Partida Rol por web

Tras el diente de Dragón

Escena I: La princesa de Cornualles.

Cargando editor
10/04/2012, 20:29
Gwalch

- ¡¡ Nenúfar!! - gritó Gwalch desde la puerta. Parecía preocupado - ¿Estás bien??

Cargando editor
10/04/2012, 20:37
Goblin

- ¡¡Dile que sí!! - dijo la extraña criatura - Al fin y al cabo, es la verdad, ¿no?

Como si fuera tan evidente...

Cargando editor
10/04/2012, 20:40
Director

Adrien gritó, asqueado, cuando el armiño se encaramó para lamer la sangre que había manchado sus mejillas. Trató de quitárselo inútilmente, pues el animal trepaba por sus hombros y saltaba de su regazo a la silla esquivando los manotazos con extraordinaria inteligencia (para un animal). El pescador se levantó y se sacudió, y finalmente el armiño se sentó a pocos pasos frente a él, esperando que se calmase.

Los gritos poco a poco se fueron calmando, transformándose en quejidos suaves y sollozos.

Fuera había dejado de nevar. Tan rápido, tan extraño en Cornualles...

Cargando editor
12/04/2012, 23:36
Harald Sigurdrson

-Vannlilje! –la mano de la muchacha se escurrió entre sus dedos antes de que pudiese asirla, y su puño se cerró sobre la nada. Quiso gritar, quiso pedirle que no se fuese, pero en su lugar se mordió los labios hasta hacerlos sangrar. Ciego y desvalido, abandonado y angustiado, seguía siendo Harald Sigurdrson, un temible ulfsark, y nadie diría que había tenido miedo, ni menos aún que había suplicado.

Un momento después oyó la voz del druida y sintió sus manos palpándole la cara. Su primer impulso fue encajar un puñetazo entre aquellas manos, pero el timbre del joven le detuvo. La serenidad de aquella voz habría apaciguado a un toro. Luego las manos recorrieron su cara, y el tacto de los dedos se tornó frío sobre su frente. Un fresco sabor a menta llenó su boca, y parpadeando aliviado entre lágrimas y sangre vio el rostro sonriente de Gwalch.

-Doy grracias a tus dioses, joven godi –murmuró agradecido colocando las manazas sobre sus hombros.

Observó cómo a su alrededor otros gemían, y mientras el desconocido del armiño iba de aquí para allá, buscó a Nenúfar con la mirada. Tras la voz de una mujer, recordó, y al oír el reproche del hombre del armiño se abalanzó a recoger sus armas. Con las manos y el rostro aún rojos de sangre se apresuró a colocar en su sitio todo su arsenal, siguiendo las idas y venidas del extraño. Luego, con un hacha pendiendo mansa de su mano, avanzó hasta encararse con él.

-¿Sabes tú dónde ha ido? ¿Qué peligrro corrre? ¿Dónde está? –interrogó al hombre.

Sin apenas detenerse se encaminó hacia la puerta con un bufido. Si había nieve, sería posible seguir el rastro.

Cargando editor
13/04/2012, 09:19
Gwalch

- ¡¡ Nenúfar!! - gritó Gwalch desde la puerta - ¿Estás bien??

Cargando editor
13/04/2012, 22:42
Nenúfar
Sólo para el director

-¿Quién er..- no llegó a preguntar Nenúfar a la mujer, sus palabras la dejaban helada “estás en peligro” Nenúfar no entendía nada, era obvio que había visto a su hermano, todo los que lo conocían  no podían discutir el parecido. Fue cuando desapreció dejando un rastro violeta, cuando Nenúfar se sintió amenazada, “Que quería decirle la mujer, estaba en peligro” pensó.
- ¡Ejem! Tenemos un problemilla. Y ella dijo que nos ibais a ayudar. – Todavía mas sorprendida, Nenúfar no pudo reaccionar al trasgo que tiraba de su capa. La joven sabia de ellos, pero nunca había visto uno, su aspecto  era tan mágico, como sacado de las leyendas que se contaban a los niños.
Sin mediar palabras con el trago, escuhó la voz del hermano y al mismo tiempo respondiendo el trasgo - ¡¡Dile que sí!!  Al fin y al cabo, es la verdad, ¿no?
-E..Estoy bien! – Respondió a su hermano – ¿Y bien? ...¿Quien es ella? – se agachó y se puso al nivel de la criatura.

Cargando editor
14/04/2012, 11:21
Rhiannon

Sumida en un abismo de oscuridad Rhiannon, aterrada y nerviosa, agitaba el brazo hacia arriba y hacia abajo con la esperanza de encontrar a Adrien. Sin embargo, fue una mano desconocida la que detuvo con suavidad la mano de la muchacha.

"Te pondrás bien, tranquila", fueron las palabras del desconocido, a las que siguieron otras ininteligibles para la joven pero que permitieron que el mundo volviera a aparecer, a cobrar vida, ante los ojos de Rhiannon, que no tardó en deshacerse de las manos del mago, fruto de una extraña mezcolanza de miedo y de odio hacia el joven que se acababa de presentar como Mornath y que le ofrecía, generosamente, un pañuelo con el que podría limpiar la sangre de su cara.

A continuación la muchacha se acercó a Adrien, pues quería comprobar el estado en el que se encontraba su querido hermano. Poco le importó a Rhiannon la desaparición de Nenúfar: sólo quería salir de allí, abandonar aquel lugar e intentar olvidar lo ocurrido.

Cargando editor
14/04/2012, 12:05
Goblin

- ¿Ella? - El goblin devolvió la pregunta, extrañado - ¿Cual ella? Eres rara. He dicho un problemilla, no he dicho nada de ella. ¿Nos vas a ayudar, como dijo ella?

Nenúfar encaró una ceja y suspiró, cargándose de paciencia. Prometía ser una larga noche. El goblin por su parte continuó pensando en voz alta.

¿No sería más lógico preguntar por el problemilla? Además, ¿Ella? ¿No querrás decir ellas? Aunque bien pensado, podría ser también ellos. Mmmmmm Handalaia dijo que podíamos pedirte ayuda, pero está claro que no eres muy lista. Igual tenemos nosotros que ayudarte a ti.

Cargando editor
14/04/2012, 12:14
Mornath


Cita:

-¿Sabes tú dónde ha ido? ¿Qué peligrro corrre? ¿Dónde está? –interrogó el vikingo

Mornath miró con infinito desprecio las manos del vikingo apoyadas sobre sus hombros y se irguió con una extraña majestad. El vikingo apartó las manos despacio. Era como si le hubiera faltado al respeto al mismo Odín.

- Eso depende de tu amiga - respondió. - Fuera están... (suspiró) Las he seguido hasta aquí. El peligro puede ser infinito, o ninguno.

Cargando editor
14/04/2012, 12:23
Gwalch

- Está al otro lado de la calle, hermano vikingo. Dice que está bien. - dijo el muchacho pelirrojo, mirando a su alrededor - Yo hago más falta aquí, aún hay muchos heridos.

Gwalch sostuvo la mirada de Mornath durante unos segundos. El respeto que instantes antes había suscitado en Harald no parecía tener efecto en el druida, cuya altura a penas llegaba al hombro de ambos hombres.

Cargando editor
15/04/2012, 13:56
Sheogorath ex Jerbiton

El mago cerró los ojos, tendido en el suelo, de repente tranquilo. Se le oía respirar: aspiró una vez, dos, tres. Alzó una mano, luego la otra. Volvió a alzar la primera en esa extraña danza calmada... y se levantó, finalmente. Sus ojos tenían un extraño brillo cuando habló, con una voz que pocos habían oído alguna vez.

-No deberíamos perder tiempo -dijo, con seriedad y cierto aire noble-. El peligro nunca debe ser enfrentado a solas. ¿Vamos?

Esperó la respuesta, mientras buscaba con la mirada a su aprendiz. Con un gesto de la boca, mostró el orgullo que sentía al verlo vestido como él.

Cargando editor
16/04/2012, 13:06
Tuann Oig

-Vamos maestro!-le gritó Tuann a su maestro mientras corria hacia la puerta-la zanahoria nos necesita--acabó gritando.

Cargando editor
16/04/2012, 15:59
Sheogorath ex Jerbiton

El mago corrió tras el niño, pero en el umbral, se detuvo un segundo para girarse. Miró a los presentes como si nunca los hubiera visto, con un gesto serio.

Entonces les sacó la lengua, y salió del lugar a la pata coja.

Cargando editor
16/04/2012, 21:08
Director

- Vámonos.

Rhiannon cogió con decisión la mano de su hermano, Adrien, para salir apresuradamente de la taberna, tras el resto de los aventureros. El muchacho, aún ciego, se sintió arrastrado entre los lamentos de otros con peor suerte. En la puerta, Gwalch los detuvo, sujetando a la mujer por el brazo. Y la soltó inmediatamente.

- Espera, déjame verlo - dijo, y, tal y como había hecho con Harald, curó sus ojos. Adrien escupió. El sabor a hierbabuena era muy desagradable; pero al menos, ahora podía ver.

En su mano dejó los pergaminos y el mapa. Él debía quedarse. Aún había demasiados heridos.

Al salir de la posada vieron al grupo reunirse al otro lado de la calle alrededor de Nenúfar. Rhiannon pensó que sería un buen momento para escabullirse, pero Adrien la contuvo. De nuevo, la princesa de Cornualles. Rhiannon suspiró. Ni siquiera estando ciego habría podido convencerlo.

En la calle, la nieve había empezado a fundirse. Ni la temperatura ni la época del año (ni siquiera la zona, tan cerca del mar) daban explicación a tan fuerte y repentina nevada. La noche estaba próxima a acabar; en la lejanía, se oyó un gallo.

Nenúfar permanecía agachada en la nieve, con el rostro perplejo. A su lado, una criatura grotesca los miraba, parpadeando constantemente.

Cargando editor
16/04/2012, 21:26
Director

Cuando Gwalch tocó a Rhiannon, ocurrió algo extraño.

Una imagen se proyectó en su mente, pero el sentimiento que la acompañaba era devastador. Las verdes tierras de Cornualles, y las ruinas del castillo de Philiph, se alzaban bajo el cielo gris, sepultadas por la nieve. Y Rhiannon comprendió que solo ella había sobrevivido.

Y también que esa visión no era suya, sino del druida.

Al apartarse y mirarlo a los ojos, Rhiannon se da cuenta de que el muchacho ha visto la pesadilla que la atormenta noche tras noche.

Cargando editor
16/04/2012, 21:32
Goblin

- ¡Jo! - dijo, y pateó el suelo - Sois un montón, pero, ¡no me dais miedo!!. Además habéis llegado tarde. Ya se han ido...

El goblin se puso a caminar en círculos. Era pequeño y parecía muy concentrado, inquieto, rabioso. Tras sus pisadas, un brillante polvo violeta desaparecía en el aire.

... pero no sé donde. ¿Y para qué? ¿Sois más listos que ella? ¡Bah! Es inútil. Acabará con nosotros y con vosotros, y a ellos se los comerá igual que a los demás.

Cargando editor
18/04/2012, 00:56
Nenúfar
Sólo para el director

-Ella.. Claro que ella, la misteriosa mujer que acababa de desaparecer ¿Quién si no? – pensó Nenúfar, pero se percató de que el ser era guiado por otra lógica que ella no podía entender, sencillamente debía encararse de paciencia. Pero al fin el goblin dijo un nombre “Handalaia”.

Cargando editor
18/04/2012, 01:00
Nenúfar

Mientras la chica formulaba las preguntas en su cabeza, Harald y su hermano aparecieron en la entrada de la posada junto al resto, provocando un nerviosísimo en el goblin, a lo que ella trato de remediar posando su mano sobre el pequeño hombro de la criatura con cierta desconfianza a la reacción de este – No temas ¿Qué problema tenéis? -

Cargando editor
20/04/2012, 00:21
Harald Sigurdrson

Harald comprendió enseguida que aquella nevada era completamente antinatural, pero Nenúfar y su diminuto acompañante captaron rápidamente toda su atención. Sus músculos se relajaron al ver que la joven se encontraba bien, conversando pacíficamente con una sorprendente criatura, si bien no se le ocurrió ni por un instante dejar el hacha. Aquel extraño hombrecillo pertenecía sin duda al pueblo hulda, y los alfar eran siempre impredecibles, cuando no traicioneros.

Se aproximó con firmes pisadas a la pareja, provocando con ello las bravatas desafiantes del pequeño duende, y permaneció junto a Nenúfar erguido y listo para actuar en cualquier momento, escuchando sólo a medias la cháchara del ser.

Cargando editor
20/04/2012, 19:27
Sheogorath ex Jerbiton

El mago se detuvo junto al goblin, inclinando la cabeza con interés ante sus palabras. Los ojos de Sheogorath viajaron de arriba a abajo, observando cada detalle del pequeño ser. Una sonrisa bailó en sus labios.

-Verde -dijo, simplemente, y se lamió la boca. Rascándose la cabeza, rodeó al goblin, interesado en la criatura para, finalmente, acercarse a su aprendiz-. ¿Lo ves? ¡Tiene la piel verde! Me encantaría tener ese tono -suspiró, antes de volver a caminar hacia el ser feérico. Agarrando sus propias rodillas, se inclinó para quedar a su altura-. Si te ayudamos, ¿me dirás cómo conseguir esa piel, pequeño?

Su mejor sonrisa iluminó su rostro.