Partida Rol por web

A veces me sorprende cómo puedo tolerar la arena en los pies. Por lo general la arena me molesta, igual que el jodido polvo que se mete por todos los recovecos de los ordenadores. Cuesta mucho limpiarlo. Pero esta arena, la de la orilla del mar, metiéndose entre mis dedos, la soporto. Más que eso, me relaja, desde siempre. Es como romper algo, traspasar una línea roja, un cortafuegos. A estas horas aquí sentado me siento como un niño que acaba de hacer una trastada. Son mis pies, joder, ¡es mi vida!

Hoy he tenido un día jodido en la oficina. Kraken me la ha jugado y me he llevado una puta bronca por su culpa. Ayer me delegó la vigilancia de los servidores del banco que nos contrató justo el mes pasado, dije que sí, pensando que sería fácil, pero esta mañana ha saltado una alarma y se ha jodido. Para colmo ese mismo banco es donde tengo la mitad de mi dinero, y hoy he tenido que ir a sacar para el puto café y se la ha tragado. Así, se la ha quedado. Ciberseguridad, su puta madre. ¿Para qué tanta seguridad si luego no soy capaz ni de recordar una mierda de clave de cuatro dígitos que cualquier hacker puede obtener con un par de líneas de código?

Bueno, he venido aquí para relajarme... respira. Mañana será otro día... mañana iré a buscar la tarjeta. Y a ver si con un poco de suerte se ha arreglado ya lo del servidor del puto banco.

Despiertas porque notas frío y algo que te golpea la pierna. Abres los ojos e intentas moverte pero sientes un dolor que te recorre todo el cuerpo, apenas puedes moverte. Estás en la orilla y no recuerdas cómo llegaste hasta allí. Tratas de apartar, con bastante dificultad, eso que te golpea y observas sorprendido que es un trozo del parachoques de tu coche.

Desde lo que alcanza tu vista, puedes ver que toda la playa está salpicada con pedazos de cosas, las hay metálicas, de plástico, más grandes y más pequeñas. El aire es difícil de respirar porque está tan denso, que se pueden diferenciar motas de polvo oscuro.

Crees escuchar a lo lejos algo parecido a un lamento.

¿Qué coño...? Me duele todo el cuerpo, estoy desorientado. ¿Qué coño ha pasado? Apenas puedo respirar con este humo negro que me rodea. Sólo he cerrado los ojos unos segundos... mierda. ¿Es mi coche? ¡Es mi coche! Lo era, mi coche hecho pedazos, pero ¿qué coño ha pasado? Empujo unos trozos de plástico que flotan en el agua cerca de mí, y trato de levantarme pero es peor, toso. Toso mucho. -"El humo es tóxico"- pienso, y entonces me agacho y trato de caminar con la cara lo más pegada al agua. Tengo la boca dentro del agua, y los ojos y la nariz fuera. Hay plástico flotando por todas partes, y trozos más pesados en la arena del fondo, lo noto con los pies. No veo nada, los ojos me lloran, pero creo que me dirijo hacia la orilla, quiero salir de aquí. Tengo miedo. Oigo un lamento y me temo lo peor. -"¿He sido yo?"- en mi cabeza se amontonan pensamientos muy extraños, pero no hay tiempo, puedo desmayarme y ahogarme en cuestión de segundos. Tengo que salir de aquí. Estoy muy asustado, -"¿es que nadie va a ayudarme?"-. No consigo hablar. Avanzo. Dudo. Me debato entre salir de aquí ya y salvarme, o acercarme a esa persona que se lamenta, puede que esté peor que yo... puede que necesite mi ayuda... ¿qué coño ha pasado?

Arrastrado por la corriente, poco a poco te vas acercando a la orilla. Puedes escuchar con mayor claridad, hay alguien bastante cerca.

Distingues a un chico que intenta mantenerse en pie, pero que la embestida de las olas no deja que lo consiga y lo que antes eran lamentos ahora se han convertido en reproches

- ¿Ya? ¿esto es morirse? ¿así acaba todo? ¿es que nadie vino a salvarme?-

Llego a la orilla y me siento a salvo. Me tumbo sobre la arena y hundo mis pies en ella. Sigo oyendo los lamentos, que ahora son extraños reproches. La voz es de un chico, y cuando me incorporo consigo verle. Las olas le tambalean, le impiden quedarse de pie, pero tampoco parece estar ahogándose. Sin volver a meterme en el agua, le grito: - ¡EH! -no estoy demasiado preocupado, pues el chico parece enfadado, y no asustado- ¡Ven hacia aquí!

Se gira bruscamente cuando te escucha y de la misma sorpresa, no es capaz de mantenerse firme y una ola puede con él. Cuando se incorpora, trata de caminar hacia ti, pero lo hace torpemente - ¿ Y tú quién eres?- te dice de manera poco fluida y con un tono bastante desagradable. Una vez al lado tuya te fijas en que su aliento parece una destilería.

Mira a su alrededor y te mira a ti -¿ Qué ha pasado, porqué la playa...ya no parece una playa y esta basura?-

No sabes cuánto tiempo ha pasado desde que estabas dispuesto a relajarte en el coche hasta ahora, pero está claro que no eres el único que se ha perdido.

Desde la orilla le veo tambalearse: - ¡No soy nadie! -grito mientras cae, y luego camina hasta estar a mi lado. Huele que apesta el cabrón, y empiezo a pensar que él es el causante de todo esto, aunque no recuerdo con claridad qué coño ha pasado: -¿Estás bien? -pregunto, algo preocupado.- No sé qué ha pasado. Yo estaba sentado en la orilla y de repente me he visto en el agua... -dudo, consciente de que lo que flota en el agua son restos de mi coche- creo que eso era mi coche. -mi puto coche. Ahora que estoy a salvo, y que este tipo también lo está, puedo pensar, intento recordar qué cojones ha pasado.

Camináis a lo largo de la playa absortos viendo como todo lo que os rodea son restos esparcidos, pero es demasiada cantidad para ser solamente de un sólo coche. Seguís avanzando y os encontráis un barco encallado y una casa con una vía de tren en medio de la playa, por supuesto no recordáis haber visto antes todo eso, por que parece fuera de lugar.

El ambiente que se respira es tranquilidad, como la que viene tras la tormenta. De ese tipo en el que las cosas no están en su lugar y hay una especie de desolación que inunda la atmósfera.

- ¿Qué está ocurriendo aquí?- te dice mirándote y puedes ver sus ojos llenos de terror.

Miro alrededor y descubro cosas insólitas, como esa vía que va a parar al mar...- Joder. -no la recuerdo, a pesar de haber venido decenas de veces a este mismo sitio.- "¿Qué coño ha pasado aquí?" -empiezo a asustarme, más. Esto no es sólo un accidente.- "¿Estoy soñando? ¿Esto está pasando de verdad?" -es como esas películas post-apocalípticas de zombis o aliens, o de guerras nucleares, es como si estuviese en una de ellas... pero sin zombis, ni aliens, ni bombas. Todo está en calma a nuestro alrededor, en silencio; lo peor de todo es que no recuerdo nada. Miro mis manos, tratando de reconocerme en ellas, buscando una puta señal que me diga que no soy yo, que no estoy aquí, que esto no es verdad. Estoy confuso, desorientado. Miro mis manos, mis pies, el cielo y el suelo, miro al otro chico: - No lo sé... -consigo responder con un hilo de voz. Miros sus ojos, y en ellos me veo reflejado, él también está muerto de miedo.

En esa aparente calma escucháis unos gritos de socorro- ¡Ayuda! ¡socorro! ¿alguien puede oírme?-

Te dejas guiar por el sonido de esa voz, le vas preguntando para que continúe hablando y te sea más fácil encontrarla, se trata de una chica.

Está atrapada por unas ramas dentro de lo que parece una tienda de campaña.

-Por favor, ayudadme a salir- os ruega -Creo que puedo mover todo, no parece que tenga nada roto, pero sola no puedo salir- y os tiende una mano.

- ¡Hola! Tranquila, estamos aquí. -digo intentando calmarla, mirando cómo poder liberarla. Parece atrapada. Intento mover las ramas, si puedo. Para liberarla sin hacerle daño. Como no creo poder hacerlo solo, le indico a mi nuevo amigo: - ¡Ayúmade! Entre los dos podremos sacarla.

El chico que me acompaña me ayuda, y entre los dos conseguimos apartar las ramas y sacar a la chica sin peligro. Siento un poco de satisfacción en medio de este caos y desconcierto, así que aprovecho para presentarme: - ¿Estás bien...? Soy Hechicero, bueno, así no me llamo... pero... es el nick por el que todos me conocen. -sonrío estúpidamente- ¿Y vosotros?

Cuando se encuentra libre, os da las gracias y mira nerviosa y pálida a vuestro alrededor, no es muy consciente del nuevo paisaje de la playa, tiene otra preocupación.

- Eh..., si perdona, me llamo Milo- te responde de inmediato.

- Yo soy Valeria ¿Habéis visto a...un chico...mi novio? Tiene que estar cerca, tiene que estar por aquí- se dice así misma pero en voz alta y comienza a dar vueltas alrededor vuestra llamándolo - ¡Sam! ¿dónde estás? ¿Sam estás bien?- cada vez grita más fuerte y empieza a perder los nervios - ¡Saaammm!-

Mis dos nuevos amigos se presentan: - Mucho gust... -pero Valeria empieza a gritar llamando a su novio. Claro, tenía que tener novio... Empezamos a ser muchos, me agobio un poco, estamos bien, pero ninguno sabemos realmente qué coño ha pasado aquí. Todavía estamos en la playa, o en lo que era la playa, porque hay cosas que... estoy confuso, ya no tengo claro dónde estoy, siento que me mareo... Cierro los ojos. No oigo ningún ruido, tendría que poder escuchar sirenas, gritos, o algo... lo que ha pasado es muy extraño. Miro hacia el paseo de la playa, quiero salir de la arena. Valeria sigue buscando a su novio, y Milo no sé qué hará. Me da igual, yo quiero salir de la arena.- Chicos... yo... me voy. -Y empiezo a caminar hacia el paseo...

- No, por favor, no te vayas. Ayudadme, por favor. Nos iremos todos juntos hacia la parada que está aquí al lado- os pide rogándoos.