Partida Rol por web

Pasaron un buen rato, tal vez una hora o dos mientras bebian y comian, algo de carne que Aliena habia pedido para todos. Si bien la noche habia llegado cada vez habia mas clientes y lo que estaban no se iban.

Por otro lado Ventieh observaba a los guardias que estaban en la mesa de la esquina pero no lograba escuchar nada entre la algarabia existente. (Debe hacer tirada de dados)

Pero lo cierto es que conforme venian y salian los guardias, no se calmaban sus animos. Al parecer el lider de ellos era el que estaba en la mesa y los demas simplemente iban y venian trayendo reportes e informacion.

En cierto momento unas jovenes morenas comenzaron a baliar  al son de una lira. Con adornos en las muñecas y los tobillos las tres jovenes apenan lograban tapar sus partes intimas, las cuales no se esforzaban en ocultar. El publico en especial los hombres enloquecio y hasta mas de un guardia se quedo mirando aquellas doncellas de ebano.

Aliena tambien se quedo mirando a aquellas mujeres aunque su interes fuese otro.

Deben hacer tirada de resistencia para continuar bebiendo. La dificultad aumenta en un 1 punto para Drenn, y 2 para las chicas.

- Yujuuuu

Aliena mostraba un control total sobre todo el alcohol que habia tomado y volvio a pedir una nueva jarra con un grito como si estuviera en la cubierta de una barco.

- Brrrrrppp! Perdon! dijo despues de eructar y casi reirse encima cuando vi la cara de Drenn sorprendido.

- Yo no soy asi.... y alce mi jarra para beber

Drenn aguantaba bien la bebida, pero ya llevaba como un par de horas bebiendo... y la verdad es que no había razón para parar. Allí se estaba muy bien. Tenía el estomago lleno y la bebida parecía interminable. Aunque ahora mismo estuviera sobrio, en algún momento se emborracharía... era cuestión de tiempo.

Entonces las jóvenes se pusieron a bailar y de pronto Drenn se dio cuenta de que se había quedado mirándolas...

Hizo gesto de volver a beber y se dio cuenta de que ya estaba algo borracho. No demasiado, tan solo un poco. Esta era una de esas borracheras perfectas, en las que el alcohol era divertido, pero no llegaba a afectarte tanto como para tumbarte.

Entonces se le ocurrió una idea... seguramente fruto de la bebida...

Se levantó de la mesa y haciendo un gesto cortés hacia Aliena dijo:

¿Me concedeis este baile, señora?

- Señora? Tan vieja me veo?

Mire a Ventieh quien no parecia poner mas atencion en nosotros y despues de tanta bebida habia perdido la nocion del tiempo y tal vez de mi.

Visiblemente alcoholizada pero no ebria, me levante de la silla y acepte la mano para bailar aunque me costo salir de donde estaba y me tropece con la silla y no se que mas.

- Vamos anciaaaano, sacame a baaailar.

Le tome la mano para no caerme. Mire de reojo a Ventieh quien miraba aun a los guardias despues de tanto tiempo. A veces era tan testaruda.

Cuando Aliena cogió la mano de Drenn, este la sujetó con firmeza, para que no resbalara. A continuación, la llevó a un sitio más despejado para no tropezar con las mesas y se pusieron a bailar y a danzar, aunque no demasiado deprisa, para no perder pie.

Hacía tiempo que Drenn no se lo pasaba tan bien, asi que se despreocupó y siguió bailando al son de la música.

Ventieh avanzó con cada sorbo de su jarra y disimulando su conducta le entrega una moneda a la joven, que entonaba una dulce melodía , y apunto su mirada a los gestos de los guardias.
Para aquel momento unas bailarinas se hicieron protagonistas del salón y las tonadas musicales se hicieron propicias para que varias personas fueran invitadas a bailar su melodía, como en el caso de Alienna y Drenn , pero ella no hizo mucho caso a eso. Le preocupaba mucho más la actitud sospechosa de los hombres aunque estaba más tranquila por su compañera que se notaba mas relajada y el explorador parecía ser un hombre respetable.
Es tanto el ruido y tan poca la ropa de las bailarinas que los hombres parecen haberse distraído de su conversación.
Maldicion- Pensó Ventieh por sus adentros- Tendré que conformarme con volver sin nada

Bailaba al son de la musica tomada de la mano de Drenn. Por un momento todo desaparecio a mi alrededor. Solo era una joven que flotaba al son de la musica mientras era guidad por los brazos de mi diestro acompañante. Llevamos un bar de piezas y la misma actividad del baile habia hecho que mi ebriedad disminuyese despejando un poco mi mente nublada por la bebida.

De pronto pude ver como uno de los guardias discutian en la entrada. Al parecer estaba requizando a un par de clientes que iban de salida. Los guardias le hablaban fuertes mientras ellos negaban algo que no lograba escuchar.

La violencia siempre me habia puesto nerviosa asi que deje de disfrutar la musica aunque siguimos bailando. Uno de los hombres que servian cerveza hablaba con los guardias hasta que nos señalo a nosotros en la pista de baile y a Ventieh que sentada en nuestra mesa bebia perdida en el vaso. Me puse muy nerviosa y le avise a Drenn. Algo no estaba bien.

Dos guardias avanzaban entre los clientes y se acercaban a nosotros con sus manos en las empuñaduras para sacar su espadas si fuere necesario.

- Drenn, que es lo que pasa?

Ventieh conforme regresas a tu mesa, sigues viendo a Drenn y Aliena cuando te das cuenta que el hombre de la barra los ha señalado.

Dos guardias armados se dirigen hacia ellos y uno se dirige hacia a ti.

Aunque su actitud no es de abierta violencia, llevas sus manos en la espada por si hacen algo violento.

De la misma manera puedes huir, hablar con ellos o pelear si es necesario o tratar de ocultarte entre la gente.

Requiere tirada.

Hacía tiempo que Drenn no se lo pasaba tan bien, asi que se despreocupó y siguió bailando al son de la música...

Estuvieron así un rato, hasta que Aliena le avisó de que aquellos hombres armados se acercaban... mal asunto sin duda.

Su primera reacción fue huir, pero se contuvo. Ellos no habían hecho nada malo, así que lo mejor era mostrarse despreocupados y responder a sus preguntas con tranquilidad.

Acercó su rostro al de Aliena y le dijo en voz baja:

No se lo que ocurre Aliena, pero permanece tranquila. Déjame hablar a mi.

Y entonces Drenn se dirigió a los hombres que se acercaban:

Saludos señores, ¿en que podemos ayudarles?, dijo con tranquilidad.

Los guardias se acercaron al hombre que habia estado bailando con la chica pelirroja.

- Señor, podemos hacerle unas preguntas, puede por favor acompañarnos afuera.

El soldado hablaba serio mientras el otro se paraba al lado de Aliena y otros dos ya se acercaban entre las demas personas.

- Son solo unas preguntas de rutina.

Juntos salieron del local tratando de no llamar la atencion de las demas personas mas de lo necesario. Ante de salir Aliena le hizo señas a su amiga de que los siguiera pero no estaba segura si los habia visto. Afuera el guardia se acerco a Drenn y le pregunto por su equipo.

- ¿Señor de donde ha sacado esas espadas? Dijo señalando las espadas que le quitaste a los muertos en el bosque.

(Si no las tienes visibles te vas a pedir revisar tu equipo hasta encontrarlas asi que es lo mismo, el medallon aun no lo han visto.)

Una vez hecha la pregunta los 3 guardias que los rodean espera tu reaccion y tu respuesta. Aliena esta palida escuchando a los guardias y no se atreve a decir palabra alguna esperando que tu respuesta para apoyar tu respuesta.

Drenn mantuvo la calma, tratando de mostrarse tranquilo y natural.

De reojo, analizó cuales eran las posibles rutas de escape... pero de cara al exterior siguió manteniendo la compostura.

¿Estas espadas?, dijo Drenn. Se las compré a un mercader con el que me topé en el camino. El muy bribón quiso engañarme con el precio, pero al final las conseguí bastante rebajadas. La verdad es que parecía como si quisiera deshacerse de ellas lo antes posible, pero quién sabe.

Drenn sonrió para sus adentros. Tenía cierto talento para inventar historias rápidas y verosímiles. Y parecía que esto podía funcionar. ¡Seguro que se lo creían!

Vi como el guardia se acercaba a nosotros y comenzaba a hacernos preguntas. Yo permaneci callada. Drenn parecia tener todo bajo control.

Los soldados parecian aceptar las palabras de Drenn aunque estaban indecisos acerca las armas.

- Bien, Señor.... Creo que debemos confiscar esas armas hasta asegurarnos que no sean las que estamos buscando. Podria acompañarnos a la guarnicion de Harrenhal, esta a un dias hacia el norte. Alli podra disponer de una indemnizacion por sus armas mal habidas, y mientras podra darme una descripcion de este supuesto vendedor!

El hombre te miraba intrigado de arriba a abajo.

- Por cierto recordara alguna descripcion, ropas, como viajaba, hacia donde? Debemo capturarle y mientras mas rapido sea, mas rapido nos despreocuparemos por usted.

Entonces me acerque.

 - Escuche, el no esta solo, y si es verdad que compro esas armas a un hombre el camino, que parecia apurado por irse, pero no tiene porque llevarnos a Harrenhal para eso, no hemos hecho nada malo, no es justo.

El soldado se sorprendio por la intervencion de la mujer.

- Vaya, si es que tiene doliente, vera amiga, calmase, necesitamos averiguar que paso con el dueño de estas armas y esperamos su colaboracion, no queremos arrestar a nadie, pero esperemos que nos puedan ayudar.

El guardia se quedo esperando a ver que decia Drenn si daba mayor informacion.

¿El dueño de las armas? ¿Confiscarlas? ¿Acaso ocurre algo malo señores? ¿Ha pasado algo relacionado con estas armas que yo no sepa?, dijo Drenn sorprendido (al menos en apariencia).

En cualquier caso, estoy de acuerdo con mi compañera en que no es necesario acercarnos a Harrenhal. Si tienen que confiscar las armas, pueden hacerlo, pero me gustaría ser compensado por ello inmediatamente, ya que nosotros no hemos hecho nada malo.

De todos modos, si ha ocurrido algo malo, estaremos encantados de ayudar en lo posible. Por el momento, le facilitaré una descripción de aquel hombre.

Se trataba de un hombre de una talla más o menos media, ni alto ni bajo. Tenía el pelo oscuro, de color negro, y la piel más bien clara, aunque algo curtida por el sol, seguramente por pasar tiempo a la interperie. Tenía además un aspecto... como decir... como un tanto siniestro... de hecho, al principio no iba a comprarle las armas, pero las conseguí a tan buen precio que no pude resistirme. Supuse que su aspecto se debía a que llevaba algún tiempo viajando. Ya saben... todos nos ensuciamos las botas de barro cuando viajamos un dia o dos. De todos modos tampoco puedo asegurar nada, pues no estuve mucho tiempo con él.

Espero haber ayudado...

- Si no desean venir a Harrenhal deberan esperar a que vayamos y volvamos si desean su reembolso y usted señorita mejor calmese.

El hombre volvio a mirar al soldado de atras que hizo un gesto de que no veia nada sospechoso.

- Bien, entregue las armas que le vendio, buscaremos a este hombre y pueden partir. Con esta nota podra pasar luego por Harrengal y buscar al Capitan de la guarnicion para que les entregue una indemnizacion por las armas. Mas no puedo hacer por ustedes.

El hombre se queda frente a ti en espera de que le entregues las espadas.

- Habra algun otro objeto que usted comprase o que el les haya ofrecido? Pregunto el guardia con cautela.

De acuerdo, dijo Drenn. Si no queda más remedio, os entregaré las espadas y más adelante reclamaré la perdida ante vuestro jefe.

Y mientras decía esto, Drenn sacó ambas espadas y se las entregó a los hombres.

A continuación, sacó el medallón de cuero con el extraño símbolo y se lo enseñó a los hombres.

También me vendió esto. No se si será importante. Me lo dejó bastante barato. Si lo deseais podeis quedároslo, pero también reclamaré una compensación a vuestro jefe. Y ahora, si no teneis nada más que preguntarnos, nos gustaría seguir con nuestros asuntos en la posada. Espero que sepan disculparnos, ya que estamos bastante cansados.

- El medallon, EL MEDALLON!!! dijo uno de los solados.

- Tiene el medallon! dijo otro.

- Lo tiene el, es el elegido!!!

Todos los demas miraban incredulos al hombre con el medallon en la mano y a la chica que lo acompañaba.

- No sean imbeciles y controlense ya! Dijo el jefe frente a ti.

El mismo saco una tela de cuero y te señalo para que depositaras el medallon en el. Una vez puesto cerro la tela y la guardo bajo su armadura.

- Gracias Señor, buscaremos al fatuo vendedor y espero verle pronto para su indemnizacion. Ha servido a Harrenhal debe ser recompensado.

El hombre emprendio su retirada hacia los caballos dejandolos con la sorpresa de lo que habian presenciado.

- Jadin, recoge esas espadas, son del hijo de Lord Nomad. Debemos llevarselas tambien.

El guardia en cuestion recogio las dos espadas que habia dejado Drenn y se apresuro en montarse en su caballo.

En pocos segundos quedarian solo en la penumbra de la noche.

- Que demonios ha sido eso, comento Aliena.

No estaba segura que fuera de ellos el medallon, y al parecer era algun tipo de reliquia pero no logre ver bien que era, o quien representaba. Era un misterio, pero al menos los guardias nos habian dejado en paz y estabamos seguros. Eso era bueno.

Cuando viniera Ventieh le iba a dar una zurra por dejarnos solos.

No tengo ni idea de a lo que se referían, dijo Drenn en respuesta a Aliena.

De todos modos, hemos tenido suerte de que se marcharan.

¿Y ahora que vamos a hacer? Yo al menos no pienso quedarme mucho tiempo en la posada, por si acaso vuelven. Lo que no se es si marcharme ahora o mañana, aunque supongo que esta noche no volverán. De hecho, puede que no vuelvan más.

En cualquier caso... ¿Qué opinas tú Aliena?

- Pues amigo, es un poco tarde para andar por el bosque y la verdad creo que debemos descansar. Realmente estoy subida de tragos y mi compañera creo que esta peor.

Mire de reojo como nos quedabamos solos.

- Descansar o nos robamos unos caballos y salimos a la escapada, ja ja ja.

- Yo debo llegar al templo por ...  y calle antes de hablar mas de la cuenta.

Al parecer no estaba en mis cabales completamente.

- Hip.

- Perdon. Y me cubri la boca.

Yo también creo que deberiamos descansar. Aunque no creas que no sopeso el escapar durante la noche, dijo Drenn sonriendo. Aunque no creo que puedas montar ahora mismo...

Por cierto, ¿a donde te diriges Aliena? Yo no voy a ningún sitio en particular, pero me apostaría unas monedas a que tu si.

¿O vas a seguir siendo la mujer misteriosa que no cuenta nada sobre su destino? Tal vez fuera por el alcohol, pero todo esto le resultaba divertido a Drenn.