Partida Rol por web

Ver a mi avatar hablándome me parece curioso, siempre escoge los peores momentos y sus consejos son cuanto menos una copia barata de Rambután. Lo miro seguro de mi mismo Ni hablar, la señora Bull me pertenece. Me lo he ganado y tú aún no te has ganado mi respeto. Si alcanzo la ascensión será por mis propios métodos, nunca he estado tan cerca de mi, me estoy encontrando a mi mismo ahora más que nunca. Además, no puedo dejar a los niños sin su madre jajaja! Clavo sin piedad alguna la jeringuilla cósmica en el cadáver pútrido y lo absorbo todo!!! Me guardaré el camafeo en el bolsillo. La próxima vez que te aparezcas que sea para decir algo más útil. Estás muy equivocado si crees que necesito el permiso de los espíritus para hacer lo que me plazca, si hace falta los obligaré o me los comeré a todos.

Con tu tirada de antes en ocultismo, sabes que si machacas el cuerpo y el camafeo (convirtiéndolo en tas) y te lo comes todo, canibalizarás su ser, pues es allí donde reside.

Tu avatar se disipa, entristecido... Pero sabes que serás más fuerte y parece que todo va bien.

(de hecho, sientes que los niños están muy contentos de lo que has hecho con la sra. Bull...)

Esperaré un par de noches en mi mansión descansando para recuperarme del todo mientras medito que hago. Acabo por decidir comerme a la señora Bull. 

Te preparas una infusión de cadáver roñoso y te la tomas, contento... Notas su alma dentro de ti, pero se encierra en si misma y ves que no podrás acceder a ella...

Crees que podrías forzarla a luchar para absorverla, pero estás seguro que ella se defenderá, y notas su poder...

Tu instinto te dice que la deberías dejar tranquila, pero tu ambición te dice "COOOMOOOOOO!!!"

Intento contener a la sra. Bull en mi interior y poder almacenar su quintaesencia, ya he arriesgado demasiado. Es momento de cambiar de rumbo ahora que ya he cerrado el capítulo de este maldito fantasma. 

Me presentaré en la corte de Mathair, orgulloso de mis cicatrices y mi no-nariz, para anunciar que ya no hay riesgo en la casa maldita de la señora Bull. He acabado con ella y quiero una recompensa de la reina. Me lo he ganado y pobre de la corte como no me den lo que me merezco. Estas son mis palabras exactas que le digo a quien me quiera atender. 

Otra cosa que quiero hacer es trasladar toda la gente parentela del hombre lobo que vivían en la posada aquella a mi mansión. Les ofreceré una habitación a cada uno y comida haciéndoles entender que ahora son MI familia. Y que ahora yo soy él también. Y si no lo entienden me da igual, los llevo a punta de pistola.

Una vez hecho esto enviaré un mensaje a Yohannan advirtiéndole que debemos hablar urgentemente. Le diré lo siguiente. Amigo, no soy un buen marinero y odio los zepelines auque estoy dispuesto a hacer esto por tu amistad y por Dantalion. Debes saber que él me dijo que vosotros me ayudaríais a encontrarlo. No se porque lo dijo pero por algún motivo quiere que yo lo encuentre y que vosotros me ayudéis a ese propósito. Rompí el ritual porque me moví, por algún motivo tengo una conexión especial con Dantalion. Lamentablemente no puedo hacer esta gran misión superior con Karl. Somos simplemente incompatibles. Es por eso que solamente accederé a hacer esto si me entregáis a Karl atado, amordazado y gimiendo como la niña llorona que es. A él y a toda su familia. Los encerraré en mi mansión en un lugar donde nadie los encontrará. De lo contrario, no será posible.

Vas a la corte y te atiende el mayordomo, como no. Te mira con total indiferencia inglesa, a pesar de tu aspecto inquietante. Además, parece ignorar la amenaza.

Lo que me contáis es sorprendente... Realmente sorprendente. Informaré a la reina de vuestra gesta, por supuesto. No existe una recompensa oficial al respecto, pero estoy seguro que se sentirá muy contenta al saber de estos hechos que me narrais. Indicadme donde se os puede hacer llegar noticias sobre este caso...

Me temo que la parentela ya ha muerto hace semanas. Recuerda que en el diario que os pasé se comentaba la ejecución de la parentela. Ya ha pasado mucho de eso y nadie hizo nada para impedirlo. Fueron colgados por el cuello hasta la muerte.

Recibes carta de Yohannan.

Estimado Artemus,

Recibo vuestra carta con tristeza. Está claro que Dantalion os aceptó, pero soy yo quien lo llamó por primera vez y quien conseguirá que haga lo que deseamos, sirviendo a nuestra causa. Que no os ciegue su carisma y sus buenas palabras. Una mente poco preparada para tratar con él puede sucumbir a sus encantos y hacer de él una marioneta. 

Me encantaría que estuvierais entre el equipo encargado de recuperar el relicario sagrado (y supongo que a eso se refería con sus palabras), pero si tanto horror os causan los viajes interdimensionales, tampoco os quiero causar incomodidad alguna.

Vuestro amigo,

Yohannan

Recibo con enfado las noticias del Mayordomo Leymar. 

Acabé con el hombre lobo por la reina y nunca pedí nada. Ahora he enviado al infierno a otra criatura de enorme poder. Volveré mañana y más vale que me esté esperando una buena recompensa o de lo contrario me la tomaré de la ciudad de la reina. No necesito que me de audiencia Mathair, solamente quiero la gratitud que me merezco. Espero haber sido claro, si mañana no tiene usted lo que me pertenece por mis merecidos esfuerzos, lo tomaré directamente de Novanglia. Ah, y dígale a la reina que tengo datos muy importantes sobre un intento de derrocar su poder. Un intento REAL. Le puedo decir nombres y apellidos, siempre y cuando esté dispuesta a recompensarme DEBIDAMENTE. 

Dicho esto acercaré mi cara sin nariz con mis afilados colmillos a 10 cm del mayordomo y le ladraré como un perro. 

A Yohannan le enviaré un mensaje, esta vez usando mi objeto totémico.

Es una pena. Pensaba que empezábamos a entendernos pero su apego a las criaturas débiles parece afectar su juicio. Sepa usted que estoy dispuesto a servirle en lo que pueda siempre y cuando la lacra de Karl no se interponga.

A partir de ahora nadie va a saber donde vivo, vuelvo a activar mi poder para que misteriosamente se borre de los recuerdos de la gente las indicaciones de como llegar, así como cualquier documento en el que pueda figurar datos míos od de mi mansión. Debo ir con cuidado.

A Karl le enviaré otro mensaje vía totem:

No me he olvidado de ti. Sigo aquí observándote, estoy cerca tuyo y en cualquier momento te mataré pero me encanta verte sufrir. Ahora que te vas a ir  de viaje te doy permiso para que te despidas de tu familia, no creo que los vuelvas a ver... ja...ja..ja...

Este día por último, lo que haré será buscar libros sobre el Wyrm. Intentaré localizar libros que hablen de la guerra entre wyrm y gaia. Quiero ayudar a combatirlo ahora que soy medio hombre lobo. Intentaré, gracias a mi habilidad natural, hablar con el espíritu del martillo y conmigo mismo, así como el del mensajero totémico. Quiero aprender y que me enseñen para prepararme en esta lucha. Quiero entregarme a la causa de los hombres lobo, ahora que soy uno de ellos (así lo cree Artemus).

Volveré al día siguiente a la corte de Mathair esperando que mis buenas dotes sociales aprendidas de Yohannan y del hombre lobo surjan efecto.

El mayordomo acoge tus amenazas con cara de poker, aunque el hombre lobo te susurra que puede oler el miedo, y los niños rien tus travesuras.

Cuando vuelves al día siguiente, te hacen pasar a un gabinete de palacio. La entrada la flaquean dos soldados robot que te miran a medida que pasas al interior.

Dentro del despacho está el mayordomo que, con semblante indiferente, te extiende una bolsa.

Cincuenta guineas, por el asunto del cambiaformas... Sobre el asunto de la sra. Bull, he de decirle que está en trámite. Le he aconsejado que le otorgue la condecoración al Vasallo Cívico... Una condecoración muy importante. Todos sabemos de la maldad de la casa de los Bull...

Se queda esperando tu reacción. A pesar que su rostro es impenetrable, sus ojos se ven alerta.

Cojo las guineas del mayordomo con un brusco movimiento, sin ninguna etiqueta. 50 guineas. Una gran miseria, pero me irá bien de todos modos.

Al oír lo de la condecoración entro en cólera. Me he jugado la vida por una basura de medalla? Acaso cree que está lidiando con un marinero del puerto? No pasa nada cogeré lo que es mío de la ciudad, la próxima vez su majestad me tomará en serio. Aunque este tipo de descuidos no hacen más que perjudicarle, espero que cuando vuelva a esta corte aún no la hayan derrocado. Estos asuntos de política me traen sin cuidado pero debería recompensar bien a aquellos que están dispuestos a dar secretos a la Reina.

Me levantaré y añadiré por último con mirada de loco al mayordomo Tiene suerte de que yo no sea su superior o ahora estaría criando malvas.

Respecto a la búsqueda de libros del Wyrm habré ido por el Market, supongo que por allí tendrán tiendas de libros raros o algo así.

Al ver que no consigo sacarle más a los espíritus decido ir esta noche por la ciudad a matar gente. Quizá así sean más receptivos mañana. Tratar con los humanos es muy complicado, cada día me doy más cuenta, pero tratar con espíritus lobos es aún más difícil, ya no se que quieren que haga. Me iré a la zona del Market que había oído que había bandas. Gracias a mi habilidad imagino que pasaré inadvertido ya que intentaré no llamar la atención y caminar por las sombras. Pasaré por la espada al primero que vea por la noche. Especialmente aquellos que tengan pinta de ser indefensos, no hay lugar para los débiles.

Cuando vuelves a decir lo de la conspiración parece que pierde un poco la compostura por primera vez.

Espere... Esa conspiración... Deme nombres... Si es un fiel súbdito tendrá una recompensa. No una medalla. Dinero, si es lo que quiere.

El mayordomo está muy receptivo a tus palabras.

Sonrío y señalo con el dedo al mayordomo Leymar.

Parece que ahora si que está interesado en esucharme y no me va a dar medallas. He acabado con la maldita Sra. Bull y hasta que no me recompensen por ello no pienso decir nada más. Acabaréis por hacerlo, es cuestión de tiempo. Una vez sido recompensado debidamente por mi esfuerzo desinteresado por lo de la casa maldita de los Bull, aceptaré entrevistarme con Mathair para tratar el asunto más importante de la conspiración personalmente. Si deciden que no están interesados, entonces veré como Novanglia se va al garete desde mi lujosa mansión. Por cierto, no quiero guineas, no valen para nada. He aceptado esas 50 como muestra de cortesía. Lo que quiero es aprendizaje, pero eso ya lo hablaré directamente con la reina. Por cortesía les diré que la conspiración va a venir desde el exterior, en forma de algo muy muy muy poderoso. Tienen poco tiempo, se va a poner en marcha en muy pocos días y entonces lo único que podrán hacer es preparar una buena defensa para Novanglia.

Esperaré sentado hasta que decidan darme algo más que la roñosa medalla. Cuando salga igualmente pienso ir a pelar a unos cuantos transeúntes nocturnos.

GUARDIAS! GUARDIAS!

Antes de que puedas reventarle la cabeza contra la mesa al chivato cagón del mayordomo se abre la puerta (es decir, que lo hace apenas empieza a gritar el hombre) y las dos figuras robóticas (o mejor dicho, autómatas) están ante ti, empuñando sus rifles, pero sin apuntarte.

Detengan a este hombre.

El mayordomo pasa la vista de los autómatas a ti.

La Reina querrá interrogar a este sujeto.

Evidentemente me rindo no puedo hacer nada ante ellos y tampoco es mi intención.

Lo ve, sabía que de un modo u otro la Reina acabaría recibiendome. Digo con sarcasmo. Llevadme ante ella perros.

Llevadlo a la celda especial

Y los guardias te escoltan, muy de cerca, empujándote con sus rifles por el palacio. Bajas por unas escaleras de caracol hasta un sótano. Allí hay otros servidores muy distintos de los de arriba. Están medio desnudos, huelen a sudor y orines y te empujan dentro de una celda.

Los soldados se van, los sirvientes se van, y te quedas a oscuras. En silencio.

Pasa un tiempo que se te hace infinito allí, a oscuras, sin posibilidad de medir el tiempo... La celosía es muy potente aquí, y el lugar parece hecho a prueba de artesanos como tú.

Finalmente oyes un sonido lejano, que se va acercando, así como una débil luz.

Aparece ante ti Mathair

Viene sola y parece que la luz emana de ella. Jurarías que hay tanto un efecto creado por ella como un aura real qeu desprende la reina, un aura de poder, como si el csrdinal puro fluyera de sus poros. Te mira intensamente, de arriba a abajo, como si te estudiara.

Habla.