Partida Rol por web

Le pilló por sorpresa la intervención del veterano comerciante, pero no tardó el funcionario en responder. Agarró el dinero, como si la fueran a atracar. Estaba sorprendida por todo. - Muchas gracias por su atención. Continuó sentenciado: - Visitaremos el Lago Central. Sonrió. - La "burrocrácia" se retroalimenta a si misma, para un mejor funcionamiento, creciendo exponencialmente, dificultando su operancia .... o algo así era. Pensó para si, cuando se enteró de que la tenía el Gobierno Local y tendrían que seguir "mendigando" información. Les guiñó un ojo, y dejó el dinero en el mostrador, como una propina.

-Disculpe, señor, pero no he entendido qué quiere decir "bajo encargo del gobierno mundial", ni qué es Lago Central. ¿Me lo podría aclarar?

Le fastidia quedar como un pardillo, pero mejor preguntar que quedarse con la duda...

- Contratados por el Gobierno, caballero - especifica el funcionario en respuesta a Lander -, para cumplir un encargo. O lo estaban - se encoge de hombros -. Lago Central es la capital de Walston - explica -; y la sede de nuestro gobierno.

Os reunís en el exterior con Gideon. La expresión "tomar el fresco" en Walton es, literalmente, pasar frío con una máscara respiradora. Ahora para decidir el siguiente paso en el viaje tenéis un momento para observar lo que os rodea. La Astrociudad de Walston no es más que el equivalente a un pueblo de cualquier otro de los mundos más poblados en los que habéis estado.

Excepto los edificios del astropuerto, la Oficina de la Autoridad Portuaria y las industrias de la ciudad, el resto no tienen más que la altura de una planta, o algo más bajos. Sin embargo, el acceso a las edificaciones pasa por descender por unas escaleras o rampas que se hunden en el suelo, lo que parece indicar que son principalmente subterráneos.

La calle en la que os encontráis es la avenida principal. Los comercios se abren a ambos lados y los habitantes pululan por el lugar, paseando y entrando y saliendo de los edificios. No hay más que echar un rápido vistazo para darse cuenta de que los vargr superan ampliamente en número a los humanos que conviven con ellos.

- Buena apreciación marino. Se sorprendió a si misma felicitando al hombre que hacía un rato había sido como un grano en el culo, pero enseguida se amonestó a si misma: - Pero no se lo digas, que igual se lo cree ...

- Entonces imagino que tendremos que tomar algún transporte para llegar hasta allí ¿Verdad? Se vio preguntando, sin haber siquiera pensado que ligual Gideon tenía alguna lanzadera o gravítico en su nave.

-¿Ustedes saben  cuál fue el encargo o dónde podríamos saberlo? Podría ser importante para recuperar la nave.

-​​​​​​Probablemente tengamos que alquilar un vehículo - dije mientras me frotaba las manos. Hacia frío y comenzaba a envidiar el tupido pelaje de los Vagr que andaban por la calle.  Miré en dirección a la estructura que se alzaba en dirección noreste. -​​​​​ O ir en tren - añadí con un brillo especial en los ojos, se decía que los viajes en tren tenian verdadero encanto.

Pensaba que el funcionario ya nos había dicho todo lo necesario para poder seguir buscando la Exploradora, pero parecía que Lander e Ikateria todavía tenían dudas al respecto.  Aún así, decidí permanecer en el exterior de la oficina pues,a a pesar de llevar más de dos décadas en el espacio, siempre agradecía algo de sol y viento.  Odiaba la mascara respiratoria, eso sí.  No comprendía como la gente podía llevarla puesta horas y horas, día tras día.

-Veamos que hay fuera..., masculló para sí mismo.

-Que tengan un buen día.

En el exterior no tenéis más remedio que arrebujaros todo los posible en las ropas mientras valoráis el siguiente paso. En la Kalamata no hay embarcado ningún vehículo que poder usar.

Hay actividad en las calles de la Astrociudad de Walston, principalmente de lugareños que desafían, o están acostumbrados, las bajas temperaturas del planeta y su escasa atmósfera. Sin embargo son pocos los vehículos que se ven, de modelos antiguos comparados a los estándares Imperiales. No es tan extraño, dado el pequeño tamaño del asentamiento y su escasa población.

Las indicaciones de uno de los vargr que interpelados son claras. No sólo hay una única estación de ferrocarril, visible al final de la avenida en la que os encontráis; su único destino es Lago Central, a poco menos de una hora estándar.

OK, intentaré que sea más explícito el destinatario de cada mensaje oral.

También hay que ver que si estoy hablando al funcionario, es que sigo hablando con el funcionario, no he cambiado de interlocutor en ningún momento, así que también es de entender.

Bueno, aclarado ya, por mi parte, saltemos al tren.

En el exterior no tenéis más remedio que arrebujaros todo los posible en las ropas mientras valoráis el siguiente paso. En la Kalamata no hay embarcado ningún vehículo que poder usar.

Hay actividad en las calles, como es usual en el asentamiento de un planeta de escasa población cuya ocupación gira en torno a un astropuerto. Los comercios, situados sobre todo en la avenida principal, se orientan a la atención de los visitantes, el astropuerto y las naves de paso. Material para sustituir lo necesario en los buques, víveres, reparaciones de equipos. Sin embargo, no hay ninguno dedicado al alquiler de vehículos terrestres. No es de extrañar; el asentamiento se puede recorrer de lado a lado en pocos minutos y nadie en su sano juicio se quedaría en un planeta como Walston como simple turista.

La estación de tren es fácilmente visible e identificable desde el astropuerto. Un vargr, ocupado en mantener las calles limpias, confirma que el ferrocarril tiene como destino Lago Central. De hecho, es su único destino, con un solo viaje diario. Aún queda tiempo para su partida así vais sin prisa.

Pocos viajeros ocupan los dos vagones de pasajeros que arrastra la pequeña locomotora eléctrica. No es un modelo avanzado, sino más bien primitivo incluso para Walston. Aún así está en buen estado. Dos vagones de carga, vacíos, completan el convoy en cola. Nada más partir apreciáis que la mayoría del personal de la estación se retira a la ciudad, probablemente a continuar con otras actividades puesto que con un único viaje diario ya sus responsabilidades se dan por cumplidas.

El viaje resulta lento pero al menos los vagones están sellados y climatizados permitiendo despojarse de las molestas pero necesarias máscaras y el abrigo durante todo el trayecto. El viaje no tura mucho, poco más de una hora por la velocidad de la locomotora, y al cabo de ese tiempo, divisáis la estación de Lago Central.

La estación, de mayor tamaño que la de Astrociudad, se confirma por su disposición como el centro ferroviario de Walston, concentrando tres líneas que parten de ella a distintos puntos de Isla Asentamiento. Nada más descender del vagón notáis que el piloto y los tripulantes se dirigen hacia otro tren que está siendo preparado por el personal de la estación para su partida a otro destino.

A primera vista Lago Central tiene un estilo similar al de Astrociudad, aunque de menor tamaño.

Viendo que la estación no es especialmente grande, y que la ciudad tampoco es gran cosa en ninguna de las dos puntas de esta línea ferroviaria les pregunta: - ¿Quereis que nos separemos para buscar más información? Algo le decía que tendrían que regresar, y no solo por la "Kalamata", sino porque ... pensaba que la información y lo que fuere estaba aún allí. - Incluso seguro que habrá que pedir audencia e igual no nos atienden hasta mañana en la sede de gobierno local.

-Creo que no será necesario. No sé qué más podemos hacer en la ciudad que preguntar en la sede por la Estacada. Quizá después podamos hacernos una idea de nuestro siguiente paso. ¿Vamos?

Si nadie pone incoveniente, se encamina a la sede gubernamental.

Puso cara de pena. - Esperaba que alguno se le ocurriera algo más que ir a preguntar allí, como a la policía, a algún bar frecuentado por navegantes o viajeros ... o algo así, pero claro, lo más básico lo primero. - Bueno, pues iremos a la sede de gobierno local, a ver que pegas nos ponen. No parecía triste por sus palabras, sino resignada a la trabas burocráticas y los funcionarios que no ven más allá de su escritorio o ventanilla. Miro de solayo al comerciante a ver si daba algún detalle interesante, antes de empezar a caminar con el "naval" hacia donde habían comentado ir.

Lago Central tiene una arquitectura similar a la de la Astrociudad de Walston. Los edificios sobresalen apenas un piso de altura del suelo, y la única diferencia entre los dedicados a residencias y comercios y los que conforman el polígono industrial es que las entradas de estos últimos, es que la entrada no dispone de rampas o escaleras descendentes que se sumergen en el suelo.

Las indicaciones hacia la sede del gobierno os llevan al mismo Palacio. Aunque Palacio es un nombre bastante pomposo. Como el resto de edificios del asentamiento sólo tiene un piso de altura, aunque de mayor tamaño y adornado en su exterior con un par de estatuas y banderas. A diferencia del resto, a su entrada se accede mediante una corta escalinata ascendente.

Una pareja de vargr entra en el edificio antes que vosotros. ¿Esos no estaban en la estación cargando el vagón del ferrocarril que acaba de partir?.

Aunque arreglado y adornado, el amplio recibidor del edifico gubernamental resulta muy sencillo. El azul pastel y el gris son los colores predominantes de su decoración. Bancos de espera, plantas, mesas auxiliares y unos pocos cuadros y espejos completan en mobiliario. Al fondo hay una única ventanilla de atención protegida por un grueso cristal, sin nadie que la atienda.

Esperáis unos minutos en la sala. Los vargr que entraran un momento antes han desparecido, probablemente por alguna de las puertas cerradas que llevan a otras dependencias. Entonces un vargr (¿no es uno de lo que acababan de entrar?) ocupa el puesto tras la ventanilla, centrándose en el terminal que está ante él.

- Tengo que liderar esto, así que a ver que pasa.

Amable comentó: - Buenos días, tenemos un problema y hemos venido a busar la ayuda que nos han indicado en Control de Tráfico que podrían ofrecernos. Esperó a que le contestase. Quería darle la oportunidad al varg, que parecía estar en todas partes, que ganase una pequeña pizca de protagonismo.