Partida Rol por web

-No pasa nada amigo mio los nervios se apoderaron de mi también, en situaciones bruscas es dificil mantener la compostura, los dos pensábamos lo mismo, solo que tu hablaste en nombre de la experiencia y yo del corazón. ¡¡¡Echémos un buen trago de ron y divirtámonos, eso es lo único que debería ocupar nuestra cabeza ahora y siempre!!! maldita conciencia... jajajajaja Añadió con ánimo de quitarle peso al asunto dirigiéndose a Merkus. Antor comenzó a buscar ansioso una botella de ron whisky o cualquier cosa que abrasara su gaznate.

Al escuchar las palabras de su pecosa amiga se sintió avergonzado, nunca acabaría de acostumbrarse a la manera de pensar de un druida... La miró fijamente y uno color rojo trepó por sus mejillas como si de una enredadera se tratase.

-En realidad .... esto... jeje... yo no sabía que llevábamos provisiones, seguro que la comida que traemos está más sabrosa que cualquier pobre animal que matáramos dijo con ánimo de arreglar su metedura de pata Valla.... al final no vamos a poder cazar... con las ganas que tenia... ¡¡Deléitanos con tu comida, seguro que sabe a ambrosía pura!! ^^. Continuó buscando alcohol entre los amasijos de bártulos que llevaban las mulas encima....

-En serio.... ¿esto es una broma? ¿nadie ha visto el alcohol? Bathalias deberias ayudarme a buscar, sin un buen lingotazo en la mano no me pongo en situación para contar historias, por cierto ¿os he contado la vez en que todas las doncellas de vida alegre me persiguieron por todo el pueblo?... salí con vida de milagro jajajajajaja

- ¿Ya están hechos los grupos más o menos, no? Bathalias va a cortar leña acompañado por Merkus, ya que es el más fuerte de todos, Ailara cocinará, podría ayudarla "Mor" ya que el sabe mezclar... mejunges jejeje ¿verdad amigo? Le miró con cara de complicidad, sabía perfectamente que el mago era mucho más feliz cuando se encontraba al lado de la joven pecosa Supongo que Alfren tiene experiencia en montar tiendas de campaña y demás trastos demasiado complicados para mi, ya que ella habrá hecho más expediciones en campo abierto que yo. Y yo buscaré el alcohol y amenizaré la noche con mis historias. Todo resuelto entonces, ¿no?

-Viejo Antor, me temo que no te gustaría nada el sabor de mi polvo de cuerno de dragón.

Guiñó entonces un ojo con complicidad al viejo pícaro y una ligera sonrisa asomó en su rostro. Sin duda aquel día había sido largo y duro y todos estaban muy cansados. Se dispuso a dejar sus pertenencias en el centro del campamento, cerca de un lugar que identificó como propicio para colocar la hoguera y después en el borde del claro clavó su callado en el borde del campamento y susurró unas palabras al bastón. Este comenzó a emitir un suave brillo dorado que pronto no quedó más que en un leve titileo alrededor de la bola de cristal atrapada en una garra de águila delicadamente tallada en la madera, y se quedó inmovil como sostenido por una mano invisible.

-Creo que ya hemos tenido bastante sorpresas hoy. Si algo se acerca, esto nos alertará de su presencia y estaremos preparados.

Después comienzó a ayudar a Ailara a preparar el guiso de aquella noche:

-P-perdón por lo de antes. Sé que no te gusta que me arriesgue tanto con la magia, pero era lo más sensato que pude hacer en aquel momento...

Moravius se mostró extremadamente turbado y torturado. Sabía que la magia disgustaba a su amiga, y no podía soportar fallarle. Desvió su atención a la preparación de la cena intentando no pensar en aquellos actos pasados y olvidar cuanto antes la respuesta de Ailara ante su idea del mediodía.

Alfren sonrió al escuchar como repartía tareas Antor, No, no, no, no, no, dijo mientras lo tomaba con suavidad del oído como si fuera un niño pequeño, ¿Así que tu vas a contar historias y beber licor mientras nosotros trabajamos?, mejor ayúdame y cuando terminemos y estemos en medio de la comida ya podrás tu relatar tus maravillosas historias.

Y sin decir mas y esperando que su compañero se pusiera en pie empezó a buscar entre las mulas las tiendas de campaña que les habían suministrado.

No es tan difícil, dijo finalmente cuando estacas, cuerdas y grandes trozos de tela estaban desplegados en el suelo, tan solo tienes que crear un armazón con estos, tomando unas cuantas varas de madera, y después reafirmar la tela clavando las estacas y tensando las cuerdas, ¿Entendiste?, y se puso a armar una carpa para que su compañero la viera y tratara de armar la suya propia.

-Ayayayayayay, está bien, está bien. Habrase visto obligar a un pobre anciano a realizar semejante tipo de árduas tareas... pero bueno, si tu conciencia te lo permite halla tú...

Las damas cuando yo era más joven eran mas refinadas y se limitaban a preparar la comida y limpiar el hogar... ¿Por qué pasara el tiempo?...

El pícaro comenzó a buscar todos los chismes necesarios para montar la tienda de campaña de mala gana y obedeciendo a las indicaciones de Alfren a regañadientes.

-Esto no es tan sencillo como lo pintas preciosa... dijo al ver que lo que él estaba montando no se parecía lo más mínimo a una tienda de campaña... Finalmente optó por sujetar como pudo las telas y los palos de modo que lo protegieran del viento aunque fuera lo más mínimamente.

-Bueno, pues ¡¡ya está!! Exclamó sonriendo al ver su "gran trabajo" culminado por fin. Aunque su sonrisa no le duró demasiado, al ver el gran trabajo realizado Alfren.... Bueno.... cada uno dentro de sus posibilidades dijo animándose así mismo. De nuevo su mayor preocupación volvió a ser encontrar el licor que parecía haber sido camuflado a conciencia por el mago más retorcido.

A pesar de las tensiones de las últimas horas, un ambiente de camaradería reinaba en el claro que Ailara había encontrado y que resultó idóneo para montar el campamento. Pronto todos estuvieron trabajando. Cada uno se ocupaba de lo que podía e incluso Antor, el viejo truhán parecía esforzarse en ser de utilidad, con lo que en poco más de media hora, todo estuvo a punto.

La tienda parecía lo suficientemente amplia y confortable como para ofrecer un buen cobijo a todo el grupo. Moravius conjuró su sortilegio de protección y Ailara se dispuso a encender el fuego para preparar la cena.

Al caer la noche, la luz de las llamas iluminaba el campamento tiñéndolo de tonos anaranjados y arropando a los aventureros con su calor.

Y fué entonces, mientras los aventureros mantenían una conversación sobre como cocinar el pollo - ¿Guisado,...a la brasa?-, que se percataron de la existencia de varias luces que se divisaban a lo lejos; como a varias horas de camino en dirección a la ciudad de la que venían.

Merkus estaba terminando de arrastrar hasta el claro un tronco caído de buen tamaño que les serviría de asiento, similar a otro que ya había colocado enfrente. Estaba contento porque el roce con Antor se hubiera resuelto, y agradeció mucho interiormente la comprensión de Alfren. Sí, estaba contento, quizá esa noche incluso se decidiera a cantar al grupo una canción guerrera de su tribu, aunque le daba bastante vergüenza eso de cantar sólo. Ya vería. Terminó de colocar el tronco con un último empujón, y al levantarse, algo entrevisto por el rabillo del ojo llamó su atención. Terminó de levantarse, giró su cara hacia las luces y dijo - ¡Ey! chicos, ¿veis eso? - mientras con la mano extendida señalaba hacia las luces. Estaban en la dirección de la que venían, y bastante lejos,Esperaba que no se hubiera prendido fuego el bosque,porque eso sería un serio problema.

Cita :

Ailara sonrió ante las palabras de Moravius. Una sonrisa afable y alegre, que iluminaba su cara.

No me molestó el que hicieras la magia, pues tu intención era buena y el resultado salta a la vista, comenzó a decir, con la cara algo más triste. Lo que me molestó es que la gente utilice la magia para solucionar cosas que tienen solución sin ella. No digo que no hiciste algo útil, sino que, creo, que la flecha habría tenido el mismo resultado y ni tú tendrías que haber sufrido por utilizarla ni los demás tendríamos que habernos preocupado del resultado. Si todo el mundo usara la magia para resolver todos sus problemas... ¿qué retos tendría la vida?, siguió diciendo, aunque parecía que estaba más bien exteriorizando sus pensamientos sin darse cuenta, hasta que al final se percató. Quiero decir que no me molestó, Moravius, añadió haciendo volver la sonrisa a su rostro.

Durante su pequeño discurso Ailara seguía preparando su guiso, y cuando Merkus avisó a todo el grupo y ella miró, dejó caer uno de los utensilios de cocina... Nos han seguido. Encontraron las huellas en el camino o  interrogaron a uno de los hombres del Capitán Neomen... Creo que tendremos que olvidarnos de acampar y cocinar por hoy, añadió en tono tenso.

La señal de Merkus hizo que la despreocupación del viejo desapareciera, era posible que los hubieran seguido pero no había nada seguro.

Malditos... espero que no sean los asaltadores. Necesitamos descansar y no podemos esperar a ver quien nos ha seguido...

Chicos, creo que la diversión tendrá que posponerse, al menos de momento. No podemos arriesgarnos a que nos encuentren con la guardia baja... Si los que osan seguirnos son los asaltadores no creo que hallan quedado vivos los mismos que vimos esta tarde. Podríamos ir a comprobar de quien se trata y si son enemigos tenderles una emboscada, siempre y cuando no sean muchos más que nosotros... Que me decís?

Ailara tu podrias esconderte facilmente bajo el manto de la noche ayudada por el espeso bosque que nos rodea para espiarlos... nosotros te seguiriamos de cerca y esperariamos a tu señal para actuar de una u otra manera...

Antor miró a Bathalias esperando su aprovación ya que el tenía más expereiencia que el resto en expediciones dado su avanzada edad y seguramente también se habría visto en este tipo de situaciones más a menudo que cualquiera de los que allí se encontraban.

 Bathalias esperó a ver como reaccionaban sus compañeros... tras ver las reacciones, se quedó pensativo, analizando la situación un rato. Y comenzó a hablar como si pensase en voz alta:

- Probablemente no sea mas que una falsa alarma, o una caravana que no nos incumbe que viaje por la noche. Sin embargo no podemos arriesgarnos a esperar a ver lo que es. Mi experiencia me dice que lo más sensato es que siguieramos nuestro camino, pero debido a las condiciones en las que nos encontramos: sin descansar, oscuridad, desconocimiento del camino... no podemos continuar. Tened claro una cosa, si realmente son los asaltantes, imagino que tendrán batidores y gente que conozca bien el terreno. Lo más sensato es ocultarnos, pero tarde o temprano nos acabarían encontrando. Así que mucha más opción no nos queda, ¿verdad chicos? Quizá podriamos esconder el cofre en algún sitio, a las mulas en el bosque, y nosotros ver que es lo que ocurre con esas luces.-

Moravius se sintió aliviado al oir las conciliadoras palabras de Ailara. Sonrió. Miró a Ailara a los ojos. Volvió a sonreir. Se sonrojó, y retiró la mirada. Alcanzó a murmurar brevemente:

-Gracias.

Entonces divisó las luces. Escuchó la conversación de sus compañeros silencioso, sopesando las posibilidades. Balathias tenía razón, sus opciones eran escasas, y las posibilidades de éxito dependían exclusivamente de las intenciones de los poseedores de las antorchas. Por otro lado, esconder el cofre le parecía insuficiente. Si el enemigo estaba sobre aviso, no les resultaría difil encontrarlos y dar al traste con su misión. Quizás combinando ingenio y algo de truco podrían encontrar una buena solución pero... Ailara tenía razón, y Moravius lo sabía: no podía jugarse la vida de sus compañeros por la confianza en las artes arcanas. Además, necesitaba dormir. Sus reservas estaban bajo mínimos. No podría lanzar más de un sortilegio.

-Estoy de acuerdo. Balathias, si lo que se acerca es hostil, mi sortilegio nos avisará. Creo que realice bien el encantamiento. Eso al menos nos dará tiempo para especializar nuestra reacción. Podría intentar un sortilegio de ilusión para ocultarnos, pero en caso de fallar, estaría indefenso por el resto del día. Creo que es mejor guardar mis poderes para un posible combate. Ailara... ¿crees que el bosque podría ayudar a ocultar nuestro rastro de alguna manera? Ahora mismo estos son tus dominios, ¿se te ocurre algo que podamos hacer?

La cara de Moravius se tildó del brillo perlado en la frente del que suda de miedo y pesar cuando preguntó a Ailara. Su voz sonaba poco convencida. Sus ojos, tristes, recorrían interminables tomos para encontrar el hechizo que les salvara, o por lo menos que salvara la vida de sus amigos. Cuanto más buscaba, menos encontraba, y más aumentaba su terror aquella noche...

Merkus contempló largo rato las luces, sin sacar mucho en claro. - Umm, parece que están muy lejos, y no sabemos si vienen hacia aquí. Yo creo que hay tiempo. ¿Por qué noacabamos primero de comer? creo que a todos nos hace falta. Mientras tanto podemos ver si se acercan y recoger las cosas. Si vienen hacia aquí, nos escondemos y ailara junto con Bathalias borran nuestro rastro, que seguro que lo saben hacer muy bien. Incluso alguien puede trepar a un árbol para ver mejor esas luces.

 -Probablemente tengas razón Merkus, lo más seguro no tengan que ver con nosotros, pero no podemos arriesgarnos. Debemos estar preparados por si acaso, de ahí normalmente se diferencia el éxito del fracaso. -

Dicho esto Bathalias se giró hacia Ailara, como esperando una respuesta...

- Ailara, ¿qué dices? ¿crees que en estas condiciones tan adversas sería posible?

Bathalias entrecerró los ojos y se quedó fijamente mirando hacia las luces, intentando adivinar que podrían ser. Por un instante se quedó completamente absorto, intentando ver todo lo lejos que su vista le permitía. Los párpados le temblaban lentamente, la oscuridad no le permitía ver ni todo lo bien, ni todo lo lejos que le gustaría en ese momento, hasta que al final dijo:

- Chicos, apagad el fuego. Si nosotros vemos sus luces, ellos podrían ver las nuestras.

Probablemente no vaya la cosa con nosotros - Bathalias pensó - podría pedirle a Ailara que enviase a Mazgul, pero no quiero ponerlo en peligro, podrían ser unos cazadores. Estamos quizá demasiado alterados, pero el cofre es importante, y nosotros somos sus responsables. 

Merkus no estaba muy de acuerdo con lo que decía Bathalias, pero aceptó sus sugerencias. No pasaría nada por ser demasiado precavidos. Después, cuando dijo lo de que los otros podrían ver su fuego se dio una palmada en la frente y se apresuró a apagar el fuego, empujando con los pies tierra sobre los maderos y dispersándolos.

Alfren se puso en alerta tan solo haber visto las luces, y después de escuchar las reacciones de sus compañeros agrego, Debemos escondernos, y comer mientras tanto, si bien es verdad que podrían encontrarnos mejor que lo hagan por la mañana, con luz y con un poco de descanso.

Como dijo Mor, señalando al mago, si alguien llega el hechizo dará un aviso, así que por ahora deberíamos dormir, y que alguien haga guardias, vigilando la distancia de las luces, para saber si son más que una falsa alarma.

 Bien chicos, escondámonos entonces. - Bathalias sabía que era arriesgado pues podrían tener batidores o animales que olfateasen rastros, si realmente los buscaban a ellos. Sin embargo, como bien decía Alfren, el hechizo los alertaría. Sabía que esa noche iba a ser incapaz de dormir.. por lo menos a gusto. Pero realmente, era de lo más sensato que podrían hacer. Sus años de experiencia le habían enseñado a distinguir cuándo se podía y cuándo no se podía hacer frente a un peligro. Sin embargo, le gustaba que los demás miembros del grupo tomasen parte de las decisiones, aunque a veces, pensara él mismo que la decisión tomada no era la correcta.

Esperad, creo que puedo intentar algo para salir de dudas, dijo Ailara con el ceño fruncido mientras miraba las luces. No sé hasta qué punto podré sacar algo en claro, pero supongo que será mejor que arriesgarnos a lo peor.

Se giró y avanzó hasta Mazgul, cogiendole su poderosa cabeza con las manos y acariciándola por sus quijadas, mientras susurraba:

Necesito de tí, vieja amiga. Será peligroso, así que no quiero que tomes ningún riesgo. Sólo necesito que te acerques un poco, agazapándote bien entre la maleza, y veas a unos pocos humanos. En cuanto corras algún peligro, huye. A toda prisa y sin detenerte, y vuelve aquí.

Se quedó unos segundos quieta, mirando fijamente a los ojos de su loba, que le mantenía también fija la mirada. Parecía como si ambas estuvieran sellando un pacto, un juramento que las ataba en cuerpo y alma. Finalmente, la loba giró sobre su espalda y adoptó la posición de sumisión, momento en el que Ailara se tumbó en el suelo, cerró los ojos, y susurro:

Vé.

La loba partió, ocultándose en la maleza.

¡¡Muy buena idea pequeña!! realmente eres una caja llena de sorpresas, es de lejos la mejor solución de todas, al menos a mi parecer. Mazgul es negra y la noche la camuflará perfectamente, a parte hay algo más silencioso que un lobo acechando? esperemos que no corra ningún peligro....

Cruzaré los dedos por ella... son los mejores. Que mejor grupo que uno en que se cubren las espaldas unos a otros de las maneras más inverosímiles?

Antor tensó todos los músculos de su cuerpo inevitablemente, puesto que no quería hacer ningun ruido que pudiera perturbar la concentración de la druida, no sabía muy bien como funcionaba lo que estaba haciendo asi que prefirió pevenir que curar.

Antes de poder reaccionar Ailara ya había propuesto una nueva idea y su loba salía a paso raudo, Ojala todo esto funcione, susurro Alfren haciendo lo único que podía en ese momento, esperar.