Partida Rol por web

En el piso principal de la taberna todo sigue tranquilo. Wander continúa con su soliloquio sobre la variedad de platos que ha degustado. La joven muchacha de dorada cabellera parece ignorar la mayor parte de lo que dice concentrádose en su desayuno. La mujer de cabellera de ébano le da largas y profundas caladas a su tabaco, mientras parece prestar atención a lo que ocurre a su alrededor.

- ¡¡¡ Aaahhh !!!

Se escucha algo amortiguado pues proviene del piso de arriba, pero no hay duda de que alguien acaba de chillar, el tono es agudo y angustioso.

Permaneces así, sujetándote las rodillas, insegura de si has hecho lo correcto o no. Pasan unos minutos y te vas tranquilizando al comprobar que como la gran mayoría de las veces no han reparado en tí. Cau-kun conversa con el posadero sobre algo relacionado con nobles, viajeros y un vi-nosequé en la ciudad a la que te diriges. La verdad es que no te queda muy claro, parece bastante complicado y esas cosas no suelen ir contigo.

Los otros clientes se marchan y a Cau-kun le sirven un plato de estofado que se cena tras sentarse en una de las muchas mesas vacías. El posadero y una de sus muchachas suben un balde de agua humeante al piso superior de la posada.

- ¡ El agua de su baño caliente señor, se la dejamos en su habitación !. Le dice el orondo posadero.

Tras eso Cau-kun termina de cenar y se dirije al piso superior.
 

Shiba redirige su atención hacia el piso de arriba, pero sin inmutarse nada mas que para eso.

El grito de sorpresa por su parte hace que me sobresale. No obstante, lejos de cambiar mi actitud a una ofensiva o recular en mi avance, me quedo simplemente en el lugar en el que me encontraba cuando sucede la acción.

- Tranquila - Alcanzo a decir mientras observo como sus intentos por levantarse se veían frustrados contra la pared. No obstante, parecía que, al verme el rostro, su sorpresa no se tornó miedo.

Iba a decir algo, cuando se desvaneció cayendo al suelo como si hubiera exhalado su último aliento.

Automáticamente, dejé la posición en la que me encontraba, y corrí a socorrerla.

Recorres rápidamente la distancia que os separa y le apartas con suavidad la capa para poder examinarla mejor. Su respiración es suave pero regular, su pulso constante, diriges tu atención al costado de lamujer y reparas en que está herida, aunque no es muy grave, tiene un corte pero no es profundo y con un poco de presión y un pequeño vendaje no debería haber ningún problema. Das un respiro de alivio cuando compruebas que su desmayo debe haber sido por causa de la tensión o de puro agotamiento. Con algo de descanso tras atender esa pequeña herida la misteriosa figura se recuperará. Aunque para moverla en condiciones tal vez algo de ayuda te vendría bien.

Diriges tu atención al piso superior tratando de escuhar algo más. Oyes un sonido como de algo que se desploma y tras ese sonido alguien que da tres o cuatro pasos apurados.
 

Levanto la mirada al techo.

---Parece que hay pelea, tio Capri !Vamos a verla¡- digo mientras me levanto de un salto y voy hacia las escaleras para contemplar la supuesta pelea

Al recibir su oden el tipo de tez oscura se levanta de inmediato y se dirige escaleras arriba seguido de Wander.

- Por supuesto joven amo. ¿ Cuantas veces he de repetir que me llaméis Traian ?. Se acierta oír a Capri mientras suben por las escaleras.
 

Cuando Wander alcanza el piso superior comprueba que la distribución es sencilla. Un pasillo con cuatro puertas (2 en cada lado) y una salita de reposo al final del pasillo. Traian le hace un gesto para que avance detrás de él mientras se acerca a la fuente del sonido en guardia. Al alcanzar el umbral de la puerta de dicha sala, toma una actitud más relajada y le hace una seña a Wander para que avance.

Cuando Wander llega a la salita contempla como Ameko atiende a una mujer que viste una capa negra y se encuentra desvanecida en el suelo. La mujer tiene una pequeña herida en el costado y está envuelta en sudor, pero parece que aún respira.

Aunque realmente no este demasiado versado en la artes curativas. No hace falta ser demasiado espabilado para darse cuenta de que la herida no es demasiado profunda y que, seguramente su fatiga se debiera a la falta de sangre o, en su defecto a una pequeña infección.

Finalmente, decido que lo mejor seria taparla y llevarla a algún lugar mas cómodo. Me quito la camiseta y rasgo la manga para poner el trozo de tela sobre la herida. Con el resto preparo un almohadón que pongo en su cuello. Después, apoyo la palma de la mano sobre la tela rasgada para hacer presión.

No reparo en la idea de que, de este modo no puedo buscar ayuda. Se me pasa por la cabeza gritar, hacer ruido intentando llamar la atención de todos los que estuvieran en el piso de abajo. Pero, también recorre mi mente la idea de que, debido a su atuendo, quizás quisiera pasar desapercibida y montar un revuelo no sería la mejor opción.

Giro la cabeza hacia la puerta esperando aparecer alguien, si no no me quedará más opción que pegar unas cuantas voces.

---¿que pasa que pasa?- pregunto mientras me asomo y veo la escena- Vaya!!! que ha pasado aqui?

Me acerco a mirar a la mujer

---¿que le ha pasado? ¿Esta enferma? ¿ La han envenenado?

Al parecer, algún ente superior ha oído mis peticiones. Pues, pronto aparece el chico que contaba historias abajo. Se lanza prestado a ayudar.

Busco su mirada, quiero transmitirle seriedad y ver si sus ojos demuestran lo mismo. Se que había escuchado el sonido al igual que yo, lo que no me quedaba claro era: ¿Por qué había tardado tanto?

- Está herida, parece haber perdido mucha sangre - Fueron mis primeras palabras - No se quien es, ni que le ha pasado. No me ha dado tiempo de preguntarselo antes de que se desmayara - Continué diciendo.

- Busca una habitación vacía, hay que llevarla a una cama- Le indiqué.

---Oh, herida, bueno, veamos que se puede hacer...- digo mientras comienzo a rebuscar entre mis bolsillos- veamos....donde está... La I....la I...¡Ah, aqui está¡

Digo mientras saco un objeto y se la doy a tio Capri.

---Aguantamela Tio Capri...digo....Traian ¿por que no puedo llamarte Tio Capri?- pregunto mientras me inclino en el suelo tras entregarle el objeto

Cuando Cau-kun se pone de pie yo inmediatamente hago lo mismo. Me dirijo a las escaleras siguiéndolo a poco más de un metro de distancia. Cuando se mete en su habitación me cuelo por la puerta detrás de él y me vuelvo a quedar allí en un rincón.

Ok con el hierofante no hace falta que esperes por ello. Sólo haz la tirada y si te sale, indicame en las notas que hechizo usas, y tu mismo describe lo que pasa en la escena o bien espera que lo haga yo (si lo haces tú es más rápido porque así ameko puede contestas). En este caso me voy adelantando, pero para la próxima.

- Podéis llamarme Tío Capri cuando estemos sólos, pero Traian es la forma correcta de hacerlo en presencia he otras personas mi señor. Dice Traian.

Wander parece concentrarse durante unos segundos, comienza a rumiar algunas palabras mientras hace suaves movimientos con las manos. Cuando Ameko está apunto de interrumpirle Wander ensalma una última palabra y de repente, cómo si siempre hubiese estado ahí, aparece un anciano a su lado. El hombre que porta un báculo entonces realiza movimientos similares a los del joven y a continuación una suave luz parece envolver a la mujer que está en el suelo. Ante la estupefacta mirada de Ameko el anciano desaparece y la herida de la muchacha desaperece por completo.

Ahora su respiración es profunda y tranquila. Simplemente está dormida.

Subes al primer piso de la posada tras los pasos de Cau-kun, parece que durante un instante se detiene para cerciorarse de que no oye nada pero finalmente sacude la cabeza y entra en su habitación. Tu te cuelas justo antes de que cierre la puerta. Te vas a un rincón y contemplas el balde humeante en mitad de la habitación. Cau-kun ignorando por completo tu presencia comienza a desnudarse dispuesto a darse un baño.