Partida Rol por web

Gracias de nuevo, pero yo no tengo hambre...quiza si me das una cerveza o algo mas fuerte te lo agradeceria...

Al mirarte vi esa complicidad con la niña y no pude evitar una sonrisa. Muchas preguntas se arremolinaron en mi mente sobre esa preciosa niña pequeña y Claudia. Me daba cuenta que creia conocerla por ir a su bar cada dia desde que volvi de Irak, pero ya se sabia que una camarera jamas era un buen ligue. Te contarian lo que querias oir y te hacian ser especial para solo el simple hecho de volver a su bar y dejarte el dinero.

No creia que Claudia fuera asi, pero en cierta manera se me paso por la cabeza.- Se te dan bien los niños- Sonrei y mire a la pequeña no sin dejar de prestar atencion a Megan.- ¿Cuantos añazos tienes preciosa?- La dije con una sonrisa a la pequeña. Simplemente curiosidad o por hacer quiza la espera mas amena.

Megan os siguio a la cocina y cogio un par de tortirtitas - Gracias Claudia, con esto estara bien - Comenzo a comer mientras la niña le ponia ojitos a esperando su zumo y cuando Duncan le hablo esta lo miro extrañada - ¿Años? - Pregunto como si no entendiera muy bien.

Pero un segundo despues la pequeña miro a Claudia abriendo mucho los ojos y la cogio de la mano, fuera comenzasteis a escuchar fuertes aullidos.

No esta nada bien no seguir mis ordenes pequeño, y aun menos esconderte en casa de otros vampiros... esa chica sera mia, y mis lobos se encargaran de ello...

Fue lo que escuchaste en tu mente con la voz de Alice...

Y tu... pagaras tu desobediencia...

Ya sabía yo que Sara hablando con alguien no iba a tardar demasiado tiempo en delatarse, vamos, cinco minutos había tardado en decir que " no era de este planeta " pero yo cuidaría de ella sin temor alguno. La había prometido que lo haría y pensaba cumplir aquella palabra.

- Sara " tus años " son...

No pude decir nada más pues en cuanto me agarró con fuerza la mano levanté la cabeza, escuchando los aullidos que sonaban fuera.

- ¿ Son de tu manada? - La pregunté, pues quizás ella pudiera distinguir aquellos aullidos.

Ahora claro, la explicación se la debía a aquellos dos, antes de que todo fuera a peor.

- Sara es un cachorro de... es un " hombre-lobo ". - La abracé y la di un beso en el pelo, intentando tranquilizarla un poco.

Derrepente me puse palido, me cambio la cara y no fue por lo que era "Sara", porque apenas me habia dado cuenta del comentario.

Estaba mas pendiente de lo que habia oido en mi cabeza, que me hizo tragar forzosamente saliva.

A-Alice, esta fuera...¿Sabes si hay armas aqui?- Recorde que yo tenia una pistola en la guantera, pero no la habia cogido. Mire a Claudia y a la pequeña y por ultimo a Megan.

¿O un sitio donde escondernos? Van a entrar....

Megan no entendia nada de lo que sucedia pero antes de un segundo ya estaba tras la espalda de Duncan, pues solo los aullidos ya la habian asustado.

La pequeña Sara por su parte nego a Claudia - No... No conozco ese aullido... Sara no quiere que pase nada malo a Claudia, Sara se ira con los lobos asi Claudia a salvo - Le dijo con unos ojillos que derreterian a cualquiera. Los aullidos se escuchaban cada vez mas cerca, y en unos segundos callaron, un fuerte golpe os sobresalto, como si hubieran golpeado algo contra la casa, pero lo siguiente que oisteis fueron quejidos de animal.

Puse mala cara cuando mencionó a aquella maldita zorra que había amenazado la vida de Macel y que tan imposible se la había hecho durante aquellos años. Sólo pensar en ello hacía que me hirviera la sangre.

- Dorian ha dicho que no puedes entrar en esta casa sin invitación. Está protegida mágicamente o algo así...

Si Dorian lo había dicho, yo me fiaba de él, sin duda.

Al escuchar las palabras de la pequeña Sara se me encogió hasta el corazón. Cogí en brazos a la pequeña, pegándola contra mi pecho en uno de esos abrazos cargados de ternura. 

- Sara, en este sitio siempre me pueden pasar cosas malas. Este pueblo es como vivir en el infierno... - No creía que fuera a entender eso, aunque di un respingo al escuchar aquel golpetazo. - No puedes irte ¿ vale? Tienes que quedarte conmigo.

Tranquila Megan...- La agarre con mi mano izquierda para que no se soltara de mi y cogi un gran cuchillo de cocina.

¿Que?- Dije a Claudia mirandolo incredulo y casi mas por el comentario de la pequeña- ¿Y te crees que sin invitacion no pasaran?- Yo por lo menos no me lo creia, por lo que cogi una silla y la coloque de forma que atrancara la puerta.

¡Buffff! No pequeña de aqui no sale nadie, son malos y te haran daño.- Mire a Claudia.- Alejaros de las puertas y de la ventana.- Me quede en medio de la cocina con el cuchillo en la mano y mirando las puertas.

¡Joder si entra esa zorra la cortare la cabeza!- Pense en la vampira, pues me habia amenazado de que iba a matarme por no haber llevado a Megan ante ella. La verdad que estaba tranquilo, por suerte la guerra habia afinado mis nervios y asi valorar la situacion y estar preparado para luchar si entraban.

Era inútil decirle nada a aquel chico, era más terco que una mula.

- ¿ Por qué se empeñan en ponérmelo aún más difícil de lo que ya es? - Casi era un rezo y eso que no creía mucho en que algo como el espíritu santo fuera a venir a salvarnos.

- Si Dorian dice que su casa está protegida será verdad ¿ no? No nos habría dejado aquí dentro de no ser así...!

Negué con la cabeza, pero de todas formas, como mera precaución cogí a la peque y me separé de todas las puertas y ventanas que pudieran romperse y hacernos daño, aunque por lo que sabía, a mí me harían el doble de daño que a aquella pequeña que se había curado bien rápido de sus heridas.

Megan estaba temblando en medio y medio de la cocina pue sno entendia nada y ver la histeria que teniais la ponia aun mas nerviosa. Por su parte Sara no se separa de Claudia y a veces no se sabia si por que la mujer la protegiera a ella o al contrario.

Duncan comenzo a poner cierres e intentar armarse o al menos hacer algo para sentirse mas "seguro" alli dentro. Por su parte Claudia confiaba en las palabras de Dorian y... habia echo bien en hacerlo, pues visteis como una criatura horrenda mezcla de animal y de hombre saltaba hacia la ventana de la cocina para entrar por ella, pero al llegar  apocos centrimetros del clistal salia despedido por los aires con un aullido de quejido.

- No son mi manada, Sara no conoce...

Detras de mi aun seguia teniendo a Megan, pegada a mi, mientras miraba la puerta y la ventana cogiendo el cuchillo en plan comando, que era de la forma en que me habian entrenado para el combate.

Mire a Claudia, cuando me dijo eso e iba a contestar cuando una criatura rompio los cristales del ventanal y entro.- ¡Hostias!- me atenazo unos segundos la incertidumbre al ver lo que entraba, no tenia miedo pues estaba entrenado para evitarlo y actuar.

Pero algo actuo mas rapido que yo y mando afuera a aquella criatura. Mire a Claudia y a la pequeña que dijo algo que no era de su manada.

¿Me podeis explicar que demonios ocurre aqui?- Volvia a mirar la ventana separandome de ella.

Por unos instantes temí que aquello que quiera que tuviera Dorian en casa no sirviera para protegernos y di un grito cuando aquella criatura casi se cuela, pero por suerte, no duró demasiado tiempo dentro y eso me hizo suspirar un poco más aliviada.

Lo que sí que hice fue mirar a la niña, por si la había apretado demasiado entre mis brazos con el susto.

- Tranquila que no dejaremos que te cojan...

De todas maneras, Duncan sí que se merecía una explicación... así que intenté dársela.

- Quieren a la pequeña para no sé que ritual... ella es un cachorro de hombro lobo... - Suficiente, aunque ahora sí que dejaba claro que no era mi hija.

Me quede mirando con cara de estupefacion lo que me acababa de decir Claudia, mirando a la niña y no me podia creer lo que me decias. Aunque algo en mi lo creyo por un destello que vi en los ojos de la niña o quiza que en ella vi algo de lobo.

Aun me costaba un poco que vampiros y hombres lobos, existieran de verdad desde que salieron del armario de las leyendas urbanas.

No permitire que te lleven y menos que te hagan daño preciosa...- Dije a la pequeña- Ni a ti, ni a ninguna de vosotras...Megan, ve con ellas.

Mire a Claudia, si me conocia como creia sabria que lo decia en serio, en ciertas cosas me era imposible bromear y en una situacion tan extraña y peligrosa como esta mas todavia. Pues mi vida tambien peligraba, pero mas que la mia me importaba mas la de ellas. Era un pequeño defecto de deformacion profesional tras haber estado en la guerra. Proteger a los inocentes.

- ¡Claudia! ¿Que te sucede? - Grito Dorian en tu mente pues habia sentido tu miedo y angustia, y sabiendo que estabas en su casa comenzo a preocuparse en exceso.

Notaste como el cuerpo de la pequeña tenia pequeños y sutiles espasmos en tus brazos mientras undia mas la cabeza contra tu cuerpo.

Al menos Duncan parecía haber creído mis palabras, porque aunque fueran verdad, seguían siendo un poco difíciles de creer, pero bueno, ya había dicho cosas sobre cómo olían así que quizás ya era más sencillo de asimilar. De todas formas, para mí esa pequeña, independientemente de si tuviera colmillos, pelo o uñas uñas enormes, era alguien a quien defendería con todo lo que pudiera.

Cuando dijo aquello de que nos defendería asentí, aunque seguro que acababa siendo la más vulnerable de todos, porque se pasaban la vida protegiéndome a mí y yo, metiéndome en todas.

En mi cabeza escuché a Dorian, preguntando qué era lo que pasaba.

- Alice está ahí fuera, con hombres lobo que no son de la manada de Sara. Quieren entrar pero por el momento no pueden hacerlo.

- Nadie, absolutamente nadie puede entrar en la casa si no lo invitas Claudia, en mi ausencia tu eres la dueña, no lo olvides, llegare lo ams rapido posible, aguantad - Te pidio en tono algo preocupado. Pues sabias que Dorian era rapido pero ese tono sonaba a que tardaria.

Cada vez que algo intentaba entrar era como si una fuerza magica los sacara fuera o directamente les prohibiera el paso, pero aun asi cada vez escuchabais mas aullidos fuera. 

Una parte de Duncan le decia que Alice cada vez estaba mas cerca del lugar, por suerte Claudia sabia que no podria entrar ¿O si? Megan cada vez mas nerviosa termino por desplomarse y la pequeña Sara intentaba estar al lado de la camarera pero cada aullido que se escuchaba la ponia mas y mas nerviosa.

Por lo que me estaba diciendo Dorian, aún tardaría en volver, aunque si decía que se iba a deshacer de Alice y Duncan decía que estaba cerca, veía lagunas en las palabras de alguno de ellos.

- Dorian dice que no podrán entrar, que tenemos que ser fuertes y hacer caso omiso, como si no estuvieran...

Más o menos a eso se refería el vampiro aunque claro, una cosa era decirlo y otra muy diferente hacerlo.

Abracé con más fuerza a Sara, queriendo que se sintiera todo lo protegida que pudiera estar.

- Tranquila pequeña. - Le di un beso en el pelo, quizás, incluso con algo del instinto maternal del que Marcel y yo ya habíamos hablado en alguna ocasión.

Mire por la ventana de lejos, viendo como nos rodeaban y quiza eso hizo que alguno intentara entrar. Pero por suerte estaba ese escudo extraño que los expulsaba. El sonido del cuerpo de Megan al desplomarse me puso en alerta y me tranquilice mas por las palabras de Claudia.

Asenti con la cabeza, pues lo que decias era verdad- Lo intentaremos ¿no?- Sonrei a la pequeña y a Claudia, mientras recogia a Megan del suelo e intentaba despertarla.

¿Os pareceria bien ir al salon y quiza jugar a un juego de mesa mientras esperamos a Dorian?- Quiza sonaba a cachondeo mi proposicion, pero alejarse de la cocina y hacer algo ludico era quitar de la vision de aquellos seres a la pequeña y a las chicas. Aunqeu Claudia, parecia mas entera ante esta situacion. La proteccion de los menores sacaba unos instintos maternos muy fuertes y me sorprendio mucho verlos en Claudia.- Se te da bien los niños...-

Mientras Duncan me respondía yo me quedé unos segundos mirando el cuerpo de Megan y negué con la cabeza, como pensando en que así seguro que no era capaz de hacerle frente ni a una abeja queriendo entrar en su habitación en uno de esos días de primavera en el que parece que ronda una plaga de bichos.

- Creo que vas a tener que llevarla en brazos hasta el sofá... - Dije señalándola con una mano, porque yo tenía a Sara en brazos y no quería soltarla.

Asentí con lo de ir al salón, ignorando lo que ocurría ahí fuera, poniéndome en pie esperando que cogiera a la muchacha que había traído.

- Mi difunto marido y yo siempre habíamos querido tener hijos, pero no pudo ser...

Casi mejor, porque yo era muy joven, pero... ya tenía muchos años y había cosas que ya me pedía el cuerpo.