Partida Rol por web

Ithan se quitó la palestina de color rojo que llevaba al cuello, dejandola caer al suelo con cuidado. Tras eso miró al Jurado de reojo, mientras avanzaba hacia su posición, caminando a paso lento, pero seguro y con una pequeña sonrisa en los labios. Cuando llegó al centro, estiró de un tirón hacia abajo el brazo izquierdo, haciendo caer la varita entre sus manos.

Agarró la madera con cuidado, colocando el dedo indice a lo largo de la varita, aferrandola con firmeza. Cuando Asterope llegó, Ithan hizo la reverencia clásica y tradicional. - Buena Suerte, Asterope. - Le deseó con una amplia sonrisa. Se alegraba que fuera con ella, su amiga, con quien hiciera el primer duelo.

Entonces, alzó la varita, colocandose de medio lado y pasando la varita por encima de su cabeza, mientras estiraba la mano libre hacia ella. Era momento de esperar la señal.

Asterope siempre estaba dispuesta a medir sus fuerzas y a practicar conjuros. Y si con esa práctica tenía la posibilidad, aunque remota, de conseguir unos puntos extra, mejor que mejor. Echó un vistazo a la variedad de jueces que se encargarían de evaluarlos. ¿Trabajaba esa gente en Hogwarts? Porque nunca los había visto. Claro que apenas llevaba dos meses en el colegio, obviamente no conocía a todo el mundo.

Cuando le dijeron quién era su primer rival, no supo muy bien cómo sentirse. Por un lado, comenzar con un amigo siempre daba confianza; sabía que iba a estar cómoda. Pero, por otro, conocía las habilidades de Ithan en duelo y tenía bien claro que eran superiores a las suyas, no podía engañarse con eso.

Aun así, eso no impediría que lo intentase con todas sus fuerzas. Se acercó a él y se inclinó haciendo la reverencia propia en duelo-. Gracias, lo mismo digo –respondió educadamente con una sonrisa. Se preparó, varita en mano, para lo que tuviera que llegar.

Ithan esperó a que Asterope acabara la reverencia y estuviera preparada. Mantuvo la varita en alto, esperando a que les dieran la señal para comenzar el duelo. Y en cuanto esta señal llegó, Ithan apretó con el dedo pulgar la varita contra su dedo corazón, y guió con el dedo indice, extendido a lo largo de la varita, la misma hacia Asterope. - Eleccella Fulminis Asterope. - Pronunció, seguro y contundente, lanzando el rayo contra la muchacha.

Si le llegaba a alcanzar, solo esperaba no hacerle daño.

Asterope tenía un hechizo en mente para lanzarle a Ithan, cuando el chico se le adelantó. Sin duda tenía características felinas, poca gente conocía tan ágil y rápida. La pequeña hizo un movimiento con su varita que llegó justo a tiempo-. Fulminis Finite –Apareció en su rostro media sonrisa durante un segundo, al ver cómo el rayo del Gryffindor se desvanecía.

Y no esperó mucho más. En cuanto terminó de lanzar su defensa, ya tenía la varita preparada para el ataque-. Flamine Fulminis –El fuego salió, desde luego, pero tenía la sensación de que, con las prisas, no sería lo bastante fuerte como para abatir a su resistente contrincante. En ningún momento querría hacerle daño, pero sabía que conseguir alcanzar a Ithan no era algo de lo que muchos pudieran presumir. Y, quien lo lograra, tendría una poderosa razón para sentirse orgulloso de sus habilidades.

No esperó menos de su compañera, y Asterope canceló su hechizo sin problemas. La idea de herir a sus compañeros no le hacía demasiada gracia, y cuando vio como el rayo se desvanecía sintio una mezcla de frustración por alargar el combate mezclado con cierta alegría al ver que no le había hecho daño.

Ella tampoco esperó demasiado lanzando su ataque, e Ithan hizo lo que mejor se le daba hacer. Giró la varita ligeramente antes de apuntar hacia aquellas llamas que acababan de aparecer de la varita de Asterope, y parecieron chocar contra un muro invisible, para acto seguido, desvancerse.

Ithan mantvo la posición, apuntando a Asterope con la varita e intentó lanzar su conjuro. Pero no dijo palabra, y aquello provocó que el hechizo simplemente, no saliera. ¿Qué? No puedes dudar, Ithan, esto es un torneo y va de hacer daño a tu oponente, aunque sea tu amigo. Se recordó, ya preparandose para defenderse del siguiente ataque de Asterope.

Sin duda ambos contrincantes parecen estar a la altura de la situacion. dijo Bane, al ver como los conjuros de ambos desaparecian, sin mas.-Me temo que no hay un claro ganador para esta ronda. Continúen.- dijo, solemne y con un tono neutral y pausado, esperando a que otro juez corroborara lo dicho por el centauro.

En cuanto el centauro les dio la señal, Asterope estaba esperando el siguiente ataque de Ithan con la varita preparada cuando vio que no salía ningún rayo. Increíblemente no había conseguido lanzar su hechizo. Estaba deseando volver a poner a prueba sus habilidades defensivas, pero no tuvo oportunidad en esta ronda.

Así que se lanzó ella al ataque, con un conjuro diferente, que se le daba bien y con el que esperaba recibir algo de ventaja frente a las defensas de su rival-. ¡Agotattem! -pronunció al tiempo que sacaba una hebra de lana de su bolsillo. Vio cómo se consumía fugazmente al tiempo que el potente rayo iba directo hacia su contrincante.

Ithan vio que Asterope no pensaba igual que él, y que en un torneo, el concepto de amistad debía dejarse a un lado cuando, después de que el conjuro no le saliera, ella volvió a atacar sin previo aviso, mientras él aún se preguntaba si debía o no hacerle daño a su amiga. Levantó la varita como la profesora había indicado, pero el conjuro de Asterope fue demasiado potente, y le alcanzó.

Sintió como las fuerzas le abandonaban, como si hubiera estado todo el día corriendo escaleras arriba y abajo, y clavó una rodilla en el suelo, apoyandose con la mano libre, cansado como estaba. Vamos Ithan, levántate.

Bane observó como la niña serpiente decidió dejar a su contrincante fuera de combate. Sin embargo, el conjuro elegido no sirvió para herirlo asi que Bane, de pie, se dirigio a los contrincantes:

-Continuad. Sin sangre no hay victoria. -dijo, solemne, mientras esperaba a que los dos chicos continuaran el duelo.

-La ventaja es para la chica Slytherin. Por favor continuad. Demostrad vuestra valía.

Asterope no podía creer que por fin hubiera penetrado en las defensas de Ithan. Eso le daría ventaja por fin para atacar primero. Por otra parte, esperaba no haberle hecho tanto daño como a otra gente cuando lo había lanzado. Sabía que su Agotattem había sido mucho más fuerte de lo habitual. Cuando los jueces dieron su visto bueno, se preparó para el siguiente asalto:

- ¡Eleccella Fulminis! -De la emoción por su anterior hechizo, lanzó un Eleccella estupendo... sin control. En lugar de atacar a Ithan, acabó chocando contra una de las paredes del recinto. ¡Qué tonta soy! Por fin hago un conjuro de duelo decente y se me olvida apuntar.

Ithan apretó el puño, aun con la rodilla clavada en el suelo, volviendo a razonar como era debido. Parpadeo un par de veces, centrando la vista en el suelo y lentamente, se puso en pie, aun algo aturdido y estirando el brazo hacia Asterope, con intención de defenderse cuando el rayo paso junto a él, impactando en la pared. La chica había fallado, pero el ataque iba hacia él, aprovechando que estaba en el suelo.

Aun no estaba centrado del todo, cuando apuntó con su varita a Asterope- ¡Flamine Fulminis! - Gritó, pero el rayo no salió con tanta fuerza como a él le habría gustado. Estaba acostumbrado a los duelos, y a disfrutar de estos, no sabía porqué este se le estaba atragantando.

Por supuesto, Ithan no necesitó defenderse de nada. Aún insultándose a sí misma, vio cómo el Gryffindor lanzaba su contraataque, aunque no parecía tan potente como otras veces. ¿Seguiría aturdido? Era una ventaja, sin duda, aunque le gustaba defenderse de los ataques potentes de su amigo. Cuanto más difícil es una tarea, mejor sienta sacarla bien... Si la sacas bien, claro.

- ¡Fulminis Finite! –Antes de llegar a mitad de camino, el rayo ya había desaparecido. Atacando no seré muy buena, pero estoy que lo tiro con mis defensas. Sonrió a Ithan en cuanto acabó. Estaba siendo un combate interesante y esperaba que él lo estuviera disfrutando tanto como ella.

Aquel duelo, desde luego, estaba resultado de lo más reñido. Bane asintio, complacido y señalo con una mano abierta a los contrincantes- Siguiente ronda. - dijo, sencillamente, sin que tampoco en esta hubiera un claro vencedor.

Erasmus se presentó ante los contrincantes tras el habitual puf provocado por el traslador. Después de que el centauro hablara asintió con expresión aburrida.

-Dama y caballero estoy seguro de que lo pueden hacer mejor, comenzad con la siguiente ronda y a ser posible ponerle más empeño que de seguir así no acabamos-agregó el profesor al ver lo igualado que estaba aquel duelo.

Asterope iba cansándose poco a poco. Ya llevaba bastantes conjuros lanzados y nunca había estado tanto tiempo duelando con alguien. A pesar de lo mucho que le gustaba el combate, no podía negar que deseaba que terminara ya, pues necesitaba un respiro y comer algo para reponer fuerzas.

En cuanto Erasmus y Bane les dieron permiso para seguir, volvió a alzar su varita para apuntar a Ithan-. Crystallus Fulminis -No había estado mal, aunque no estaba segura de que pudiera tener éxito con él. Su única oportunidad era que Ithan estuviera tan cansado como ella y no le diera tiempo a defenderse bien.

Cuanto más tiempo pasaba, más se olvidaba Ithan de estar rodeado de gente que lo observaba y estudiaba que hacía, para centrar toda su atención en Asterope. Ahora si estaba comenzando a disfrutar del combate, viendo a Asterope no como ella si no como un objetivo al que derrotar. En cuanto ella le apuntó con la varita, Ithan no dudó en señalar la varita de Asterope, pronunciando el contraconjuro en un susurro. - Fulminis Finite. - Susurró, y el hielo apenas le dio tiempo a formarse en la varita de la chica.

Sin esperar un segundo, sin dar más tiempo, mantuvo la varita alzada hacia ella. - Flamine Fulminis. - Y esta vez, el conjuro salió con más potencia que los anteriores en dirección a la niña.

No le extrañó ver a Ithan superando de nuevo su hechizo. No solo tenía una estupenda defensa, sino que también parecía que, en lugar de cansarse como ella, tenía cada vez más energía.

En cuanto lanzó el Crystallus, Asterope había bajado la varita un segundo casi inconscientemente, pues le dolía ya el brazo y necesitaba respirar. Pero hizo mal. Ese segundo le habría venido de perlas para conjurar a tiempo su defensa-. ¡Fulminissssss... Au! -Antes de pronunciar la segunda palabra, el Flamine ya había impactado en su pierna, haciéndole una leve quemadura, que le empezó a picar bastante. Aún quedaba esperar el veredicto de los jueces, aunque tenía la sensación de que ese duelo estaba ya acabado.