte. Amigos del fuego, que aprendieron a usar para fundir los metales, serían también los primeros en elaborar armas... y sellar su propio destino."

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08/10/2009, 21:28
Melenunde

Notas de juego

Deduzco, de lo leido, que hay 2 razas entonces, los ciclopes, enormes, que se retiran a las entrañas de la tierra? y luego hay una segunda, raza, los enanos, que viven en cuevas?

perdona mi ignoracina ante el tema, pero quiero cercionarme de lo que leo ^^U