Partida Rol por web

Tras ver como los demás compañeros realizaban sus respectivos ataques con el mismo resultado, desastroso, me propuse ir acabando con el tema lo antes posible - Pero.... ¿que os pasa? ¿contra quien estuvisteis luchando antes que con este bicho? estais fatal hermanos.... - Miré a Tritón, viendo que su ataque, dentro de lo malo que fue, dio la impresión de tener algún tipo de problema físico que no le dejaba desarrollar todo su talento en el manejo de su hacha.

Tras los ataques de los hermanos, el bicho comienza a retroceder - ¡¡¿donde vas tu colega?!! - comenté mientras se movia unos metros alejándose del combate. Rápidamente agarré firmemente a Auhúwen y me desplacé en la misma dirección que el bicho - ¡¡Tritón deja paso!! ¡quieto ahí parado guapetón! - comenté mientras lanzaba mi estocada, la cual volvió a impactar contra el bichejo asqueroso.

Tirada de Ataque:

Dado extra por explosión:

Daño de Auhúwen:

Uno de esos horribles seres se acerca con ese diente de acero intento esquivarlo, pero sabe lo que se hace y me daña de nuevo. con ese filo espantoso.

les toca a Nomdil, Sam y Triton.

suerte

Sam miró pasmado la velocidad del avolakio, como se lanzaba contra sus amigos y parecía inmune a esa espada mágica que había encontrado Malleus.

Intentó reaccionar, hacer algo, aunque fuera gritar, pero fue incapaz de moverse. Su cuerpo no reaccionaba. Estaba como rígido, parecía una estatua dejada ahí para contemplar lo que pasaba.

Pero algo le despertó de su trance: era Nomdil gritando. No supo por qué, pero su voz le despertó.

-Debo hacer algo, no me puedo quedar aquí quieto.-Empezó a decirle una vocecita en su cabeza.

- Vamos Lycyn, te ayudaré a bajar,  hay algunas raíces por ahí que servirán para descender-

Alcanzó su mano al compañero para asistirlo. Al  llegar al suelo vio a la espeluznante criatura y  a los demás  en combate, preparó su arco  y sacó una flecha del carcaj.

Nomdil carga con el grandote  Lycyn como si fuera una pluma y demuestra una grandisima destreza en bajar por las raices, luego lo deja en el suelo con cuidado y Prepara el arco para la larva. 

Enseguida reacciona El enano que se quiere desquitar y rematar al infernal bicho. . .

Le toca a Triton y a Sam (si quiere ponerse al día en los turnos)

Luego Kryl

Después de fallar con mi hachazo y hacer que el bichejo lograse salir bien parado de todos los ataques de mis compañeros, ¿de todos?, No, de todos no, el gran Malleus pasando cerca de mí como exhalación volvió a clavar su magnífica espada en él cuando parecía que el bichejo asustado intentaba huir de nosotros. A ha otro buen movimiento amigo, y entonces vi como Nomdil cargaba con Lycyn y volvía a la sala. ¿Otra vez aquí abajo? Con lo que nos va a costar subir y encima cargando con uno más. Pero bueno primero daré buena cuenta de el bichejo. 

Ya dejando los pensamientos a un lado vi el golpe claro, Malleus lo había frenado y dejado muy tocado y fue justo lo necesario para acercarme con mi hacha y deshacerme por fin de aquel bichejo tan molesto. Vuelve de donde saliste, por todos valares. Mi hacha trazó una gran semicircunferencia que finalizó en el mismísimo centro del cuerpo del bichejo.

El golpe fue tan contundente, que con el contacto de mi hacha se desparramo en trocitos pequeños por toda la zona de la alcantarilla. 

Triton II De un hachazo como si fuera un tronco pega un tajo a la larva.

el "agujero" empieza a cobrar una temperatura optima y los sapos están también reventados, se ha hecho buena limpieza en esa zona. En hora buena 

Poneros un punto en popularidad y otro en Grupo, LA HERMANDAD es un poco más conocida en la tierra medía. 

Se termina los turnos. 

Es de día y los rayos de sol empiezan a atreverse a salir al despuntar el alba.

El hobbitt seguro que querra desayunar y dos veces heeheh.

OK 

LYCYN Ya tiene actualizado los puntos de popularidad.

Sam estaba a punto de sacar su arco cuando el hacha de Tritón cortó el cuerpo del monstruo de un solo golpe: no haría falta que se molestase en apuntar.

-Bueno, ¿hacia dónde nos dirigimos?-preguntó mientras le aupaban para salir de esa maldita cueva.-Yo creo que lo mejor es intentar salir de este reino maldito tan rápido como sea posible.

Cuando se pudo sentar observó con detenimiento el mapa dejado por el enano. No era muy bueno, pero al menos les podría servir para orientarse en esa región aunque fuera sólo un poco.

-¿Y este campamento qué es? ¿El de los enanos?-preguntó señalando ese punto del mapa, cerca del algo.-Quizás quede alguien o algo que nos podamos quedar. Perdimos las mulas, así que no tenemos provisiones.

El pequeño conflicto fue resuelto favorablemente para nosotros si demasiados contratiempos. Tras varios y contundentes ataques por mi parte y un gran remate por parte del hermano Enano, el proyecto de avolaquio, se queda en eso, un proyecto esturreado en el suelo y reventado - Gran remate de la faena maese Enano - comenté jocosamente.

Observé a Sam, que parecía algo nervioso e indeciso, pero finalmente se decidió a preparar el arco - Maese Sam, tranquilo, mientras estemos nosotros aquí, tu no tendrás necesidad de pasar por estas cosas, centrate en lo que te tienes que centrar y poco más. Por cierto, se te ve cara de hambre, no estaría de más algo para echarnos al buche y descansar unos momentos, despues de este pequeño altercado, deberíamos recuperar algo de fuerzas mientras decidimos hacia donde seguir. -

Estábamos descansando momentáneamente y volvemos a echar un vistazo al mapa que el enano que nos encontramos cuando acampábamos en la ladera del lago nos dejó. Sam pregunta por el campamento que aparece - Sam, no se que será el campamento ese, pero no quiero volver allí, ya pasamos lo nuestro para atravesar el río y llegar hasta aquí, para ahora volver al principio. Pienso que es mejor llegar a la bifurcación de los tres caminos esos que hay más adelante - comenté mientras señalaba con el dedo el camino hasta llegar al paso de los tres caminos y mientras tanto observaba a todos detenidamente para ver que opinaban ellos.

-Pero...-Sam iba a decir algo, pero se acordó del puente, y de como cayó al agua helada.-Sí... será mejor no ir... ¡Pero yo no quiero acercarme a la capital!

Empezó a acordarse del anillo y de su insidiosa voz, como una pequeña aguja que se iba metiendo poco a poco en su mente, como un gusano que empieza a comerse una manzana. No, quería dejar el anillo lo más rápidamente posible a los elfos y volver a su hogar, y volver a ver a su padre.

-Sí... haré el desayuno.-Añadió con tristeza.