Partida Rol por web

La fiesta no tardó demasiado en empezar. Rox, que era quien marchaba en primer lugar, recibió los avisos de su compañera y participó en el destrozo de esas esferas que trataban de darles caza.

Cuando llegaron a la sala de control, descubrieron que no estaban solos: tres especie de soldados fins más que preparados aguardaban para ofrecerles una buena pelea, o eso pensaba ella.  Empieza la fiesta- susurró, sonriendo y mostrando sus dientes afilados.

Antes de que pudiera lanzarse sobre uno de ellos, ya tenía al gris sobre ella utilizando alguna especie de campo para atraerlo junto a ella. La mujer intentó liberarse de esa maldita fuerza, pero la había agarrado como si quisiera fundirse con ella. ¡Joder! ¿Tantas putas ganas tienes de que una mujer te toque?- gruñó, enfadada.

Quien sí supo reaccionar a tiempo fue Templario, que desarrollo todo un festival armamentístico contra uno de aquellos bichos extraterrestres. Worm dio por acabado a aquel tipejo, pues era la forma en que hasta ahora siempre habían terminado esas cosas, ¿no?

Sin embargo, este no fue el caso con esos bestias alienígenas. El tipo aquel había aguantado el ataque del hombre de la armadura y solo le había faltado bostezar. Pero eso no era todo, sino que además había saltado sobre Templario y había incluso logrado que el supermalote de hojalata se tambaleara. Era difícil saber si este había sufrido alguna herida o no, no era visible, pero era bastante posible.

Worm no era el más listo, pero sabía que estos enemigos eran realmente duros y, si querían salir de esta, necesitarían inclinar la balanza hacia su lado cuanto antes. Sin dudarlo se mandó a su clon contra el extraterrestre del traje amarillo, que estaba amenazando a Templario, y el mismo salto contra el fin rojo, que parecía algo más flojo que el del traje gris, al grito de…

– ¡Muere bicho!

El Fin amarillo no se esperaba la reacción de Worm, o de su clon más bien, y los golpes le dejaron dañado y aturdido. Aunque no por ello acabado como habían visto.

Por su parte el propio Worm se lanzó como un salvaje contra el de la armadura roja apabullandolo también. Aún así este pareció aguantar mucho mejor los golpes, pues sacudiendo la cabeza incluso se recuperó del aturdimiento que le había propinado.

La cosa no tardó en desmadrarse, como estaba claro que sucedería, sólo que esta vez no íbamos a ser nosotros quien la liáramos, sino que iban a ser aquellos alienígenas de colores. 

- Es como pelearse contra los teletubbies cabreados. - Dije sin poder evitarlo al verlos. Al menos estos no querían tubiabrazos, porque tenía pinta de que se iban a pasar de cariñosos y nos iban a doler. 

Después de ver aquel campo de energía y de cómo regeneraban sus heridas sin demasiada complicación, tuve claro que aquello nos iba a costar bastante, pero ahora, estaba claro que no nos íbamos a ir. Era más probable que nos muriéramos a que volviéramos corriendo a la nave con el rabo entre las piernas. 

- Cómo aguantan los cabrones... 

Así, busqué lo más pesado de aquella sala que pudiera mover, para lanzárselo encima al rojo. 

No había muchas cosas que se pudieran lanzar dentro de la sala de control. Pero eso tampoco significaba demasiado para alguien que podía arrancar la mayoría de ellas. Una de las computadores ancladas de la pared, más o menos del tamaño de una buena roca, se desincrustó y fue a parar a la cabeza del Fin de la armadura roja. No obstante este sacudió la cabeza y se despejó del golpe.

Lejos de aminalarse, el K'tharens se centró en Worm y de repente estalló en llamas. Hacía bastante calor a su lado. Un calor algo dañino. Aún así, y no contento con eso el Fin atacó salvajemente a Worm, uno podía decir que estaba desarmado, pero las garras de sus manos decían lo contrario. Las llamas parecieron envolmer al Omega, pero el traje que llevaba le protegió de lo mayor.

Templario trató de disparar al Finn que tenía cerca, pero no era su día, estaba más que claro. 

Siguiendo las ordenes de su amo, el clon de Worm se lanzó como un salvaje contra el Finn Amarillo que parecía estar un poco perdido. El golpe fue demoledor y, viendo a su enemigo fuera de juego, el clon salió en busca de su señor, para ayudarle en su lucha contra el tipo de las llamas.

Aún con fuerzas conjuntas, el Finn Rojo se mantenía en pie. Era un tipo a tener realmente en cuenta. Worm solo esperaba salir de esta para poder aprender la lección. O para olvidarla en seguida, pero salir de esta, joder.

El K'tharen de la armadura amarilla cae ante los devastadores golpes del clon de Worm, y luego se acerca hasta el de la armadura roja que está en llamas. Quizás eso no haya sido especialmente una buena idea, pero no tiene posibilidad de elegir.
Por su parte el original sigue intentando hacer caer al que tiene contra las cuerdas. Pero es un alien duro de roer, y sus golpes, aunque lo dejan tocado no lo tumban.

El Super Fin de la armadura gris siguió concentrandose en Roxanne, y su presa de energía se estrechó tratando de aplastar a la joven. Esta era bastante dura y aguantó, pero tampoco era cuestión de quedarse ahí todo el rato. Necesitaba liberarse.

Por su parte, el de la armadura roja vio como se acercaba otro tipo igual que el que le estaba pegando. Pero aún así se centró en el que ya estaba allí. Una vez más las garras volaron cotra el Omega purpura el cual poco pudo hacer para evitarlas llevandose bastante daño.

Tanto los técnicos V'Sori como Ardeen procuraban esconderse y alejarse lo que podían de la lucha. Estaba claro que en medio de aquellos salvajes iban a durar más bien poco.

Sus compañeros parecían estar divirtiéndose mientras ella continuaba pegada a un puto desgraciado. Notó que esa fuerza la apretaba, provocando que durante unos segundos le costase respirar. No obstante, haciendo gala de su capacidad, la mujer gruñó y logró quedarse consciente.

-¡Joder! ¿Queréis quitarme esta mierda de encima?- estaba deseando poder liberarse para arrancarle la cabeza con sus propias garras.

En aquella ocasión no me centré en los alienígenas, sino en que Roxanne no parecía poder salir de su "encierro", así que me centré en intentar sacarla de aquel lugar. 

- Le estoy cogiendo gustillo a esto de recolocar a las personas a mi gusto. - Murmuré para después concentrarme en lo que estaba haciendo. 

Así, aunque no fue fácil, conseguí sacarla de donde la había metido aquel malnacido. 

- ¡Me debes una birra! - La guiñé un ojo cuando la dejé en el suelo. 

La cosa no estaba resultando sencilla, pero si todo fuera fácil seguro que terminábamos aburridos o soltando a Templario por ahí para que la fuera liando. 

Finalmente Roxanne pudo liberarse, con la inestimable ayuda de Vidhesee. La mirada de furia de la joven auguraban no poco dolor en la vida del Fin si lograba llegar hasta él.

Mientras, el técnico V'sori que os había acompañado trató de acercarse a Videshee con intenciones claramente hostiles, pero antes de que pudiera hacer nada cayó abatido por un disparo de Ardeen. Acto seguido apuntó a los otros instandoles a que se quedaran quietos. Para bien o para mal, el resultado de la pelea entre los Omegas y los Super Fins decidirían el destino de los otros.

La situación era la siguiente.
A pesar de que había caido uno de los super aliens, la cosa no estaba del todo favorable para los Omegas. Templario estaba sangrando tanto que le salia de la armadura, y aunque Worm no estaba mucho mejor no se le notaba tanto.
El destino de la tierra estaba en juego, no se podían permitir el perder.

Hacía un calor de un buen par de cojones y eso no hacía más que cabrear todavía más a Worm, quién no podía entender a los tipos esos que se pasaban horas tumbados en las playas, sin otro plan que achicharrarse vivos. Así que siguió lanzando unos puñetazos tremendos contra la estufa que tenía delante y que bien podrían haber derribado una pared, pero que éste aguantaba como si no fueran más que los golpes de la rabieta de un crio.

Su clon, sin embargo, se quedo quieto y sin saber muy bien que hacer. Las ordenes de su amo parecían no llegar claras. Posiblemente por el sofoco por el que estaba pasando.

Worm estaba sudando mucho debajo de su traje, y no sólo por el calor insoportable. El Fin que tenía delante era un hueso realmente duro de roer. Aunque eso no le impedía seguir golpeandole una y otra vez. En algún momento debería caer.
No obstante, después de todo lo que hizo tan solo logró aturdirle. ¿Sería suficiente?

Por su parte el Super Fin de la armadura gris sonreía mientras veía como Roxanne se liberaba, había sentido una presión extraña que la ayudaba. Pero no era nada que no pudiera arreglar volviendola a atrapar.

O eso creía. Porque cuando lanzó de nuevo su energía solida contra la joven con garras está desapareció antes de alcanzarla. Y no sólo eso, el aura que le rodeaba también se esfumó. Y tenía una joven muy furiosa casi delante suyo.

Con Roxanne liberada gracias a la fuerza de Videshee, la mujer se sentía mejor que nunca. ¡Te debo lo que quieras, rubia!- respondió, repleta de energía que iba a descargar sobre ese cabrón.

La mujer fue consciente de que algo parecía fallar en su enemigo y se mordió el labio de la emoción- Eso es lo que pasa cuando te enfrentas a quien no debes, cariño. Voy a arrancarte esa puta cabeza de cuajo- sin perder más tiempo –que ya lo había gastado tratando de liberarse- la mujer se lanzó contra su adversario con las garras preparadas para arrancar lo que fuese necesario.

Decir que Roxanne le tenía ganas al Fin de la armadura gris era quedarse corto. El guerrero apenas tuvo tiempo de protegerse indefenso como estaba debido a que sus poderes fallaron.
No estaba muerto, pero casi prefería estarlo debido al daño que había recibido.