Partida Rol por web

Una vez dentro de Roca Casterly, ALARICH y PAXTER van junto a Lord Westerling al Gran Salón, donde Lord Lannister se reunirá con sus vasallos y banderizos antes de la cena.

JULIA se queda solita; un criado la acompaña hasta los jardines, iluminados por farolillos y antorchas, donde una orquestra toca música mientras las damas beben copitas d evino dulce, comen dulces y chismorrean mientras sus maridos debaten. Allí ve a dos conocidas DESMERA REDWYNE y BERRYL MARBRAND.
 

El gran salón es magnífico. Cuelgan de sus paredes tapices reflejando pasadas glorias de la casa Lannister: Lann el Astuto conquistando la Roca con su labia; Tommen IV decapitando al Rey de las Islas de un solo revés; Tyrion II el Temible con su hacha; Joffrey el Generoso casando a sus siete hijas con reyes ándalos. Armaduras doradas flanquean cada tapiz. Pero no hay tiempo para examinarlas porque os hacen sentaros. Hay unos cuarenta asistentes sentados en una larga mesa rectangular. Los lords banderizos de mayor estatus se sientan hacia el ventanal, donde está el estrado con la silla de Lord Lannister. Los de menor rango van luego.
Todos se han vestido de lo más elegante con pieles, terciopelo y joyas para la cena con el rey. En comparación con los Leffords, Marbrands, Crakehalls y Braxs, parecéis molineros con el jubón bueno.

Varios sirvientes sirven vino o cerveza (no muy buenos) mientras todos hablan. Entonces un criado golpea el suelo con la punta de un cayado.

- ¡Señores, todos de pie ante Lord Roman Lannister, Señor de Roca Casterly, Lord Soberano de Occidente, Guardión del Oeste y Escudo de Lannisport!

Lord Roman es alto y de espaldas anchas, cabello gris leonino y mirada penetrante de ojos verdes. Entra seguido de sus dos hijos mayores y se sienta en el estrado. Viste ropas negras, pues sigue de luto por su esposa, fallecida hará dos años. Se sienta y pasea su mirada amargada por los presentes. Luego hace un gesto.

- Podéis sentaros, señores.
 

- Señores, sabréis que hace días que el Rey nos honra con su presencia. En honor suyo mañana celebramos una justa. Y dentro de tres días, la boda entre mi sobrino Fayon Crakehall y Alynn Prester, en la que Su Majestad llevará la novia al altar.- no parece muy contento ante la expectativa de ir a más banquetes. Cuando un Marbrand vacía su copa y pide ma´s vino al camarero, le mira mal. Como si le fuerais a vaciar su única botella.- Todos estos fastos son... entretenidos. Pero el Rey no viene solo a admirar la Roca ni a ver como mis caballeros rompen lanzas, ni a ver bodas, por mucho que disfrute con banquetes y encamamientos. Viene por una guerra.

Murmullos entre los asistentes.

- Una guerra contra Dorne, señores. O mejor dicho, otra guerra. Hace treinta años Aegon el Joven Dragón murió intentándolo. Su sucesor Baelor el Santo firmó la paz casando el príncipe Daeron con una princesa dorniense. Pero ahora el Rey Aegon quiere continuar la conquista. Para ello hoy nos pedirá espadas, lanzas, y hombres. Barcos para llevarlos a la batalla. Mulas y bueyes para sus vituallas. Cerdos, vacas y gallinas para alimentarlos. Oro para mercenarios y sobornos...

Más murmullos, algunos indignados.

- Todo ello cuando la Corona me adeuda 485.550 dragones de oro. - remarca cada sílaba de la cifra astronómica.- Sin que se haya hablado de como me las devolverá. Eso sin contar subidas de impuestos reales y de tarifas de la duana de Lannisport, que han menguado el comercio. Sin contar los héroes que fueron con el joven Dragon y no volvieron. Entre ellos mi hermano mayor, Loren.

El Marbrand vuelve a vaciar su copa, va a hacer un gesto cuando ve la mirada exasperada de Lord Roman. Baja la mano y se encoge como un gusano. Tras respirar hondo, Lord Roman continúa.

- Por si fuera poco, algunos de vosotros me informáis de que los piratas Greyjoy atacan mis costas y saquean las aldeas. Para hablar de ello pido a Lord Warren Westerling que tenga la bondad de contarnos la última incursión.

- Mi señor de Lannister, hace tres semanas tenía que celebrarse en la ermita de Fuentes Tranquilas un feliz evento. El escudero Desmond Redwyne iba a recibir las espuelas de caballero tras haber probado su coraje. El muchacho, al que muchos de sus señorías conocen, se reunió para ello con su hermana Desmera y con nobles invitados. Ser Wynced Lorch y su noble esposa, el distinguido Lord Dickon Dogett, entre otros. 

"Pero en lugar de recibir sus espuelas, Desmond recibió una puñalada por la espalda de un villano, un bandido hombre de hierro disfrazado de septón. Eso mientras rezaba ante el altar del Padre!

"Acto seguido sus complices se lanzaron sobre los invitados, matando y robando. Sólo algunos se salvaron gracias a la valentía de Ser Alarich Alander, el Caballero de Puerto Rojo, y su hermano Ser Paxter Alander. Ellos son los mejores testigos para relatar lo que sucedió...

Os mira cediendoos la palabra.

Parecía un sueño, finalmente estaba asistiendo a un banquete en ni mas ni menos que la mismísima Roca. Julia se acercó a sus conocidas.

- Desmera, que placer volver a verte! Berryl, gracias! Giña el ojo complice a la Marbrand señalando el vestido.

- ¡Oh, Julia, querida, estás preciosa! Cuánto me alegro de verte. - Como si fuerais amigas de toda la vida, Beryl Marbrand te coge del brazo y te lleva a un aparte. DOnde te susurra:- Bueno, querida. El gusano asqueroso de mi exprometido, Fayon Crakehall, anunciará esta noche en el banquete que se casa con la pánfila que le han buscado. Necesitaré que le distraigas. MIentras yo hablaré con esa pava para que vea la clase de tipejo con la que se casa. Le contaré la verdad sobre él. Y si no basta, añadiré cosas.

Paxter asiente ante las palabras de Lord Warren Westerling y amarga un poco el gesto recordando el incidente que hoy les llevaba a estar ahi. Para aclararse la garganta y quitarse el mal sabor de la boca, prueba el vino, el cual espera que no sea el orin filtrado de Lord Lannister, como bromeaban la noche del asalto.

-Asi es mi Lord. Yo fui testigo de como el joven Desmond Redwyne estaba rezando y de como el falso septon le apuñalo en la espalda. Lady Desmera Redwyne tambien se encontraba alli y segun parece le han pedido rescate por su hermano, ergo no murio a consecuencia de tan fatal traicion.

Paxter va a escupir en el suelo, en señal de rechazo a tan vil acto, pero se contiene porque no seria protocolario. Los modales de los Oakhart le enseñaron siguen vigentes.

-Poco pude hacer por el joven, puesto que a pesar de que deje inconsciente al falso septon con el animo de interrogarle mas adelante, este habia llamado a un tal Dalt, un hombre de hierro que portaba una guadaña plateada en la hebilla de su capa y una armadura de malla de buena factura, yo me encontraba desarmado y recibi un hachazo por su parte, a pesar de mis heridas, logre avisar a tiempo al resto de los que nos encontrabamos presentes para la ceremonia del dia siguiente, entre los que se encontraban Ser Hector Westerling, Lady Desmera Redwyne, Ser Wynced Loch con su esposa, Lord Dickon Dogett y mis sobrinos, Julia y Tormen.

Paxter deja un momento que resuenen los importantes apellidos en la sala.

-Lo que parecia una traicion en realidad era una incursion. Mas de sesenta hombres del hierro tomaron la posada en donde nos encontrabamos al asalto, por lo que tuvimos que salir para evitar que tomaran como rehenes a tan destacables miembros de las familias como Lady Desmera o el valiente ser Hector. El venerable Lord Dogett y ser Loch no se encontraban en disposicion de cabalgar por lo que, a pesar de nuestra reticencia y del tiempo que les ganamos matando a varios hombres del hierro, tuvieron que quedarse en la posada. Encomiable fue la decision de esos valientes caballeros, que decidieron voluntariamente quedarse para no hacernos perder mas el tiempo ni correr tantos peligros.

El veterano caballero levanta su copa en honor a tal sacrificio, aunque bien sabe que solo Lord Dogett lo hizo voluntariamente y aun recuerda las maldiciones de ser Loch mientras ponian a su esposa a salvo y a el lo dejaban por estar tan ebrio que no podia ni montar. Ningun sentido tiene enturbiar la fama de ser Loch y menos en publico.

-Pero Mis señores, lo que nos encontramos no solo fue una incursion en Fuentes Tranquilas, al poco de llegar a Puerto Rojo, Mientras mi hermano se encontraba ausente, buscando aliados y mi sobrino levantando las milicias de nuestras tierras mas de ciento cincuenta hombres del hierro asaltaron nuestras tierras, a los que se les sumaron los asaltantes de Fuentes Tranquilas, pues Dalt tambien estaba comandando a parte de esos malditos. Con la guarnicion de Puerto Rojo pude repeler su asalto inicial y procedieron a establecer un asedio. Mi hermano Alarich consiguio negociar un enfrentamiento con el que parecia estar al mando de los infames piratas, un tal Meron Meryl entre el campeon de los hombres de hierro,Sargon Stonetree y el nuestro, nuestro hermano natural Ulfryd Wyrmslayer, para ganar tiempo y que mi sobrino Tormen volviera con nuestros soldados. Los siete estaban de nuestra parte, puesto que Tormen no solo volvio con nuestras milicias, si no que ademas habia encontrado a los valientes caballeros que escoltaban al hijo del rey. Juntos, mi hermano liderando a la caballeria de Puerto Rojo, yo a la milicia y el valiente ser Daemon Blackfire a la cabeza de la escolta real, pudimos repeler tan peligrosa incursion. Lamentablemente los malditos hombres del hierro se habian llevado a los rehenes, Lord Dogett, ser Loch y al Joven Desmond Redwyne a las Islas del hierro antes de realizar el asalto a Puerto Rojo, por lo que no pudimos rescatarles con nuestro contraataque.

Paxter baja la mirada, temeroso de las repercusiones de lo que va a anunciar, pero sabiendo que es el momento oportuno.

- No solo las tierras de los Alander han sido asaltadas. Muchas mas familias estan recibiendo incursiones de los malditos piratas de las islas del hierro.-Paxter extiende su brazo en un gesto que abarca el salon, para que el señor Lannister vea las cabezas de las familias asaltadas, con las que Alarich habia hablado asintiendo a sus palabras - El propio heredero de los Redwyne esta cautivo de esos malnacidos que asesinaron a sangre fria al mejor amigo de mi sobrino, a pesar de que era su rehen. Mis señores, si ahora dejaramos nuestras tierras para ir a la guerra con Dorne, los piratas podrian aprovechar para campar a sus anchas. Humildemente, no creo que podamos luchar teniendo clavado un puñal en la espalda.

A pesar de que el no era el señor de Puerto Rojo, Lord Westerling le habia dado permiso para hablar y Paxter hablaria.

-Perdonad mi osadia, mis señores.Pero tenemos que realizar una incursion de represalia para poder liberar a la casa Lannister de ese puñal.

Julia devuelve una amplia sonrisa a Berryl y la acompaña.

- Bien, asi se hará entonces. Lo distraeré un rato. S es como tu dices creo que estas harán un buen trabajo... Señala sus pechos casi dibujados en el escote del vestido. Señalamelo y lo haré.

Berryl te señala pronto el individuo en cuestión. Los Crakehall suelen ser una familia de hombres robustos y de huesos grandes, pero este es más bien esbelto, aunque de espaldas anchas y manos fuertes. Fayon Crakehall es un hombre bien parecido y bien vestido. Se mueve con soltura por diferentes grupos, dando una palmada en el hombro allí, estrechando una mano allá, soltando un chiste cuando conviene y un murmullo a la oreja cuando le cale. Parece un diplomático nato. Vas a dirigirte hacia él cuando aparece Hector Westerling.

- Vaya, Julia. Esperaba verte por aquí.  ¿Estás buscando a ser Daemon?

Julia se dirigía hacia el Crakehall pero frenó en seco ante Héctor. Lo miró unos segundos largos. Realmente se sentía bastante confusa, no sabía muy bien como actuar.

- Héctor... Ser... Como está tu futura esposa? Reaccionó en primera instancia un poco agresiva, pero luego se sintió tonta. Hizo una pequeña mueca, tragó saliva y suavizó su vos. Como estás tu? Sus ojos dejaban ver un brillo un tanto melancólico.

- ¿De qué hablas? Yo no estoy prometido y tú tampoco.- hace otro trago de su copa. Al parecer ya lleva varios.- Aquí el único que lo está es tu "príncipe" Daemon. Claro que quizás tú no buscas un anillo, sino un revolcón. O no. O quizá yo soy idiota. Ya lo dice mi padre. Bueno, lo dice pero no lo dice. Ya sabes cómo es él. O quizás no. Yo sólo sé que me hace perderme batallas y dejar pasar mujeres. ¿Para qué? No entiendo nada. 

"Vete a por tu dragón negro y olvidate de mí, ¿quieres?