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Tormenta de otoño

Historia hasta ahora.

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03/07/2014, 10:02
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La Era de los Dragones:

Cerca de un siglo antes de que la Condenación les sobreviniera, los valyrios tomaron el control de una pequeña isla situada en Poniente, en la desembocadura de la Bahía Aguasnegras. Los Targaryen, una familia noble de Valyria, gobernaba en la isla llamada Rocadragón, el reducto más occidental del Feudo Franco. Allí vivieron los Targaryen hasta que llegaron las noticias de que el Feudo había caído, dejándoles como los últimos gobernantes valyrios en el mundo.

Mientras los ándalos luchaban por dominar los Siete Reinos, los Targaryen permanecieron en su fortaleza con tropas suficientes como para mantenerse a salvo. Aun así, el astuto y ambicioso Aegon Targaryen comenzó a desear algo más que la simple seguridad. Con un ejército limitado y con su tierra natal desgarrada por las revueltas, Aegon y sus hermanas Visenya y Rhaenys, Se lanzaron a la conquista. Aegon contaba con varias ventajas de cara a llevar a cabo sus propósitos, pues además de la magia y el acero valyrio, tenía algo que ningún otro gobernante de Poniente poseía: los tres últimos dragones.

Las guerras de la conquista:

Un siglo después de la Condenación de Valyria, y trescientos años antes de nuestros días, los Targaryen desembarcaron en Poniente, encabezados por Aegon el Conquistador, sus hermanas Visenya y Rhaenys y sus dragones. Las criaturas recibieron los nombres de los antiguos dioses de Valyria: Balerion, el Terror Negro, cuyos dientes eran largos como espadas; y sus hermanas Meraxes y Vhaghar. Vhaghar, a pesar de ser la más pequeña de los tres, era lo suficientemente grande como para tragar a un hombre montado y su caballo.

La casa Hoare, gobernante de las Islas del Hierro y las Tierras de los Ríos, fue la primera en caer, con el rey Harren el Negro muriendo abrasado en su refugio de Harrenhal, bajo el fuego de los dragones. El Rey Tormenta, Argilac el Arrogante, pereció después a manos del hermanastro bastardo de Aegon, Orys Baratheon. El escenario estaba preparado para la gran batalla final de las Guerras de Conquista.

El ejercito de los dos reyes:

A pesar de sus éxitos, las constantes batallas debilitaban a los Targaryen y exigían demasiado de su ejército. Tan sólo diez mil hombres marcharon con Aegon y sus hermanas, la mayoría soldados y levas poco convencidas, reclutadas en las tierras conquistadas. Los reyes Loren Lannister de la Roca y Mern del Dominio decidieron que había llegado la hora de atacar, y sus ejércitos combinados, más de cincuenta mil soldados de infantería y cinco mil de caballería, cayeron sobre Aegon mientras éste avanzaba hacia el sur. En un principio parecía que la conquista Targaryen había llegado a su fin, pues la carga inicial de los dos reyes había diezmado sus huestes, que huían en desbandada.

Fue entonces cuando los tres dragones aparecieron en el campo de batalla, juntos por primera y última vez. Cuatro mil de sus enemigos, incluyendo al rey Mern, murieron abrasados en lo que se llamó la Llanura de Fuego, y el restó huyó. El rey Loren, dándose cuenta de que su causa estaba perdida, se rindió ante Aegon, quien le permitió gobernar como vasallo de los Targaryen. Aquel día murió la última esperanza de derrotar a los Señores de los Dragones. Poco después Aegon llegó a
Antigua donde, aconsejado por el Gran Septón, lord Hightower abrió las puertas y dio la bienvenida al ejército Targaryen. Éste fue el primer año de la dinastía, y todas las fechas desde entonces se indican como “DA” o “tras el Desembarco de Aegon”.

Sin embargo, los Targaryen no triunfaron en todas partes. Al sur, los astutos dornienses evitaron la batalla, asaltando y acosando al ejército de los señores de los dragones allá por donde pasaban. Finalmente, Aegon se dio cuenta de que conquistar Dorne sería demasiado costoso y permitió al reino mantener su libertad.

La creación de las grandes casas:

Las Islas del Hierro fueron entregadas a los Greyjoy, y las Tierras de los Ríos fueron para los Tully en agradecimiento a la ayuda que Vickon Greyjoy y Edwyn Tully prestaron a Aegon. Orys Baratheon, hermanastro de Aegon, recibió las tierras de Argilac el Arrogante, mientras que a Loren Lannister se le permitió mantener las propiedades familiares, incluida la fortaleza de Roca Casterly, cuando se rindió a los Señores de los Dragones tras la derrota del ejército de los dos reyes.
Harlan Tyrell, mayordomo del rey Mern, rindió Alto Jardín, hogar del difunto monarca, y por ello le fueron entregadas las propiedades de Alto Jardín y del Dominio. Torrhen Stark eligió someterse, aceptando la autoridad del nuevo conquistador. A cambio de ello recibió el señorío del Norte.

El baile de los dragones:

La primera de las tres grandes guerras civiles que desgarraron el imperio de los Targaryen comenzó con la muerte del sabio rey Viserys I, en el 129 DA, al dejarle el trono a su hija Rhaenyra. El comandante de la Guardia Real de Viserys, ser Criston Cole, no soportaba la idea de ver a una mujer subir al trono y proclamó rey a Aegon, hijo del segundo matrimonio de Viserys. La guerra asoló la tierra al unirse todos los nobles a uno u otro bando. El hijo varón del difunto rey, proclamado
Aegon II, parecía haber triunfado cuando su dragón mató a Rhaenyra, pero los seguidores de ésta continuaron luchando bajo el estandarte de su hijo, Aegon III. La mayor parte de los dragones de los Targaryen perecieron en el sangriento conflicto, el cual concluyó en el 131 DA con la muerte de Aegon II y la subida al poder de Aegon III.

Durante su reinado, perecieron los ultimos dragones, pequeños y deformes que se criaron en rocadragón.

La conquista de Dorne:

Dorne había sido durante mucho tiempo una fuente de frustración para los Targaryen. Al ascender al trono en el 157 DA, el joven rey Daeron I marchó hacia el sur, entablando batalla con los dornienses y derrotándolos rápidamente.

La tarea de domesticar el pueblo rebelde le fue confiada al señor de Altojardín, quien pasó mucho tiempo persiguiendo
a los esquivos habitantes, moviéndose de finca en finca y obligando a los señores locales a abandonar sus hogares. Una noche, al tirar del cordón para llamar a una criada, en vez de eso se abrió el dosel de la cama, derramando sobre su cabeza una lluvia de cientos de escorpiones rojos. Al oír las noticias de la muerte del Altojardín, los dornienses iniciaron
una revuelta y, en quince días, expulsaron a los Targaryen y recobraron su libertad, que se mantendría hasta la unión de Dorne a los Siete Reinos por medio de un matrimonio, treinta y seis años más tarde.

En el año 184 DA, el hijo mayor de Aegon subió al trono como Daeron II. Es conocido por la historia como “el Bueno”, y su mandato comenzó bien, ya que consiguió anexionar de manera pacífica el problemático reino de Dorne, casándose con Myriah Martell e importando muchas de sus costumbres a la corte.

La guerra de los reyes nueve peniques:

No fue hasta doscientos sesenta años después del desembarco de Aegon que los Siete Reinos se vieron finalmente libres de los descendientes de Fuegoscuro. Maelys Fuegoscuro, llamado “el Monstruoso” por la presunta segunda cabeza que le crecía del cuello (resultado, dicen los rumores, de haber devorado a su propio hermano en el útero), reunió un grupo de mercenarios, piratas, mercaderes y aventureros conocidos como la Banda de los Nueve, y se lanzó a conquistar Poniente.

ser Barristan Selmy, derrotó a los conspiradores en los mismos Peldaños de Piedra. Maelys cayó bajo la espada de Barristan, y uno de los conspiradores, Alequo Adarys Lengua Dorada, se escapó a Tyrosh donde vivió hasta su muerte seis años más tarde. La banda se disolvió y, una vez más, el Trono de Hierro permaneció a salvo en manos de los Señores de los Dragones.

La guerra del usurpador:

En el año 282 DA, Rhaegar se fugó con Lyanna Stark, dando pie a que muchos, Robert, su prometido el primero, afirmaran
que la había secuestrado. Brandon, hermano de Lyanna, y algunos otros compañeros (su escudero Ethan Glover, Jeffory Mallister, Kyle Royce y Elbert Arryn, sobrino y heredero del señor del Nido de Águilas) cabalgaron hasta Desembarco del Rey para exigir su regreso. Pero la locura de Aerys dominó al Rey, y éste ordenó que apresaran a los jóvenes nobles acusándolos de traición. Después hizo llamar a los padres de los prisioneros, incluyendo al padre de Brandon, lord Rickard Stark. Lord Stark, a su llegada a la Fortaleza Roja junto con los padres de los otros caballeros, exigió un juicio por combate. Perdida completamente la cordura, el rey Aerys eligió que el fuego fuese su campeón y asó a
lord Stark en su propia armadura mientras su hijo miraba sin poder hacer nada. A Brandon Stark lo sentenciaron a la horca, donde murió con su espada a escasos centímetros. El resto de prisioneros fueron ejecutados sin ningún juicio. Después, el Rey Loco mandó emisarios al Nido de Águilas pidiendo a lord Jon Arryn que entregase las cabezas de Robert Baratheon y Eddard Stark. En lugar de obedecer, las tres casas convocaron a sus banderizos y se rebelaron.

Los ejércitos se encontraron donde el Camino Real cruza el río Tridente. Allí, la fatalidad cayó sobre los Targaryen cuando Robert Baratheon mató al príncipe Rhaegar en un combate mano a mano. los Lannister que hasta ahora habían permanecido neutrales llegaron a Desembarco del Rey bajo el mando de lord Tywin Lannister. Tywin había sido tiempo atrás un buen amigo de Aerys y había servido como su Mano hasta que la locura de éste y los agrios desacuerdos entre ambos los separaron. Aerys abrió las puertas de la ciudad siguiendo el consejo del Gran Maestre Pycelle, y permitió la entrada del ejército de Lannister. Pronto se daría cuenta de su error, ya que enseguida se volvieron contra él y saquearon la ciudad.

Desesperado, Aerys ordenó a su Mano, el piromante lord Rossart, prender los almacenes de fuego valyrio y destruir a los Lannister junto con todo Desembarco del Rey. Más aún, ordenó al capitán de la Guardia Real, Jaime Lannister, hijo de Tywin, que asesinara a su padre. En vez de obedecer, Jaime mató a Rossart antes de que pudiera incendiar la ciudad, y después asesinó al Rey.

Robert Baratheon subió al Trono de Hierro y tomó a la hija de Tywin, Cersei Lannister, por esposa. Los demás rebeldes
recibieron su justa recompensa y parecía que los Siete Reinos habían encontrado finalmente la paz, habiéndose deshecho para siempre del azote de los Reyes Dragones.

Rebelión de los Greyjoy

lord Balon Greyjoy de Pyke se proclamó Rey de las Islas del Hierro y mandó a sus hermanos Victarion y Euron a quemar la flota de los Lannister, que se encontraba en aquel momento amarrada en el puertode Lannisport. El triunfo de Balon duró poco, ya que su hijo Rodrik murió en los muros de Varamar, y su flota fue enviada al fondo del marpor las tropas de Stannis Baratheon y Paxter Redwyne.

El rey Robert y sus vasallos cayeron sobre Pyke con sus huestes, destruyendo los muros de la fortaleza y tomando la ciudad tras una feroz batalla. Después de que todos menos uno de sus hijos fueran asesinados, Balon se vio forzado a hincar la rodilla y reconocer a Robert como legítimo soberano. Su hijo Theon fue enviado como rehén a Invernalia,
donde creció en compañía de lord Eddard Stark y sus hijos. Balon Greyjoy, a pesar de haber sido derrotado, nunca abandonó su deseo de ser Rey de las Islas del Hierro, y todavía busca la manera de satisfacer su ambición.

La Actualidad:

Hoy en día, quince años después de la Guerra del Usurpador, nueve añostras la Rebelión de los Greyjoy, y doscientos ochenta y cuatro años desde el Desembarco de Aegon, parece que los Siete Reinos están en paz.

Desde tierras lejanas llegan historias de sucesos extraños y augurios aterradores, si bien a menudo exagerados. El largo verano toca a su fin y con él, dicen los maestres, llegará un largo invierno cuya ferocidad será recordada. En el Norte hay rumores de gigantes y ominosos indicios de que los Otros han empezado a moverse de nuevo, sirviéndose de los
muertos andantes, fríos como el hielo. Al otro lado del mar Angosto se susurra que el príncipe perdido Viserys está reclutando un ejército de feroces bárbaros con la intención de volver a Desembarco del Rey y tomar por la fuerza el Trono de Hierro.

Los adivinos y los sacerdotes de todos los credos anuncian que el verano ha llegado a su fin. Nadie sabe cómo afectará el inminente invierno a los Siete Reinos, pero todo parece estar preparado para un final sangriento, que volverá a traer la ruina a unas tierras de Poniente ya de por sí agotadas por las guerras.