Partida Rol por web

Ya estoy en la semifinal, la victoria está a la vuelta de la esquina. Hasta ahora he conseguido sobreponerme y ganar todos mis combates, pero sólo los mejores llegan hasta aquí. No puedo confiarme si quiero vencer.

-Que gane el mejor- digo con cara seria a mi oponente. Ya sé cual va a ser mi primer pokémon, uno que todavía no ha pisado el campo de batalla y seguro que lo está deseando -¡¡Vamos allá, adelante Shroomish!!

Hiromi observó a todo el mundo que lo rodeaba. No esperaba que fuera a llegar a la semifinal, pero verse allí le hizo confiar en sí mismo. Mirá a todos los espectadores que lo obervaban, no podía creerse que había llegado tan lejos. Además, la suerte le había sonreído, porque de no haber sido por el abandono de Hanzo, era muy probable que no hubiera llegado hasta allí.

Pero eso no le hacía menos merecedor de su puesto, al contrario. Todo aquello también era una dura batalla mental y el cansancio y agotamiento hacía que muchos entrenadores sucumbieran ante la presión. Hiromi no era así. Hiromi era valiente y testarudo, y si se había planteado llegar hasta el final así lo haría.

Esta vez no dudó ni un instante en su decisión, tomó su pokéball y la lanzó direcamente al aire dejando escapar a su Sandile. Hasta ahora le había dado buenos resultados su estrategia, y no encontraba motivo alguno para cambiarla. ¡Adelante Sandile! ¡Ya sabes lo que hay que hacer!

Shroomish y Sandile, dos pokémon opuestos salían a la arena de combate. Con fiereza y determinación, ambas craituras se miraron. La ventaja de tipo estaba con Dave, pero si algo estaba claro es que Hiromi no estaba alli por puro azar. Los combates de ambos entrenadores habían dejado al público espectantes y ansiosos de ver este encontronazo.

¡Maldición! Gritó Hiromi al observar que sí quería ganar aquel combate debía ser mucho más habilidoso que Dave, puesto que aquel pokémon tenía una soberana ventaja respecto del suyo. Lo que tenía que hacer lo tenía claro, pero que aquello saliera bien ya no.

Debía ir pensando en cuál sería su segundo pokémon, porque Sandile tenía los minutos contados, aunque todo lo que fuera empezar a debilitarle, sería un trabajo que se ahorraría más adelante.

¡Adelante, Sandile! ¡Actúa con rapidez! Abre bien tus mandíbula y pégale un buen mordisco.

No pedo evitar sonreír al ver que tenía ventaja nada más empezar la batalla. Un pasito más cerca de la final, perfecto.

-Shroomish, tienes las de ganar pero no te confíes ¡Acaba rápido con él con gigadrenado!

No merece la pena andarse con rodeos, tengo que acabar con ese Sandile ahora que tengo ventaja. Sin embargo, nadie llega a la semifinal sin tener ases bajo la manga, veamos con qué nos sorprende Hiromi...

Hiromi acababa de anunciar lo complicado que lo tenía en este primer encuentro. Estaba claro que la debilidad de su Sandile frente al Shroomish de Dave le había dejado un poco tocado, pero el público rápidamente empezó a aplaudirle y animarle. No porque quisiera que ganara Hiromi, si no porque si el entrenador se desanimaba, el espectáculo no merecería la pena y no estaban allí para no ver nada emocionante.

La velocidad de Sandile hizo que se moviera el primero Shroomish apenas podía distinguir a su rival entre tanto movimiento, así que menos pudo esquivar el potentísimo triturar que su rival le asestaba. Pero, a pesar del dolor, Shroomish sabía que era su oportunidad. Ambos pokémon empezaron a brillar, y la luz emitida por Sandile empezó a pasar lentamente al cuerpo del pokémon planta. Mientras su gigadrenado le iba sanando las heridas, al pokémon cocodrilo le iba debilitando.

Hiromi pudo ver como su pokemon poco a poco iba sufriendo terribles heridas. No podía dejarle seguir luchando bajo esas condiciones, así que aunque fuera arriesgado, prefirió cambiar de estrategia.

¡Vuelve, Sandile! No quiero que sigas sufriendo de este modo. Gritó Hiromi a su pokémon.

Después tanteó entre sus pokéball y pensó en su siguiente objetivo. Veamos de lo que eres capaz, aún no has demostrado lo poderoso que eres. ¡Es tu turno, Pawniard!

Hiromi ha cambiado de pokémon. Buena decisión, es lo mismo que hubiera hecho yo. Ahora nos enfrentamos a un Pawniard, va a ser duro de pelar pero esperaba un pokémon de tipo fuego o volador. Lo que está claro es que no va a servir la misma estrategia que contra Sandile.

- ¡¡Duérmelo con tus esporas Shroomish, que no de un paso más!!

Hiromi, antes de que Sandile sufriera más, decidió cambiar de pokémon y estrategia. Llamó a su pokémon a la pokéball y sacó rapidamente a otro. Pawniard, un pokémon que todavía no había usado en el torneo, salió al campo de batalla. Sus afiladas garras chocaron entre ellas, demostrando la energía que tenía de combatir.

Pero esa energía se extinguió rápido, muy rápido. Shroomish sería más lento, pero parecía más efectivo. De su cabeza empezaron a salir esporas que inundaron el campo de batalla. Pawniard no pudo hacer nada contra ellas, y cayó al suelo, dormido.

Esta batalla va a ser larga, y esa es la especialidad de Shroomish. 

-¡Ya lo tienes Shroomish, ahora usa drenadoras!- Mientras el enemigo aguante un poco dormido, no habrá problema

Hiromi resopló. No conocía ese ataque, jamás había visto a un pokemon con semejante habilidad para dormir a su rival, lo que implicaba que aunque se despertase, tendría que ser suficientemente rápido para derrotarle. Y eso era algo que veía complicado. Hiromi estaba empezando a perder la esperanza en aquella batalla, pero haber llegado hasta la semifinal le había sentirse contento.

A pesar de ello se negó a rendirse tan fácilmente. ¡Vamos Pawniard! ¡No vamos a rendirnos tan fácilmente! ¡Despierta y acaba con él de un golpe! ¡Sé que puedes hacerlo!

Shroomish estaba preparando sus drenadoras cuando, para sorpresa de todos, Pawniard se puso en pie, enfadado por haber sucumbido tan rápidamente al poder de su rival. Sus afiladas garras se pusieron negras mientras se lanzaba contra el pokémon planta, asetándole dos buenos cortes. Pero no eran normales, si no que estaban llenos de veneno, que penetraron en el pequeño cuerpo de Shroomish, debilitándolo lentamente.

Pero, para contrarrestarlo, el pokémon lanzó sus drenadoras. Estas semillas volaron hacia Pawniard. Chocaron en su cabeza y se abrieron, enredándolo y absorbiendo su energía poco a poco.

Hiromi Shaan sonrió ante aquel golpe de suerte. No solo Pawniard se había sobrepuesto a las esporas del pokemon rival, si no que encima había sido capaz de encajarle un duro golpe hasta tal punto que lo había dejado gravemente herido y también debilitado. Estaba de suerte, con un poco de esperanza lo mismo hasta lograba dar la vuelta a aquel combate.

¡Vamos Pawniard! Lo estás haciendo francamente bien y confío mucho en ti. ¡Encájale un nuevo golpe tal y como lo has hecho hasta ahora!

¡Adelante!

En un segundo, la situación había cambiado totalmente. Parecía que Shroomish controlaba la situación aunque no fuera la mejor, y de repente estaba al límite de sus fuerzas y envenenado. La suerte cada vez sonríe a uno, y esta vez no soy yo. 

-No pasa nada Shroomish, inténtalo de nuevo ¡Esporas!- tanto mi pokemon como yo sabíamos que no iba a aguantar un turno más, pero no iba a retirarse sin darlo todo sobre el campo de batalla.

Pawniard había dado la vuelta al combate al despertarse tan rápido del ataque Esporas de Shroomish, y ahora le tenía contra las cuerdas. El pokémon planta estaba muy debilitado, pero aún así no se rendía. Frente a él, Pawniard iba reduciendo sus puntos de salud por las semillas que tenía enlazadas en su cuerpo, pero sus cuchillas brillaban con fuerza.

Y así lo demostró. Se lanzó con un gra movimiento contra Shroomish, que empezó a sacudirse, intentando dormir de nuevo a su rival. Pero Pawniard llegó a tiempo y le lanzó otro Puya Nociva, que lo debilitó inmediatamente, dejando a Dave con un pokémon menos.

Shroomish había caído, y ahora yacía debilitado en el campo de batalla. No podía seguir mirando esa imagen más tiempo, así que volví la cabeza mientras le hacía volver a su pokeball.

-Lo has hecho muy bien, Shroomish. No podías haber estado mejor. Ahora toca descansar- Ese Pawniard es un rival temible. Si quiero librarme de él, voy a tener que sacar la artillería pesada- Siento no darte tregua, pero te necesito una vez más. ¡¡Adelante barboach!!

-Acaba con él, ¡¡Terremoto!!