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Tormenta de otoño

Las tierras de la tormenta.

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03/07/2014, 11:48
Director

Al sur de las tierras de la corona, al este del Dominio y al norte de Dorne, se extienden los frondosos bosques y la costa barrida por el viento de las Tierras de las Tormentas. Siendo una vez hogar de los violentos y tempestuosos Reyes Tormenta, es ahora propiedad de la casa Baratheon, con todos los banderizos leales a lord Renly. Los hombres
de estas tierras pueden trazar su linaje hasta un rey tan terco como para luchar con dioses, de hecho, tan terco como para ganarles. El territorio está salpicado de colinas con castillos, costas llenas de piedras capaces de resquebrajar barcos, y bosques rebosantes de animales salvajes. Durante siglos de batallas fue la primera defensa contra los Dornienses, y los señores de las Marcas todavía zanjan más discusiones con espadas afiladas que con floridos discursos. Es una región dura, que produce gente dura.
Este capítulo narra la tempestuosa historia de las Tierras de la Tormenta, desde la época de los Reyes Tormenta hasta la conquista de Orys Baratheon, el antepasado del rey Robert. Examina los parientes del rey que gobiernan actualmente estas tierras y Bastión de Tormentas para la casa Baratheon, incluyendo al hermano menor del rey y a Edric, El bastardo reconocido por el monarca.

 

Historia:

Durran I, también conocido como Durran Persardedioses, es el fundador el reino. Una figura legendaria de la Edad de los Héroes, supuestamente se ganó el amor de Elenei, hija del rey del mar y de la deidad del viento. Sus divinos padres prohibieron su relación, pero la pareja terminó por casarse igualmente. La ira de los dioses fue terrible, destruyendo la fortaleza de su yerno en su noche de bodas, matando a toda su familia e invitados. Encolerizado, Durran les declaró la
guerra, y estos contraatacaron sacudiendo sus dominios con tormentas descomunales. Cada vez que el rey construía un castillo para enfrentarse al mar, los dioses lo destruían.

Luchar con los dioses se consideraba estúpido, y los señores y el pueblo de Durran le aconsejaron edificar lejos del mar. Este se negó y exigió que construcciones mayores y más fuertes fueran levantadas para remplazar cada fortaleza perdida. Los sacerdotes le suplicaron que devolviera a Elenei al mar, para apaciguar la ira divina, pero Durran se negó y erigió siete castillos, uno tras otro, retando a los elementos para que los derribara uno a uno. Aunque seis sucumbieron a las olas y los
temporales, el séptimo resistió incluso a la más feroz de las tormentas.

Las leyendas discrepan sobre cómo descubrió el rey el secreto para construir fortalezas indestructibles. Algunos afirman que recibió ayuda de los hijos del bosque. Otros creen que fue ayudado por un chico más listo que todos los arquitectos juntos, el joven que crecería para convertirse en Brandon el Constructor. Todos concuerdan en que cuando Durran demostró que podía construir un castillo que los dioses del mar y el viento no pudieran derribar, la guerra terminó. A pesar de que las tormentas descomunales y el mal tiempo continuaron siendo comunes en la región, ninguna fue tan terrible como las que hubo bajo su mandato. Después de superar la furia del tiempo, el monarca fue nombrado primer rey Tormenta, un título que llevó su linaje durante siglos.

Cuando Aegon el Conquistador fijó su mirada en las Tierras de la Tormenta, dejó la tarea de conquistarlas en manos de Orys Baratheon, uno de sus mejores generales que era a la vez su hermanastro bastardo. Argilac el Arrogante, último de los reyes Tormenta, abandonó Bastión de Tormentas para encararse al ejército de Orys en campo abierto y fue derrotado. El vencedor recibió el gobierno de la región de manos de su hermanastro y eligió casarse con la hija de Argilac para legitimar su mandato. A pesar de retener el nombre de Baratheon, adoptó el emblema y el lema de la estirpe de su esposa. La familia Baratheon se mantuvo unida a los conquistadores Targaryen (que recibían el nombre de Tormenta) y en ocasiones contrayendo matrimonio. Rhaelle, hija de Aegon el Improbable, se unió así a esta línea por casamiento, ofreciéndoles un débil vínculo con el Trono de Hierro. Cuando Robert llevó a cabo la exitosa rebelión contra el Rey Loco, esta tenue relación sirvió como argumento legal de reivindicación para su ascenso al trono. Entregó Bastión de Tormentas a su hermano menor, Renly, y Rocadragón a su hermano mediano, Stannis.

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03/07/2014, 11:52
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Geografia:

Las Tierras de la Tormenta están situadas justo al sur de Desembarco del Rey y el mar de Dorne, con frontera con el Dominio en el oeste y limitadas por el mar Angosto al este. Es una región de escarpadas montañas, frondosos bosques, costas pedregosas e incluyen las Marcas de Dorne. Las Marcas solían ser el campo de batalla entre las Tierras de
la Tormenta, el Dominio y Dorne durante siglos, cambiando de manos más de una vez hasta que este estado sureño pasó a formar parte de los Siete Reinos. Unas pocas islas, incluidas Tarth y Estermont, también se consideran parte de la región, y cualquiera que se encuentre más al este se cuenta como parte del archipiélago conocido como Peldaños de Piedra.
Lo primero que le viene a la cabeza a casi todo el mundo en Poniente al oír hablar de estas tierras, es el imponente Bastión de Tormentas y la peligrosa Bahía de los Naufragios, pero la región es considerablemente más grande y variada que un simple castillo.

Todas las costas desde Desembarco del Rey a Wyl son escarpadas e inhóspitas, sembradas de rocas irregulares y salientes afilados. Son navegables con buen tiempo, pero son mortales durante alguno de los frecuentes vendavales. Un barco puede chocar contra los escollos a la vista del puerto, o incluso puede ser aplastado mientras está allí anclado. Las naves que vienen de cruzar el mar Angosto evitan la mayor parte de la costa de las Tierras de la Tormenta, aunque el Garfio de
Massey puede servir de refugio para los que se dirigen a Desembarco del Rey. Cuando no se ven sacudidos por temporales, las aguas pueden ser sorprendentemente limpias y azules. Las que rodean Tarth son particularmente conocidas por su color celeste dándole por ello el nombre de “Isla Zafiro”.

No hay grandes ciudades en la región. Esto se debe a motivos culturales ya que, aunque muchas de sus divisiones (la Selva y el Bosque Real en particular) son zonas suficientemente fértiles como para abastecer a grandes poblaciones las tradiciones militares locales desaconsejan la construcción de asentamientos extensos, difíciles de defender, lugares que serían objetivo fácil para los invasores. Un gran castillo como el de Puertabronce es un buen ejemplo del tipo de villa que se encuentra en las Tierras de la Tormenta. Varios pueblos pequeños se encuentran a pocos días de viaje, proporcionando sustente a la fortaleza. En tiempos de guerra, el pueblo llano de estos puede refugiarse en Puertabronce, encontrando seguridad dentro de sus murallas. Incluso si un señor no tiene suficiente espacio para todas sus gentes, un grupo de pueblos pequeños componen un objetivo más difícil de conquistar para un invasor ya que un asalto a cualquiera de ellos puede provocar una incursión de las fuerzas del castillo para aplastar al atacante en un lugar diferente.

La mayor parte de las Tierras de la Tormenta son páramos, incluso a un par de días de viaje de la “civilización”. Como resultado, los lugareños son entusiastas cazadores. El bandolerismo no es más común aquí que en otros sitios; hay pocos lugares en donde refugiarse del mal tiempo, y pasan menos caravanas ofreciendo botines. Las Marcas de Dorne son menos bastas, sin casi costas, con pocas montañas, y sufren menos tormentas que las tierras del este. Sin embargo, las luchas habituales a lo largo de los siglos han dado a la gente del lugar el mismo carácter que a sus hermanos de los montes y los bosques, y se mantienen menos pobladas que el norte.

En las Tierras de la Tormenta también se encuentran las ruinas de Salaverano, una fortaleza Targaryen destruida por el fuego en 259 a.C., la misma noche en que nació el príncipe Rhaegar. Construido cerca de la frontera hacia el Dominio y Dorne, el castillo era un lugar de retiro para los reyes de esta casa. Mientras que el heredero recibía el título de “Príncipe de Rocadragón”, un hijo más pequeño podía recibir el de “Príncipe de Salaverano”.