Partida Rol por web

Sebastian intento convencer al encapuchado mientras se acercaba al brasero. -Bien, pues ya veis que pareçe que o nos vamos todos o no se va nadie. Le hemos cogido cariño a la mançeba. Os mereçe la pena? Si nos dejáis irnos a todos nos iremos en pax.

Mientras que hablaba Sebastian se acercó al brasero de la sala (Acción 1) y le lanzó unas brasas encendidas al encapuchado (Acción 2). (A menos que acceda el encapuchado a dejarnos ir con Xertrude, que entonces no haría nada).

El encapuchado parecía hacer caso omiso a las palabras de Xertrude... pero también de Sebastián, con eso de dejarles ir. Mientras el hombre de la capa se lanzaba contra el barbero-cirujano, Caitán parecía que podía mover de nuevo los dedos y piernas y brazos, y brincar libremente otra vez.

El encapuchado levantó el garrote y se apresuró a golpear a Julián... El impacto del garrote en el pecho del barbero lo hizo que éste se desviara hacia atrás, y notó como por segundos le faltó el aire... Acto seguido cayó hacia atrás, golpeándose contra el suelo, y quedó allí tendido en medio de la oscuridad de la sala rocosa.

Sebastián, finalmente, mientras el tipo golpeaba a Julián, se acercó a las brasas, tomó una pequeña pala para echar picones y carbones, y recogió las primeras brasas de la lumbre. El rostro del caballero comenzó a sudar más de la cuenta, pero con tino, logró lanzarle las dichas brasas sobre el hombre. Éste, además, al ser corpulento y estar bañado en aceite, comenzó a arder desmesudaramente. La capa que llevaba logró avivar el fuego sobre sí, y pudísteis ver su rostro por el reflejo de las lenguas de fuego que crecían de sus hombros y espaldas hacia arrba...

Acto seguido comenzó a chillar como una bestia que no era de este mucho, aunque sus gritos era igual de terroríficos que los de Julián por el puro dolor. Por mucho que intentaba apagar el fuego sobre sí revolviéndose de un lado para otro, no podía apagarlo. Tras un rato dando vueltas como un loco en la sala, éste acabó por caer al suelo (quizá inconsciente) y su cuerpo quedó ardiendo durante unos instantes hasta que, inevitablemente... pereció.

Finalmente Xertrude cayó al suelo, pues su cuerpo había dejado de experimentar parálisis, pero al momento se levantó renovada.

Sebastian no pudo evitar el terrible impacto del encapuchado a su viejo compañero, y se estremeció al escuchar el crujido de su espalda, así que corrió como buenamente pudo por sus heridas junto a Julián y le sentó apoyado en la pared de la roca.
-Habéis sido un valiente enfrentándolos a tamaño engendro. Ahora descansad y después os llevaremos al mejor quirurjano del campamento para que revise vuestra espalda.

¿Un valiente? Un necio más bién.
por Dios que poco podría hacerse por Julián, sería un tullido el resto de su vida. Con un poco de suerte su señor se apiadaría de él y le mantendría por caridad hasta el último de sus días. Sin poder casi ni hablar cerró los ojos e intentó pensar lo menos posible en su estado.

Cuando recuperé la movilidad iba a ir a por la armadura, pero viendo como se desarrollaron los acontecimientos me paré,ví al tipo arder y retorcere por el suelo y cuando ya estaba muerto, sostuve la laza de nuevo  y se la volvía a clavar en la cabeza, solo para estar seguro.-Arde hideputa, arde-Después me arrodillé junto a Julian-¿Estáis bien?-era evidente que no lo estaba, pero poco más podía hacer. Luego lo intenté cogerle para llevarlo al campamento, me gustaría revisar todo cuanto allí había, pero ahora era más importante llevar a Julian a la tienda y buscarle un médico.

Menos mal que al fin alguien decidió usar el aceite que embadurnaba su capa y acabar con este ser, pero eso no significaba que todo estuviese bien, Sebastián herido y quemado y Julián sin poder moverse, que podía pasar más?
-amigos no se vosotros pero yo no me fio de este ser, se que suena salvaje e innecesario, peroooo que os parece si le cortamosla cabezapara asegurar del tod su muerte, después de lo que he visto ya no me fío de nada
Despues de eso me acerco a Julián y le doy un beso en la frente
Gracias por defenderme-me giro y miro al resto del grupo y con una sonrisa..-y a vosotros también, gracias por todo,
que hacemos ahora, vamos al campamento y traemos a los jueces y a los galenos? O
Vamos a la tienda de ese bastardo y le prendemos fuego con él dentro??-digo indignada pues considero que todo lo que nos ha pasado es culpa del maldito caballero

Sebastian se disculpó con Xertrude, poniéndose colorado en el proceso:
- Disculpa por lo que comenté de ti, solo intentaba que no tuvieras interés para el diabolista y así poderte rescatar sin tener que pelear. Nunca te habríamos dejado en manos de esa bestia.

Una vez dicho eso, reflexionó un poco y replicó a Capitán y Xertrude:
- Creo que deberíamos registrar esto,
buscar pruebas que incriminen al caballero Asbert y buscar algo para poder transportar a Julián hasta el campamento. Yo no estoy en plenas facultades y no sé si vosotros podréis todo el camino con él.

Tras ello Julián buscó el medallón que había arrancado al diabolista y tras examinarlo, lo arrojó al fuego. Era un instrumento del diablo y así no se haría más mal con él.

Finalmente recordó como había empezado todo:
- Podéis contarme qué pasó en la tienda de Asbert? Visteis algo? Dijisteis algo de serpientes

Está bien-ayudé de nuevo a recostarse a Julian y primero fuí a la cabeza del encapuchado, con el cuchillo se la intenté cortar. No sabía si una vez muerto seguiría siendo inmune a las armas.-vimos un cesto lleno de serpientes. Pensé que se las tirarían a los caballos para descabalgar al jinete...pero viendo todo est, lo mismo era parte de un hechizo o esconden algo.

en ese momento entraron los guardias y no pudimos encontrar nada, pero como dice Caitan podría ser un hechizo o esos bichos guardar algo.
También esta el asunto de como hemos llegado hasta este punto; no soy muy sabia en estos temas pero en vez apresarnos y llevarnos a las autoridades del torneo, directamente nos quisieron asesinar, luego la armadura aqui colgada cubierta de sangre y ese bruto que no sabiamos que hacía con ella

Me pongo a rebuscar por la cueva por si veo algo que me de alguna pista

Tras reparar en Julián y comentar entre todos vosotros lo que vísteis en la tienda de Asbert de Claramunt (las serpientes en el cesto, y un par de armaduras impecables), os dísteis cuenta que tales armaduras que tenía allí eran... idénticas a la que colgaba de cadenas de la cueva. Sebastián arrancó el medallón y lo arrojó a las placas, Xertrude quedó pensando en si cortar la cabeza (aunque se le veía completamente muerto al encapuchado) y Caitán quedó observando también, al igual que sus compañeros, el oscuro lugar. Tras no ver más que aperos de herrero (tenazas, yunque, fragua, cubetas, aguas calientes y demás), reparásteis en la armadura. ¿Porqué sangraba? Tras alumbrarla con una pequeña vela que el encapuchado tenía sobre una tabla, iluminásteis los cordones que sujetaban entre sí las placas. Tras deshacerlas una tremenda visión os aterrorizó: la armadura sangraba porque dentro de ella había... un cuerpo... y era de mujer. Una mujer acuchillada, embadurnada en sangre y completamente blanca y morada aguardaba allí, cuyo cadáver debió haber perecido en ella y mucho tiempo atrás. ¿de qué iba todo aquello?
No tuvísteis tiempo de pensar en nada más, aquella locura hizo que sólo tuviéseis ganas de salir de allí...

Y así lo hicísties. Lo único que pudísties encontrar en aquella cueva para mover a Julián eran las mantas pesadas que debían ser de aquel siniestro tipo. Unas mantas gruesas que podían ser llevadas estirándolas. Por supuesto, llevar así a un cuerpo pesado como el de Julián (que ahora no tenía movilidad en brazos y piernas, era harto complicado).

Y en vuestra vuelta, que era excesivamente lenta, MUY lenta, comenzó a hacerse de noche... (y aún no habíais llegado a la ciudad de lienzos, donde vuestro señor, muy a su pesar, se estaría preguntando dónde estaríais...)

Sebastiano miró al cielo, cada vez más oscuro y tras ello a Xertrude Xertrude, si os convence la idea, creo que sería mejor que os adelantaríais y pidierais ayuda.
Mirad, veis estas marcas en los árboles le dijo enseñándole unas pequeñas rascadas a la altura de su cintura.
No soy experto en orientación así que a la ida fui marcando todos los árboles para poder volver en caso de perdernos.
Sólo tenéis que seguir el camino de árboles marcados y llegaréis a la ciudad de los lienzos.

No me gusta la idea de sapararnos pero creo que es lo correcto, estamos en un bosque y se está haciendo de noche, si las cosas tenían que salir mal, hoy era el día.
Miro a Caitan y cojo el arco,
que muchacho nos adelantamos y buscamos ayuda? Y otra cosa, a quien pensais que debemos recurrir a nuestro señor, que esta embelesado con su idolo o a los jueces que ya piensan que ese caballero no es trigo limpio?

Antes de dejar la cueva le corto la cabeza al tipo, le saco la lanza y ayudo con Julian

Cuando llegamos al punto digo-No creo que debamos separarnos, mejor montar guardias y esperar al alba....pero no soy yo el que manda.-Digo mirando a don Sebastian y antes de que Xrtrude se meta en el bosque , de noche, sola, sin una luz.

Sebastián se sentó sobre un tronco caido en el bosque:

-Xertrude, vos sois la experta en bosques y vuestra es la decisión. Tenéis una vela*, y sois experta en este terreno. La salida al mismo se encuentra siguiendo las señales en los árboles que hice a la ida. No me gusta la idea de dejar a Juan toda la noche aquí sin que lo vea un médico. Yo tampoco estoy en muy buenas condiçiones, por lo que si te vas, tendrá que ser sóla por si nos ataca alguna fiera salvaje mientras esperamos contemos con Caitán y conmigo mismo para defender a Julián. Si pensáis que lo adecuado es ir rápido a pedir ayuda, hacedlo y os esperaremos aquí. Si creeis más prudente esperar a mañana, haremos todos campamento aquí.

Despues de rumiarlo un poco lo más sensato es ir al campamento lo antes posible, además por luz no hay problema por que llevo mi candil.
-ire sola, entre julian que necesita ayuda lo antes posible y vos que no estais en plenas condiciones, no es plan aventurarnos todos por el bosque,que sufriremos seguramente algun percance y el estado de vosotros dos empeore.
Además si Caitan viene conmigo y sufris algún ataque no estais capacitados para defenderos,así que si a nuestro noble amigo no le importa, prefiero que espere aquí por seguridad.
Pero vuelvo a realizar la pregunta nuevamente, a quien pensais que es más adecuado recurrir, a nuestro señor o a los jueces?
Yo creo que es mejor pedir auxilio a los jueces y así pueden ver las pruebas de lo que se fraguaba cerca de su campamento