Partida Rol por web

Tormenta de otoño

Prologo: Cuervos....

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24/07/2014, 08:32
Director

Los caballeros normalmente no juran ante el rey si no es porque van a realizar un servicio explicito ordenado por el mismo rey o por sus consejeros. Pero se le puede pedir que jure ante Arthur, su hermanastro. Y como este es vasallo de Renly, hermano del rey, se considera que jura por el rey.

Sobre el tema de quien gobierna. Oficialmente es Arthur, la mayoria de mensajes y peticiones van a su nombre, pero en la fortaleza mucha gente considera que es Lady shiera, ya que Arthur tan solo tiene 8 años.

Claramente surgiran 2 bandos cuando empiecen las decisiones importantes. Byron aconsejara de un modo al niño y su madre, Shiera de otro, habra que ver que decisiones toma este.
 

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24/07/2014, 12:33
Maestre Lebron

- Será un placer compartir el desayuno con ustedes - dijo, pese a que su estómago ya estaba a medio llenar. El desayuno era algo bastante integrador, casi toda la familia se reunía aunque en distintas franjas horarias para aprovechar mejor el espacio. Ese día la cocina empezó un poco mas tarde que de costumbre, era probable que hubiese mas gente, cuanto antes fuesen, mejor. Disfrutaba esos momentos con Sir Byron, al caballero le gustaba contar historias y a él validarlas con las que había leído en tantas ocasiones, rara vez había diferencias, y cuando las había, podían darse el gusto si querían de tener largas pláticas hasta ponerse de acuerdo. Siempre que Larkyn había estado presente no disimulaba su interés en aprender, eso era algo que le gustaba del escudero. 

Se quedó al lado de ambos hombres dispuesto a seguirlos al comedor. 

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24/07/2014, 18:43
Larkyn Swift

Larkyn asintió a la afirmación de Ser Byron. Si todos los hombres de Arthur fueran como él hasta el rey y la reina sentirían celos pues su guardia real no estaría mejor preparada. Pero dentro de lo que cabía eran hombres competentes y experimentados, o al menos eso le parecía a Larkyn.
La proposición de ir a desayunar le pareció bien, tan solo había comido aquella manzana a primera hora y su cuerpo le pedía mucho más, pero le sorprendió el ofrecimiento de entrenar con Ser Byron hasta el punto que no supo que decir, algo extraño para un muchacho tan hablador. Por su mente pasaron un sinfín de pensamientos cruzados, entre el temor a hacer el ridículo o salir gravemente herido y las ganas de demostrar que era merecedor de ser considerado uno de los hombres de armas del castillo. Ya tenía 17 años y en otras circunstancias, durante la guerra, ya hubiera entrado en combate real, pero la guerra había terminado hacía tiempo y todo parecía más calmado.

"No os preocupéis, siempre habrá más guerras y señores a los que servir, nuestra casa nunca ha permanecido ociosa."

Recordó las palabras que su padre les había dedicado cuando acabó la guerra. En aquellos momentos no les dio mucha importancia, era tan solo un niño y enseguida su mente se centró en la nueva ocupación que le asignaron como escudero de Lord Dake, aquello era lo que siempre había soñado, el primer paso para convertirse en un caballero de verdad, digno de su familia. Pero la muerte de su antiguo Señor lo había dejado en una situación diferente a lo que podía imaginar y ahora debía demostrar por si mismo que valía para servir a los Morrigen de Nido de Tormentas. Si lo hacía bien todo sería mucho más fácil, pero en frente tendría a uno de los mejores caballeros de todo el reino.

Espero que al menos me deje vivo...

Sabía que Ser Byron le apreciaba, o al menos no tenía pruebas de lo contrario, pero un mal golpe de esos brazos podían poner en peligro a cualquiera. La llegada del Maestre Lebron rompió el incómodo silencio que la falta de respuesta de Larkyn había dejado y también hizo reaccionar al muchacho.

-Buenos días Maestre Lebron, no se preocupe no me olvidaré de la clase de lectura. ¿Tras la comida, como siempre? En aquellos momentos un golpe de Ser Byron que le hiciera excusarse de la clase de lectura no parecía tan mala opción. Les acompaño a la cocina, tan solo pude comer una manzana al levantarme y tengo que llenar el estómago con algo más, aunque si tienen que hablar puedo dejarles solos, quizás Arthur me necesite, no se si se habrá levantado aún... Larkyn sabía cuando estaba de más y quizás el Maestre y el Capitán de la guardia quisieran hablar cuanto antes si el asunto llevaba cierta urgencia, si no encontrarían un rato más adelante seguramente, pero no quiso condicionarlos con su presencia. Y Ser Byron, será un placer practicar con usted, espero estar a la altura y no decepcionarle. Digame cuando quiere hacerlo y allí estaré preparado.

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24/07/2014, 20:28
Arthur Morrigen

La doncella que habitualmente se encargaba de ayudarlo abrió con puntualidad las ventanas, dejando pasar la suave luz necesaria para comenzar el día. El joven Señor se desperezó al oír la voz de la mujer.

- Mi Señor, es hora de levantarse -dijo con suavidad, tal y como se despierta a un niño.

Tardó un poco en espabilarse. Un par de vueltas en la cama, unos pocos quejidos por tener que levantarse y finalmente se despojó de golpe de la sábana y manta. Farryn le había enseñado aquel truco, y resultaba muy útil. Los dedos de sus pies ya buscaban calor y la doncella apresó sin miramientos los tejidos que formaban parte de su refugio nocturno.

Se incorporó poco a poco y observó apoyado en el respaldo de la cama como la doncella preparaba las ropas y agua para asearse.

- Voy a vestirme solo -aseveró. Había escuchado la firmeza a la hora de dar órdenes por parte de su madre o su tío, así que tenía que serle útil también. Lo que no se esperaba fue el cambio en el rostro de la mujer, entrecerrando los ojos y poniendo sus manos en la cadera-. Por favor, Marinaaaa. Quiero vestirme solo, ya soy grande -Su tono suplicante desbarató todo intento de autoridad.

La verdad no estaba en que deseaba hacer las cosas por sí mismo, sino que desde hace un tiempo sentía cierta vergüenza cuando lo vestían y bañaban. Así que se dispuso a practicar una de las enseñanzas del Maese Lebron: diplomacia.

- Vale. ¿Qué te parece si lo hago solo y si ves que necesito ayuda inter... interv... -Se rascó la cabeza en busca de la palabra correcta. A veces creí que un día la cabeza le iba a estallar con tantas palabras complicadas, y no resultaba una idea bonita-. ¡Intervienes! -dijo al fin con entusiasmo al tiempo que enfatizaba estrellando su puño con la palma abierta de la otra mano.

La doncella asintió y se levantó victorioso sobre la cama. Comenzó a dar un par de saltos hasta acercarse al borde y extender los brazos para que la doncella lo agarrara. Algunas cosas tardaban en cambiar.

Se desvistió bajo la atenta mirada de la mujer, a su pesar, y por eso le dio la espalda. Comenzó a asearse y agradeció con un agradable suspiro que el agua estuviera templada. Vestirse fue de lo más fácil, ya no era un niño, pero las botas... Fue todo un espectáculo sus intentos, y menos mal que sólo estaba la doncella. Terminó sentado en el suelo, tirando sin éxito.

- Marina... -Alzó su pie con la bota a medio poner.

- Siéntate -dijo sonriendo al tiempo que negaba divertida con la cabeza-. Es mejor hacerlo sentado sobre una silla.

Y así, con las dos botas puestas, salió de su habitación mientras la doncella aireaba las sábanas y ordenaba el cuarto.

- Mi Señor, no se ha peinado -logró escuchar de lejos, pero ya era tarde así que optó por alisarse el pelo con las manos mientras correteaba por el pasillo. Él no necesitaba acicalarse como su madre o hermana.

Hizo un alto al pasar por una de las ventanas. El olor a mar lo entristecía, pero eso era algo que no comentaría a nadie. Le recordaba a su padre, cuando le llevaba a observar la inmensidad y respiraban con profundidad: "Así huele el hogar", pero no duró mucho. Tenía hambre.

- ¡Buenos días! -Saludó con entusiasmo nada más entrar.

Al ver que no había nadie más que Farryn se acercó a darle un beso en la mejilla, cosa que no solía hacer si había alguien más.

- No sé cómo lo haces -Comenzó despreocupadamente mientras tomaba asiento- Se te ve tan bien por la mañanas... -Mientras que él necesitaba lavarse la cara por lo menos cinco veces antes de tener "buena cara", o eso decía Marina-. ¡Me he vestido solo! Pero no se lo digas a mamá. Ya soy grande, y voy a bañarme solo también. No sabes lo dura que es Marina, será difícil convencerla.

Calló cuando entró un sirviente a dejar comida sobre la mesa.

- ¿Dónde está mam... madre?  

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24/07/2014, 23:34
Lady Shiera

Llegò al salòn alcanzando a escuchar a su pequeño hijo preguntar por ella.

-Aquì està tu madre, tuve una ligera demora.

Se acercò a ambos y los besò por detràs en la cabeza con cariño.

-Aprovechando que aùn no hay nadie, tengo que comentarles algo importante a los dos.

Tomò su lugar en la cabecera de la mesa y los mirò con ese gesto adusto que le provocaban las cosas que eran serias al menos para ella.

-He recibido noticias de Dorne, Van, su hermano vendrà pronto...

Los mirò y aguardò no sòlo por las reacciones sino por las posibles preguntas de sus dos hijos.

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25/07/2014, 17:21
Farryn Morrigen

El día estaba horriblemente tranquilo hasta ahora. No se había encontrado con nadie y tanto hermano como madre aún no se dignaban a bajar ¡ Y quién sabía dónde estarían su tío y Larkyn! Sólo le cabía esperar que alguien, quien fuera, llegara a acompañarla al desayuno, pues odiaba tener que empezar su día sola y sin conversa alguna, ya que casi siempre era señal de que el resto de la jornada seguiría el mismo camino tedioso. Ya empezaba a resignarse a la idea cuando Arthur entró al comedor.

¡Por fin! 

El dulce chico se acercó y la besó en la mejilla, a lo que ella respondió haciéndole una caricia juguetona en el cabello.

Buenos días 

Lo escuchó hablarle sobre sus nuevas habilidades para la vida, y sonrió. Parecía que hacía nada estaba recién aprendiendo a caminar. Sonrió porque, entre otras cosas, le parecía fantástico que considerara cosas como vestirse y bañarse solo hitos tan importantes, porque eso solo demostraba que seguía teniendo la mente correspondiente a su edad y no se aceleraba a pasos innecesariamente agigantados a una madurez temprana. Ya tendría tiempo de ser un Lord cuando creciera.

El truco está en obligarte a verte bien sin importar lo cansado que estés. Trucos de luz, mayormente. - bromeó sonriendo aún, un poco halagada por que el niño no notara lo casi muerta que andaba cada comienzo del día, para luego continuar entusiasmada - ¿No es genial poder hacer esas cosas solo? Yo prefiero mil veces mis minutos de soledad tras despertar a tener a alguien persiguiéndome de un lado a otro de la habitación. Esos minutos siempre parecen el periodo de tiempo más importante y sincero del día.

El criado dejó unos platos en la mesa, interrumpiendo la conversación, y se fue inmediatamente. Iba a contestarle a Arthur cuando su madre entró dramáticamente por la puerta y respondió ella misma, así que se limitó a recibir su beso y sonreír mientras ella se sentaba en la cabecera. Tan pronto se sentó su rostro se tornó serio y anuncio la llegada de Van, a quién hace tanto tiempo habían dejado de ver.

Recordaba perfectamente cuando lo habían exiliado. Nunca se había sentido del todo bien que hubiese expulsado así a un niño, negándole el derecho de estar cerca de su madre y sus hermanos, incluso era de las pocas cosas que le recriminaba a su padre. Especialmente porque ella había logrado tener una relación bastante cercana con él, dada su cercanía en edades y la necesidad de un cómplice para las aventuras por Nido de Tormentas, y cuando él se había marchado no sólo había perdido un hermano, sino que también un amigo. 

Sonrió ampliamente, encantada con la noticia. ¡Ya casi no podía esperar! Quería ver en quién se había convertido Van, y que tanto se parecía al niño que recordaba de su infancia.

¿Cuándo llega, madre? - dijo sin poder contener su emoción. Eran noticias importantes, y más aún, noticias buenas. Esa combinación era una que no se daba todos los días.

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25/07/2014, 18:36
Arthur Morrigen

"Esos minutos siempre parecen el periodo de tiempo más importante y sincero del día".

Lo sabía. Sabía que no estaba teniendo un berrinche. Su hermana entendía que vestirse y bañarse solo era muy importante, aunque no entendía muy bien la parte de ser un momento sincero.

"No importa. Lo realmente importante es que importa. Vaya. Cuantos importas. O es cuantos importa. Singular o plural. Se lo preguntaré al Maese".

Cuando preguntó por su madre y entró sonrió. Le encantaba las coincidencias, pues parecía casi mágico cuando sucedían (aunque fueran pequeñeces como aquella).

- Buenos días, madre.

En cuanto vio aquel gesto supo que iba a venir algo serio, y eso no le parecía mágico. Comenzar la mañana, más o menos, con cosas serias no tenía gracia. Sólo esperaba que las clases con Maese Lebron cambiaran la dinámica del día, aunque para ser francos había comenzado con buen pie. Eso si no contaba con su fallido intento de colocarse las botas.

"Uy, Byron no va a estar contento", pensó al tiempo que ponía cara rara. No quería delatar sus pensamientos. "Tonto. Sólo las Brujas pueden hacer esas cosas de magia, pero son cuentos", porque sólo estaban en los cuentos, ¿no? En cuanto a su tío... Era cierto, no iba a estar contento.

Miró a Farryn. Miró a su madre. Luego a Farryn. Otra vez a su madre. Decidió parar pues a ese paso tendría dolor de cuello. ¿Qué se suponía que tenía que decir? Se rascó la nuca y pronto se contuvo, llevando sus manos al regazo. Maese Lebron le había dicho que era una mala costumbre porque delataba que estaba nervioso, pero... ¡¿Iba a venir su hermano?!

Miró a su hermana mayor y se mordió ligeramente el labio. Antaño era una señal para que le sacara de cualquier embrollo, o por lo menos que supiera que necesitaba ayuda. Desde la muerte de padre no compartían mucho tiempo juntos, pero habían pasado por muchas situaciones como para que se olvidara de sus códigos altamente secretos.

Sabía que era una cuestión delicada, o complicada. "Es algo complicado", así decían cuando no podían o querían explicarle algo. "Arthur, aún eres joven para entenderlo", esa era otra frase recurrente. Algún día tendría el conocimiento y edad suficiente para negarse a recibir esas respuestas.

Finalmente la alegría de su hermana brilló. Ella recordaba a su hermano y parecía entusiasmada por su llegada. En aquel instante, por una breve fracción, odió a su hermana y a su hermano (aunque éste no tenía tanta culpa). Tal vez odiar era algo exagerado, lo más acertado es que estaba molesto.

"Eso, divertiros cuando llegue", sabía que iban a dejarlo atrás. Era el niño con el que no era divertido estar porque era... No importaba. Iba a conseguir nuevos amigos. Si su hermana quería más a Van le daba igual. Él tenía a su tío, que era el mejor guerrero del Mundo. A Lebron, que le preparaba para ser un hombre culto, y eso era importante. Al Maestro Blackwater, que le enseñaría a ser un buen guerrero, junto al mejor de todos que era su tío. Y también estaba Larkyn, quien no se aburría cuando pasaban tiempo juntos. Pero habían más niños, y seguro que querrían ser sus amigos. Que Farryn se quedara con Van si tanta alegría tenía.

Esperó la respuesta de su madre a Farryn con la cabeza algo gacha. Al parecer el desayuno le parecía sumamente interesante en aquel momento.

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26/07/2014, 00:14
Ser Byron Morrigen

Cuando la familia termino de acomodarse, la puerta del salon se abrio de par en par. La brisa matinal, cargada de olor a mar y estatica inundo el salon hasta que un par de figuras pasaron a traves del umbral. Eran ser Byron, el maestre Lebron y Larkyn Swyft, que hablaban animadamente. Cada ciertos pasos, el enorme caballero sonreia y negaba, aparentemente muy divertido.

Llegaron rapidamente a la mesa principal, en la tarima. El niño lord estaba sentado en el trono que habia sido de su padre y ahora le correspondia por derecho. A su derecha estaba su madre, la actual señora de la casa que tanto le recordaba a la reina. A su izquierda su hermana, la Luz de Nido de Tormentas.

-Mi señora saludo con una levisima inclinacion de cabeza a Shiera. Luego rodeo la mesa y apreto afectuosa y suavemente el hombro de Arthur, y beso en la mejilla a Farryn antes de tomar su asiento a la izquierda de esta Amados sobrinos. Buenos dias.

Notas de juego

Shiera, cuando pones cabecera de la mesa me imagino queres decir el centro de la misma, no? O sea, en esa epoca esa era la cabecera, el lugar mas importante. Asumo que Arthur esta sentado en el asiento del señor tambien.

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27/07/2014, 18:58
Larkyn Swift

Se acercó sonriente a la mesa y esperó a que Ser Byron y el Maestre ocuparan sus asientos mientras observaba los rostros de los recién levantados. Farryn parecía de muy buen humor y el pequeño Arthur algo confuso, Lady Shiera parecía observarlos, como esperando algo. A unos pasos se detuvo y saludó a los tres haciendo una ligera inclinación cada vez.

-Lady Shiera, Lady Farryn, Lord Arthur. Buenos días a todos. La atención de los tres se centró en los recién llegados y Larkyn siguió hablando sin ser consciente que habían interrumpido una conversación importante con su llegada. Empieza a levantarse el viento, parece que pronto vendrá tormenta, pero de momento puede disfrutarse de un buen día. ¿Saldréis al patio más tarde? Hoy habrá una sesión de entrenamiento especial, no deberiáis perdérosla. No añadió nada más, quizás Ser Byron quería anunciarlo personalmente, aunque Larkyn sospechaba que el único emocionado con aquello era él mismo, Ser Byron seguramente no le daba ninguna importancia, había luchado contra muchos buenos guerreros y entrenado contra muchos más, para él Larkyn no supondría ningún reto, pero la menos intentaría resistir lo máximo posible. Y por la tarde sesión de lectura con el Maestre Lebron. Suponía que Farryn y Arthur también asistirían, seguro que disfrutarían más de aquello que él, eran dos chicos muy inteligentes. ¿Alguien ha visto a Ser Owen hoy? No lo he visto por ningún lado... Larkyn quería decirle lo de su entrenamiento con Ser Byron y pedirle consejo, pero no lo había visto en todo el día. Se preguntaba que pensaría de todo aquello. ¿No le gusta el desayuno Lord Arthur? El niño parecía muy concentrado en su plato pero desde que había entrado no le había visto probar bocado. Puedo ir a por otra cosa a la cocina, yo me comeré eso si no lo quiere. Con el hambre que tenía se comería cualquier cosa. Decidió callarse, el Maestre no se cansaba de repetirle que hablaba demasiado, que debería mantener la boca cerrada más amenudo.

Se quedó de pie esperando no haber sido demasiado entrometido, aunque si por él fuera hubiera seguido hablando. La noticia de la muerte de Ulbric Alkanter se había extendido por todo el castillo y era uno de los temas de conversación de aquella mañana, y suponía que lo seguiría siendo durante algún tiempo. Además que no hubiera regresado no quería decir que estuviera muerto, aunque la mayoría así lo pensaba, y eso daba para muchas especulaciones.

Quizás se escapó y vive entre los salvajes, o lo tienen prisionero, o ha vuelto sobre sus pasos y se ha convertido en un forajido, aunque no creo, no era de los que faltaba a su palabra, se mantendría fiel al negro. Quizás está herido, o perdido, quizás regresó mientras venía el cuervo y otro cuervo esté volando para traer la noticia...

La mente de Larkyn era capaz de imaginar un sin fin de situaciones, claro que no todas eran propias, algunas ya las había comenzado a escuchar a la gente. Y luego estaba el asunto del segundo cuervo, estaba seguro haber visto otro de aquellos pájaros llegar, pero nadie había mencionado nada más. Quizás fuera algo sin importancia, en todo caso no tenía tiempo para hacer más cábalas, ahora debía atender sus obligaciones y después prepararse para el entrenamiento contra Ser Byron.

¿Cuantos golpes necesitará para vencerme? ¿Aguantarle dos ataques será suficiente para salir con mi honor intacto? Está claro que debo aguantarle más de un golpe, si caigo con el primero todos se reirán de mi. Creo que cuatro o cinco harían que me ganara el respeto de todos... ¿Pero y de él? Si le decepciono seguro que me tienen más tiempo leyendo que entrenando, tengo que demostrar que sirvo para ser un caballero.

Agradecía que tras la muerte de Lord Dake le hubieran acogido como pupilo y quería demostrar que podía ser muy útil para ellos, aquel podía ser el primer paso.

Notas de juego

Supongo que formalmente a Shiera y Farryn se las trata de Lady y a Arthur de Lord ¿Verdad?

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27/07/2014, 19:53
Arthur Morrigen

La llegada de los tres distrajo la atención de su obra mañanera que era su plato. Con algo de imaginación el bacon frito navegaba sobre el mar agitado que eran los huevos revueltos. En cuanto notó la mano de su admirado tío sobre su hombro levantó la cabeza y sonrió, pero duró tanto como en sentarse el gran guerrero.

- Buenos días, tío -respondió con voz plana, tal vez algo desganado-. Buenos días, Larkyn. Maese...

"Si le doy un mordisco al bacon será como si se hundiera", y aunque resultaba una buena idea estaba algo desganado como para pinchar aquel trozo y llevárselo a la boca. Afortunadamente Larkyn siempre decía cosas interesantes, pero al igual que a él (pero con otras cosas) Maese Lebron le regañaba por hablar demasiado. No opinaba lo mismo, pero él no era aún un hombre sabio como el Maese.

- ¿Especial? -Pudo apreciarse un atisbo de interés-. ¿Y por qué será especial? -Miró a los tres recién llegados.

La sesión de lectura no era especial, era rutinaria. Pero no se quejaba, le gustaba leer y aprender cosas nuevas. Según el Maese la mente era un arma muy poderosa, y si quería ser un buen Lord tenía que afilarla. Pero no como una espada, eso sería raro, era una meta-algo. No estaba de humor para concentrarse en la palabra.

Negó con la cabeza cuando el pupilo preguntó por el Maestro de armas y luego respondió cuando se interesó por su apetito o falta de éste.

- No, está bien, Larkyn. Estoy haciendo estómago, huele bien -Y era cierto. Las cocineras no tenían la culpa de que su hermana fuera a cambiarlo por Van-. Mira, está bueno -El joven lord contentó a su amigo mordiendo un trozo de bacon y volvió a depositarlo sobre el plato mezclándolo con los huevos revueltos-. Hundido -murmuró.

El sabor y rico olor, antes no apreciado, despertó sus ganas de comer. Comenzó despacio, algo más atento a los presentes que encerrado en su mutismo.

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27/07/2014, 20:18
Farryn Morrigen

Su hermano menor no estaba feliz. Había visto su señal y la había identificado, pero había fallado en atenderla. ¡Es que estaba tan emocionada por volver a ver a Van! Cierto era, sin embargo, que Arthur era más importante para ella de lo que su otro hermano lo era, y eso la hizo lamentar el no haber acudido en su rescate como solía hacer. Ahora parecía triste, y ella se preguntaba si sería por eso. ¡Y luego de que su hermano había despertado de tan buen humor esta mañana Tan pronto el desayuno acabara se aseguraría de ir a hablar con él.

Pensaba en ello cuando por la puerta entraron Ser Byron, Larkyn y el maestre Lebron. Los tres parecían de buen humor, y eso la alegraba. Aunque, por otra parte, eso probablemente sería indicio de que su tío aún no escuchaba sobre Van. No tenía nada en contra del muchacho, pero sabía que le vería una segunda intención a la visita, una que ella se negaba a admitir como posible. Aquella era una idea que le revolvía el estómago. 

Buenos días, caballeros - saludó sonriendo

Recibió el beso en la mejilla de su tío, y lo miró tan pronto se sentó a su lado. Estaba nerviosa por cómo reaccionaría a la noticia, así que no le dijo nada. Esperaría que su madre lo hiciera, era su responsabilidad de todas maneras, y no quería acarrear gratuitamente con las consecuencias.

Larkyn llegó hablando hasta por los codos, como siempre, lo que la hizo reír un poco. Así que habría un entrenamiento especial... Debía estar ahí. Se preguntaba si habrían incorporado a su entrenamiento algún arma fuera de lo común, o quizás alguna técnica novedosa. No se lo perdería por nada del mundo. De todas maneras, si Larkyn alcanzaba a asistir a eso y a las lecciones, también podría ella. 

Miró una vez más a Arthur, que ya parecía de mejor humor. El apetito con el que el chico comía le hizo recordar que ella misma estaba dejando de lado el desayuno mismo, y siguiendo el ejemplo de su hermano, comenzó su desayuno.

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27/07/2014, 23:21
Lady Shiera

Lady Shiera se sintiò un poco màs tranquila al ver la reacciòn de su hija pero con Arthur no parecìa tener la misma respuesta y de alguna manera era lògico, no recordaba ya cuando tenìa esa edad pero sabìa que debìan estar pasando mil cosas por la cabeza de su pequeño hijo pero ya hablarìa con èl y a solas. Iba a responder a su hija cuando aparecieron en el salòn ser Byron y luego el muchacho Swift, la mujer respirò profundo y respondiò a los saludos de cada uno, no sabìa si el maestre habìa hablado con su cuñado pero de todas maneras ella tendrìa que hacerlo tarde o temprano. Asì que tras la breve pero abundante charla del aprendiz, Shiera se volviò hacia su cuñado, ignorando los temas triviales que se suscitaban en la mesa como la comida de su hijo menor.

-Ser Byron...-a pesar de todo no lo llamaba cuñado porque èl tampoco la llamaba asì, al parecer no habìa mucha familiaridad entre ellos.-Estaba contàndole a mis hijos que Van vendrà pronto, posiblemente ya lo sepaìs. Farryn, no sè exactamente cuàndo llegarà vuestro hermano pero si lo sè, serèis la primera en saberlo.

Shiera se referìa a Farryn pero no dejaba de mirar a su cuñado, ademàs, era imposible no hacerlo. Entonces apartò unos segundos la vista para dedicar una suave mirada a su hijo.

-Arthur, vos y yo hablaremos tras el desayuno de algo importante. No os quitarè mucho tiempo, podrèis seguir con vuestros emocionantes deberes de cada dìa.

Nuevamente volviò a mirar a Byron, no es que tuviese miedo pero querìa finiquitar ese asunto con èl, decirle a què venìa Van y por què, aunque fuese como fuese, ella sabìa que para èl serìa una afrenta el hecho de sòlo hacerlo venir.

-Si lo deseàis, tambièn podemos hablar màs tarde pero querìa que lo supieses por mì...

Pinchò algo en su plato pero no tenìa hambre, ademàs, habìa bebido algo con el maestre asì que no estaba con muchos ànimos. Querìa poder dejarle en claro a Byron que su hijo mayor no venìa a quitar el lugar de ninguno de sus hijos y que mucho menos aspiraba a tomar algo que fuese de los Morrigen, fuese en especie o no pero no era el momento y ella lo sabìa. Volviò a levantar la vista.

-Supongo que esto serà una buena noticia para algunos y para otros no tanto pero confìo en que lo resolveremos como lo que somos, una familia.

Entonces mirò a Larkyn y le sonriò, quizàs la primer sonrisa en ese comedor para alguien que no era de su familia.

-Me alegra veros tan animado, quizàs os vea en ese entrenamiento desde el balcòn.

Pocas veces acudìa a los entrenamientos, estaba demasiado ocupada en otras cosas pero podìa concederse algunos minutos.

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27/07/2014, 23:38
Lady Shiera

Notas de juego

Ser Byron, no, yo me referìa al lugar mas importante en la mesa ya que soy la regente hasta que mi hijo estè en edad pero si me equivoco, que me avise el màster y edito el post :).

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27/07/2014, 23:41
Ser Byron Morrigen

Notas de juego

La usanza es que solo el señor (no regente) se siente en el trono de la casa. Eso es cierto hasta para el Trono de Hierro (Cersei por ejemplo es regente de Joff y Tommen y nunca jamas se sento en el). Hacerlo seria una clara provocacion, pero si queres podemos rolearlo asi :P
 

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27/07/2014, 23:45
Lady Shiera

Notas de juego

Pero estamos hablando del trono, no del lugar a la mesa. Bueno, entonces lo cambio y listo.

Tendrà que arreglarlo el director porque yo no puedo editarlo ya.

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27/07/2014, 23:53
Ser Byron Morrigen

-Tampoco es tan especial dijo ser Byron con un florete de la mano, como restandole importancia Solo probaremos a Larkyn en el uso de la espada, lanza, maza y hacha, las armas de caballero.

Cuando al fin se sento, inmediatamente se inclino sobre la mesa para alcanzar una jarra de limonada endulzada con miel, uno de los gustos adquiridos durante su servicio en Desembarco del Rey, y que los criados de la cocina fomentaban para ganar su favor. Una de las pocas cosas que se sabia Byron agradecia sinceramente a su cuñada era el trafico de limones y especias raras, obtenido gracias a las influencias de la dorniense. Tambien se sirvio un pan moreno recien hecho, que humeo cuando lo abrio y lo devoro de unos pocos bocados. Acompaño esto con tocino y huevos, condimentados con picante dorniense espolvoreado.

-Medio hermano corrigio ser Byron a su cuñada cuando el tema del bastardo dorniense salio a charla No hay nada de que hablar, mi señora. No tengo nada contra el muchacho, y mientras el entienda su posicion no hay razon para que no viva aqui: Se lo mucho que usted ha sufrido su ausencia... Mi hermano era un hombre muy duro en ciertos temas.

No dijo mas, y aunque era obvio que la idea no le gustaba no parecia particularmente ultrajado o enojado. Volvio a beber de la jarra de limonada endulzada y engullo un huevo duro de un mordisco antes de limpiarse la boca para volver hablar.

-Y hablando de idas y venidas: ha llegado un cuervo del norte con una noticia algo macabra. Ulbric Alkanter se ha perdido mas alla del Muro. Quizas los Otros lo han cogido y bebieron su sangre caliente...

Esto ultimo lo dijo con una voz grave, haciendo una mueca a su sobrina que estaba al lado. No hacia poco le habia contado sobre el Ultimo Heroe y el fin de la Larga Noche a su sobrino.

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28/07/2014, 16:53
Ser Owen Blackwater

Owen había perdido la noción del tiempo mientras repasaba el estado de las armas y las defensas de la guarnición. Los pasos que recorrían el patio así como las estocadas de rutina que los soldados se lanzaban para entrenar fueron disminuyendo hasta casi silenciarse por completo. Ser Owen dio un vistazo al trabajo realizado: a un lado las armaduras que necesitaban un leve repaso, a otro lado las armas y armaduras en buen estado y, cerca de la puerta, las piezas más destartaladas, llenas de abolladuras, melladas e incluso oxidadas. ¡Eran inutilizables en el entreno de demostración que pronto celebrarían! Debían sacarse de la armería.

Con cuatro zancadas, el maestro de armas se presentó en la sala donde se estaba llevando a cabo el almuerzo. Llegaba tarde y todos los asistentes ya habían empezado. Con un tono de disculpa, saludó a todos los presentes y fue a tomar asiento.

- Ser Byron, todo está correcto. Más tarde ordenaré que reparen aquello que sea necesario.

A continuación se aproximó un plato lleno de panceta y una gran tortada de pan y se dispuso a comer.

 

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28/07/2014, 19:26
Larkyn Swift

Se quedó callado ante la primera pregunta que le hizo Arthur, seguía esperando a que su tío dijera algo, pero asintió y sonrió mientras el pequeño le demostraba lo hambriento que se encontraba aquella mañana.

-Eso está mejor, ya sabes que las cocineras se ponen tristes si se enteran de que no te gusta algo. Y sí, huele de maravilla, estoy deseando probarlo yo también. Si me permiten... Pidió permiso para sentarse pues parecía que nadie tenía ninguna tarea urgente para él y enseguida, quizás más rápido de lo que habría recomendado el Maestre Lebron, estaba llevándose la comida a la boca. !Pues si que está bueno! ¿Estás seguro que te lo vas a comer todo? Dijo riéndose mientras le guiñaba un ojo a Arthur.

Mientras tanto Lady Shiera anunció lo que parecía haber traído aquel cuervo misterioso del que Larkyn no había sabido nada. Estuvo a punto de atragantarse con la noticia del regreso de Van, más por la sorpresa que por otra cosa. Tosió para intentar desatascar el trozo de comida que se le había atravesado en la garganta.

-Perdón. Se disculpó ante el resto mientras bebía un trago de agua. Su cara se puso roja entre el susto y la vergüenza. A Larkyn no le parecía mal el regreso del primer hijo de Lady Shiera, aunque entendía que a Ser Byron no le hiciera excesiva gracia. Y parecía que no era el único a juzgar por la cara que ponía el pequeño Arthur cada vez que alguien hablaba de él. Pero si Ser Byron no se oponía a ello no había porqué preocuparse, además sabía que a su madre y a Farryn les haría mucha ilusión su llegada. En cuanto pudiera hablaría con Arthur, pero aquel no era el mejor momento. Es una buena noticia Lady Shiera. Estoy seguro que... Dudó durante un segundo. ¿Había que darle algún tipo de título a Van? Larkyn no tenía ni idea, tendría que preguntarle al Maestre en cuanto pudiera, entre tanto sería mejor no referirse a él por su nombre. ...Se adaptará enseguida a Nido de Tormentas. Definitivamente aquel era un tema escabroso de momento, sería mejor cambiar de tema antes de que dijera algo de lo que pudiera arrepentirse. Bueno... Ser Byron ya os ha desvelado el misterio, y aunque para él no vaya a ser una prueba especial para mi será todo un honor y un gran reto poder ejercitarme con él e intentar demostrarle mi valía. Miró a Farryn y a Arthur, estaba seguro que no se perderían aquello por nada del mundo y se sintió alagado por el cumplido de su señora. Espero que sea de vuestro agrado Lady Shiera. Pero me enfrento al mejor guerrero del reino, así que creo que no tendréis que permanecer mucho tiempo observando en el balcón, si es que decidís honrarnos con vuestra presencia.

Larkyn se calló y dejó paso al anuncio por parte de Ser Byron de la otra noticia del día: la desaparición de Ulbric Alkanter en una incursión más allá del muro. No pudo evitar reirse ante la última teoría que el caballero dirigió a su sobrina. Estaba a punto de decir algo cuando la puerta se abrió y apareció Ser Owen, parecía cansado.

-Buenos días Ser Owen. ¿Viene de la armería? Si me hubiera avisado habría ido a ayudarle, necesitaré encontrar unas armas de entrenamiento dignas, la última vez creo que me hice más daño yo que el estafermo. Exageró Larkyn haciendo referencia al día anterior cuando una de las espadas de madera que utilizaba para entrenar te partió al golpear contra el muñeco y la punta rebotó y fue a golpearle a la cabeza, todavía sentía el calor del golpe en la sien. Ser Byron quiere comprobar mis progresos en persona y se ha ofrecido a entrenar conmigo hoy. Creo que necesitaré todos los consejos que pueda darme.

"Coge un caballo y sal corriendo" Pensó mientras imitaba la voz de su maestro de armas. No pudo evitar una sonrisa. Pero era un entrenamiento, no un duelo a muerte y sabía muy bien que Ser Byron era tan buen guerrero como para saber controlar sus golpes a la perfección, claro que eso no quería decir que se lo fuera a poner fácil, si en un futuro tenía que proteger a su sobrino no iba a permitir que cualquiera lo hiciera. A pesar de todo Larkyn estaba expectante, aunque se llevara unos buenos golpes necesitaba algo más que un maniquí para medir sus progresos.

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28/07/2014, 20:53
Ser Byron Morrigen

-Os lo agradezco ser Owen. Estoy seguro que gracias a vuestro tutelaje nuestro buen Larkyn no tendra nada de que temer.

Byron rio con ganas, sin embargo, ante las palabras del pupilo. Era una risa contagiosa, refrescante y sin un atisbo de maldad.

-Me halagas chico, pero no soy el mejor del reino y no creo haberlo sido nunca. Ademas, que significa "ser el mejor"? Durante una pelea un poco de pasto en el camino o un reflejo del sol en los ojos pueden ser tu fin. Y eso deberas tenerlo siempre en cuenta si quieres ser un caballero. Conoces la historia de Daemon Fuegoscuro? Era el mayor de los Grandes Bastardos, legitimizados por Aegon IV, llamado el Indigno, y dicen que era el mejor caballero que jamas hubo: Apuesto, diestro en todas las armas pero especialmente en la espada, con la que se dice luchaba como el Guerrero mismo. Se alzo en armas contra su medio-hermano, el rey Daeron II el Bueno tratando de usurpar lo que por derecho le correspondio al Targaryen. Durante la Batalla de los Campos de Hierbarroja, combatio contra un miembro de la Guardia Real durante mas de una hora, y justo cuando salio victorioso, lo mataron a flechazos a el y a sus dos hijos mayores. Entiendes lo que quiero decir?

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28/07/2014, 23:14
Arthur Morrigen

Mantuvo el entusiasmo cuando asintió a Larkyn, y para reforzar que no mentía le mostró el pan con huevos encima. No le gustaba mentir, y tampoco faltar a su palabra. Sí decía que estaba bueno es porque lo creí, ya tendría tiempo en el futuro para saber lo que era omitir algo.

- Tenemos buena comida, ¿a que sí? -No esperaba que nadie contestara porque había escuchado muchas veces por parte de los presentes que la comida estaba buena.

Cuando su madre pidió hablar con él después del desayuno, a solas (recalcó), asintió mientras se daba tiempo para responder escuetamente.

- Sí, madre -contestó tras dejar de masticar. No era de buena educación responder con la boca llena, y era verdad porque le parecía asqueroso ver la comida dando vueltas en la boca. Tampoco le gustaba cuando hacían ruidos raros mientras masticaban, pero eso ya era algo pasable, pero sólo un poco.

Estaban sucediendo dos o tres cosas al mismo tiempo y no era capaz de seguirlas con claridad. Admiraba la capacidad de algunos adultos para hablar de diferentes asuntos con soltura, pero haría su mejor esfuerzo por parecer adulto. De momento ni se le ocurrió mirar cuando su tío corrigió a su madre, pero sí a Larkyn que parecía atragantarse momentáneamente.

"Se fue por el camino viejo".

Aunque pequeño, sabía la historia de Van y su madre, pero aún no tenía muy claro qué pensar al respecto. Entendía los asuntos de linajes, pero más bien como si fuera una lección aprendida como lo era los blasones de las Casas. Tal vez era momento de pensar en profundidad. Lo que estaba claro es que no iba abrir la boca hasta que terminaran con el asunto, ni siquiera para comer.

Sin embargo, la mención de los Otros...

- ¡Eso es asqueroso! -Hizo un mohín-. ¿De verdad tienen esa costumbre? -preguntó entre temeroso y expectante.

La llegada de ser Orwen no evitó que se distrajera de lo inquietante que resultaba escuchar sobre los Otros, pero no por ello debía faltar a su educación.

- Buenos días, ser Owen.

Más tarde escuchó con atención la historia sobre Daemon Fuegoscuro y la Batalla de los Campos Hierbaroja.

"Byron sabe un montón de historias. A la noche le pediré que me la cuente", pensó entusiasmado y miró a Larkyn. Tenía ganas de levantar la mano y llamar la atención de su tío, pero no sería propio responder a una pregunta realizada a otra persona. Aunque si no lo entendía...

- Tío, ¿cuántas horas seguidas puedes combatir sin cansarte? -quiso saber, porque lo que era él se cansaba si estaba más de un cuarto de hora blandiendo la espada de entrenamiento.