Partida Rol por web

Poco a poco se van despertando, poco se acuerdan de lo que le pasó a cada uno. Lo único que ven es a otras personas dentro de una habitación de unos 5 metros por 5 metros.

No hay puertas, ni ventanas. Hay 2 paredes que hacen ángulo recto y los otros dos vértices se unen con un espejo de tamaño completo (del piso al techo) en forma cóncava. El piso y el techo tienen exactamente el mismo color que las paredes, con una luz blanca muy fuerte que parece irradiar desde las mismas paredes, ya que no hay focos a la vista.

Si no fuese porque saben que están cuerdos, o al menos eso es lo que piensan, podrían jurar que están en una habitación de un manicomio. 

Me despierto lentamente, y tengo una sensacion de pesadez, mi brazo esta entumecido, una vez mas dormi sobre el toda la noche, incluso creo haber tenido el sueño mas raro de todos.

Empiezo a abrir los ojos y para mi horror, por mas borroso que este en mi mente, no fue un sueño, estoy tumbado en el suelo de una habitacion amplia y totalmente vacia, mi corazon empieza a bombear rapidamente, es todo tan confuso ¿Que paso? nada tiene sentido en este momento. Para mi alivio veo a dos mujeres tumbadas en el suelo tambien, aunque no se hasta que punto pueda ser de alivio, pero por lo menos no estoy solo, para nada se ven familiares, no sabria decir a ciencia cierta en que momento del dia nos encontramos, no veo ningun indicio de ello, estoy tan desorientado que se vuelve un tanto frustrante, Hola chicas, ¿Estan despiertas? es lo unico que se me ocurre decir en el momento.

Recien despues de verlas a ellas, noto el gran espejo, no se que pudo haber pasado pero noto que no estoy en plenas condiciones, intento ponerme de pie solo para trastabillar y caer de rodillas al piso, creo que la conmocion sumado a mis pocas habilidades motoras hacen que tenga que descansar un poco mas tendido en el suelo.

"Hola chicas, ¿Están despiertas?"
Fueron las palabras que zumbaron en mi cabeza. Muy lentamente empecé a abrir los ojos. Había mucha claridad. No entendía muy bien lo que había pasado. Estaba tirada boca abajo en el suelo. Con un poco de fuerza, apoyé las manos en el suelo, e hice el intento de levantarme.
Apenas pude distinguir algunas formas, reconocí que había dos personas en el suelo también. No los conocía. Incluso, nunca los había visto en mi vida.
Me arrastré un poco por el suelo y me apoyé sobre una de las paredes. Se veía un espejo.
Intenté recordar que me había pasado. Pero eran imágenes confusas. ¿Como era que había llegado hasta ahí?
Pasé una mano por mi frente. Me dolía bastante. Continué sentada. No tenía demasiado fuerza como para pararme.
Miré la habitación mas claramente. ¿Por donde había entrado? No hay puertas, ni ventanas. En ningún lado hay ni siquiera un pequeño espacio.

-Doctor...

Fue la única palabra que me salió. Y no sabía muy bien porque. Empecé a sentir una angustia grande, pero todavía no entendía nada. Mi corazón empezó a latir rápidamente, mientras mi respiración se aceleraba. Mis ojos se cubrieron de lagrimas.
Traté de calmarme, pero los nervios se habían apoderado de mi.

-¿Donde estoy? -Susurré entre sollozos, mientras junté mis piernas y enterré mi cara en ellas.

-Doctor... ¿Donde estoy?

Eso llegue a escuchar de la chica que recien se habia despertado, habia hablado muy bajo... Es cierto, un poco mas centrado y calmado pude notar que en efecto no eran mujeres que yo conociera.

-¿Doctor? ¿Sos doctora o algo asi? No tengo idea de donde estemos, pero quedate tranquila, no llores, no sirve de nada desesperarnos, decime quien sos, intentemos averiguar donde estamos

Y con un poco de esfuerzo me incorporo para ir hasta donde se encuentra esta chica con la cabeza entre las rodillas, no se si tocarla sea buena idea, pero me acerco a distancia prudencial para tratar de demostrarle que no soy su enemigo

Levante un poco el rostro, ahí había un chico cerca mío.

-No, no lo soy. No soy doctora.

Me imaginé que debería tener todo el maquillaje corrido y seguramente estaba toda despeinada. Con una mano, me acomodé un poco mi pelo.

-No recuerdo que me sucedió. No recuerdo nada. -me quedé un segundo en silencio- ¿Quien eres?

Note que la otra chica seguia inconciente, pero necesitaba hablar con alguien, ya iria con esta chica a ver quien era la otra...

Yo tampoco recuerdo nada, esto es tan confuso. Le dedique una sonrisa para ver si eso podria reconfortarla un poco, aunque yo mismo estuviera tan anonadado por la situacion Mi nombre es Elijah, lo ultimo que puedo recordar es haber ido a arreglar un problema energetico en el ramal sur, pero mi equipo era de hombres, no puedo recordar a ninguna mujer. Por cierto, ¿cual es tu nombre?

¿Acaso habíamos sido secuestrados? Pero.. ¿Como era que este chico, Elijah recordaba algo, y yo no? Incluso, creo que lo único que recordaba, era esta mañana al ir a trabajar. Pero nada mas...
Intenté recordar mas, pero no podía.

-Me llamo Olive -susurré- ¿Conoces a esa mujer? -dije señalando a la otra mujer que estaba en el mismo lugar-

Rita volvió a la consciencia un poco más tarde que el resto. Mientras oía susurros lejanos de dos personas hablando (un hombre y una mujer, o al menos a eso sonaba) intentaba incorporarse, y el dolor en sus músculos al hacerlo le recordaron que ya no tenía 20 años.

Lo único que logró fue sentarse y recostarse contra la pared, cuando quería abrir los ojos la habitación le daba vueltas, por lo que los volvía a cerrar. Se sentía tan estúpida en esa situación, tan vulnerable, tan indefensa. No era como acostumbraba sentirse, y eso le producía un enorme enfado, ya que salir de su zona de comfort no era algo que Rita gustara de hacer.

Se llevó las manos a la sien en un intento por controlar su mareo... si tenía suerte las otras personas no la notarían hasta que se recuperase por completo. Lo último que necesitaba ahora era una humillación.

No, no tengo idea quien es ella. A decir verdad la cabeza me da vueltas, y todo esta muy confuso aun, por mas que intento recordar, no consigo nada nitido o conciso.

Aunque seguia preocupado y muy alarmado intente mi mejor sonrisa para Olive, parecia una buena chica y lo unico peor a la situacion actual seria sumarle mas drama, asique creo que lo mejor es intentar subir su animo

Hey Olive, mira, la otra mujer se esta despertando.

Ya un poco mas en mi eje, aunque un poco trastavillando me incorpore y con un saludo amistoso de mano al aire grite un poco en tono torpe un poco con entremezclado con risa

Ummmm ¿Señora? ¿Esta usted bien? Se que va a sonar muy tonto pero por casualidad, ¿sabe quienes somos nosotros o donde estamos?

Creo que esas fueron el par de preguntas mas tontas que habia hecho en mi vida, pero no encontraba otra forma de romper el hielo, espero que no se lo haya tomado a mal.

Rita vio a la figura masculina acercarse y maldijo para sus adentros. Parecía un niño. Ya habían notado su presencia, no quedaba otra que sacar fuerzas de flaqueza y tratar de no hacer el ridículo.

-Ni que fuera tu niñera,- le respondió Rita. Las palabras dulces no eran su fuerte. Estaba intentando con todas sus fuerzas superar su mareo para ponerse de pie. -Más sensato sería preguntar dónde demonios estamos.

Las palabras de aquella mujer, me sorprendieron. Todos estábamos mal, todos estábamos encerrados. Pero no creía que fuera forma de responderle a Elijah.
Observé aquella situación y volví a pasar mi mano sobre mi cabeza. No podía ser que no recordara nada. Algo tenía que recordar. Aunque sea minúsculo. Un pequeño indicio, una palabra, algo...
Traté de recordar esa mañana: Fui a trabajar en bicicleta, luego... había poca gente yendo al club, por lo que me puse a leer. Cuando terminó mi horario, me volví. Recuerdo un destello de luz cerca la costa. Eso me había llamado la atención... Luego, estar sentada en la playa, mirando el mar.
Pero mis recuerdos terminaban ahí. No podía recordar más...

-Señora, no sea así de grosera, nadie le hizo nada. -dije subiendo un poco la voz- Ninguno sabe donde estamos. ¿Acaso usted sabe?

Apoyé mis manos sobre el suelo y con mucha fuerza, traté de levantarme lentamente. Cuando estaba levantada, miré todo una vez más y mis ojos se volvieron a llenar de lagrimas.

De acuerdo, la hostilidad no es necesaria, estamos todos nerviosos y desorientados, tratemos de ayudarnos, no de pelear... Ella es Olive, Yo soy Elijah, no nos conocemos, por eso preguntamos, tal vez usted nos habria reconocido o tendria en cuenta algun patron que yo pudiera haber pasado por alto, a proposito, ¿Como se llama? asumiendo que tiene un nombre.

Uffff, ese habia sido un largo discurso para mis pulmones que agradecieron la pausa para respirar, que rayos nos habia pasado, estabamos los tres iguales, apenas nos podiamos mantener en pie, apenas podiamos respirar, necesitamos respuestas y las necesitamos rapido. Nada de esto tiene sentido.

Olive, no estes mal, ya vas a ver que todo va a salir bien, estoy seguro que pronto vamos a averiguar que esta pasando y lo vamos a poder solucionar.

No queria sonar tan confianzudo, pero simplemente sentia mucha empatia por aquella chica, se veia tan superada por la situacion, aunque creo que todos lo estabamos, no podia permitirme perder mi eje, y de ninguna manera podia dejar que ella lo perdiera, sean quienes fueren estas mujeres, estabamos juntos en esto, juntos y solos.

Genial. Una jovencita impertinente de boca grande y cerebro chico. A juzgar por cómo se veía y hablaba no parecía tener muchas luces. Rita pensó en muchas maneras de responderle, pero no terminó de abrir la boca cuando se dio cuenta de que no valía la pena. "Al menos yo no hago preguntas estúpidas," le dijo de forma calmada y con su característica seriedad.

"Y tú, jovencito, no hagas promesas que no puedas cumplir. A menos que sepas cómo salir de esta situación, no vuelvas a decir que todo estará bien, ok? Esto no es una novela rosa", agregó, con un poco de enfado.

Se alejó de ellos hacia la parte de donde provenía la luz, ese extraño cristal... intentó ver hacia el otro lado.

La situación no me estaba gustando nada. Iba a responder a la agresión de la desconocida, pero no valía la pena. Corrí un par de lagrimas que habían caído. La buena voluntad y las palabras de Elijah, me habían puesto algo mejor. Pero al hablar la señora, todos mis pensamientos habían empeorado.
Por mi cabeza habían miles de preguntas, miles de cosas por pensar:
¿Como habíamos llegado ahí? ¿Por que no recordaba nada? ¿Que teníamos en común nosotros para estar ahí?
No había puerta, no había ventanas. Solo dos paredes, un espejo, un piso y un techo. ¿Como estábamos respirando?
Sentía que iba a entrar en pánico. Arrastrando un poco los pies, me acerqué al espejo, cerca de la mujer. Me miré en su reflejo y realmente daba lástima. Ahora sabía porque la desconocida se había enfadado. Parecía mucho mas grande que nosotros dos (Elijah y yo) y realmente creí entenderla.

-Lo siento -dije mirándola- Realmente estoy muy asustada y no me salen cosas muy inteligentes. -hice un pequeño silencio- ¿Recuerdas tu nombre o como llegaste hasta aquí? Sería de gran ayuda tener algo de información.

Rita suspiró con fastidio, luego hizo una pausa y desvió la vista del cristal. En realidad, dada la situación, no le quedaba otra que tratar de entablar una mínima relación con los presentes, para intentar salir de esta extraña prisión en la que se encontraban. Por más tontos que fueran, era lo que le había tocado en suerte. Rita odiaba dejar las cosas libradas al azar, pero en este caso no tenía opción.

"Mi nombre es Rita Harrison, doctora en leyes..." dijo mirando a la extraña a los ojos. "Te daría mi tarjeta, pero jamás podrías pagarme. Y no sé cómo llegué aquí, yo estaba saliendo de mi casa... tenia algo urgente que hacer... algo... bueno, no recuerdo qué era, pero era muy importante, eso sí..."

Al menos yo trato de aportar algo de calma y cordura, lo unico que sale de su boca son quejas y aires de grandeza, asique si no tiene nada que aportar, mas le combiene mantener la boca cerrada.

Nunca habia contestado asi a nadie, no se de donde podria haber salido el coraje, pero ni bien termine de hablar senti que fue una gran equivocacion, lo ultimo que necesitabamos aqui era generar un conflicto.

Mire señora, Rita si me permite... No fue mi intencion faltarle el respeto, creo que estamos todos mas que conmocionados y atacarnos no va a servir de nada, le ofrezco mis diculpas. Tratemos de entendernos, ver si hay algo que podamos tener en comun e intentemos llegar al fondo de esto, porque claramente esto no fue azaroso.

Intente ser lo mas conciso y neutral posible, espero que Rita pueda serenarse un poco con sus hostilidades aunque sea lo suficiente como para que podamos intentar averiguar donde rayos estamos.

Ahora sí que Rita estaba realmente enojada. Ella jamás quiso dirigirles la palabra a esos dos mocosos, se acercaron a ella, la obligaron a hablar, le hicieron preguntas estúpidas, y ahora la mandaban a callar.

Cansada de discutir y viendo que no tenía ningún sentido seguir peleando, se alejó nuevamente de ellos, simplemente diciendo "Ya déjenme en paz. Si vamos a salir de aquí, no va a ser gracias a sus mentes brillantes. Y el silencio es maravilloso, podríamos probarlo si quieren, ya que de sus bocas sólo salen estupideces."

Habráse visto juventud más irrespetuosa. No tenían idea con quién estaban hablando. Toda la pelea estaba distrayendo a Rita del hecho de que estaba encerrada. Fue al alejarse de ellos que comenzó a sentir una terrible ansiedad y una horrrible falta de aire. De todos modos seguía dándoles la espalda. Su orgullo era más grande que su necesidad, y no quería mostrarse débil.