Partida Rol por web

Nadie podría decir que Franco no hacía honor a su nombre. Dentro de lo que cabe en nuestra Sociedad.. Los conocimientos que él poseía en ciertos temas me inspiraban respeto, pero su actuación reforzó mi opinión. Jugaba con fuego sin miedo y en seres como nosotros eso implica mayor riesgo que en los mortales. El tema estaba momentáneamente sanjado aunque con certeza sería retomado, abiertamente o no. Así que aproveché para intervenir. -Mi Señora Senescal, agradezco la oportunidad brindada. Mi voz como siempre era serena. -No rechazaré el territorio que guste asignarme, pero debo aclarar que mi interés es el bienestar del Principado, no sólo de un dominio. Recorrí el salón son los ojos, intentando mirar a todos. -Este Principado es clave para la Nación. Por mi tono era fácil deducir que me refería a la Nación Caínita, sí tal cosa existía. -Ayudaré en cuanto esté a mi alcance. Quizá se debiese a mi costumbre de -No tengo experiencia tratando con Anarquistas, pero por otro lado... Giré el rostro y miré directamente al Azote. -Señor Morgan, durante un tiempo fui prisionero de La Espada. Pudo percibirse una ira latente al referirme a la secta. -Por lo cual estoy familiarizado con sus tácticas, por favor, considere mi experiencia a su servicio. La mayoría desconocía ese aspecto de mi pasado pero no me importaba hacerlo público. Seguramente los más inquisitivos ya lo sabían y siempre pensaba que era mejor controlar la forma en que se daba conocer. Honesta y tranquilamente.. Aun así, permanecí atento a las reacciones.

Con respecto a tu tirada Franco:

El primogénito brujah está deleitado con todo lo que sucede alrededor, se nota en su expresión que le agrada fastidiar al pontífice tremere.

Matías Dueñas está observando en silencio la intervención de todos, repasando con su mirada a cada uno, leyendo el lenguaje corporal también. En un momento tu mirada y la de él se cruzan y aunque no la aparta te escruta unos segundos, tratando de ver más allá de tus palabras, luego la dirige a David. Sin duda es el más astuto de la sala.

El pontífice tremere estaba con la vista clavada en Mercedes y había rabia en el fondo de esos ojos fríos color hielo. Quizás no tenía idea de qué harían con la vacante nosferatu y se ha enterado ahora.

Elizabeth estaba en diagonal a ti, al lado del Yamski. Parecía francamente divertida con que su superior la pasase mal, pero hacía un gran esfuerzo en ocultarlo.

Sentado al centro y a la derecha de la mesa, Facundo observaba y escuchaba en silencio, reformando cuidadosamente el tablero dentro de su cabeza. Tenía las manos juntas por la punta de los dedos, mientras evaluaba el impacto de la demagógica pero interesante propuesta de la senescal, así como sus repercusiones en torno a la mesa. Las preocupaciones espurias por el Sabbat eran informativas pero nada innovadoras; más que nada fue aquel gesto de “inclusión social” lo que le llamo la atención de todo lo dicho. Ladeo la vista para buscar la mirada del señor Noble, alzando las cejas levemente. ¿Solo ellos los protagonistas?

Había algo sobre esto que le preocupaba, pero dejo guardada la pregunta. Ahora estaban en el momento de exposición y lo que a él le interesaba se hallaba mas adelante, en la negociación. Relajo los hombros, reclinándose bien en su asiento. Era hora de aprovechar su fama de que el tiempo es dinero.

-Si me permiten, creo que indiferente la experiencia, habilidades, recursos u orientación que cada quien tenga, todos estaremos a disposición de todos en caso de una cuestión tan seria como una intrusión Sabbat en estos momentos; o al menos, así debería ser. No es una cuestión de políticas y ni siquiera de rivalidades personales, sino mero pragmatismo. Me disculparan si sueno descortés, pero no veo el punto de continuar remachando sobre el tema.

Dejo sus palabras en el aire un par de segundos, antes de volver la vista a la Senescal.

-Señora Moreno, por favor, si nadie tiene algo mas que aportar me gustaría que continúe explicando su propuesta. 

Los jóvenes no comprenden el temor de los niños a la oscuridad de su cuarto, al crecer olvidan que ellos también veían monstruos asechando en las sombras. No creen en cuentos de hadas por considerarlos tontos y desprecian las historias de fantasmas por catalogarlas de irreales.

¿Pueden ser culpados por eso? No, se considera adecuado al madurar. Mas, sí descubren que todas esas cosas son reales y no pueden seguir escondiéndose tras el velo de la ignorancia pero se empeñan en cerrar los ojos con la tonta esperanza de que no sufrirán daño mientras no vean a su atacante. ¿Pueden ser culpados en ese caso? Tal vez, pero no seré yo quien los juzgue.

Yo me prepararé en silencio para luchar mientras el lobo devora a caperucita. Esperando por su bien que mi hacha rebane el vientre del lobo antes de que sea digerida. Por desgracia, aunque ella logre sobrevivir descubrirá que en realidad nadie sale ileso de la panza de una bestia.

Tal vez para el joven "señor" Bahl el Sabbat sólo era un peligro menor, uno de igual categoría que "el coco", pero el filo de La Espada era real, muy real.

Con tristeza vi cierta esa vieja nana:
Con decirle a mi niño
que viene el coco,
le va perdiendo el miedo
poquito a poco.

Mercedes asintió ante las palabras de Franco y de David, se preguntó internamente si no se había arriesgado demasiado al traer a esos dos a la mesa del Consejo pero, mejor eso a las mismas absurdas discusiones de siempre: sangre nueva, sangre mejor, por eso también había sentados allí algunos vástagos que serían considerados niños de pecho. A eso apuntaba ella, un nuevo modelo de conducción para los tiempos modernos que corrían, avances tecnológicos y sociales que les pasarían por encima si no tomaban el toro por las astas y si había aprendido algo era que más viejo no significaba más sabiduría ni más experiencia. Los individuos debían demostrar su valía, y lo harían.

La expresión de la toreador se distendió un poco y un viejo brillo se avivó en sus ojos, cuando la palabra “Nación” quedó flotando en el aire, sin duda el lasombra había tocado la tecla correcta. -Estoy segura de que el señor Morgan apreciará toda la información que pueda darle, señor Burton-Miller -sostuvo antes de que Facundo hiciera su intervención.

-Sabias palabras señor Bahl -apuntaló -El Sabbat aunque en este momento es un enemigo pasivo, sigue siendo un enemigo, debemos tenerlo vigilado y no dejarles pensar ni por un momento que pueden tomarse libertades dentro de territorio Camarilla -pensó si dar un poco más de información o no, pero la relación con la espada de Caín era ciertamente dudosa en ese momento. Suspiró -Además, deben estar atentos a cualquier movimiento sospechoso que vean, aunque nuestros guerreros vigilan los bordes algunos grupos podrían sentirse tentados en entrar -ladeó la cabeza. Había tantas amenazas latentes que si las dijera todos saldrían corriendo y le dirían que se meta las primogenituras por detrás. Se cuidó muy bien en no demostrar nada, también podía ser que no ocurriera absolutamente nada.

-Bueno, recapitulando: se elegirán tres primogénitos de entre ustedes, uno toreador, uno ventrue, uno tremere y uno que representará a los independientes -resumió -Con respecto a los tremere, como saben, el Pontífice no es representativo de la primogenitura y tiene otras ocupaciones, por lo que el puesto se definirá entre el señor Klement y la señorita Lamothe. Sin embargo, debido a su trayectoria y experiencia, el venerable señor Yamski conservará su voto en este Consejo -Eusebiusz asintió solemnemente, aunque no se le escapó que la palabra venerable había sido usada con doble intención -Por lo menos hasta la elección de los primogénitos.

Miró en derredor y volvió con paso presuroso a la cabecera de la mesa -En estas carpetas se les entregará la información sobre sus territorios -sostuvo y las apiló para repartirlas luego. Se tomó unos segundos como repasando sus puntos -Ahora, voy a darles información estrictamente confidencial y su divulgación implica una Caza de Sangre sobre el infractor -miró fijo en derredor -Hemos llegado a una conclusión sobre lo que ha originado la Noche de los Aullidos -alzó el rostro y una sombra de temor pudo leerse en sus expresiones. -Antes de proseguir necesito saber que cuento con vuestra absoluta discreción y que tomarán este tema con la seriedad y gravedad adecuada.

La Senescal dio por sentado que contaba con lo que pedía, y de todas formas ya se encontraban allí así que negarse también hubiera sido riesgoso. Los presentes pudieron ver que Mercedes estaba realmente nerviosa por lo que iba a decir y que eso la hacía parecer tensa en lugar de frágil, como un gato listo para atacar, pero no podía ocultar esta información a los futuros primogénitos si la  vigilancia iba a pesar sobre ellos -Lo que voy a revelarles ahora es parte de nuestra historia como especie, es un capítulo oculto, que van a conocer por esas vueltas caprichosas, pero sin lugar a dudas nada casuales, del destino -señaló y se permitió esta vez sí, tomar asiento a la cabecera de la mesa -Hace siglos que la mano de Alexandria guiaba a esta ciudad firmemente, tanto en los momentos de turbulencia como en los de paz -comenzó -Solo hace unos meses antes de la Noche de los Aullidos supe que Alexandria no estaba sola en su gobierno -el Pontífice tremere alzó una ceja y la miró directamente, muy interesado en cuanto iba a decir -Ella era ayudada por su Sire, Calixta, puedo dar testimonio porque yo misma tuve el... extraño honor de verla. Una de las pocas matusalenes activas -sus recuerdos la llevaron a esa fatídica noche, cerró los ojos para  alejarlos, ahora no era el momento de pesadillas -Calixta estaba ansiosa y sabía que algo la estaba acechando, se estaba preparando para resistir: la Noche de los Aullidos ese ser le dio alcance y lucharon... No sé si ese ser sigue existiendo o no... Lo único que sé es que Alexandria trató de fortificarse pero sospecho que ambas fueron destruidas esa noche, o si han sobrevivido se encuentran en letargo en algún lugar de esta ciudad -la expresión de su rostro dejó ver que el pronóstico de hallarlas con vida tampoco era muy alentador.

Se levantó y miró en derredor. El primogénito brujah estaba petrificado en su asiento, Don Matías Dueñas estaba evidentemente al tanto de la situación pero no hizo alarde de ello. Yamski hacía cuentas y planes en su cabeza, él tampoco parecía muy impresionado por cuanto había sido revelado. Apoyó nuevamente las manos sobre la mesa -Cualquier actividad extraña que noten debe ser notificada al principado, debemos estar preparados para lo que sea. Si llegasen a notar sus cuadrillas actividades inusuales de cualquier tipo no solo deben llamar a la sheriff o a sus ayudantes, sino a los Regentes tremere, ellos ayudarán a evaluar la situación y a detectar si hay más motivos de preocupación que el Sabbat. Puede ser que los involucrados en esta historia no despierten jamás... Tengan en cuenta eso. Por mi parte estoy haciendo todo lo que está en mis manos para encontrar a Alexandria.

¡Una Matusalen activa! A causa de la sorpresa debí hacer uso de todo mi auto-control para evitar alejar las sombras.

La presencia de un ser de esa categoría era suficiente para causar asombro, pero la Senescal hablaba también de otra entidad con suficiente poder para amenazarla. Pensaba que ese pasaje era sólo una exageración del autor..
Mi mente comenzó a evocar todo lo que había leído, pero comprendí que no era el momento adecuado para eso, así que regresé los recuerdos a donde pertenecían. Ya habrá tiempo para eso luego.. O eso esperaba.

Considerando los daños ocasionados por la lucha entre los dos seres, se necesitarían todos los recursos sí se quería evitar una repetición de eventos.
Definitivamente hice bien en venir..

En mi fuero interno deseaba que la Príncipe y su Sire no hubiesen sido destruidas. Estaba consciente del peligro que entrañaba presentarse ante una Matusalen, pero la sólo idea de la oportunidad resultaba seductora.

Quise expresar mis pensamientos al instante, pero gracias a la crueldad de mi Sire había aprendido que en ocasiones era mejor dejar que los "poderosos" hablasen primero.
A la luz de sus palabras la sombra se definirá mejor..

Con la mirada seguí sus expresiones faciales, no porque creyera en ellas demasiado sino porque ella las usaba y eso redondeaba en cierta medida sus ojos  y su lenguaje corporal, como delatando un profundo secreto al que apenas se lograba rascar la superficie.  

Hasta que pidió nuestra fe de discreción, la mire y con serenidad incline la cabeza,  sin decir nada más, era una promesa, no diría nada.

Pero lo que nos revelo fue quizás más de lo que yo esperaba, aquello era terrible, no solo dos seres de poder inconfesable habían luchado sino que no sabíamos si el ser que acechaba a Calixta seguía entre nosotros, la misma Calixta o Alexandría… me puse recta en el asiento como acto reflejo, haciendo un esfuerzo por mantener el gesto sereno de mi rostro, estaba impresionada por supuesto y comencé a lamentar ligeramente el haber sido iniciada en aquel secreto.

Pero no era momento para asustarme  sino de prestar atención, prestar atención y no perder de vista lo que se nos decía, no importaba tanto hallar a la matusalen como hallar a nuestra princesa, eso daba a entender la senescal. Dirigí mis ojos a los tremeré en una mirada rápida, los dos aspirantes y el pontífice, sin duda maquinando… y luego mire al resto de nosotros, las nuevas noticias resultaban quizás demasiado grandes y provocaban un fondo macabro para la situación que previamente se nos había mostrado.

¿Qué estarían pensando los demás? Por mi parte… iba a necesitar tiempo para pensar y pensar muy bien porque no se trataba de un puesto en el consejo, al menos para mí, sino de algo mucho más grande que podía acabar conmigo sino actuaba con cuidado. 

Calixta...no sabía que alguien tan antiguo estuviese involucrado con la ciudad sin haberse dado a conocer. Es un dato muy interesante. Y sin embargo, no me termina de aclarar muchas cosas.

Jules meditó por unos momentos todo lo que se había dicho. Una información que era secreta por unos buenos motivos. Y que debía seguir siéndolo. Al menos para todo aquel que no estaba ya en la sala. Con todo, hay puntos oscuros.

-Es decir que Calixta, una matusalén nada menos, tenía miedo. O al menos se sentía inquieta. Eso solo puede significar que algo o alguien igualmente poderoso, como mínimo, la acechaba. Esa es una conclusión fácil de sacar. De hecho me atrevería a sugerir que, si se trataba de otro cainita, debía ser aún más antiguo. Digo esto porque en mi caso particular...yo no sentiría miedo hacia nadie con una edad parecida a la mía. Y como a mi, imagino que les ocurre lo mismo al resto presente. Podrían destruirme, no me cabe duda. Incluso con facilidad.- asintió levemente hacia los Tremere, reconociendo su poder. -pero no les sería sencillo y podría defenderme. Es por ello que lo que nos has contado me sugiere que ese ser sea aún más antiguo que un matusalén. Eso no deja muchas opciones...y ninguna es agradable. Eso, suponiendo que no sea otra cosa peor y desconocida.-suspiro levemente -Disculpad tanta palabrería, necesitaba ordenar mis pensamientos. Las noticias me han sorprendido. Pero lo que no queda claro es lo que ocurrió con el resto. Calixta y Alexandría...muertas o desaparecidas. Digamos eliminadas, a efectos prácticos, por ese ser. Pero ¿Y el resto? ¿Es su hacer también? ¿El de otros? ¿No hay ningún indicio al respecto, señora Senescal?

Dante se había sentado en la mesa con la gracia de un depredador. Cuando Mercedes hablaba, la observaba con el mentón reposado en las yemas juntas de los dedos.

La intervención de David lo saco de aquel trance, pero antes de que pudiera responder, Mercedes ya lo había hecho por él. Tenía que acostumbrarse a eso, por supuesto.

-Se lo agradezco mucho, David dijo con solemnidad Solo puedo imaginarme aquel suplicio. Le aseguro que pondré a buen uso la información que me brinde. Esas heridas no deberían volver a abrirse en vano.

Volvió a guardar silencio, asintiendo quedamente cuando la Senescal rogó su discreción. Sin embargo, las palabras de Mercedes no hubieran bastado en años en prepararlo para aquella revelación.

Frunció la frente y el ceño, casi en señal de animadosidad. Tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para resistir las ganas de frotarse las sienes, siendo cualquier consuelo bienvenido.

Algo había cazado a Alexandria, y a la Sire de esta. Y era probable que aun estuviera en la ciudad. Esto lo puso en perspectiva de un golpe, y pudo apreciar que tan pequeño era el y todos los demas reunidos cuando se miraba el panorama completo.

Y por una vez, al fin, aquel depredador urbano, guerrero y sobreviviente de cien mil luchas, sintio temor.

Franco fue tomando nota mental de cada comentario de la Senescal, debía decidir que le transmitía a Ernestina de esas palabras, y mesurar el impacto de lo que se iba rebelando sobre los intereses del clan. Por empezar la figura del representante de los independientes había sido algo desafiante y audaz de parte de Mercedez y una jugada que si le salía bien afianzaría su liderazgo, pero al dar mas detalle, daba la sensación que  ella esperaba que la voz de esta minoría surgiera de uno de los presentes, eso lo desoriento, tal vez la joven Brujah llevaba la ventaja sobre todos al respecto si es que estaba alineada con su primogénito. Por otro lado si el pontífice permanecía en el consejo, habría dos votos Tremere, esa posibilidad nunca podía ser buena, eso sin contar el rol de verificadores que les estaba dando a los regentes de ese clan. Don Matias y Antonelli estaban allí también, sentados con voz y voto, como lo estaría Mercedes y el futuro primogénito Toreador. Se han dividido el consejo entre los cuatro ancianos, el resto solo ocupamos butacas.

La mención de la matusalen fue inesperada. Obvio que Alexandria tendría su Sire, como la mayoría de los que estaban allí, pero que trabajase en las sombras para afianzar el Principado fue una sorpresa. Su destrucción, la de ambas en realidad, implicaba inequivocamente que había alguien que aún tenía semejante poder. Durante la noche de los aullidos cayeron vástagos de la Camarilla, de los independientes y del Sabbath, el enemigo era alguien ajeno a los hijos de Caín, y este absurdo ataque al Sabbath iba a ser un error que pagarían caro, pero el consenso en esa mesa era mayoritario, y no le quedó otra opción que guardarse esa opinión para sus adentro, de lo contrario se exponía por demás.

El verdadero enemigo no solo había vencido a cientos de cainitas, entre los cuales estaban dos de los mas poderosos, sino que habían exterminado un clan completo... porque? Esa pregunta seguía sin respuesta para él y era claro que entenderlo era clave. Continuó atento a los comentarios de demás presentes en silencio, y le dirigió una mirada a las carpetas que había traído la Senescal.

Las preguntas sobre el Sabbat seguían. Me sorprendió, e inquietó, mucho lo de los guerreros Assamitas que nos iban a seguir a nuestros nuevos dominios. Considerando el verdadero contratista de los mismos, estaba seguro que muchos habrían quedado disuadidos de no seguir las instrucciones de la Senescal.

Después de eso hablaron el doctor Noble, quien, si bien no llegaba a entender la extensión de lo que pedía, me imaginaba que todo este asunto le había incomodado e intentaba no ser parte del mismo, y de Burton-Miller, que fue, cuanto menos, sorprendente de saber. Creo que nunca había visto un sobreviviente al que el Sabbat atrapó.

Pero lejos lo más sorpresivo fue lo de Calixta. Sabía que lo que sea que cazó a los demás vástagos era poderoso, pero no creí que tanto. Hice cuentas, intentando imaginarme la edad y generación de la matusalem que desapareció la Noche de los Aullidos, y esperaba que lo que sea que haya pasado hubiese quedado en el pasado. Por otro lado, estaba también anonadado por el saber que Alexandria no actuaba sola como Principe de Buenos Aires. Ese es uno de los puestos que alguien simplemente no comparte, ni siquiera con un sire. Me pregunté qué había llevado a la Toreador a esa situación ¿Quizá había sido vinculada por su sire?

Escuché interesado las palabras de Jules al respecto.

La sheriff Micaela te dispensó de tus obligaciones a los pocos minutos para que asistieras a la reunión, al subir ya los vástagos estaban ingresando a la sala de reuniones.

Mercedes reflexionó nuevamente unos segundos y contestó a Jules -No sé si temor sería la palabra adecuada, parecía que conocía en cierta medida quién o qué era lo que venía a por todos, pero en especial por ella -sostuvo, aunque eran puramente conjeturas suyas las consideraba válidas por cuanto Alexandria había dicho -Y Calixta sabía que había una posibilidad de que no saliera victoriosa.

Ohh, la cruda y terrible verdad a la que apuntaba Jules tampoco podía desvelarse ahora, mejor que supusieran aquello que les daba más seguridad... o terror. -El ser acabó por sí mismo con la mayoría de los vástagos durante esas tres noches -miró a de Bourdeo como si fuera el único presente en la habitación -Si había otros actores involucrados han desaparecido junto con él.

“Una muestra gratis de cuando se alcen los antediluvianos”, pensó para sí. Antes de la Noche de los Aullidos las profecías sobre la Gehena eran un cuento para asustar a los chiquillos en la mente de Mercedes, ahora de pronto todo se le ocurría muy real y para nada imposible. Bajó la mirada y recordó el ulular del viento esas noches, la sensación de algo rondando en la oscuridad, algo terrible. La expresión de Alexandria cuando se despidieron... Una mezcla de impotencia y odio la atravesó por unos segundos. Luego, alzó la vista y leyó las miradas de los presentes... había algo, más allá del temor reverencial hacia lo que les había sido revelado que los incomodaba.

-Noto algunas miradas de aprehensión -soltó en voz alta, -Si hay algún punto en el que estén en desacuerdo de lo que les he propuesto prefiero que lo discutamos ahora -quiso cambiar de tema -Antes de que les reparta sus dominios... A los que no se hayan opuesto, claro -miró a Franco sin disimular, pero no estaba enojada solo levemente contrariada.

María escuchó los planes de Mercedes con atención. Osado, pero inteligente. Sumar a los independientes a la primogenitura era algo extraño, posiblemente pudiera terminar en un desastre en el futuro, pero por el momento era una gran movida. Una sonrisa se dibujó en su boca lentamente... hasta que escuchó el nombre de Calixta y toda la historia. Sus sospechas eran reales, un matusalén o algo peor había despertado. Una sombra pasó por sus ojos, se oscurecieron, si aquello era posible.

Asintió a las palabras de Mercedes, por ahora no había nada que objetar.

El momento en que cada responsabilidad se asignase estaba próximo. Mercedes no dejaba de mirarlo de un modo que no llegaba a comprender, no cabía duda que sus palabras previas habían impactado en ella de un modo que no sabía hasta que punto era favorable y hasta cual era peligroso. Ernestina se mantenía alejada de los juegos de la camarilla, ella tenía su propio juego, pero lo había elegido como embajador en ese lugar. Hacía bien ese trabajo, pero si tomaba mas carga de la que podía tomar eso implicaría problemas mas adelante, cuanto mas liviano viajara, mas fácil sería hacer su trabajo y sobrevivir.

-Mercedes, quisiera aclarar que yo no he rechazado su voluntad ni la del consejo sino que he propuesto un modo en que puedo serles más útil dada mi condición de ajeno a las tradiciones de la camarilla. Si tengo vuestro permiso para moverme con libertad en toda la cuidad puedo recaudar información valiosa para este consejo, tanto de los Nosferatu como del Sabbath e incluso de los independientes, no solo por los contactos de mi familia sino porque algunos de estos grupos reaccionarán mejor ante alguien de un clan diferente a los del gobierno de esta ciudad. Si considera que soy mas valioso para este consejo custodiando un dominio, lo aceptaré con sumo gusto, estoy a su entera disposición como lo he estado con Alexandria, eso no ha cambiado- prefería la libertad al alto precio que tenía una candidatura a una primogenitura que no era para él, su lugar era el del portador de la voz Giovanni ante la príncipe, y era lo único que le interesaba seguir siendo en esa mesa. Sin embargo no iba a poner en riesgo esa posición por evitar una responsabilidad, en tal caso lidiaría después con las dificultades que eso pudiera causarle. - Si me permite, tengo una duda que no termino de comprender. El ser que venció a Calixta y a Alexandria ha atacado a cainitas de varias facciones, tanto de la Camarilla como del Sabbath, incluso independientes, verdad? Si ese ser tiene desprecio por todos los vástagos por igual, porque eliminó a los Nosferatu? Disculpen mi insistencia con el tema, pero entender esto nos acerca a la verdad de los hechos, bien puede que ese ser siga con vida, o no esté solo, y no sabemos si su naturaleza es de los hijos de Caín o es de un carácter diferente, comprender sus motivaciones y su accionar es de suma importancia. Tiene alguna hipótesis sobre este comportamiento?-

El control de las emociones era una de sus mejores virtudes. Por eso Facundo mantuvo su cara de poker impasiblemente, mientras escuchaba las relevaciones de la senescal que llevaban al verdadero meollo de aquel negociado. Ni siquiera intento evaluar el nivel de aquellos jugadores; la mitología nodista no le interesaba en lo mas mínimo, pero solo un estúpido negaría la diferencia con el poder o la mentalidad de los vástagos mas antiguos, y en el caso de matusalenes se hablaba usualmente de milenios...

Escucho los demás razonamientos sobre la mesa, mientras hacia los propios, reacomodando las piezas acorde a esta nueva información. En tanto,  Jules sacaba una pregunta interesante de todo aquello, una cuya respuesta le agrado especialmente. Pero solo miro a Rosa un breve instante, antes de volver a prestar atención. Era bueno también que el doctor aclarara su posición, aunque lo otro… Se guardo de comentar nada, aguardando la respuesta de Mercedes. La desaparición de los Nosferatu, en uno o dos aspectos, también e importaba.

El hecho de que el Azote me llamase usando mi nombre y no mis apellidos me agradó y se reflejó en un media sonrisa, además su muestra de empatía y la promesa que implicaban sus palabras reafirmaron mi deseo de ver erradicada esa secta.

Asentí para mostrarle mi atención.
El Sabbat es un peligro para todos..

Estaba cruzada de brazos mientras la Senescal hablaba y respondía a los presentes.

Había escuchado las palabras de la Senescal atentamente. Todo lo que había dicho resultaba algo peligroso para la sociedad vampírica, de todos modos, poco miedo sentía hacia un ser del que no teníamos información. La amenaza del Gehena podía aparecer - nos decían los vampiros mas viejos - pero en todo este tiempo no eran mas que habladurías.

"-Yo estoy dispuesta a las ordenes que se me den y me quedaré callada respecto a lo que acaba de decir Senescal, si esto es para protegernos a todos, tienes mi palabra"

Esperaba con cierta ansias la información sobre el papel que debía realizar.

Aproveché el breve silencio que siguió a las palabras de Victoria para intervenir en el tema planteado por el Giovanni.

Debido a los asientos que elegimos tenía cierta dificultad en mirar a Franco, por lo cual incliné el torso un poco hacia adelante.
-Franco, no creo que ese ente halla eliminado a todos los Nosferatu, quizás fuesen el Clan menos numeroso y por lo tanto el que más resintiese cada perdida, aún así no creo que fuesen exterminados totalmente. Las Ratas siempre sobreviven. -Algunos incluso podrían pensar que de alguna forma previeron la situación y huyeron. Mi tono evidenciaba desprecio hacia la cobardía. Pero considero más factible que se hayan preparado para ese evento o para otro aún por venir.

Las historias de los Principados de Atlanta, París, Milán, Bruselas, Compostela y Bombai (entre muchos) reforzaban mis palabras, al menos para los versados en la materia.

-Guardan más secretos que otros Clanes combinados. Siempre que no se incluya a los Lasombra, Tremere y Giovanni en la ecuación, claro está. -Y no dudo que tendremos noticias de ellos.
Encogí un poco los hombros en señal de despreocupación.
-Sólo debemos esperar que retiren su velo. ¿Quiénes mejores para ofuscarse del resto del mundo?

Antes de regresar a una postura mas cómoda, mire por un instante a Franco directamente. Gracias a nuestras largas charlas confiaba en que él comprendiese mi verdadero mensaje: Tal vez fuese más importante que las carpetas territoriales, pero no era el momento.

Terminada mi intervención dirigí una vez más la vista a la Senescal.
Con seguridad repartiría los territorios con astucia, y aunque probablemente alguno de los locales adquiridos quedarían dentro del dominio de otro, no dudaba en poder llegar a un acuerdo.

En cuanto a los Assamitas, no tenía problemas con su presencia o posible lealtad, siempre había creído que "quien no la debe, no la teme".
Además, no serán peores que la Mano Negra o mi Sire..